Doctrinas militares en
transformación
El viceministro
ruso de Defensa, Anatoli Antónov, en declaraciones realizadas a RIA Novosti,
resumió las características de la nueva doctrina
militar de Rusia, manifestando
que la misma ha sido actualizada debido a los cambios que han tenido lugar en el
ámbito de la seguridad desde 2010, año que Rusia aprobó la anterior doctrina. La
renovada versión de la actual doctrina
militar es un documento que
establece los objetivos de la política de Defensa rusa y fue aprobada por el
presidente Vladímir Putin y publicada en la Web del Kremlin el pasado 26 de
diciembre.
En sus
declaraciones, el viceministro ruso de Defensa señalo que la aspiración de EEUU
de dominar a nivel internacional en la que se vienen empleando métodos no
convencionales como los bombardeos de países como en Siria sin autorización; las
revoluciones de colores en varios Estados árabes y en Ucrania, que han
desembocado en una acentuada inestabilidad política que, en el caso de Ucrania
ha
llevado a una Guerra Civil, y en varios países árabes ha favorecido el avance
del Estado Islámico, ha sido uno de los motivos de la actualización de la
doctrina militar rusa.
"Por una
parte, está el intento de EEUU de conservar el sistema mundial sin cambios, su
aspiración a dominar en los asuntos internacionales, a no permitir que los
acontecimientos se desarrollen según un guión que contradiga sus intereses; por
otra, los partidarios de un modelo de desarrollo policéntrico, entre los que se
encuentra Rusia, que no admiten ese esquema".
A su vez, afirmó
que la nueva redacción de la doctrina
militar se orienta a mantener un
diálogo equitativo con la OTAN, y que en ningún caso la misma contempla la
amenaza a los países occidentales. "El documento muestra consecuentemente la
intención de mantener un diálogo equitativo en el ámbito de la seguridad europea
con la UE y la OTAN, contribuir a la creación en la región Asia-Pacífico de un
modelo de seguridad nuevo, basado en principios colectivos no pertenecientes a
ningún bloque".
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Las doctrinas
militares son una extensión de la
concepción geopolítica que han venido realizando las potencias mundiales en la
historia contemporánea, las mismas, se pueden resumir en dos apartados, las ofensivas y
las defensivas. La doctrina
militar ofensiva formó
parte de los imperios coloniales europeos en el siglo XIX y primera mitad del XX
dentro de su concepción política de dominación colonial global. La finalidad
práctica de las doctrinas ofensivas era
el dominio económico mundial del cual se beneficiaban las metrópolis coloniales
y especialmente las clases sociales más acomodadas. En ese periodo, las doctrinas
militares ofensivas formaban
parte de los principales imperios coloniales europeos, principalmente de Gran
Bretaña, Francia y Alemania, y estaban orientadas en dos direcciones, por una
parte, a su expansión colonial en territorios de ultramar y, por otra parte, a
la lucha entre imperios por el dominio del control absoluto del centro de
dominación mundial, lo que les enfrentaba en territorio europeo y propiciaba su
rearme.
En este modelo
político, económico y militar global, los imperios europeos se desarrollarían
por áreas de influencia estancas, que en unos casos, como el reparto de África
en el último tercio del siglo XIX se realizaría en gran medida de manera
consensuada y, en otros casos, surgirían fricciones por la disputa territorial,
aunque el aspecto dominante en la primera mitad del siglo XX sería la
confrontación en el centro del
sistema político, económico y militar mundial, que les llevaría a la
confrontación en dos cruentas guerras mundiales.
En las colonias
ocupadas por estos imperios su despliegue militar en un principio era
relativamente escaso, pues con un limitado contingente de fuerzas militares
lograban someter a las élites de clanes y tribus y con ello extendían su
dominación al resto de la población. En el siglo XIX para la colonización de
Indochina por Francia le bastó unas cañoneras subiendo por el río Mekong. No
obstante, la emergencia de la conciencia política de los pueblos sometidos de
una concepción tribal a otra nacionalista contribuyó decisivamente a que se
formaran movimientos
políticos en favor de su independencia colonial que tuvo su momento de mayor
expansión durante y tras la Segunda Guerra Mundial.
Las potencias
coloniales europeas, principalmente Francia y Gran Bretaña, tuvieron que
reforzar su despliegue militar en las colonias, pero la resistencia de los
movimientos de emancipación colonial hizo inviable para estos imperios mantener
su doctrina militar ofensiva,
debiendo acceder al reconocimiento de las nuevas naciones que se constituían en
los territorios hasta ese momento colonizados.
