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historia, economía, política..
Artículos de Opinión
Una
visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la
integración económica mundial y la armonía con el medioambiente
Autor
Javier Colomo Ugarte
Año 2008
Emisiones de CO2 y emisiones de
CO2 per cápita
TEMARIO
1. Estado de la cuestión
2. Resultados y tendencias mundiales de emisiones de CO2
3. Hipótesis para una distribución equitativa de las emisiones de CO2
(1990 - 2030)
4. Conclusiones
1. Estado de la cuestión
La reducción de emisiones de CO2, que ha tenido
su primer intento de regulación y primer gran fiasco en la firma e
incumplimiento del Protocolo de Kyoto, permanece en el limbo de la indefinición,
al no haber ido más allá de las declaraciones de buenas intenciones en otras
posteriores reuniones: Bali, Bangkok,Copenhague, etc. Hay dos preguntas que deben
formularse al respecto ¿Es posible un acuerdo entre naciones para la reducción
de emisiones de CO2? y ¿Por qué aunque no haya acuerdos, los países
se resisten a aplicar unilateralmente un programa de reducción de emisiones?
Las repuestas a ambas preguntas están relacionadas entre sí
porque, en un mundo comercialmente globalizado, tienen que ver con el
desarrollo y la competitividad económica.
Lo que determina la fuente de utilización energética está
en función de la productividad, la cual depende de la cantidad de energía -
trabajo que se precisa utilizar para la producción de un producto, y también de
la cantidad del esfuerzo humano necesario. Una decisión unilateral de un grupo
de países en la reducción de emisiones de CO2 supondría asumir costes
adicionales en los procesos de producción para la reducción de las mismas, y por
lo tanto, que disminuyera parte de la ventaja comparativa en el intercambio
comercial global.
En los países ricos, las tecnologías de transformación de
la energía en trabajo al ser más avanzadas que en los países pobres permiten
utilizar menos energía para desarrollar el mismo trabajo, y también debido a una
mejor organización empresarial del trabajo precisan de menos esfuerzo humano
para obtener el mismo rendimiento que en los países pobres.
Los países pobres, solo pueden compensar la desventaja en
la productividad con bajos salarios y más horas de trabajo, y utilizando fuentes
de energía barata y accesible como el carbón. Por ello, la reducción de
emisiones en los países poco desarrollados implicaría una pérdida de
competitividad adicional sobre la ya existente de los países desarrollados,
mientras que la externalización de costes con emisión libre a la atmósfera
supone económicamente una ventaja comparativa.
Por el contrario, en los países desarrollados, la
internalización de los costes de emisión de CO2 sería posible
implementarla porque su ventaja en la productividad les permite tener margen
para asumir los costes derivados de la internalización de los costes de emisión,
y seguir siendo competitivos en el mercado internacional.
Pero, considerando, por una parte, que los combustibles
fósiles acaparan más del 80% de la cuota del mercado de energía primaria, y, por
otra, que en las próximas décadas el crecimiento económico mundial se va a
seguir desarrollando en el marco económico de competencia comercial entre
naciones con diferentes modelos de productividad económica, inexorablemente los
países poco desarrollados van mantener la externalización de costes como parte
de la ventaja en el intercambio comercial, y por ello, los esfuerzos de los
gobiernos de los países desarrollados por intentar evitar el crecimiento de la
utilización de los combustibles fósiles y de la externalización de costes a la
atmósfera están condenados de antemano al fracaso.
Y si bien las energías renovables van a experimentar un
crecimiento gracias a las subvenciones de los países desarrollados, sus
posibilidades de desarrollo mundial son muy limitadas.
En el caso de la energía hidroeléctrica por las
limitaciones para su desarrollo en el conjunto mundial, pues si bien, hay países
que dispones de abundantes recursos hídricos y condiciones para el desarrollo de
saltos de agua, otros países no los tienen y en su conjunto aunque es la fuente
de energía renovable competitiva más importante no alcanza el 5% de las
necesidades mundiales de energía.
En el caso de las energías como la fotovoltaica y eólica,
porque no son competitivas en el mercado y precisan, por lo tanto, de ayudas
económicas adicionales de los gobiernos para su implementación. Además estas
energías solamente están al alcance de los países desarrollados, pues los países
poco desarrollados no tienen recursos para desviarlos en la promoción de este
tipo de energías y recurren obviamente a las energías más asequibles, como son
las derivadas de los combustibles fósiles.
En la imagen 1 se puede ver como mientras en los países de la OCDE
la implementación de las energías renovables, crecen del año 2004 al 2007
en más de un 40%, en el resto del mundo lo hacen escasamente.
Imagen 1
Descartadas, por lo tanto, por lo menos en el plazo
de unas décadas la sustitución de los combustibles fósiles, a pesar de las
buenas intenciones de políticos y grupos sociales, de los tratados
internacionales y de las recomendaciones de la ONU por ampliar la
presencia de las energías renovables fotovoltaica y eólica, el impacto de
estas fuentes de energía en el porvenir en el sistema energético mundial
va a ser relativamente muy pequeño (Imagen 2).
Imagen 2
NOTA:
El Quadrillion 115 en EEUU origen de la fuente, es
equivalente al trillón Europeo; el trillion 112 es
equivalente al billón europeo, y el billion 19 es
equivalente al millardo europeo. Fuente: Energy Information Administration
/ International Energy Outlook 2006.
