La reunificación de Corea del
Norte y Corea del Sur
El secretario de
Estado de EEUU John Kerry el 12/04/2102 visitó Corea del Sur
reuniéndose con el canciller surcoreano Yun Byung-se. Al término de la reunión
John Kerry
afirmó en rueda de prensa, “que la preferencia de EEUU es entablar un diálogo
sobre el asunto coreano” "El verdadero objetivo no es enfatizar el hecho
de que vamos a defender a nuestros aliados, cosa que haremos, sino subrayar
ante todo el mundo las posibilidades de paz, las
posibilidades de reunificación, las
posibilidades de un futuro diferente para la gente de la República de Corea y,
finalmente, para Corea del Norte”,
señalando que consideraba que China tiene “un enorme potencial” para ayudar a
resolver la crisis en la península coreana”
Kerry informó en la
rueda de prensa que el presidente estadounidense, Barack Obama, ha ordenado
suspender las maniobras militares conjuntas con Seúl para reducir la tensión
entre las dos Coreas.
En esta afirmación Kerry se refería
a las maniobras militares conjuntas de EEUU y Corea del Sur iniciadas en marzo,
que a finales de ese mes desataron la crisis coreana tras la utilización por
parte de EEUU en el espacio aéreo de Corea del Sur de dos bombarderos B-2 Spirit,
con capacidad de carga nuclear que llevó al líder norcoreano Kim Jong-un, a
declarar el Estado de Guerra de Corea del Norte con su vecino del Sur.
La alusión a China sobre que este
país tenía que hacer más para presionar a Corea del Norte para cesar en sus
preparativos de guerra, fue respondida indirectamente en un artículo publicado
por la agencia de noticias Xinhua el 12/04/2013 en el que se afirmaba: “John
Kerry, debía ser consciente de que su país es la clave para aliviar las
sofocantes tensiones en la península coreana”, haciendo en ese sentido
referencia a un refrán chino, <<quién ató el cascabel al tigre debe
desatarlo>>. En otras palabras, aquél que empezó los problemas debe
terminarlos.
En su análisis el artículo señala:
“El meollo del prolongado problema en la península coreana reside en una falta
de confianza mutua entre la República Popular Democrática de Corea (RPDC) y
Estados Unidos. Durante las últimas décadas, Estados Unidos ha creído
erróneamente en las sanciones y las exhibiciones de fuerza, y en esa línea envió
los bombarderos B-52 y B-2 a Corea del Sur para participar en ejercicios
militares conjuntos, un gesto al que la RPDC respondió con el anuncio de su
entrada en "estado de guerra" con Corea del Sur. Lo que demuestra, una vez más,
la inefectividad de la política basada en castigos de Washington hacia la RPDC.
Para alejar a la región del abismo de una posible guerra, lo primero que debería
hacer Estados Unidos es abandonar su enfoque agresivo y, en segundo lugar,
mantener conversaciones con Pyongyang para aliviar así al fuerte sentimiento de
inseguridad de la RPDC.
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De las declaraciones de John Kerry
es significativa la mención a la
reunificación coreana,
cuestión que fue uno de los asuntos políticos principales de la campaña
electoral de Park Geun Hye a la presidencia de la República de Corea y que tras
su elección el 19/12/2012, Park Geun Hye manifestó que trabajaría por la paz, la
reconciliación y la cooperación en el Noreste Asiático.
Este llamamiento fue respondido por
el Presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, el 1/1/2013 en un mensaje de Año
Nuevo en el que llamó a la unificación de las dos Coreas. En el mensaje, que fue
transmitido por medios estatales, Kim Jong-un, pidió redoblar los esfuerzos por
relajar las tensiones entre las dos Coreas y señaló que la confrontación sólo
conduce a la guerra.
Por su parte China, tras la elección
de la presidenta coreana Park Geun-hye, manifestó en esas fechas a través de la
portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores del país Hua Chunying que
esperaba trabajar con la República de Corea, para seguir promoviendo las
relaciones bilaterales y la estabilidad de la Península Coreana, pues está en
línea con el interés común de todas las partes; por su parte, el entonces
presidente de China Hu Jintao declaró que China anima de forma continua a la
República Democrática Popular de Corea y a la República de Corea a que mejoren
sus relaciones a través del diálogo y a que promuevan la reconciliación y la
cooperación a fin de alcanzar la reunificación independiente y pacífica de la
península.
Sin embargo, las buenas intenciones
reconciliatorias reflejadas en estas declaraciones, a partir de las maniobras
militares de EEUU y Corea del Sur del mes de marzo, terminaron en una
enfrentamiento entre las dos coreas sin precedentes desde la guerra entre ambas
en 1953.
La escalada de la tensión entre las
dos Coreas era un objetivo buscado por EEUU que desde su vuelta estratégica a la
región de Asia-Pacífico la viene aumentando a través de países “aliados
interpuestos”, instrumentalizando a Japón contra China en el contencioso de las
islas Diaoyu, y a Corea del Sur contra Corea del Norte con la presión ejercida a
través de la exhibición de sus bombarderos nucleares.
Con la estrategia de la tensión EEUU
pretende dos objetivos, por una parte, fidelizar a sus aliados a su liderazgo
que se venía debilitando como consecuencia de la progresiva integración
económica regional de Japón y Corea del Sur ante el auge económico de la región
liderado por China y, por otra parte, pretende incomodar a China para buscar
ventajas en las diferentes negociaciones con este país.
