JC.com

Crítica política sobre noticias de actualidad en el mundo

Una visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la integración económica mundial y la armonía con el medioambiente

Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


06/04/2016 

NOTICIA. La filtración de datos del estudio jurídico Mossack Fonseca de Panamá especializado en la formación de empresas offshore constituye la mayor filtración sobre cuentas opacas en paraísos fiscales.

 

Paraísos fiscales piedra angular de la desregulación financiera internacional

El 03/04/2016 el periódico Süddeutsche Zeitung desveló la mayor filtración sobre cuentas opacas en paraísos fiscales*, de la asesoría jurídica Mossack Fonseca de Panamá especializada en la formación de empresas offshore. Los denominados como “Papeles de Panamá” conforman 2,7 terabytes de información, en un total de 11,5 millones de documentos. La redacción del diario alemán, antes de dar a conocer los datos, trabajo durante más de un año  con el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ), participando en la investigación unos 400 periodistas de 80 países.

-------------

La filtración de los “Papeles de Panamá”  ha involucrado a políticos y figuras famosas de todo el mundo en negocios de empresas opacas y, aunque la misma no implica ni revela per se que los titulares de la cuentas incurran en delitos fiscales en sus países de origen, si ha puesto en jaque la credibilidad moral de quienes han ubicado sus capitales fuera del alcance de la jurisdicción fiscal del país que son residentes, dañando en algunos casos su credibilidad, como ha sido el caso del primer ministro de Islandia, Sigmundur Davio, quien dimitió tras conocerse que conjuntamente con su esposa había fundado una empresa offshore.

Las ciudadanía occidental, tras  el rescate de la debacle financiera del 2008, está muy sensibilizada ante los asuntos fiscales, y la publicación de los “Papeles de Panamá” ha causado una gran conmoción, lo que ha llevado a los grandes medios de comunicación occidentales a implicarse en una campaña mediática, que ha obviado el debate sobre el cuestionamiento de la existencia de los paraísos fiscales, y se ha  centrado en la inmoralidad que supone que políticos y personalidades mundiales posean cuentas offshore.

El blanco y chivo expiatorio principal fue el presidente de Rusia, quien paradójicamente aunque su nombre no aparece en ninguno de los 11,5 millones de documentos fue objeto en el primer día que se desveló la filtración de una campaña de titulares en los grandes medios de comunicación occidentales acusándolo de ocultar enormes fortunas, al haber aparecido en los “Papeles de Panamá” los nombres de algunos millonarios rusos con los que Putin mantiene una amistosa relación.

Tras esta sorprendente campaña mediática, surge la pregunta de cómo es posible que la mayoría de los principales medios de comunicación occidentales en cuestión de horas después de una filtración de 11,5 millones de documentos, puedan concluir simultáneamente que los titulares de sus publicaciones deben estar centrados en denostar a Putin, y coincidir, sin ninguna prueba, en la acusación del ocultamiento de una gran fortuna.

Ello evidencia que estos medios están perfectamente coordinados por un ente centralizado y que responden a consignas del mismo, lo que les convierte en meros instrumentos de propaganda política cuando la ocasión lo requiere para repetir una noticia hasta la saciedad, en el convencimiento de que es posible transformar por reiteración lo inverosímil en verdad, en este caso, la supuesta "villanía" de Putin, en un momento que su figura ha adquirido una positiva notoriedad internacional tras la victoria Siria en Palmira frente al Estado Islámico, con la ayuda de Rusia.

Por otra parte, la acentuada sensibilidad de la ciudadanía ha llevado a los gobiernos a un mayor compromiso con la transparencia de los paraísos fiscales aunque sin cuestionarse los mismos. En ese sentido, tras la filtración de los “Papeles de Panamá”, el secretario general de la OCDE, el economista mexicano, José Ángel Gurría, en recientes declaraciones en Berlín, afirmó que Panamá es la gran excepción a nivel global en el compromiso a favor de un intercambio de información fiscal.