Con la tecnología actual de generación de energía –
trabajo, solamente la energía de fisión de nuclear podría ser alternativa
competitiva en la sustitución de los combustibles fósiles, pero para ello
se precisaría de una implementación masiva de centrales nucleares que
llevaría a la humanidad a contraer una hipoteca milenaria en la
conservación de cantidades ingentes de residuos radiactivos provenientes
de la generación de esta fuente de energía y también la misma estaría
supeditada a la limitación de las reservas de uranio.
Pero esta alternativa en el vigente sistema económico
no es viable pues a los países poco desarrollados carecen de la tecnología
de enriquecimiento de uranio y, por otra parte, tienen vetada, por las
potencias que controlan el Consejo de Seguridad de la ONU, el acceso a la
implementación de la energía de fisión nuclear. En la imagen 3,
donde se muestra la localización de las centrales nucleares en el mundo,
se puede observar como la inmensa mayoría de las mismas se localizan en
los países desarrollados.
Imagen 3
Centrales nucleares en el mundo (Cada punto representa una central)
(año 2008)
Por lo tanto los países pobres al no contar con la
fuente de energía de fisión nuclear; porque su crecimiento económico
tiende a sustentarse en la energías fósiles baratas como el carbón,
seguidas del petróleo y gas natural, y porque para ser competitivos en el
mercado internacional precisan de la externalización de costes al
medioambiente, tanto el uso de los combustibles fósiles como las emisiones
de CO2 van a seguir creciendo.
2. Resultados y tendencias mundiales de emisiones de CO2
Tal y como se muestra en la imagen 4, los
países poco desarrollados, en las dos últimas décadas, son lo que aportan
el mayor volumen de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Imagen 4
Por otra parte, la evidencia de que los intentos internacionales de
contener las emisiones de CO2, no han ofrecido resultados se
puede ver en los datos de la imagen 5, donde
se muestra la evolución de las emisiones de CO2 entre los años
1992 al 2004, constatándose paradójicamente como la tendencia ascendente
de emisiones de CO2 comienza a incrementarse coincidiendo las
intenciones manifestadas para su contención en la firma del Protocolo de
Kioto.
Imagen 5
Vista esta evolución, cabe preguntarse si estos
intentos, de contención de las emisiones de gases de efecto invernadero,
tienen viabilidad de llevarse a cabo, o si por el contrario, la atmósfera,
inexorablemente seguirá afectada durante varias décadas más por éstos
gases, debido a la imposibilidad, en el vigente sistema económico
mundial, de cambiar de modelo energético y evitar, principalmente en los
países poco desarrollados, la externalización medioambiental de estos
gases.
No obstante, a pesar de que la mayoría de los países pobres son los que
más aportan porcentualmente al incremento de las emisiones de CO2,
distan enormemente de las emisiones per capita de los países
desarrollados. En el caso de los ámbitos OCDE
y no OCDE, presentan un volumen de emisiones de CO2 parecido
13.166,3 millones de toneladas en la OCDE y 13.877,3 en la no – OCDE. Pero
mientras el ámbito de la OCDE agrupa al 17,5% de la población mundial, el
de al no – OCDE agrupa al 82,5%, ello ofrece unas emisiones per cápita muy
diferentes, 11,8 toneladas de media por habitante en la OCDE y 2,6
toneladas en la no –OCDE. A modo de comparación, se puede destacar, por
ejemplo, la diferencia entre los dos países
más contaminantes del mundo: Estados Unidos y China, mientras la media por
habitante de emisiones de CO2 en Estados Unidos es de 20,18
toneladas; en China es de 3,62 toneladas.
Estos datos ponen de manifiesto como las limitaciones al incremento en el
volumen de emisiones, no pueden ser consideradas por igual, por los
habitantes del planeta según el país donde vivan. Los países poco
desarrollados precisan del crecimiento económico para salir de la pobreza
y por lo tanto de generación de energía - trabajo barata, ligado al
consumo de combustibles fósiles. Mientras que los países desarrollados
precisan también del crecimiento económico para mantener la sociedad de
consumo. La relación entre ambos ámbitos es desigual, los países ricos
quisieran mantener el sistema político y económico vigente en el que miles
de millones de pobres debieran aceptar su actual estatus, pero ello, en
mundo globalizado, no es posible, a los habitantes de los países pobres
para paliar su pobreza solo les queda el recurso a las migraciones hacia
los países ricos, e impulsar en sus países el crecimiento económico a
costa de incrementar las emisiones de CO2.
La imagen 6, resume la relación entre las diferentes realidades,
en el ámbito de la OCDE y No - OCDE, tanto en la evolución del tipo de
combustibles a utilizar para la generación de energía – trabajo, así como
en el crecimiento de emisiones de CO2 a la atmósfera debido a
los consumos de energía en los ámbitos respectivos.
Imagen 6
Consumo de energía y emisiones de CO2 en el año 1990,
previsión para los años 2010 y 2030, en los ámbitos OCDE, no OCDE y
Mundial, y correlación entre ambas variables
Comentario imagen 6
Ámbito de la OCDE:
- El petróleo tiene una tendencia descendente en la participación del
consumo total de energía, pasando del 42,2% en el año 1990 al 38,6% en el
año 2030, con un incremento del 43% en ese periodo.
