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Autor

Seudónimo: Saint Just

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03/12/2016

NOTICIA. El 04/12/2016, serán depositadas las cenizas de Fidel Castro en el Cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, donde también reposa el Héroe Nacional José Martí.

 

Fidel Castro. El último universalista del siglo XX

Con la inhumación de las cenizas de Fidel Castro en el Cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, se darán por concluidos los actos oficiales de homenaje a la figura del líder cubano, fallecido el día 25/11/2016 a los noventa años de edad en La Habana. Durante toda la semana, millones de personas en Cuba han manifestado en las calles su afecto y solidaridad al líder de la revolución que puso fin en 1959 al régimen dictatorial de Fulgencio Batista y proclamó su independencia de la tutela estadounidense. Las muestras de solidaridad se han extendido también por todo el mundo, especialmente de los países de Latinoamérica y de los países que alcanzaron su emancipación colonial a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, particularmente los de África Austral. En el otro extremo, los dirigentes y principales medios de comunicación de EEUU y de los países de la OTAN han protagonizado una campaña de opiniones contra la figura del Fidel Castro.

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Fidel Castro al igual que Che Guevara, trascendieron los límites de la revolución Cubana y se convirtieron rápidamente en figuras universales. A ello contribuyó la particular situación de los países latinoamericanos sometidos de la mano de cruentas oligarquías al dictado estadounidense. La revolución cubana en las puertas de EEUU supuso un revulsivo para todos los movimientos de la izquierda latinoamericana. La lucha armada fue la salida que encontraron para acabar con las dictaduras que asolaban el continente. El ideal del cambio por vías políticas fue abortado en 1973 en Chile con el golpe de Estado protagonizado por el general Augusto Pinochet contra el presidente electo Salvador Allende, y ello reforzaría la convicción en los movimientos de izquierda de alcanzar el poder a través de las armas. La victoria del Frente Sandinista en 1979 contra la dictadura de los Somoza a través de la lucha armada pareció mostrar el camino.

Sin embargo, en la última década del siglo XX las dictaduras fueron dando lugar a gobiernos democráticos y los movimientos de izquierda se reciclaron a la lucha democrática pacífica consiguiendo en el presente siglo llegar a gobernar en varios países latinoamericanos, como: Brasil; Bolivia; Venezuela, Ecuador y Nicaragua. A esta nueva ola política se ha sumado recientemente en Colombia la guerrilla más longeva de América Latina: Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), habiendo suscrito y ratificado recientemente el acuerdo con el gobierno de Manuel Santos para el abandono de las armas y su reintegración a la vida política. Un acuerdo que ha tenido su escenario en Cuba y del que Fidel Castro ha sido uno de sus principales impulsores.

La historia de los últimos cincuenta años en Latinoamérica no es posible entenderla sin la influencia que tuvo la revolución cubana y su carismático líder Fidel Castro. El ideal de una segunda descolonización de América Latina para la emancipación de la tutela de EEUU y la integración política del continente latinoamericano tuvo su origen y desarrollo en los principios de la revolución cubana, y tiene en la actualidad su expresión política en la constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

En ese periodo, la izquierda latinoamericana ha transitado de la lucha armada al movimiento pacífico democrático, de la división entre naciones a los inicios de la unión. En ese recorrido, el pensamiento político de Fidel Castro ha estado presente, y tiene ya un calado sociopolítico que ha pesar de los reveses de algunos gobiernos de izquierda como en Brasil, o de los intentos desestabilizadores de EEUU en Venezuela, sustancialmente perdurará.

Todos los intentos por acabar con la revolución cubana, desde la fallida invasión en 1961, los intentos de asesinato de Fidel Castro y principalmente el boicot a Cuba durante más de medio siglo, no han conseguido rendir el espíritu soberano del pueblo cubano. El boicot de EEUU a Cuba por su esencia económica y la proximidad de Cuba a EEUU tiene carácter de asedio, el cual constituye una forma de guerra económica basada en el intento de rendición del enemigo por agotamiento de la población civil, táctica utilizada contra ciudades en la Edad Media, que llegó a ser denostado por las autoridades religiosas por su crueldad porque el mismo afectaba principalmente a los sectores más vulnerables de la sociedad. Quienes critican al gobierno cubano, ignoran que EEUU esta en guerra de agresión permanente contra Cuba, y que en una situación de guerra, aunque ésta sea asimétrica deben tomarse todas las medidas para defender la soberanía de la nación. La distensión política interna solo será posible cuando la guerra acabe, es decir cuando EEUU, deje de asediar a Cuba.

