14/11/2012
NOTICIA. Por
vigésimo primer año consecutivo, la Asamblea General de la ONU reiteró
su demanda por el levantamiento del bloqueo económico, comercial y
financiero implantado por Estados Unidos contra Cuba hace medio siglo
El bloqueo
de EEUU a Cuba
La
resolución contra el embargo estadounidense a Cuba fue aprobada por la
Asamblea General de la ONU, 188 naciones votaron a favor de levantar el
embargo estadounidense a la isla, tres naciones votaron por mantener el
mismo (Estados Unidos, Israel y Palau) y dos se abstuvieron (Islas
Marshall y Micronesia). El texto, significativamente destaca la
importancia del respeto estricto a los principios de la Carta de la
ONU al que se deben las naciones, entre ellos la igualdad soberana de
los Estados, la no intervención y no injerencia en sus asuntos internos
y la libertad de comercio y navegación internacionales, condenando
coherentemente por ello la Ley Helms-Burton de 1996 de EEUU por
contravenir tales principios de la ONU.
El
canciller cubano Bruno Rodríguez expresó antes de la votación "la firme
voluntad de Cuba de avanzar hacia la normalización de relaciones con los Estados
Unidos", y propuso una "agenda para un diálogo bilateral" entre
Washington y La Habana para alcanzar la normalización de relaciones con los
Estados Unidos, mediante un diálogo respetuoso, sin condiciones previas, sobre
bases recíprocas y de igualdad soberana.
El número
de condenas que registra la ONU contra la medida de EEUU de continuar con el
asedio desde hace medio siglo a
la isla caribeña, coincide con el número de años que, tras la disolución de la
antigua URSS, finalizó la Guerra Fría, y con ello Cuba dejó de estar alineada en
el bloque soviético. Resulta incomprensible después de la desaparición hace 21
años de los bloques militares declarados mutuamente enemigos, que EEUU persista
en una táctica de asedio contra
Cuba, rechazada incluso en las reglas de la guerra, por el ensañamiento que
entraña contra la población civil.
Las
justificaciones propagandísticas de esta tropelía se basan en el supuesto
derecho arrogado de EEUU para acosar o atacar a los países que no se someten a
sus dictados bajo eufemismos como la
lucha por la libertad fuera de sus fronteras; argumento propagandístico que
tal vez podrá convencer a una parte de la sociedad estadounidense pero
que, salvo al régimen israelita que también practica el
asedio contra los palestinos de
Gaza, no sirve ni convence al resto de naciones del mundo por contravenir
flagrantemente los principios fundacionales de la ONU, lo cual demuestra el
escaso respeto que EEUU tiene por los mismos.
Desde el
punto de vista de las razones políticas de EEUU para persistir en el bloqueo
cubano, tienen que ver con la tutela política que EEUU ha venido protagonizando
sobre los países de América Latina. El bloqueo a Cuba ha sido el castigo puesto
al país tutelado díscolo que dejo de serlo y, en la mente de los estrategas
estadounidenses que se creen rectores de naciones, se hacia necesario tal
bloqueo para escarmentar en cabeza ajena a otros posibles candidatos a
rebelarse; pero tal medida no ha parecido surtir efecto, pues, en los últimos
años otros países Latinoamericanos particularmente Venezuela, Ecuador y Bolivia
se han emancipado de la tutela de EEUU y, por ello, la propaganda mediática
estadounidense ha redoblado las infamias contra estos países calificándolos de
totalitarios, cuando objetivamente sus sistemas electorales aventajan
democráticamente al oscurantista y decimonónico sistema electoral de EEUU de
compromisarios para elegir presidente.
Los medios
de comunicación Occidentales siguen anclados en el esquema de la guerra
fría de demonizar a toda nación
que no se subordine a EEUU, y de ocultar o minimizar todas las noticias que
pueden dañar la imagen de EEUU, como la presente condena por la Asamblea General
de la ONU por su bloqueo a Cuba. Este tratamiento mediático es inquietante,
pues, la reciente historia de la humanidad demuestra que lo más peligroso para
justificar la barbarie, es la indiferencia de los pueblos ante los abusos de sus
gobernantes contra otras naciones, aunque en algunos casos, como pasó con la
guerra de Vietnam el pueblo de EEUU reaccionó positivamente contra la misma.
En los
últimos años, a pesar de que los países Latinoamericanos han ido avanzando en
afirmar su personalidad alejados de la tutela estadounidense y que ha tenido,
hasta ahora, su máxima expresión política con la constitución de la Unión de
Naciones Suramericanas (UNASUR) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC),
no se ha avanzado mucho en la oposición al bloqueo estadounidense a Cuba. Si
bien la condena es unánime por parte de estos organismos políticos, no se ha ido
más allá de la misma.
Toda
organización política regional de naciones se construye y se afirma en base a
dos principios fundamentales, por una parte, el fortalecimiento de las
relaciones entre sus estados miembros, y por otra, con la defensa colectiva de
todos sus miembros frente a la agresión externa que pueda sufrir uno de sus
miembros. En el caso de la CELAC, Cuba pertenece a esta organización política, y
aunque la misma está en proceso de formación, tiene su principal prueba de fuego
para demostrar su naturaleza solidaria latinoamericana en las medidas que pueda
adoptar contra EEUU por su sistemático ataque político y comercial contra uno de
sus miembros como es Cuba.
Se debe
avanzar en medidas efectivas que hagan reflexionar seriamente a EEUU para que
desista del anacrónico y cruel bloqueo a Cuba, sobre todo porque hasta ahora,
tras 21 años de condenas por la Asamblea General de la ONU, ha quedado
evidenciado que EEUU no atiende a razones democráticas internacionales, por lo
tanto, la CELAC tendría que hacer de la resolución de este contencioso el primer
punto de su agenda, pues mientras no se resuelva, sus fundamentos como
organización seguirán siendo débiles.
Al bloque
latinoamericano le falta todavía recorrido histórico en
la compresión de la importancia de la dignificación política como bloque en
sus relaciones internacionales, en las que la firme oposición a la humillación
que sufre Cuba por el bloqueo estadounidense y por la Posición
Común adoptada por la UE contra
esta nación, debiera formar parte en toda agenda internacional donde los
representantes latinoamericanos como bloque estén
representados.
La cumbre
Iberoamericana que se celebra en Madrid los días 16 y 17 del presente mes en
Cádiz mostrará la carencia de una posición
común latinoamericana al
respecto. Esta cumbre de jefes de Estado, que rutinariamente se viene celebrando
todos los años, no tendrá en el orden del día la condena al bloqueo
estadounidense y a la Posición
Común de la UE contra Cuba. El
formato de la cumbre seguirá el guión establecido por España para dar lustre a
la monarquía española presentándola como líder paternalista de las antiguas
colonias imperiales.
Latinoamérica, después de siglos de dominación colonial por España y Portugal y
décadas de explotación neocolonial por parte de EEUU, no termina de emanciparse
mentalmente.
Sería
deseable que en la próxima cumbre de la CELAC esta organización adoptara una Posición
Común inequívoca sobre Cuba que
contrarreste la Posición Común de
la UE sobre este país y advierta a EEUU del peligro para mantener unas buenas
relaciones con los países latinoamericanos, su persistencia en mantener el
bloqueo a Cuba.
Un paso
éste, necesario para situar a Latinoamérica en el escenario internacional como
un bloque que
debe ser respetado.