- El Gas Natural tiene una tendencia ascendente en la participación del
consumo total de energía, pasando del 18,8% en el año 1990 al 24,9% en el
año 2030, con un incremento del 106% en ese periodo.
- El Carbón tiene una tendencia descendente en la participación del
consumo total de energía, pasando del 22,0% en el año 1990 al 20,4% en el
año 2030, con un incremento del 45% en ese periodo.
- El conjunto de los combustibles fósiles mantiene su participación del
consumo total de energía, en torno al 83% entre el año 1990 y el año 2030,
con un incremento del 56% en ese periodo.
- La energía nuclear tiene una tendencia descendente en la participación
del consumo total de energía, pasando del 8,8% en el año 1990 al 7,8% en
el año 2030, con un incremento del 39% en ese periodo.
- Otro tipo de energías consideradas renovables, hidroeléctrica,
fotovoltaica, eólica y otras, tienen una tendencia ascendente en la
participación del consumo total de energía, pasando del 8,1% en el año
1990 al 8,3% en el año 2030, con un incremento del 62% en ese periodo.
En el conjunto del ámbito de la OCDE el consumo de energía crecería entre
el año 1990 y el año 2030 un 56%.
Ámbito de la No - OCDE:
- El petróleo tiene una tendencia descendente en la participación del
consumo total de energía, pasando del 35,1% en el año 1990 al 29,1% en el
año 2030, con un incremento del 128% en ese periodo.
- El Gas Natural tiene una tendencia ascendente en la participación del
consumo total de energía, pasando del 25,3% en el año 1990 al 27,4% en el
año 2030, con un incremento del 198% en ese periodo.
- El Carbón tiene una tendencia ascendente en la participación del consumo
total de energía, pasando del 30,6% en el año 1990 al 32,1% en el año
2030, con un incremento del 188% en ese periodo.
- El conjunto de los combustibles fósiles pasa del 91,1% en el año 1990,
al 88,5% en el 2010, manteniendo esa participación (%) en el consumo total
de energía hasta el año 2030, experimentando estos combustibles un
incremento del 168% entre 1990 y el 2030.
- La energía nuclear tiene una tendencia ascendente en la participación
del consumo total de energía, pasando del 2,1% en el año 1990, al 2,6% en
el año 2030, con un incremento del 242% en ese periodo.
- Otro tipo de energías consideradas renovables, hidroeléctrica,
fotovoltaica, eólica y otras, tienen una tendencia ascendente en la
participación del consumo total de energía, pasando del 6,9% en el año
1990 al 8,9% en el año 2030, con un incremento del 256% en ese periodo.
En el conjunto del ámbito de la no - OCDE el consumo de energía crecería
entre el año 1990 y el año 2030 un 175%.
En el total mundial, el consumo de energía crecería entre el año
1990 y el año 2030 un 108%.
En lo que respecta a las emisiones de CO2,
éstas, están en función del tipo de combustible fósil y de la cantidad
consumida, existiendo una estrecha correlación entre consumo de energía de origen
fósil y emisiones de CO2, como se pude ver en el índice de
correlación de Pearson (r) puesto que la proyección está realizada sin
tener en cuenta una posible implementación masiva de sumideros de CO2
en los países desarrollado.
Sistemas de Captura y Almacenamiento de CO2
Debido a la preponderancia que tienen los combustibles fósiles en el
presente en el Sistema Energético Mundial (80%) y la que van a seguir
teniendo en el futuro, la única manera de evitar continuar con la masiva
externalización de CO2 a la atmósfera es implementado Sistemas de Captura y Almacenamiento de CO2
(CAP) que técnicamente son
viables (ver imagen 7 y 8). La central eléctrica de Esbjerg
constituye una base industrial piloto de “captación del CO2” llevada a
cabo bajo la égida del IFP (Instituto francés del petróleo) y de la
Comisión europea, es la primera instalación que permite capturar el
dióxido de carbono de las chimeneas de una central térmica para
almacenarlo en el subsuelo en la central. El Informe especial del Grupo de
trabajo III del IPCC:
La captación y el almacenamiento de dióxido de carbono, para
responsables de políticas medioambientales establece las pautas de
actuación en ese ese sentido.
Imagen 7
Modelos de central con emisiones
libres de CO, y de central con Sistema de Captura y Almacenamiento
de CO2 (CAP)
Imagen 8
La central eléctrica de Esbjerg, en Dinamarca, un lugar donde se ensaya la
captura de CO2. Fuente: DONG Energy.
No obstante, si se adoptaran con carácter general las tecnologías actuales de Captura
y Almacenamiento de CO2, siglas: CAC, se
estima que el coste del kWh aumentaría de 0,01 a 0,05 dólares por kWh.
Con Estos costes añadidos es impensable que tal medida se adopte
en los países poco desarrollados. Debido a ello, y al incremento, en los
países poco desarrollados, de la utilización de combustibles fósiles para
la generación de energía - trabajo, y particularmente del carbón por ser
la fuente de energía más barata, abundante, asequible para su
extracción, y con un alto poder calorífico; las emisiones de CO2,
seguirán incrementándose
sensiblemente en las próximas decádas respecto del año 1990.
3. Hipótesis para una distribución equitativa de las emisiones de CO2
(1990 - 2030)
La disminución de emisiones de CO2,
principal agente del efecto invernadero y del cambio climático, tiene como
objetivo equilibrado situar el límite de emisiones totales mundiales de CO2
en las emitidas el año 1990: 21.223 millones de toneladas.
