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Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


11/06/2012

NOTICIA. España pide ayuda financiera al Eurogrupo para el rescate de una parte de su sector financiero

 

La quiebra controlada de parte de la banca española, primera fase de la reestructuración bancaria de la UE

La perpetuación en el tiempo de la falta de crecimiento económico en la UE está invalidando los planes que regularmente viene realizando el Eurogrupo para sortear la crisis. Durante el 2009 se aplicaron unos tímidos planes de estímulo a la espera de que el ciclo económico bajista remitiese para el 2011, año que se suponía sería el año de la recuperación. En los primeros meses del 2010, ante las escasas perspectivas de que la esperada recuperación se produjese, la UE comprobó como el proceso de endeudamiento de los países con menor capacidad para ajustar sus cuentas, principalmente los países mediterráneos, les conducía a un incremento de su déficit y podían poner en riesgo la economía de la Eurozona y particularmente de la Alemana, pues en última instancia tendría que ser este país quien tendría que hacerse cargo de creciente déficit de los países con menor crecimiento económico.

El cambio del horizonte de la esperada recuperación económica llevó al tándem franco-alemán a impulsar las políticas de ajuste presupuestario para todos los países del Eurogrupo hasta llegar a un límite que no sobrepasase un déficit superior al 3% del PIB. Esta política afectaba principalmente a los países con déficit más abultado, como eran los países mediterráneos de la UE.

En el caso de España el gobierno de Rodríguez Zapatero se vio obligado a cambiar su política de estímulos económicos en obras públicas para implementar una política que priorizaba el ajuste fiscal. La elevación de la edad de jubilación y la rebaja del sueldo de los funcionarios fueron las dos primeras medidas tomadas por el gobierno español en mayo del 2010. El PP que accedió al gobierno en noviembre del 2011, ha continuado con las políticas de ajuste fiscal, promoviendo la subida de impuestos y recortando los gastos públicos.

La crisis financiera del 2008 en EEUU y la UE fue resuelta, momentáneamente, con multimillonarias ayudas públicas a los bancos en peor situación, cifradas en 1,5 billones de dólares estadounidenses, pero la falta de crecimiento económico ha seguido lastrando al sector bancario al carecer de una demanda financiera solvente del sector productivo del que detraer plusvalías. En la UE, tras los primeros planes de rescate financiero, el BCE ha venido sosteniendo a la banca con menos negocio de futuro como la italiana y la española a través de prestar dinero barato, para que la banca pudiera prestárselo a mayor interés a los Estados, por ejemplo, en el caso español la banca ha venido recibiendo del BCE dinero prestado al 1% de interés, y posteriormente los bancos le han venido prestando al gobierno español hasta el 6% de interés. Estos altos intereses que los Estados menos solventes vienen pagando por la adquisición de deuda, les ha obligado a recortar todavía más los gastos públicos y a subir impuestos para poder hacer frente al pago de los intereses. De esta manera, la banca ha venido detrayendo plusvalías de sus préstamos no por efecto del crecimiento económico, sino como consecuencia del empobrecimiento de los países más endeudados y menos solventes.

La cuestión planteada al BCE de por qué no emitía directamente deuda a lo Estados que lo solicitaran al 1%, en lugar de prestárselo a los bancos con el fin de evitar que éstos hicieran negocio con la deuda soberana, tiene una respuesta evidente; si el BCE hubiera prestado directamente a los Estados, los bancos se hubieran quedado sin negocio, pues, al no haber crecimiento económico no pueden obtener réditos del mismo, y si tampoco pudieran hacer negocio con la deuda soberana, se hubieran quedado sin fuentes de ingresos para hacer frente a los vencimientos de sus propios préstamos, con lo cual, hubieran entrado en quiebra técnica.

No obstante, era evidente que está política del BCE de favorecer la especulación con la deuda soberana para sostener a la banca que más ha venido sufriendo la atonía de la falta de crecimiento económico, como es la española, tenía que ser coyuntural a la espera de la reactivación económica; pero visto que se sigue sin atisbar el horizonte de la recuperación económica, el BCE ya no puede sostener por más tiempo a la banca improductiva en base a la especulación con las deudas soberanas de los Estados, poniendo fin esta política en marzo del presente año.

