(Marzo 2012)
NOTICIA.
Según un informe publicado por el Instituto Internacional de
Investigaciones de Paz de Estocolmo el 19 de marzo el comercio total de
armas en todo el mundo creció un 24% entre el 2007 y el 2011.
Desarrollo
armamentístico, recursos naturales y modelos de desarrollo económico
Según este informe,
en los últimos cinco años Asia y Oceanía han sido los mayores
importadores de armas, con el 44%, mientras que las importaciones de
Europa y Medio Oriente representaron el 19% y 17% respectivamente,
siendo los Estados Unidos el mayor exportador de armas, seguido de
Rusia.
Si bien
existen conflictos potenciales regionales, como el que enfrenta a Pakistán e
India, o a Corea del Norte y del Sur que determinan una carrera armamentística
propia, el impulso armamentístico en países emergentes y en desarrollo obedece a
la lógica de la defensa de sus recursos ante la certeza de que existe un
potencial agresor.
Así
Rusia orienta su política de defensa a equilibrar la desventaja que supone la
instalación del escudo antimisiles de la OTAN, y el presidente de Venezuela Hugo
Chávez, tras la reciente certificación de las reservas de crudo en Venezuela que
han ascendido a 300.000 millones de barriles superando a las de Arabia Saudita,
que constituyen un 25% de las reservas probadas mundiales, y teniendo en cuenta
la presencia de la sexta flota de EEUU en aguas del Atlántico sur, afirmó que el
gobierno incluirá en las líneas estratégicas del plan de Gobierno 2013-2019, el
fortalecimiento de manera abierta y expresa del poder defensivo nacional.
En unas
recientes declaraciones el ministro ruso de Exteriores Serguei Lavrov ha
afirmado que Rusia considera completamente inaceptable un desarrollo de un
programa nuclear iraní con fines militares. Sin embargo, estimó que al azuzar la
belicosidad en torno a Irán, muchos países del Tercer Mundo pueden pensar que si
poseen el arma nuclear, nadie los molestará demasiado, y más después de ver como
término asesinado Muhamar Gadafi quién rehusó hace varios años al arma nuclear
en un intento de reconciliación con Occidente.
Ahora
Libia devastada por la guerra y las divisiones internas es un país débil y presa
fácil para el expolio de sus recursos energéticos por parte de los países
occidentales. Un modelo de desintegración inestabilidad y caos político que EEUU
ambicionaría tanto para Rusia, China, Irán y la mayoría de los países
latinoamericanos con gobiernos patrióticos rebeldes a su hegemonía, para poder
dominar fácilmente esas zonas del mundo.
Es
obvio que la preocupación por los gastos de defensa corresponde a los países que
detentan los recursos naturales principalmente energéticos y no están sometidos
a la tutela de los países de la OTAN y EEUU. En el caso de Rusia o China,
perfeccionando su armamento nuclear de disuasión y en el caso de países
contrarios al arma nuclear como Brasil, Venezuela y resto de países
latinoamericanos con el fortalecimiento de su arsenal defensivo, como ha sido en
Venezuela la adquisición de los misiles rusos interceptores S-300.
Las
razones que tienen EEUU y la OTAN para apostar por una política ofensiva contra
los países con grandes recursos petroleros que no se subordinan a sus intereses,
se fundamentan en el modelo de desarrollo económico que pretenden perpetuar
heredado de los tiempos de la revolución industrial basado en el consumismo y el
despilfarro de lo recursos mundiales por parte de un 15% de la población mundial
que se ubica en los países industrializados de la OTAN.
De
manera diferente, los países emergentes, al partir, por diferentes razones
históricas, de una situación de profundos desequilibrios socioeconómicos están
aplicando un modelo de desarrollo denominado inclusivo por
estar fundamentado en la promoción del consumo de bienes y servicios básicos
para la mayoría de la población en el camino de constituir unas clases medias en
sociedades modestamente acomodadas.
Este
modelo que se inicia en los países emergentes es el modelo de desarrollo del
futuro pues se sustenta en la demanda efectiva de satisfacción de necesidades de
primer orden, como vivienda, agua potable, servicio de salud, alimento, ropa y
medios de transporte.