En este apartado se presenta esta dualidad entre: la
tendencia real que lleva a que en el año 2030 se dupliquen las emisiones de CO2
del año 1990, y la que sería deseable para alcanzar en el 2030 el objetivo de
emisiones de 1990 con una distribución equitativa de emisiones de CO2
per capita.
===========
Para establecer uno objetivos de reducción de emisiones de CO2 que
éticamente fueran justos para toda la humanidad y permitieran situarse en el año
2030 en el nivel de emisiones mundiales de CO2 del año 1990 (21.223
millones de toneladas) se han desarrollado una serie de proyecciones basándose
en las siguientes premisas:
1º Todas las personas con independencia del país donde vivan tienen el mismo
derecho de emisión de CO2
2º Este principio conlleva que las comparaciones entre países para una reducción
de las emisiones deba basarse en ratios de emisiones per capita
3º El objetivo de emisiones de CO2 se establece en el total mundial
de emisiones de CO2 en el año 1990
4º El horizonte para alcanzar este objetivo se establece en el año 2030, con un
derecho de emisión de CO2 per capita igual para todos los países del
mundo.
5º El derecho de emisión de CO2 per capita para todos los habitantes
del mundo previstos para el 2030 sería, igual a:
Emisiones de CO2
totales de 1990 (millones de toneladas de CO2) = 21.223
/
Población mundial prevista
para el año 2030 (millones de habitantes) = 8.203
= 2,59
Toneladas de CO2 por habitante
Los siguientes cuadros presentan las previsiones de emisiones reales de CO2
hasta el 2030, y las diferencias de estas previsiones con los criterios
anteriormente descritos.
Estas previsiones y diferencias se realizan por regiones y países importantes
del mundo, según su pertenencia o no a la OCDE con proyecciones de la probable
evolución hasta el año 2030. (Leyenda: OCDE
No – OCDE)
CUADRO 1
Población del mundo (millones de habitantes)
Región / País |
Historia |
Proyecciones de variación real |
Variación (% anual) |
|
1990 |
2003 |
2010 |
2015 |
2020 |
2025 |
2030 |
2003-2030 |
Estados Unidos |
254 |
291 |
310 |
324 |
337 |
351 |
365 |
0,8 |
Canadá |
28 |
32 |
34 |
35 |
36 |
38 |
39 |
0,8 |
México |
84 |
104 |
113 |
119 |
125 |
129 |
133 |
0,9 |
OCDE Europa |
497 |
530 |
543 |
550 |
555 |
559 |
562 |
0,2 |
Japón |
124 |
128 |
128 |
128 |
127 |
125 |
123 |
-0,2 |
Corea del Sur |
43 |
47 |
49 |
49 |
49 |
49 |
49 |
0,1 |
Australia / N. Zel. |
20 |
24 |
25 |
27 |
28 |
29 |
30 |
0,9 |
Rusia |
148 |
145 |
140 |
137 |
133 |
129 |
125 |
-0,5 |
Otros Euroasia |
200 |
198 |
198 |
198 |
197 |
196 |
193 |
-0,1 |
China |
1155 |
1299 |
1355 |
1393 |
1424 |
1441 |
1446 |
0,4 |
India |
849 |
1070 |
1183 |
1260 |
1332 |
1395 |
1449 |
1,1 |
Otros Asia |
743 |
946 |
1054 |
1129 |
1202 |
1271 |
1335 |
1,3 |
Medio Oriente |
137 |
187 |
216 |
238 |
260 |
281 |
301 |
1,8 |
África |
636 |
869 |
1007 |
1115 |
1228 |
1344 |
1463 |
2,0 |
Brasil |
149 |
181 |
198 |
209 |
219 |
228 |
236 |
1,0 |
Otros Latinoamérica |
210 |
260 |
287 |
306 |
323 |
339 |
354 |
1,1 |
Total
OECD
|
1050 |
1156 |
1203 |
1232 |
1257 |
1280 |
1300 |
0,4 |
Total Non-OECD |
4228 |
5156 |
5638 |
5986 |
6319 |
6626 |
6903 |
1,1 |
Total
Mundial |
5278 |
6312 |
6841 |
7217 |
7576 |
7906 |
8203 |
1,0 |
(Fuentes/ Sources): United
States: Annual Energy Outlook 2006, DOE/EIA-0383(2006) (Washington, DC,
February 2006), AEO2006 National Energy Modeling System, run
AEO2006.D111905A, web site www.eia.doe.gov/oiaf/aeo/. Other Countries:
United Nations, Population Division of the Department of Economic and
Social Affairs of the United Nations Secretariat, World Population. |
(Perspectivas/ Prospects):
The 2004 Revision and World Urbanization Prospects (February 25, 2005),
web site https://esa.un.org/unpp. |
CUADRO 2
Emisiones del bióxido de carbono (CO2)