 

Otro escenario, en el que la figura de Fidel Castro ha pasado a ser un emblema de la lucha contra la opresión y el dominio colonial, ha sido el de las naciones del África Austral, particularmente Angola, y Sudáfrica. Los máximos mandatarios de estas dos naciones en el funeral de Fidel Castro mostraron su gratitud eterna a Cuba, Angola por la ayuda a su emancipación colonial, y Sudáfrica por haber contribuido decisivamente a acabar con el régimen del Apartheid en  la batalla de “Cuito Cuanavale, de la que Nelson Mandela llegaría a afirmar: “Cuito Cuanavale fue el viraje para la lucha de liberación de mi continente y de mi pueblo del flagelo del Apartheid“.

Entre noviembre de 1987 y junio de 1988 tendría lugar en Angola la batalla de "Cuito Cuanavale”, una de las más trascendentes después de la Segunda Guerra Mundial, que constituyó un punto de inflexión en la historia de África y determinó el fin del régimen supremacista blanco sudafricano. En los años ochenta del siglo XX la región del sur de África estaba en el centro de la Guerra Fría. Los gobiernos occidentales rechazaban en ese momento apoyar al Congreso Nacional Africano (CNA) y ayudaban al gobierno blanco de Sudáfrica. Los militares del gobierno del apartheid a partir de 1975 habían ocupado todo el sur de África intentado revertir la lucha por la independencia de los pueblos de esa región. Los angolanos con ayuda internacional cubana vencieron en esa batalla a las fuerzas del apartheid. A partir de ese momento, Pretoria negoció con los angolanos y namibios y condujo a la independencia de ambos países de la ocupación de las fuerzas del régimen de Pretoria. Después se iniciaron las negociaciones con el Congreso Nacional Africano que concluyeron con la liberación de Nelson Mandela y el fin del apartheid.

La figura de Fidel Castro que dirigió las operaciones militares en Angola y Namibia contra el ejército del régimen sudafricano del Apartheid, quedaría grabada en la historia de estas naciones. Su carisma internacional en América Latina y África aumentaría, los países en desarrollo verían en sus ideas de universalidad un camino a seguir.

 

Los últimos diez años de su vida Fidel Castro debido a problemas de salud los pasó apartado de la vida política, sin embargo, fue un periodo donde quizás sus reflexiones sobre el acontecer mundial se hicieron más universales, preocupado por los flagelos que azotan a la humanidad: hambre, analfabetismo y carencia de asistencia sanitaria en los países en desarrollo; la amenaza de una conflagración nuclear global, y el desafío que supone el cambio climático.

Fidel Castro mantuvo toda su vida un compromiso universal en favor de las luchas de emancipación colonial, y con los más desfavorecidos en los países en desarrollo con la exportación desde Cuba de maestros y médicos fuera de sus fronteras, un compromiso que hizo de él, el universalista más distinguido del siglo XX.

Los que ignoran su contribución al mundo, porque atenta contra su historia de ambiciones de dominio imperial, tratan de confinarlo a las fronteras de Cuba como un mandatario sectario y autoritario, pero la figura de Fidel Castro ha trascendido a Cuba y a su revolución y forma parte de los anhelos de libertad y justicia de los pueblos más desfavorecidos del mundo.

 

Sin lugar a dudas, Cuba sin Fidel Castro será otra, no porque sus mandatarios no sean consecuentes con el modelo de justicia social cubano, sino porque Cuba ya no será tan universal. Tal vez, también, para Cuba ha llegado el momento de la reconciliación con la diáspora cubana. La cuestión estará en si la mayoría de los cubanos ubicados principalmente en Florida, entenderán que Cuba ante todo debe ser una nación soberana; si se avendrán a abandonar los sentimientos de revancha y de intentar derrocar por la fuerza al gobierno cubano, y si serán capaces de apostar por una reconciliación bajo postulados patrióticos. Si es así, la reconciliación y el pluralismo político llegarán a Cuba, pero si su interés es de nuevo uncir a Cuba a la tutela estadounidense, la mayoritaria Cuba patriótica se mantendrá firme, como lo ha hecho durante más de medio de siglo.

 

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