La crisis coreana a demostrado que
los países subordinados a EEUU en la región denominados eufemísticamente
“aliados”, principalmente Japón y Corea del Sur carecen de soberanía como
naciones para tomar decisiones en política internacional, y se limitan a acatar
lo que EEUU determina, por ejemplo, cuesta creer que en las maniobras militares
cojuntas de Corea del Sur y EEUU, la utilización de los bombarderos B-2 fuera
del agrado de Corea del Sur, pues era evidente que se iba a producir una
reacción de Corea del Norte que en nada iba a beneficiar al objetivo de la
presidenta de Corea del Sur de reconciliación entre ambas Coreas, quien tras
asumir la presidencia declaro: "Cumpliré mi promesa electoral de abrir una
nueva era en la península coreana a través de una seguridad nacional fortalecida
y de unas relaciones diplomáticas basadas en la confianza bilateral". Lo que
lleva a pensar que es EEUU quien decide por Corea del Sur ignorando las promesas
electorales de su presidenta.
La escasa sensibilidad de EEUU por
el interés del gobierno surcoreano de buscar caminos hacia la reconciliación con
Corea del Norte, imponiendo con el despliegue de los B-2 su propio criterio, y
la escalada de la tensión llevada al límite, como está haciendo Corea del Norte,
necesariamente tiene que obligar al gobierno de Corea del Sur a cuestionar su
subordinación a EEUU. Las palabras conciliatorias de John Kerry en su visita a
Corea del Sur muestran que están más dirigidas a satisfacer al gobierno de ese
país, que a aplacar las iras del Corea del Norte, hablando por primera vez de
forma abierta de la reunificación
coreana.
La reunificación de la península
coreana en una sola nación traería la estabilidad definitiva a la región, para
ello previamente tienen que crearse las condiciones de confianza mutua entra
ambas Coreas para poder implementar un hoja de ruta al respecto. Pero la
reunificación coreana de la que habla EEUU no tiene ninguna posibilidad de
materializarse. EEUU pretende una reunificación manteniendo su poder militar en
la península de Corea, lo que supondría no una reunificación sino una
capitulación de Corea del Norte.
Este tipo de reunificación a la
Alemana, que tras la reunificación de los dos Alemanias (RFA y RDA) le permitió
a EEUU pasar de tutelar militarmente a la República Federal a tutelar toda
Alemania, no es viable en la península coreana, porque en ningún caso lo va
admitir Corea del Norte. Para Corea del Norte cualquier escenario de
reunificación pasa por la salida de EEUU de la península coreana, cuestión que
tampoco lo va admitir EEUU. Y el escenario de reunificación por la fuerza que
conllevaría una nueva guerra entre las dos Coreas es mejor descartarlo.
Tras la crisis
de los B-2 y la declaración de "Estado de Guerra" de Corea del Norte, es
evidente que en las posibles negociaciones que se puedan abrir entre ambas
Coreas, o en la negociación a seis bandas (las dos coreas, más EEUU, Japón,
Rusia y China), las premisas de negociación para la desnuclearización de la
península coreana ya no podrán ser las de antes de la crisis. En las mismas,
Corea del Sur y EEUU tendrán que avenirse a negociar el papel militar de EEUU en
la península coreana. Carecería de sentido pedir el fin del programa nuclear de
Corea del Norte mientras que EEUU hace, en la frontera de ese país, exhibiciones
de los bombarderos B-2 con capacidad para portar armas nucleares. Tras el nivel
de ruptura alcanzado en las relaciones entre las dos Coreas, las primeras
medidas tendentes a restaurar la confianza pasan inevitablemente por acabar con
el tipo de maniobras militares que han generado la crisis.
En el desencadenamiento de la crisis
coreana Rusia y China tienen gran parte de responsabilidad por la
política de apaciguamiento que vienen practicando con EEUU en la región.
Las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Corea del Norte por su
programa armamentístico nuclear debieran haber venido recíprocamente acompañadas
de la exigencia y condición a EEUU de que las maniobras militares en Corea del
Sur se realicen en base criterios acordados en el propio consejo de Seguridad,
con lo que se hubiera evitado la escalada actual.
Al no existir esa condición, de
facto las sanciones contra Corea del Norte son interpretadas por EEUU como una
autorización para elevar el nivel de amenaza sobre ese país, como así ha sido,
lo que ha provocado una reacción desproporcionada de Corea del Norte al
interpretar que se encontraba ante una invasión consentida tácitamente por el
Consejo de Seguridad.
La historia está cargada de ejemplos
en los que a las potencias militarmente beligerantes no se les aplaca con
medidas de apaciguamiento sino solamente desde la firmeza. En las historia
reciente, el ejemplo más claro es el de Libia. China y Rusia autorizaron la
imposición de una zona de exclusión área sobre Libia par contentar a EEUU y este
país y las potencias de la OTAN, interpretaron esa aprobación a su
antojo. Ello ha llevado a Rusia y China a ser más cautos en el conflicto en
Siria.
Ahora la situación en la península
de Corea debiera hacer reflexionar a Rusia y China para tener un criterio más
firme aplicable a todas las situaciones en las que EEUU pretenda usar la fuerza
de las armas para agredir o intimidar, sea a Siria, Corea del Norte, Irán, o
cualquier otro país.