(millones de toneladas
métricas de CO2) (M-Tm CO2)
Región / País |
Historia |
Proyecciones de variación real |
Variación (% anual) |
|
1990 |
2003 |
2010 |
2015 |
2020 |
2025 |
2030 |
2003-2030 |
Estados Unidos |
4978 |
5796 |
6365 |
6718 |
7119 |
7587 |
8115 |
1,3 |
Canadá |
474 |
596 |
683 |
753 |
799 |
839 |
873 |
1,4 |
México |
300 |
405 |
457 |
526 |
595 |
670 |
747 |
2,3 |
OCDE Europa |
4089 |
4264 |
4474 |
4632 |
4741 |
4909 |
5123 |
0,7 |
Japón |
1011 |
1206 |
1200 |
1228 |
1218 |
1214 |
1219 |
0,0 |
Corea del Sur |
234 |
470 |
608 |
675 |
723 |
781 |
843 |
2,2 |
Australia / N. Z. |
291 |
415 |
462 |
487 |
515 |
545 |
576 |
1,2 |
Rusia |
2334 |
1606 |
1799 |
1949 |
2117 |
2246 |
2374 |
1,5 |
Otros Euroasia |
1859 |
1118 |
1314 |
1495 |
1641 |
1801 |
1978 |
2,1 |
China |
2241 |
3541 |
5857 |
7000 |
8159 |
9349 |
10716 |
4,2 |
India |
578 |
1023 |
1369 |
1592 |
1799 |
2008 |
2205 |
2,9 |
Otros Asia |
807 |
1508 |
1853 |
2161 |
2449 |
2756 |
3062 |
2,7 |
Medio Oriente |
704 |
1182 |
1463 |
1647 |
1811 |
1987 |
2177 |
2,3 |
África |
649 |
893 |
1188 |
1363 |
1477 |
1593 |
1733 |
2,5 |
Brasil |
220 |
348 |
423 |
469 |
508 |
559 |
610 |
2,1 |
Otros Latinoamérica |
453 |
659 |
847 |
967 |
1078 |
1199 |
1323 |
2,6 |
Total OECD |
11378 |
13150 |
14249 |
15020 |
15709 |
16545 |
17496 |
1,1 |
Total Non-OECD |
9846 |
11878 |
16113 |
18643 |
21039 |
23500 |
26180 |
3,0 |
Total Mundial |
21223 |
25028 |
30362 |
33663 |
36748 |
40045 |
43676 |
2,1 |
(Proyecciones /Projections):
EIA, Annual Energy Outlook 2006, DOE/EIA-0383(2006) (Washington, DC,
February 2006), AEO2006 National Energy Modeling System, run
AEO2006.D111905A, web site www.eia.doe.gov/oiaf/aeo/; and System for the
Analysis of Global Energy Markets (2006). |
(Fuentes / Sources): History:
Energy Information Administration (EIA), International Energy Annual
2003(May-July 2005) |
CUADRO 3
Emisiones mundiales de CO2 per cápita (toneladas métricas de CO2
/ habitante)
Región / País |
Historia |
Proyecciones de variación real |
Promedio Variación (% anual) |
|
1990 |
2003 |
2010 |
2015 |
2020 |
2025 |
2030 |
2003-2030 |
Estados Unidos |
19,6 |
19,9 |
20,5 |
20,7 |
21,1 |
21,6 |
22,2 |
0,4 |
Canadá |
16,9 |
18,6 |
20,1 |
21,5 |
22,2 |
22,1 |
22,4 |
0,7 |
México |
3,6 |
3,9 |
4,0 |
4,4 |
4,8 |
5,2 |
5,6 |
1,3 |
OCDE Europa |
8,2 |
8,0 |
8,2 |
8,4 |
8,5 |
8,8 |
9,1 |
0,4 |
Japón |
8,2 |
9,4 |
9,4 |
9,6 |
9,6 |
9,7 |
9,9 |
0,2 |
Corea del Sur |
5,4 |
10,0 |
12,4 |
13,8 |
14,8 |
15,9 |
17,2 |
2,0 |
Australia / N. Z. |
14,6 |
17,3 |
18,5 |
18,0 |
18,4 |
18,8 |
19,2 |
0,4 |
Rusia |
15,8 |
11,1 |
12,9 |
14,2 |
15,9 |
17,4 |
19,0 |
2,0 |
Otros Euroasia |
9,3 |
5,6 |
6,6 |
7,6 |
8,3 |
9,2 |
10,2 |
2,2 |
China |
1,9 |
2,7 |
4,3 |
5,0 |
5,7 |
6,5 |
7,4 |
3,7 |
India |
0,7 |
1,0 |
1,2 |
1,3 |
1,4 |
1,4 |
1,5 |
1,8 |
Otros Asia |
1,1 |
1,6 |
1,8 |
1,9 |
2,0 |
2,2 |
2,3 |
1,4 |
Medio Oriente |
5,1 |
6,3 |
6,8 |
6,9 |
7,0 |
7,1 |
7,2 |
0,5 |
África |
1,0 |
1,0 |
1,2 |
1,2 |
1,2 |
1,2 |
1,2 |
0,5 |
Brasil |
1,5 |
1,9 |
2,1 |
2,2 |
2,3 |
2,5 |
2,6 |
1,1 |
Otros Latinoamérica |
2,2 |
2,5 |
3,0 |
3,2 |
3,3 |
3,5 |
3,7 |
1,4 |
Total OECD
|
10,8 |
11,4 |
11,8 |
12,2 |
12,5 |
12,9 |
13,5 |
0,7 |
Total Non-OECD |
2,3 |
2,3 |
2,9 |
3,1 |
3,3 |
3,5 |
3,8 |
1,9 |
Total Mundial
|
4,0 |
4,0 |
4,4 |
4,7 |
4,9 |
5,1 |
5,3 |
1,1 |
Resumen de los resultados y previsiones de la dinámica
real en las emisiones de CO2
(1990 - 2030)
Los cuadros expuestos hasta ahora reflejan la tendencia, más que probable, de la
evolución del número de habitantes y de las emisiones de CO2, en los
ámbitos referidos
En este apartado se pueden destacar las siguientes consideraciones:
1. La población, crece más en los países pobre que en los ricos excepto China
que tiene un crecimiento moderado.
