01/05/2013
NOTICIA. El índice Standard &
Poor's 500 alcanzó en la bolsa de Nueva York el 30/04/2013 los 1.597,57
puntos un máximo histórico impulsado por los datos inmobiliarios y de
confianza del consumidor en EEUU.
La paradoja económica del dinero
improductivo
Los beneficios calculados de futuros de los
valores bursátiles deben corresponderse a las expectativas reales de
crecimiento económico, ello permite al inversor tomar posiciones a
futuro y beneficiarse anticipadamente de los dividendos que la actividad
económica en cuestión rendirá. Si las expectativas de futuro resultan
fallidas el inversor verá como las acciones no alcanzan el valor
previsto y perderá la parte de inversión diferencial entre el valor
esperado y el valor
real que la actividad
económica genere.
No obstante el comportamiento bursátil no
parece seguir esta ortodoxa norma. Actualmente las economías
desarrolladas arrastran una persistente atonía económica, y las
expectativas tampoco ofrecen buenos resultados, sin embargo, los valores
bursátiles no dejan de crecer. Siendo el caso más significativo el de la
UE (ver gráficos anexos).*
Este diferencial entre la economía real y la
inversión bursátil es una paradoja que el paso del tiempo tendrá que
poner las cosas en su sitio.
Se pueden deducir dos escenarios, el primero
sería resultado de que las malas previsiones de crecimiento económico de
las economías desarrolladas realizadas por los organismos
internacionales no se cumplan y, por lo tanto, la inversión bursátil
resulte exitosa, y el segundo escenario es que se esté en los
antecedentes de una burbuja bursátil y que la economía real no cubra las
expectativas de los inversores y por lo tanto pierdan gran parte de su
inversión.
La burbuja bursátil se vio en la crisis del
2008, particularmente en los bienes inmobiliarios. Las expectativas de
revalorización por la que habían apostado los inversores no se
cumplieron y se produjo una escalada de quiebras empresariales y
financieras.
Si bien, los antecedentes del desplome
bursátil estuvieron entonces ocultos hasta el último momento. Por
ejemplo, entre final del año 2008 y el 2009 toda las economías de los
países desarrollados se contrajeron, pero las expectativas de los
organismos internacionales y de los gobiernos respectivos en el 2007
preveían un crecimiento sostenido para los siguientes años, ningún
organismo internacional anticipó la crisis financiera.
Ahora la situación es diferente, pues ya se
conoce y se espera una atonía económica como mínimo para los próximos
años, sin embargo, las bolsas están en una situación de proyección de
ganancias apoyadas simplemente en datos esporádicos y cortoplacistas.
Esta situación se produce en las economías
desarrolladas debido a la gran acumulación alcanzada de la renta
inversión y la debilidad de la renta consumo.
En la última fase del periodo neoliberal
(1973-2008) que comprendió los diez años anteriores a la crisis iniciada
en el 2008 se produjo una fuerte concentración de capital o de renta
inversión en pocas manos,
esa renta inversión pasó
a rentabilizarse en los países desarrollados en un ciclo consumista
basado principalmente en la inversión inmobiliaria. La
renta consumo para
dar salida a la inversión prevista en ese ciclo económico se estimuló
con el acceso a los consumidores al crédito fácil. La magnitud de la oferta
propiciada por el enorme volumen de la renta ahorro-inversión acumulada,
impulsó la demanda efectiva a crédito hasta el límite de llegar a un
apalancamiento financiero insuperable, que derivó en una fuerte crisis
financiera en el año 2008, poniendo fin al periodo de
fuerte acumulación de
capital en los países desarrollados del periodo neoliberal iniciado en
1973.
No obstante, en medio de la crisis financiera
gran parte de la renta
inversión en manos
privadas quedó a resguardo en los paraísos fiscales y a través de otras
formas de ocultamiento del dinero como grandes sumas en efectivo
encerradas en cajas fuertes. La retirada de la renta inversión de
empresas y entidades financieras a refugios seguros para evitar ser
atrapada en los procedimientos legales de insolvencia, acentuó la crisis
financiera. Y los Estados al no poder utilizar esa renta
inversión sustraída a su
control para hacer
frente al déficit financiero, recurrieron al dinero de los
contribuyentes.
De esta manera los inversores que
anteriormente a la crisis del 2008 apostaron por una rentabilización de
sus activos a través de la especulación inmobiliaria, luego no hicieron
frente a las consecuencias nefastas de su inversión, acumulando grandes
cantidades de dinero en fondos opacos, y ahora el desfase
existente entre la enorme renta
inversión (mercados
financieros) que opera desde la banca en la sombra, y la menguada
renta consumo sigue siendo el origen del estancamiento económico en los
países desarrollados.**
Desde el punto de vista económico la salida
más lógica a la renta
inversión oculta sería
traducir parte de la misma en renta
consumo a través de una
acción concertada de las principales economías del mundo para sacarla de
sus refugios y expropiar parte de la misma para traducirla en demanda
efectiva agregada interna en los respectivos países, con ello, al estimularse la
demanda
efectiva, la renta
inversión se canalizaría
hacia la inversión productiva.
En el periodo de las economías nacionales
desde la posguerra hasta la crisis de 1973, la
renta inversión se
acumulaba principalmente dentro de cada nación y, con ello, los Estados
podían actuar sobre la misma bajo los principios fiscales de
redistribución de la renta para estimular la demanda efectiva
agregada, pero en el
ciclo neoliberal (1973-2008), con la globalización financiera y su
desregulación internacional, ha pasado progresivamente a situarse fuera
del control de lo Estados y refugiarse en los paraísos
fiscales y la banca
en la sombra.
