18/09/2013
NOTICIA. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, canceló su
visita oficial a Estados Unidos, prevista para el 23 de octubre.
El valor de la soberanía
El 17/09/2013 en un
comunicado de la Presidencia de Brasil, Dilma Rousseff dio a conocer su
decisión de no celebrar la visita de Estado a EEUU prevista para el
23/10/2013 debido a que no recibió respuestas concretas de Washington
sobre las actividades de espionajes a ciudadanos de Brasil. El
comunicado señala "Dada la proximidad de la visita de Estado prevista
para Washington -y ante la falta de una investigación oportuna de los
hechos, con las explicaciones correspondientes y el compromiso de cese
de la actividad de interceptación- no están dadas las condiciones para
la realización de la visita en la fecha previamente acordada". “Brasil
entiende la importancia y la diversidad de la relación bilateral basada
en el respeto y la confianza mutua, pero considera que las prácticas de
interceptación ilegal de las comunicaciones y datos de los ciudadanos y
las empresas son una amenaza seria a la soberanía y los derechos
individuales”. “Se trata de una actividad que es incompatible con
la convivencia democrática entre los países que aspiran a ser amigos”
“El gobierno brasileño espera que una vez resuelta la cuestión del
espionaje, el país reciba respuestas concretas, la visita de Estado
tendrá lugar tan pronto como sea posible”.
La decisión se tomó después
de que el canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo Machado, se reuniera con
la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Susan Rice, en
Washington, y no recibiera una respuesta clara y escrita sobre el espionaje a
Rousseff, sus asesores y a la compañía Petrobras. En la posterior conversación
mantenida entre Obama y Rousseff tampoco EEUU se avino a satisfacer las
exigencias de Brasil.
La decisión de la presidenta
Dilma Rousseff de aplazar su visita oficial a Estados Unidos por falta de
respuestas a las denuncias de espionaje recibió el respaldo de senadores de
bloques aliados y de oposición al gobierno federal
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La significación de la
soberanía es uno de los valores en alza en Sudamérica y la presidenta Rousseff
lo tiene muy asumido. Viajar a EEUU con el estigma de la humillación de haber
sido espiada, sería tanto como aceptar unas relaciones de servidumbre de Brasil
a EEUU, y eso para Brasil y la mayoría de los brasileños sería una afrenta a la
soberanía nacional.
Una percepción muy diferente
de la de los países europeos que sus dirigentes y la mayoría de la ciudadanía a
pesar de haber sido espiada ya tienen interiorizado y asumido su papel de
servidumbre a EEUU. Ninguno de los gobiernos y países europeos espiados por EEUU
han tomado ninguna decisión política en contra de EEUU, limitándose a pedir
explicaciones sin ningún tipo de medida punitiva que hubiera podido llevar a que
EEUU desistiera de sus programas de espionaje. Y sería inimaginable que un jefe
de Estado europeo hubiera tomado una decisión como la adoptada por Brasil.
El gobierno brasileño tendrá
que esperar tiempo para que se den las condiciones de un encuentro entre jefes
de Estado en condiciones de igualdad y respeto a la soberanía, pues EEUU en
ningún momento ha manifestado interés por cancelar sus programas de espionaje.
De hecho Brasil, en previsión de la persistencia de EEUU en la intromisión del
ciberespacio brasileño, está tomando decisiones para protegerse del espionaje de
EEUU, entre las que se encuentran: la creación de un correo electrónico
nacional; el tendido de un cable submarino de fibra óptica directamente a Europa
sin pasar por EEUU y que una también a todas las naciones de América del Sur;
poner en órbita el primer satélite de comunicaciones nacional en 2016 para el
tráfico de Internet militar y público; aprobar un proyecto de ley que obligue a
las empresas extranjeras a almacenar los datos sobre sus clientes brasileños en
servidores nacionales; impulsar las inversiones en tecnología local, y comprar
solamente software y hardware que cumpla con las especificaciones del Gobierno
sobre privacidad de datos.
Los países sudamericanos
están encontrando el camino de su desarrollo a partir de la reafirmación de su
soberanía y su independencia de la tutela centenaria estadounidense, y Brasil
como potencia regional debe liderar ese camino conjuntamente con la UNASUR.
EEUU no ha renunciado a
revertir la situación política Latinoamericana y retrotraerla a la época del
siglo XX donde ejercía su tutelaje de la mano de oligarquías locales, y persiste
en sus planes desestabilizadores internos en países con gobiernos soberanistas e
intentando enfrentar a países como fue en el reciente pasado a Colombia y
Paraguay con Venezuela.
La UNASUR y MERCOSUR trabajan
por la integración política y económica regional y han declarado a Sudamérica
una región de Paz y Desarrollo y libre de armas de destrucción masiva
como las armas nucleares. No obstante, el acecho permanente de EEUU que codicia
poseer de nuevo el control de una región rica en recursos naturales deberá hacer
reflexionar a los países que constituyen la UNASUR que la defensa de su espacio
tiene que ser regional en una alianza estrecha de naciones.
El camino de la disuasión
para quienes por un lado dicen ser amigos, pero en la sombra conspiran
permanentemente contra los gobiernos de la región que no se someten a sus
dictados, hace necesario una doctrina defensiva regional que asegure la
soberanía sudamericana, base imprescindible para asegurar el camino de Paz y
Desarrollo.