2. Con la excepción de Rusia las emisiones de CO2 crecen más en los
países de la No – OCDE que en los de la OCDE
3. En el total mundial las emisiones de CO2 previstas para el 2030,
con 43.676 millones de toneladas anuales, duplicaría las emisiones del año 1990.
No obstante, la ratio de emisiones de CO2 per capita aunque crecería
en los países de la No – OCDE por encima de la OCDE, la diferencia de emisiones
per cápita entre los países de la OCDE y No – OCDE seguiría siendo muy grande,
por ejemplo: Estados Unidos tendría una ratio en el 2030 de 22,2 toneladas de
emisión de CO2 por habitante, mientras que China tendría 7,4 es
decir, un tercio de las de Estados Unidos.
CUADRO 4
Tm de CO2/h/año hasta el
2003, y proyección de la variación necesaria de emisión teórica en Tm de
CO2/h/año desde el 2003 hasta el 2030 para igualar en ese año
las emisiones de CO2 de 1990 (21.223 M- Tm de CO2),
equivalente a un derecho de emisión de 2,59 Tm de CO2/h/año
para la población prevista en el 2030 |
Región / País |
Historia |
Proyecciones de objetivos |
Total variación necesaria
(M-Tm CO2) |
Variación en % necesaria |
|
1990 |
2003 |
2010 |
2015 |
2020 |
2025 |
2030 |
2003-2030 |
2003-2030 |
Estados Unidos |
19,6 |
19,9 |
15,4 |
12,2 |
9,0 |
5,8 |
2,59 |
-17,3 |
-670 |
Canadá |
16,9 |
18,6 |
14,5 |
11,5 |
8,5 |
5,6 |
2,59 |
-16,0 |
-620 |
México |
3,6 |
3,9 |
3,6 |
3,3 |
3,1 |
2,8 |
2,59 |
-1,3 |
-51 |
OCDE Europa |
8,2 |
8,0 |
6,6 |
5,6 |
4,6 |
3,6 |
2,59 |
-5,5 |
-211 |
Japón |
8,2 |
9,4 |
7,6 |
6,4 |
5,1 |
3,9 |
2,59 |
-6,8 |
-264 |
Corea del Sur |
5,4 |
10,0 |
8,1 |
6,7 |
5,3 |
4,0 |
2,59 |
-7,4 |
-287 |
Australia /N. Z. |
14,6 |
17,3 |
13,5 |
10,8 |
8,0 |
5,3 |
2,59 |
-14,7 |
-568 |
Rusia |
15,8 |
11,1 |
8,9 |
7,3 |
5,7 |
4,2 |
2,59 |
-8,5 |
-328 |
Otros Euroasia |
9,3 |
5,6 |
4,9 |
4,3 |
3,7 |
3,2 |
2,59 |
-3,1 |
-118 |
China |
1,9 |
2,7 |
2,7 |
2,7 |
2,6 |
2,6 |
2,59 |
-0,1 |
-5 |
India |
0,7 |
1,0 |
1,4 |
1,7 |
2,0 |
2,3 |
2,59 |
1,6 |
63 |
Otros Asia |
1,1 |
1,6 |
1,9 |
2,0 |
2,2 |
2,4 |
2,59 |
1,0 |
38 |
Medio Oriente |
5,1 |
6,3 |
5,4 |
4,7 |
4,0 |
3,3 |
2,59 |
-3,7 |
-144 |
África |
1,0 |
1,0 |
1,4 |
1,7 |
2,0 |
2,3 |
2,59 |
1,6 |
60 |
Brasil |
1,5 |
1,9 |
2,1 |
2,2 |
2,3 |
2,5 |
2,59 |
0,7 |
26 |
Otros Latinoamérica |
2,2 |
2,5 |
2,5 |
2,6 |
2,6 |
2,6 |
2,59 |
0,1 |
2 |
Total OECD |
10,8 |
11,4 |
9,1 |
7,5 |
5,8 |
4,2 |
2,59 |
-8,8 |
-340 |
Total Non-OECD |
2,3 |
2,3 |
2,4 |
2,4 |
2,5 |
2,5 |
2,59 |
0,3 |
11 |
Total Mundial |
4,0 |
4,0 |
3,6 |
3,4 |
3,1 |
2,8 |
2,59 |
-1,4 |
-53 |
CUADRO 5
M-Tm CO2 hasta el 2003, y
proyección de la variación necesaria de emisión de CO2 desde el
2010 hasta el 2030 para igualar en ese año las emisiones mundiales de CO2
de 1990 (21.223 M- Tm de CO2), equivalente a un derecho de
emisión de 2,6 (Tm de CO2/h/año) para la población prevista en
el 2030 |
Región / País |
Historia |
Proyecciones de objetivos |
Total variación necesaria (M-Tm CO2) |
Variación en % necesaria |
|
1990 |
2003 |
2010 |
2015 |
2020 |
2025 |
2030 |
2003-2030 |
2003-2030 |
Estados Unidos |
4978 |
5796 |
4538 |
3640 |
2741 |
1843 |
944 |
-4.852 |
-514 |
Canadá |
474 |
596 |
468 |
376 |
284 |
193 |
101 |
-495 |
-491 |
México |
300 |
405 |
389 |
378 |
367 |
355 |
344 |
-61 |
-18 |
OCDE Europa |
4089 |
4264 |
3535 |
3015 |
2495 |
1974 |
1454 |
-2.810 |
-193 |
Japón |
1011 |
1206 |
976 |
811 |
647 |
483 |
318 |
-888 |
-279 |
Corea del Sur |
234 |
470 |
381 |
317 |
254 |
190 |
127 |
-343 |
-271 |
Australia /N. Z |
291 |
415 |
328 |
265 |
203 |
140 |
78 |
-337 |
-435 |
Rusia |
2334 |
1606 |
1273 |
1036 |
798 |
561 |
323 |
-1.283 |
-397 |