Durante todo el
periodo que duró la Guerra Fría entre Rusia y EEUU, las doctrinas militares
ofensivas fueron lideradas por estas dos potencias y estuvieron orientadas a la
conformación de espacios geopolíticos de naciones satélites respectivas. El
final de la Guerra Fría a finales del sigo XX supuso para Rusia el abandono de
su doctrina militar ofensiva,
mientras que EEUU la continuaría
y
actualmente se traduce
en: un despliegue militar mundial de potentes escuadras navales en todos los
mares del mundo; la instalación de numerosas bases militares y destacamentos de
tropas en países satélites, y la dedicación del mayor presupuesto militar
mundial que supone más de un
tercio
de todos los gastos militares del planeta, siendo en la actualidad la única
potencia del mundo que tiene un despliegue militar global.
La doctrina
militar ofensiva de EEUU, en la
primera década del siglo XXI se orientó a intentar devolver a la región del
Oriente Medio
al viejo modelo colonial a través de la ocupación de
países con presencia militar directa y la gestión territorial por
administradores estadounidenses. El fracaso de la ocupación de Irak demostró que
los procesos de descolonización no eran históricamente reversibles. Este intento
y fracaso supuso un cambio en la doctrina
militar ofensiva de EEUU, en la
que se descartaba la presencia militar continuada como forma de dominación,
orientándose la misma a la desestabilización de las naciones objeto de la
agresión para promover cambios de régimen que posibilitarían gobiernos bajo la
tutela estadounidense. El cambio en la doctrina
militar ofensiva suponía la
dedicación de mayores recursos a los servicios de inteligencia y la implicación
de países satélites en la promoción de guerras o confrontaciones regionales. En
la región del Próximo y Medio Oriente se generalizó la inestabilidad y se
propicio el cambio de régimen en Libia; en Europa se apoyo el cambio violento de
régimen en Ucrania y su instrumentalización contra Rusia; en la región de
Asia-Pacífico se utilizó a Japón y Filipinas para promover contenciosos con
China, y en América Latina se acentuarían los permanentes intentos de
desestabilización de los gobiernos de izquierdas.
Rusia y China
las dos principales potencias mundiales después de EEUU, ante el acoso directo e
indirecto estadounidense se han visto obligadas a reajustar su doctrina
defensiva ampliando su
capacidad de respuesta ante posibles agresiones convencionales y no
convencionales.
Y aunque las mismas se basan en la defensa de su territorio y no precisan un
despliegue militar global, estas naciones también se preparan militarmente para
en caso de sufrir una agresión militar convencional o nuclear por parte de EEUU
o aliados, tener capacidad de contraataque contra el territorio estadounidense o
de aliados implicados. Otras potencias menores como Irán que también son objeto
del acoso estadounidense, su doctrina
militar defensiva se basa en el
desarrollo armamentístico como elemento de disuasión. Algunos países
latinoamericanos que han sido objeto de los intentos de desestabilización por
parte de los servicios de inteligencia de EEUU y grupos sociales afines, como
sucedió en Bolivia, Ecuador y principalmente Venezuela, su doctrina
militar defensiva se basa en la
unión cívico-militar para combatir cualquier invasión terrestre en sus países
por parte de EEUU.
En la doctrina
militar defensiva, la
educación
de la ciudadanía
en los valores patrióticos es parte fundamental de la misma, pues la guerra de
resistencia se realiza siempre en el territorio agredido. Una
percepción ciudadana que en el caso de Rusia está
aumentando tras la política de sanciones de los países de la OTAN contra Rusia.
En una reciente información del periódico ruso Kommersant señalaba que más
de la mitad (54%) de la ciudadanía rusa cree que actualmente existe “una
amenaza real de que se inicie una guerra total entre Rusia y los países de la
OTAN”, a pesar de que un 66% piensa que Rusia intenta resolver todos los
temas por la vía diplomática.
La doctrina
militar ofensiva de EEUU y de la
OTAN se fundamenta en el mantenimiento del estatu
quo económico mundial basado en
la concentración de la riqueza en unos pocos países desarrollados y el dominio
de las naciones en desarrollo. La política de devastación realizada por EEUU y
la OTAN en Irak, Afganistán y Libia con métodos de guerras convencionales y no
convencionales, o las políticas de sanciones y guerra económica contra Irán,
Rusia o Venezuela para impedir su desarrollo económico son expresión de esta
política, pero la misma no puede perpetuarse en el tiempo. El cambio histórico
de los países en desarrollo liderados por los países BRICS hacia su desarrollo
soberano no es posible contenerlo por la fuerza de las armas, y en la medida
que los países en desarrollo avancen en su participación en el PIB mundial irán
eclipsando progresivamente el poder económico occidental, y el mantenimiento de
un despliegue militar mundial como el que tiene EEUU, por ineficaz e
improductivo, irá progresivamente perdiendo sentido.