Hay unos 5 o 6 lugares en el mundo que no se están moviendo en esta dirección, uno de ellos es Panamá. Yo espero que las revelaciones en torno a los “Papeles de Panamá” contribuyan a que se entienda la necesidad de avanzar hacia una mayor transparencia fiscal“. 

Sin embargo, Gurría, no dice que EEUU conjuntamente con Panamá no reconocen los estándares de la OCDE sobre transparencia fiscal vigentes desde el 29 de octubre de 2014*, en los que se adquiere el compromiso de información sobre las cuentas privadas en el extranjero, y ahora con la filtración de los “Papeles de Panamá”, ante la evidencia de su vulnerabilidad en mantener el secreto financiero, EEUU pasa a convertirse en el lugar más seguro para las cuentas opacas, lo que inducirá a los capitales a migrar a los paraísos fiscales estadounidenses como Nevada en EEUU, una seguridad que ya ha quedado demostrada en la propia filtración de los "Papeles de Panamá" en la que no aparecen cuentas de ciudadanos estadounidenses, y convierte a EEUU en el principal beneficiado de esta filtración, lo cual está en consonancia con el reconocimiento por parte del viceportavoz del Departamento de Estado de EEUU, Mark Toner, ante las revelaciones de Wikileaks, de que EEUU había financiado a través de la USAID a los periodistas que supuestamente estaban realizando una investigación independiente.

La operación de la filtración de los “Papeles de Panamá”se enmarca pues, en la vieja pero efectiva y vigente estrategia estadounidense de encubrir las diferentes operaciones para ampliar su poder hegemónico bajo el manto de una supuesta causa justa y una gran cobertura mediática, como lo hizo en sus operaciones militares en Irak, Siria y Libia, entonces con el discurso de derrocar dictadores, y en el presente caso con el discurso de contribuir a que se desvelen las cuentas opacas de personalidades mundiales, cuando es conocido y notorio que EEUU es líder mundial en empresas offshore, y se ha negado a suscribir los estándares de la OCDE sobre transparencia fiscal.

 

Pero más allá, de las maniobras de fondo de EEUU por extender su hegemonía a los paraísos fiscales y de la interesada campaña mediática occidental instrumentalizada por determinados grupos de presión de EEUU en su interés de presentar a Rusia como un enemigo cuando no lo es,  la cuestión de fondo que se plantea es del por qué de la existencia de los paraísos fiscales.

Los paraísos fiscales son una de las piedras angulares en las que se basa la desregulación financiera internacional, la cual, tras la crisis financiera del 2008, ha propiciado un impasse económico mundial, del que difícilmente se puede salir y, con ello, la crisis económica global derivada de la crisis de las economías desarrolladas se perpetúa en el tiempo.

En la actualidad, se estima que los paraísos fiscales pueden albergar capitales por valor de entre treinta y cuarenta billones de dólares estadounidenses, lo que supone el equivalente al 50% del PIB mundial. Ese dinero acumulado tiene que ver a su vez con la concentración de la riqueza mundial en una minoría de millonarios que según una reciente investigación de la organización caritativa contra la pobreza Oxfam, son el 1% de la población y acumulan la mitad de la riqueza mundial; una riqueza que se ha concentrado históricamente en los países ricos o desarrollados, pero que ha terminado ubicándose gracias a la desregulación financiera internacional en los paraísos fiscales y en la banca en la sombra que según los datos del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), acaparaba en el año 2011 los 67 billones de dólares en todo el mundo, cinco billones más de los que se registraron antes de la crisis en 2007, es decir, el equivalente aproximado al PIB mundial.

Es este dinero desregulado el que impide que se produzca una reactivación de la economía mundial, debido a que durante el ciclo económico de auge neoliberal iniciado tras la crisis de 1973 y perpetuado hasta la crisis del 2008 y que dio lugar a una gran concentración de la renta inversión ha generado un fuerte desequilibrio entre la renta inversión y la renta consumo.