Otros Euroasia |
1859 |
1118 |
958 |
843 |
728 |
614 |
499 |
-619 |
-124 |
China |
2241 |
3541 |
3593 |
3630 |
3667 |
3704 |
3741 |
200 |
5 |
India |
578 |
1023 |
1730 |
2235 |
2739 |
3244 |
3749 |
2.726 |
73 |
Otros Asia |
807 |
1508 |
2013 |
2373 |
2733 |
3094 |
3454 |
1.946 |
56 |
Medio Oriente |
704 |
1182 |
1077 |
1003 |
928 |
853 |
779 |
-403 |
-52 |
África |
649 |
893 |
1643 |
2178 |
2714 |
3250 |
3785 |
2.892 |
76 |
Brasil |
220 |
348 |
416 |
465 |
513 |
562 |
611 |
263 |
43 |
Otros Latinoamérica |
453 |
659 |
726 |
773 |
821 |
868 |
916 |
257 |
28 |
Total OECD |
11378 |
13150 |
10613 |
8800 |
6988 |
5176 |
3363 |
-9.787 |
-291 |
Total No-OECD |
9846 |
11878 |
13429 |
14536 |
15644 |
16752 |
17860 |
5.982 |
33 |
Total Mundial |
21223 |
25028 |
24042 |
23337 |
22632 |
21928 |
21223 |
-3.805 |
-18 |
Resumen de la hipótesis para una distribución equitativa de las emisiones de
CO2
En este apartado pueden destacar las siguientes consideraciones:
La disminución de emisión de CO2 por habitante entre el 2003 y el
2030 debiera ser muy importante en los países de la OCDE y Rusia, mientras que
en el resto de países sería pequeña. En el conjunto de la OCDE la disminución
media debiera alcanzar las 8,8 toneladas de CO2 por habitante y año
(un 340% menos), y en el conjunto de la NO – OCDE podría incrementares en 0,3
toneladas (un 11% más). Comparando Estados Unidos y China los países con
emisiones totales más importantes, en Estados Unidos, la disminución media
debiera ser de 17,3 toneladas de CO2 por habitante y año (un 670%
menos), mientras que en China, la disminución media debiera ser de 0,1 toneladas
de CO2 por habitante al año (un 5% menos).
Considerando las emisiones totales, para situarse en un nivel de emisión mundial
total que no superase los 21.223 millones de toneladas de 1990, y que a su vez
la media de emisión per capita no superase en ningún país las 2,59 toneladas de
CO2 por habitante y año para el 2030, en el ámbito de la OCDE la
disminución desde el 2003 al 2030 debiera ser de 9.787 millones de toneladas de
CO2 ( un 291% menos), pudiendo incrementarse en los países de la No –
OCDE en 5.982 millones de toneladas (un 33% más). Comparando, de nuevo, Estados
Unidos y China, en Estados Unidos, la disminución total debiera ser de 4.852
millones de toneladas de CO2 (un 514% menos), mientras que en China,
podría incrementar su emisión total para el 2030 respecto del 2003 en 200
millones toneladas de CO2 (un 5% más).
Compaginar, pues, la distribución igualitaria del derecho de emisión de CO2
de todos los habitantes del Planeta cumpliendo el objetivo de reducir las
emisiones de CO2 a los 21.223 millones de toneladas de 1990, supone
asumir que la responsabilidad de reducción de emisiones la tienen los países de
la OCDE.
Por ello, los argumentos de reducción de emisiones sin tener en cuenta este
criterio es un argumento que lleva a impedir el desarrollo de los países pobres
mientras que los países ricos destrozan el medio ambiente.
De cualquier manera, el objetivo de una distribución equitativa per cápita de
las emisiones de CO2, no dejan de ser buenas intenciones (mostradas
aquí para ver el grado de responsabilidad de los que contaminan) pero la
tendencia del modelo de desarrollo económico mundial vigente liderada por los
países ricos lleva a que las emisiones de CO2 a la atmósfera
dupliquen las de 1990. Si bien la crisis económica iniciada en el año 2008 puede
aminorar en parte las emisiones, ello no cambia sustancialmente la dinámica de
incremento de emisiones como consecuencia del vigente sistema económico mundial.
