Tendencias geopolíticas
Los ministros de
Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, de India Sushma Swaraj, y de Rusia,
Serguei Lavrov, en el encuentro celebrado en Beijing durante los días uno y dos
de febrero del 2015 acordaron un documento de 30 puntos, entre los que destacan:
1. el impulso a la interconectividad del
espacio euroasiático para una mayor integración económica de la región; 2. la
reforma del sistema financiero internacional para finales del presente año,
enfocada en la implementación de la Reforma
de Cuotas y Gobernanza del FMI
acordadas en 2010 en el G20; 3. la coordinación de los tres países para impulsar
una reforma integral de la ONU, incluyendo a su Consejo de Seguridad, de modo
que los países en desarrollo estén mejor representados; 4. La coordinación en la
lucha contra todo tipo de terrorismo y en todas partes por igual; 5. la
celebración solemne y conjunta en 2015 del 70º aniversario de la victoria en la Segunda
Guerra Mundial contra el fascismo
y la fundación de las Naciones Unidas. Los ministros decidieron celebrar la
próxima reunión trilateral en Rusia en la segunda mitad de 2015.
En la misma
fecha, en Washington, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propondría
un paquete presupuestario de defensa de 534.000 millones para el año fiscal
2016, que supone un incremento de 38.200 millones de dólares respecto del
presupuesto aprobado por el Congreso para el año fiscal 2015.
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La diferente
naturaleza de ambos eventos políticos queda reflejada en las diferentes
propuestas de unos y otros, y marca la orientación geopolítica de las potencias
respectivas, las de quienes apuestan por un mundo nuevo de paz, soberanía e
integración económica y social, y la de quienes basados en su fortaleza militar
pretenden mantener su estatus hegemónico político y económico mundial.
El presupuesto
militar de EEUU, duplica el de China, India y Rusia juntos, y su incremento para
el año fiscal 2016 significa que, ante la creciente influencia política y
económica de los países emergentes, EEUU apuesta por su rearme para la
contención de sus adversarios.
Rusia y China no
tienen desplegadas fuerzas militares fuera de su territorio, por lo que su
estrategia y gastos militares son defensivos y de contraataque. Sin embargo,
EEUU tiene unos 150.000 militares desplegados en diferentes países,
principalmente en Alemania, Oriente Medio, Japón y Corea del Sur, lo que supone
un enorme gasto adicional para mantener su estrategia de dominación global.
Para EEUU, el
fracaso en las guerras de ocupación de Irak y Afganistán ha supuesto un cierre
histórico a
sus invasiones terrestres duraderas, y su estrategia
de la dominación contra sus adversarios geopolíticos ha pasado a sustentarse en:
1. la guerra económica; 2. el apoyo a movimientos políticos no patrióticos y
pro-estadounidenses, y 3. la instrumentalización de terceros países para
confrontarlos contra sus oponentes, siendo el actual conflicto de Ucrania donde
EEUU ensaya todas estas tácticas a la vez contra Rusia.
En esta nueva
estrategia, EEUU, precisa de un mayor control de sus socios internacionales lo
que le otorga una mayor ascendencia sobre los mismos en su doctrina de dirigir
desde atrás la confrontación
contra terceros, reservándose en última instancia su enorme poderío militar ante
una posible escalada militar en un hipotético escenario de confrontación
internacional.
No obstante, el
margen de maniobra política y militar internacional de EEUU se viene reduciendo,
no solo por la imposibilidad de recurrir a la invasión terrestre de forma
prolongada, sino debido al debilitamiento de su dominio neocolonial de los
países en desarrollo ante el auge soberanista de los mismos, particularmente en
América Latina, que le ha obligado a iniciar una maniobra de aproximación hacía
esta región con el establecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba y que
tratará de recomponer sus maltrechas relaciones con la mayoría de los países de
América Latina en la próxima cumbre
de las Américas a celebrar en
abril de este año.
La fuerza de la
unidad de los países BRICS y de todos aquellos países acosados por EEUU, está
creando un mundo paralelo al del tradicional dominio occidental de centro
periferia, siendo China uno de los países que permiten fundamentar la
cohesión de las relaciones Sur-Sur y romper con esa histórica relación, por
lo que su papel en el escenario internacional cobra progresivamente una
dimensión más relevante.
