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Autor

Seudónimo: Saint Just

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(Marzo 2012)

NOTICIA. Rousseff critica en Alemania el “tsunami monetario” de los países ricos

 

BRICS. Emergentes y también convergentes

Rousseff llegó a Alemania representado a Brasil como país invitado de honor en la CeBIT 2012, la feria tecnológica más importante del mundo, que se desarrolla del 6 al 10 de marzo. Rousseff vino acompañada por una comitiva que incluye a varios gobernadores y a sus ministros de Relaciones Exteriores, Ciencia y Tecnología, Comunicaciones y Desarrollo. La presidenta de Brasil, al reunirse con la canciller alemana Merkel, criticó la política monetaria con la que las naciones más ricas estimulan sus economías, a costa de la sobrevaluación de la moneda brasileña, cuestión a la que Rousseff se refiere metafóricamente como “tsunami monetario”.

Según Rousseff, desde el inicio de la crisis, los países con mayores grados de industrialización inyectaron 8,8 billones de dólares a la economía. A su juicio, esa es una medida proteccionista que propicia los movimientos especulativos y no la recuperación económica. “Al expandirse en esta proporción, la masa monetaria produce dos efectos: uno de ellos es la devaluación artificial de la moneda, lo cual equivale a una traba arancelaria y constituye una forma artificial de protección del mercado; el otro es la creación de una masa monetaria que no se dirige a la economía real, sino que genera burbujas y especulación”.

Esa táctica basada en una política monetaria expansionista mediante la cual los países más ricos buscan resolver sus aprietos económicos actualmente. “genera un efecto extremadamente nocivo, porque devalúa artificialmente sus monedas”. La presidenta brasileña, advirtió que su país estaba dispuesto a tomar medidas para evitar la sobrevaluación de su moneda, el real, y recomendó a los países en crisis que en lugar de emitir moneda, deberían adoptar medidas para estimular las inversiones.

Estas afirmaciones de Rousseff muestran como la crisis económica mundial va conformando las nuevas realidades económicas mundiales, por una parte, se confirma que las sinergias de la recuperación económica mundial están lideradas por los países emergentes, y por otra parte, se muestra con mayor contundencia el atasco de los países desarrollados, ante la imposibilidad de crear una demanda efectiva interna.

La UE y EEUU se han instalado en una política monetaria para evitar la quiebra del sistema financiero Occidental recurriendo a estratagemas monetarias para inyectar liquidez en los mercados, denominadas en su día eufemísticamente como “relajación cuantitativa” y la que Rousseff denomina “tsunami monetario”. Estas políticas de relajación cuantitativa o dinero barato que tanto la FED como el BCE brindan a los bancos privados occidentales para mantenerlos a flote, al no haber crecimiento económico, no generan valor real y se vuelven contra las monedas de los países emergentes que debido a su crecimiento económico si generan valor real. Así Brasil ve como el Real brasileño se revaloriza lo que perjudica sus exportaciones, y el yuan Chino, al no estar dentro de un sistema flotante de monedas es acusado de estar devaluado exigiendo a China que lo revalorice.

Las contradicciones entre los países emergentes y los desarrollados se hacen más notorias debido a que los países ricos dominan los principales sistemas financieros mundiales y el dólar sigue siendo en general el patrón de cambio. A los países emergentes solo les queda el camino de exigir con mayor firmeza un cambio en el sistema monetario internacional que permita disponer de un patrón monetario mundial independiente.

Pero una medida de ese calibre está todavía muy lejos de implementarse. Tanto la FED como el BCE responden a las expectativas de la banca privada occidental que ante la falta de demanda efectiva que impulse el crecimiento para mantener su función prestamista no ve otro camino que la especulación de las deudas soberanas con el dinero que les presta la FED y el BCE, por el contrario, los bancos centrales de Brasil y China son públicos y sus finanzas responden a planes de crecimiento, como son en China el plan quinquenal y en Brasil el plan cuatrienal.

Las exportaciones de los países emergentes dependen en gran medida de los países desarrollados, pero -ante la parálisis económica a la que está sometiendo la oligarquía financiera Occidental a sus países-, necesariamente los países emergentes van a tener que reforzar la colaboración entre ellos.

Esa es una medida que China ya está estudiando seriamente. El viceministro de Comercio Zhong Shan afirmó hace unos días en una conferencia sobre comercio exterior en Nanchang, capital de la provincia sureña de Jiangx, que China empezará a explorar este año mercados emergentes para reducir su dependencia de las exportaciones a países afectados por la crisis de deuda europea. Zhong dijo que China dará prioridad a 30 países, entre ellos la India y Sudáfrica, para la expansión de sus exportaciones en los próximos años, poniendo énfasis en países con abundantes recursos y grandes poblaciones, así como en aquellos que tienen posiciones estratégicas o menor volumen comercial con China.

Del reciente manuscrito de Putin, titulado: Rusia y el Mundo en Transformación, hay que destacar unos párrafos significativos: “estoy seguro de que el crecimiento de la economía china no es una amenaza, sino un reto, que entraña un enorme potencial para la cooperación empresarial, una posibilidad de captar el viento chino en las velas de la economía rusa. Rusia necesita de una China floreciente y estable, y China necesita de una Rusia fuerte y exitosa”.

La Presidenta Dilma Rousseff, hace unas semanas en una comparecencia en el programa semanal de radio Café afirmó: “el país está entrando en una era de prosperidad gracias al planeamiento y políticas capaces de proteger los sectores productivos y, especialmente, el empleo de los brasileños”. Dilma señaló, en el año 2011 casi todos los países del mundo han perdido empleos, Brasil ha creado más de dos millones de empleos, además de registrar crecimiento con baja inflación y tasas de interés descendientes, distribución de renta y reducción de las desigualdades sociales.

Sobre las perspectivas para el período que comienza, la Presidenta evaluó que el 2012 será un hito de la consolidación del modelo brasileño de gobernanza. Según ella, el año debe comenzar con menos impuestos para más de cinco millones de pequeñas empresas y micro empresarios individuales, que tendrán crédito más fácil y con menor interés. En cuanto a su relación con países en desarrollo hay que destacar que Brasil, además de tener en China el principal socio comercial, mira hacia el África austral como un punto de interés estratégico.

 

Los países emergentes tienen en la colaboración todo un mundo de paz y desarrollo que ganar y, con ello, el mundo en general también puede ganar en paz y prosperidad. Mientras tanto Occidente, sin capacidad de reacción política para sumarse al mundo de la colaboración sincera con los países en desarrollo sigue aprisionado bajo la tutela de los intereses de una oligarquía financiera y las pretensiones hegemónicas del militarismo de EEUU y la OTAN.

 

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