4. Conclusiones
Actualmente la dependencia energética mundial de los combustibles está en torno
a un 80%. El volumen mundial de emisiones de CO2 a la atmósfera pasó
de los 21.500 millones de toneladas en el año 1990, a 28.500 en el año 2005 (año
de la entrada en vigor del protocolo de Kioto) y a 29.900 millones de toneladas
en el año 2007, lo que evidencia el relativo fracaso de dicho acuerdo.
La capacidad de absorción de los sumideros naturales como océanos y bosques se
sitúa entre los 11.000 y los 12.000 millones de toneladas de CO2, es
decir, para mantener un equilibrio natural en los límites de la sociedad
preindustrial, el total de emisiones no debiera superar los 12.000 millones de
toneladas de CO2, que vendría a ser el 50% del volumen de
emisiones del año 1990.
Al actual ritmo de consumo energético mundial derivado de los combustibles
fósiles, las reservas probadas de Petróleo y Gas Natural
pueden durar hasta mediados del siglo XXI y las de Carbón hasta finales
del mismo.
En la época preindustrial el CO2 en el aire atmosférico era de 280
partes por millón y en el año 2008 fue de 385 partes por millón. La
externalización del conjunto del carbono que contienen los combustibles fósiles
de las reservas probadas teniendo en cuenta, por una parte, que su agotamiento
se va a producir en el presente siglo y, por otra, que la capacidad de absorción
de los sumideros naturales (12.000 millones de toneladas de CO2
anuales), las partes por millón de CO2 que el aire atmosférico
podrían llegar alcanzar al término de las reservas probadas de combustibles
fósiles sería de 600 partes por millón. Este incremento del CO2
atmosférico supondría un incremento en el forzamiento radiativo de los 11 W/m2
del año 1999, a 18 W/m2, al final del siglo XXI, frente a los 8 W/m2
de la época preindustrial.
El desarrollo de energías alternativas a los combustibles fósiles, aunque se
desarrollaran hasta conseguir una sustitución de los mismos del actual 20% a un
50%, no va a evitar que la externalización del todo el carbono de los
combustibles fósiles de las reservas probadas mundiales de Petróleo,
Gas Natural y Carbón se realicen en el presente siglo. Este
agotamiento de las reservas, estará en función del grado de sustitución del
conjunto de fuentes energéticas primarias, pero su oscilación máxima se puede
situar entre lo 20 y los 30 años; por lo que: 1º debido a la longevidad del CO2
en el aire atmosférico, y 2º la limitada capacidad de captura de los sumideros
naturales de CO2, la variación del forzamiento radiativo expresado en
W/m2 no va a ser muy diferente si el agotamiento de las reservas se
produce a mediados de la segunda mitad del presente siglo o a finales del
mismo.
Por lo tanto, la implementación de energías alternativas a los combustibles
fósiles, puede servir para paliar la carencia energética derivada del progresivo
agotamiento de los combustibles fósiles, pero en ningún caso va a evitar la
externalización ambiental del carbono de todos los combustibles fósiles en un
plazo de tiempo suficiente para revertir el creciente efecto invernadero que
puede llevar a un cambio térmico climático de consecuencias impredecibles.
La política de implementación de otras energías, hay que contemplarla, pues,
como alternativa de sustitución al agotamiento de los combustibles fósiles, y es
un autoengaño considerarlas como base para frenar el efecto invernadero.
Para evitar la emisión masiva de de CO2 a la atmósfera solo
cabe hacerlo mediante la implementación a escala planetaria de sumideros
artificiales de CO2, pero ello implicaría un encarecimiento de
costes a la producción de 0,01 a 0,05 dólares por kw/h y, por lo tanto, iría en
contra del principio económico de considerar la externalización de gases de
efecto invernadero como una ventaja de disminución de costes para el intercambio
comercial.
Cambiar esa perversión económica de hallar ventajas comerciales en la
externalización de costes podría ser viable si todos los países del mundo
aceptaran la desviación de recursos económicos para la implementación de
sumideros artificiales de CO2, pero tal
medida no es posible acometerla sin abordar previamente la integración política
y económica mundial para armonizar el desarrollo económico de toda la humanidad
con el medioambiente.
No obstante, a pesar de que no queda mucho tiempo para
abordar una política mundial de implementación de sumideros de CO2,
el vigente orden político económico mundial esta muy lejos de aproximarse a una
visión de ese calibre, y las potencias fuertemente desarrolladas siguen
enrocadas en su propio superdesarrollo, sustentado en la filosofía nacionalista
de los siglos XVIII y XIX, de la “Riqueza de las Naciones”, cuando el
desarrollo económico mundial que precisa la humanidad para la satisfacción de
sus necesidades básicas dentro de una armonía medioambiental, ya no es posible
con planteamientos decimonónicos, sino que debe estar sustentado en nuevos
valores políticos superadores del marco de las soberanías políticas nacionales.
El mundo necesita cambiar, pero actualmente no existen las
fuerzas subjetivas ideológicas y políticas mundiales capaces de hacerlo. Sino se
produce ese cambio cualitativo en la dirección mundial, para cambiar la forma de
como disminuir las emisiones de CO2, es previsible que
las políticas energéticas determinadas por el modelo político económico mundial
se aparten muy poco de las que se vienen desarrollando hasta ahora, por lo que
la brecha entre desarrollo económico y equilibrio medioambiental será cada vez
mayor.
------- ------
Javier Colomo Ugarte
Doctor en Geografía e Historia
|