 

Así el 3 de mayo del 2012, el BCE y los agentes bancarios más importantes del Eurogrupo, en su reunión de Barcelona, cambiaron la orientación financiera y apostaron por iniciar una reestructuración financiera de la zona euro. El primer grupo bancario en quiebra técnica que salió a la luz fue Bankia, tres días más tarde por imperativo del lobby bancario de la UE, el presidente de Bankia Rodrigo Rato fue destituido, y el gobierno español impidió transitoriamente con una inyección de dinero público su quiebra.

La situación de Bankia es solo una parte de la quiebra técnica en la que se encuentra una parte importante del sector financiero español producto de la devaluación permanente de sus activos lastrados por la especulación inmobiliaria del periodo 1998-2008, por ello, el gobierno español viendo que la inyección de capital necesario para evitar la quiebra de una parte importante de su sector financiero desbordaba sus previsiones, ha optado por pedir un préstamo al fondo de rescate de la UE para destinarlo a la banca. Tras una reunión del Eurogrupo la UE ha puesto a disposición del gobierno español un montante de hasta 100.000 millones de euros que podrá ser utilizado para sanear el sistema bancario español, siendo el destinatario de este préstamo el Estado español quien será el que deberá responder por las cantidades solicitadas y devolverlas según el interés estipulado.

Pero ¿Qué significa en la actual coyuntura sanear el sistema bancario español? Es evidente que la política de mantener bancos improductivos, como ha sido el caso de Bankia, a costa de permanentes refinanciaciones, para ganar tiempo, a la espera de que llegue el crecimiento económico es una política agotada. Ahora solo cabe actuar con realidades tangibles y no de futuro, pues, tras tres años fallidos de esperar el crecimiento económico, nadie puede ofrecer certezas de cuando éste llegará, y más en el caso español, con una parte importante de su estructura productiva, como es el sector de la construcción, paralizada y sin ninguna perspectiva de futuro de reactivación.

La reestructuración del sector bancario de la UE se va tener que realizar en base a dos principios fundamentales: 1º con el adelgazamiento del sector financiero liquidando los grupos bancarios inviables, y 2º propiciando la concentración del sector financiero en la UE en menos grupos bancarios.

En esta reestructuración del sector financiero de la UE, España, por concentrar los activos financieros que más rápidamente se están devaluando, es el país donde mayor incidencia va a tener la política de liquidación de los activos financieros inviables. Esta liquidación se puede realizar de diferentes maneras; la más conocida sería con la declaración de quiebra de los grupos bancarios insolventes y la venta por los acreedores preferentes de sus activos a los grupos bancarios solventes, pero todo parece apuntar a que este saneamiento se realizará a través de un proceso de “quiebra controlada” aunque el resultado final será el mismo.

En este procedimiento de “quiebra controlada”, los préstamos que extienda el gobierno español a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria FROB o, bien en su defecto, el BCE (si se le otorga, por la UE, esta función) a las entidades que lo soliciten, estás deberán asegurar su viabilidad, es decir, tendrán que ajustar sus cuentas, liquidando por venta, puja o cierre los negocios inviables, lo que supondrá a su vez reducción de infraestructuras y personal, y una vez asegurado, previa inspección de la UE, que la entidad que recibe el préstamo puede devolverlo recibirá el mismo. Este saneamiento indudablemente traerá un adelgazamiento importante del sector bancario español.

Una vez que la banca esté compuesta únicamente por entidades solventes, es cuando se producirá el proceso de concentración de los grupos bancarios a través de OPAS o de adquisición de acciones realizadas por los grupos bancarios europeos más solventes, posíblemente los alemanes por estar sostenidos por un sector productivo competitivo y exportador.

Adelgazar y concentrar la banca, dos constantes que van a ser las que rijan el proceso de reestructuración bancaria de la UE. Adelgazar va a significar liquidar los activos financieros inviables, con ello se pone las bases para la concentración bancaria pues la misma se realiza exclusivamente con activos sanos.

En este proceso de adelgazamiento y concentración financiera, parte de la oligarquía tradicional financiera española, pasará a ser aniquilada por otras más poderosas, alemanas, francesas y británicas.

 

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