Los dueños de la renta
inversión han pasado a su
vez a ser quienes controlan los Estados neoliberales pues al disponer
del dinero son los que controlan los resortes políticos y mediáticos tradicionales, y
ello les permite perpetuar su estatus internacional.
No obstante, los dueños de la renta
inversión a pesar de la
inexpugnable
fortaleza que parece han conseguido levantar en torno a la misma, no pueden
evitar que esté sujeta a la evolución de la economía real.
La contradicción en la que están sumidos los
dueños de la renta
inversión es que no
quieren que se les despoje de la misma, pero en sus manos no genera
crecimiento económico, pues por mucho que sus dueños gasten en
consumo de lujo, el mismo solo representa una pequeña parte de la
demanda que se
necesitaría para estimular una demanda efectiva que permitiera hacer
crecer el PIB sólidamente.
La renta
inversión acumulada
en el periodo neoliberal y ocultada internacionalmente se ha convertido
en un tesoro a buen resguardo convertido en dinero improductivo al no generar crecimiento económico, pero en la situación
actual, con la particularidad de que no puede ser traducida a renta
consumo o demanda
efectiva agregada desde los Estados
nacionales debido a la
desregulación financiera internacional.
Esta autonomía de la renta inversión e
inviolabilidad de quienes la detentan se manifiesta en la forma que
tienen
de mover el dinero, por una parte, lo destinan a la especulación con las
deudas soberanas, que les sirve para incrementar más su renta
inversión con los
intereses que cobran de sus prestamos, pero a su vez esos intereses
empobrecen a los países prestatarios y la demanda se contrae y, con
ello, el diferencial entre la renta
inversión y la renta
consumo aumenta, lo
que hace necesario buscar otras salidas complementarias a la misma,
y la salida recurrente a esta renta además de la
especulación con las deudas soberanas está siendo la inversión
desmesurada en bolsa ante noticias que en ningún caso anticipan un
crecimiento económico que pudiera ofrecer garantía de beneficios de
futuro, o invirtiendo en los países en desarrollo que disponen de una
demanda efectiva sólida con el consiguiente riesgo de crear también en
estos países una burbuja bursátil por inflación de las expectativas de
crecimiento económico.
Si bien, los fundamentos del desequilibrio entre renta inversión
y renta consumo que motivan las
crisis cíclicas explican el origen de la crisis actual, y que se expresa
en el desequilibrio alcanzado en la fase alcista del ciclo económico de
una mayor concentración relativa de la renta
inversión respecto de la renta
consumo, y que ha culminado en la crisis de la demanda efectiva
y la caída de la producción, las soluciones para restaurar un equilibrio
con la renta
consumo que devolviera a
las economías de los países desarrollados a la senda del crecimiento no
están escritas en ningún manual de economía pues, las mismas son globales
y, por el momento, no existe el sujeto internacional con capacidad para
implementar la regulación financiera internacional que devuelva a los
Estados el control sobre la
renta en la sombra, que permitiría sacar a las economías de los
países desarrollados del atolladero en el que se encuentran, donde, por
una parte, existen grandes cantidades de dinero en la sombra (mercados
financieros) para invertir, pero, por otra parte, no existen condiciones
de solvencia en los posibles prestarios con iniciativas para la
producción de bienes y servicios, ante la falta de renta en los
consumidores de esos posibles bienes y servicios para estimular la
demanda efectiva y con ello la producción y el empleo.
Al haber menos productos en el mercado y
aumentar el desempleo por falta de crecimiento del PIB, se produce una
caída de los ingresos fiscales y obliga a los Estados neoliberales a
endeudarse y destinar parte de sus ingresos al pago de intereses y a un
permanente ajuste fiscal basado en la reducción del gasto, el cual
repercute negativamente en la demanda
efectiva y con ello
en los ingresos fiscales, volviendo a ser necesario incidir año tras año
en la reducción del gasto corriente.
El paso del tiempo irá mostrando la inutilidad
de un dinero acumulado en
la sombra que por no
generar riqueza progresivamente vale menos y, con ello, la actividad
bursátil termine mostrándose de nuevo como una ficción, que
inevitablemente se traducirá en correcciones bursátiles que harán
desaparecer el dinero improductivo del mercado real de valores.
PARADOJA ECONÓMICA DE LA EUROZONA
Del 3º trimestre del 2011 al 4º trimestre del
2012
(Fuente DAX: https://finance.yahoo.com/);
(Fuente PIB: Eurostat)
Metáfora de la paradoja:
Reducimos la potencia del motor de un vehículo pero éste gana velocidad.
** Banca en la sombra
Según los datos del Consejo de Estabilidad
Financiera (FSB, por sus siglas en inglés) -organismo internacional que
depende del G-20 y tiene la misión de vigilar el sistema financiero-, el
tamaño del sector de intermediación financiera no bancaria, o banca en
la sombra, compuesta por los fondos de alto riesgo o hedge funds, las
empresas privadas que operan en renta variable y otras compañías de
inversión, alcanzó el año 2011 los 67 billones de dólares en todo el
mundo, cinco billones más de los que se registraron al comienzo de la
crisis en 2007, habiendo este sector eludido hasta ahora las normativas
impuestas al sistema bancario. Según las cifras publicadas por este
organismo, la intermediación financiera no bancaria creció enormemente
antes de la crisis, ya que pasó de suponer 26 billones de dólares de
2002 a 62 billones en 2007. Después del comienzo de la crisis, el
desarrollo ha continuado. EE.UU. contaba en 2011 con el mayor sector de
intermediación no bancaria (23 billones de dólares, 18 billones de
euros), por delante de la zona euro (22 billones de dólares, 17,2
billones de euros) y Reino Unido (9 billones de dólares, 7 billones de
euros).