Esta nación está favoreciendo la unión de los países de América Latina, como se
vio en la reciente cumbre China-CELAC; está estimulando al desarrollo compartido
con los países de África Central y Austral en una relación que data de varias
décadas, y está contribuyendo a la formación del espacio económico euroasiático
con el impulso a la interconectividad del
mismo, en el que Rusia y la India juegan un papel decisivo.
Una vez que los
países BRICS han irrumpido en el escenario de los países en desarrollo como
articuladores de sus economías, EEUU no puede cambiar la tendencia general hacia
una mayor soberanía de los países en desarrollo con integración económica y
social, pero Occidente no puede sustraerse a su tradición de dominación pues su
modelo económico se ha venido sustentando en el colonialismo y posteriormente en
el neocolonialismo.
La lucha de EEUU
es una lucha contra la corriente de la historia de los países donde habita la
mayoría de la humanidad que aspira a su prosperidad soberana, y es lo que ha
hecho que su estrategia esté plagada de fracasos, porque todos sus intentos de
dominación han acabado en la destrucción de naciones enteras como Irak,
Afganistán y Libia, y en la desestabilización de toda la región del Oriente
Medio.
Su estrategia
actual de confrontación está escalando, pasando de estar centrada en el Oriente
Medio a priorizar la contención de China y Rusia, comenzando por Rusia. El
camino ya estaba trazado por los estrategas estadounidenses pues en la campaña
electoral del 2012 el candidato republicano Mitt Romney ya señalaba a Rusia como
el principal enemigo de EEUU, una tesis a la que el presidente Obama se ha
sumado. La confrontación de EEUU contra Rusia que ha tomado un carácter
virulento en Ucrania se basa en la instrumentalización de ese país como ariete
contra Rusia, apoyándose en las ambiciones del grupo de oligarcas de Kiev que
ven en su adhesión a Occidente un futuro donde colocar sus fortunas, alimentando
una guerra en la que no caben vencedores sino un país sumido en la ruina y la
devastación, pero ese escenario le va bien a EEUU, pues, mientras persista la
inestabilidad presiona a Rusia y alinea en su guerra económica contra Rusia a
los países de la UE. En esta lucha, tal vez la paz en Ucrania, ante la falta de
voluntad política de una solución negociada por parte de Kiev, tenga que ser
impuesta por la rebelión de la ciudadanía que apoyó a los actuales dirigentes de
Kiev y la derrota militar en la región de Donbass.
La estrategia de
confrontación contra Rusia esta orientada a intentar crear unas condiciones
internas en Rusia que permitan un cambio de poder, pues la reposición en el
poder de los antiguos oligarcas apátridas le permitiría a EEUU, erosionar el
grupo BRICS, controlar los recursos energéticos de Rusia y con el control que a
su vez ejerce sobre Arabia Saudita, condicionar el desarrollo de China y
debilitarla internacionalmente. Un plan éste que no tiene ningún porvenir, pues
la reacción de la ciudadanía rusa es de cerrar filas con sus dirigentes ante la
agresión externa, y la reacción de los principales aliados de Rusia,
principalmente de China y de los países BRICS, caminan en la misma dirección, y
tanto Rusia como China pueden seguir con su política de reformas para la
modernización de sus economías, lo que en unos años les situará en una posición
ventajosa en el panorama internacional.
EEUU seguirá
llevando inestabilidad y guerra a diferentes partes del planeta, pero no puede
ir más allá. Solamente tiene el recurso de una conflagración internacional, pero
desde el punto de vista militar el desarrollo armamentístico en defensa y
contraataque tanto de Rusia como de China, hace inviable el plan estadounidense
de Ataque Global Inmediato,
para desarmar con un golpe rápido nuclear a Rusia y China.
Un escenario de
esas características es mejor no imaginar, pero los que siguen invirtiendo en
sofisticadas armas hipersónicas de defensa y ataque nuclear si lo consideran
probable. Unos planes de guerra que la humanidad debiera erradicar porque es la
única amenaza existente que puede convertir en cuestión de horas en polvo
radiactivo a las naciones involucradas en una conflagración nuclear. Por ello, acabar
con los focos de guerra y las tensiones entre grandes potencias es la cuestión
primera para el mantenimiento de la paz mundial