La cantidad de dinero acumulado en pocas manos no permite reactivar el consumo, pues por muy elevado que pueda ser el gasto en bienes de la minoría de millonarios que detentan la mayoría de la renta mundial, no pueden reactivar la demanda en la proporción necesaria para hacer crecer el PIB, y la mayor parte de la renta pasa a ubicarse en los paraísos fiscales y la banca en la sombra como renta ahorro-inversión.

En el periodo económico que duro desde la posguerra hasta la crisis de 1973, el exceso de concentración de la renta inversión podía regularse porque la misma se ubicaba principalmente dentro de las fronteras nacionales y los Estados podían mediante instrumentos fiscales traducir parte de la renta inversión a renta consumo mediante la implementación de la demanda agregada con los recursos obtenidos vía fiscal, pero en la actualidad esa facultad la han perdido los Estados nacionales, pues con la desregulación financiera internacional, la renta inversión se ubica fuera del ámbito jurídico de los Estados.

Al no ser posible gravar la concentración de la renta inversión para traducirla a renta consumo, esta renta oculta también sufre las consecuencias de la falta de crecimiento económico, habiendo derivado su rentabilidad en la financiación de las deudas soberanas, las cuales a su vez ahogan a las clases medias que son sobre las que debiera descansar la reactivación de la demanda efectiva.

Tras la crisis financiera del 2008, los países agrupados en el G20 abordaron la necesidad de establecer una regulación financiera internacional, pero hasta ahora no se han obtenido resultados relevantes. EEUU y Gran Bretaña las dos naciones que más paraísos fiscales acogen están gobernadas por políticos afines a los intereses de la City londinense y de Wall Streeck, dos instituciones muy ligadas a los paraísos fiscales que se han convertido en la rémora que impide en la actualidad liberar las fuerzas productivas mundiales.

Mientras no se produzca una regulación financiera internacional que acabe con los paraísos fiscales y la banca en la sombra, y devuelva a los Estados la facultad de detraer vía fiscal de la minoría de millonarios gran parte de su renta para distribuirla directa o indirectamente entre las clases medias, la reactivación económica permanecerá aparcada.

------------

Nota:

* Los paraísos fiscales también conocidos como zonas offshore (fuera de las fronteras jurídicas nacionales del capital de origen), son países o territorios que ofrecen a los ciudadanos de otros países condiciones especialmente favorables para sus negocios. No existe una definición exacta de que son los paraísos fiscales, cada país tiene una lista y criterios para clasificarlos, aproximadamente son unos 50 estados o territorios. Los paraísos fiscales ofrecen un régimen tributario reducido o nulo y amplias medidas de anonimato y privacidad para los propietarios. Permiten registrar la titularidad de empresas que en la práctica actúan en otros países, y de esta manera no verse sometidas a pagar impuestos; para ello el propietario de una empresa contrata los servicios de un agente en el paraíso fiscal como es el caso de Mossack Fonseca en Panamá, que registra la empresa offshore convirtiéndose en propietaria del negocio. El agente registrador pude figurar como fundador de la empresa y guardar información sobre los accionistas verdaderos. El manejo de los negocios desde los paraísos fiscales es totalmente legal. Los paraísos fiscales se benefician porque cobran comisiones sobre los beneficios que obtienen las empresas.

* El 29 de octubre de 2014, 51 países abolieron prácticamente el secreto bancario. Firmaron un acuerdo basado en estándares de la OCDE. Otros cien países no lo firmaron, pero apoyaron las medidas contenidas en el tratado. Entre los firmantes se encuentran centros financieros importantes como Suiza, Liechtenstein y Singapur, así como varias islas del Caribe y del Canal (de la Mancha), tradicionalmente hogar de empresas con ventajas fiscales. En el acuerdo, los firmantes se comprometen a informarse mutuamente sobre las cuentas privadas en el extranjero. Panamá no aceptó los estándares de la OCDE, así como tampoco lo hicieron EEUU, Bahrein, Nauru y Vanuatu.

 

.