No
obstante, el modelo de crecimiento que sería más favorable para el conjunto de
la humanidad y la preservación del medio ambiente sería un modelo basado en la
colaboración entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo,
particularmente con los países emergentes.
Pero
este modelo, si bien contribuiría al desarrollo de las fuerzas productivas
mundiales, actualmente no existen las fuerzas subjetivas ideológicas que lo
impulsen, sino que desde los países de la OTAN debido a los intereses creados de
la oligarquía financiera Occidental se sigue a la espera de una supuesta
recuperación de la demanda efectiva en los países más industrializados con el
fin de continuar el modelo consumista -paralizado por apalancamiento financiero
de las clases medias occidentales desde la crisis del 2008-, y con ello, se
persiste en la política militar de controlar los recursos petroleros del planeta
para el sustento de este modelo.
El
retorno de un modelo de estas características inevitablemente conlleva que la
mayoría de la población del mundo debiera seguir en la pobreza y que los países
en desarrollo no se fortalezcan económicamente de forma autónoma pues es la
condición necesaria para ser presa fácil de la rectoría Occidental para un mundo
a su servicio, como ha venido siendo desde los inicios de la revolución
industrial.
Las
fuerzas subjetivas ideológicas transformadoras se abren paso en función de los
modelos que contribuyen al desarrollo de las fuerzas productivas. Esa es una
verdad histórica que se ha evidenciado en los grandes momentos de
transformaciones económicas de la humanidad. En Occidente durante los siglos XVI
y XVII en los inicios del capitalismo urbano y el comercio de larga distancia,
las guerras ideológicas de religión separaron dos modelos económicos, el
protestantismo representaba a quienes querían disponer de libertad para
desarrollar sus negocios sin la tutela de reyes y de la Iglesia, mientras que la
defensa de la ortodoxia católica liderada por el imperio español representaba a
los intereses de quienes querían mantener el Antiguo Régimen estamental. A
finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, el liberalismo económico
representaba a las fuerzas emergentes de la burguesía; la revolución e
independencia de EEUU de Gran Bretaña, la revolución francesa, la independencia
latinoamericana y, tras el paréntesis de la restauración del Antiguo Régimen en
Europa con la derrota de Napoleón, las revoluciones liberales del siglo XIX
fueron el sustrato ideológico que dio lugar al desarrollo de las naciones y la
implantación del capitalismo de forma institucionalizada que dio un impulso al
crecimiento económico mundial, pero posteriormente, el colonialismo europeo del
siglo XIX y XX sustentado en la ideología de la exportación por la vía de las
armas de la civilización occidental, fue derrotado por la ideología de los
valores de independencia y soberanía de las fuerzas anticoloniales.
La
desintegración de la URSS demostró que ninguna ideología puede mantenerse si
constituye un freno al desarrollo de las fuerzas productivas, la ideología
liberal sustentada en los intereses de oligarquías locales gestadas dentro y
fuera del poder del Estado soviético en los últimos años de la extinta URSS
saldría triunfadora ante la parálisis económica del COMECON, pero posteriormente
estas clases sociales afincadas en las distintas repúblicas para consolidar su
poder territorial situaron a Rusia al borde de la desintegración como país y
fueron responsables del caos económico que se instaló en Rusia en la última
década del siglo XX. Este fracaso del liberalismo económico en Rusia, pasado ya
un periodo de transición, ha llevado actualmente a Rusia a vivir un periodo de
profunda transformación social e ideológica orientada al desarrollo económico
inclusivo y la afirmación de su soberanía.
El
punto de partida histórico en los países BRICS es diferente pero el objetivo es
el mismo, reparar los profundos desequilibrios socioeconómicos que se generaron
en el pasado debido a las circunstancias históricas particulares. En China, la
India, Sudáfrica y otros países en desarrollo como consecuencia de su pasado
feudal y legado colonial, y en Brasil y Latinoamérica en general, como
consecuencia del neoliberalismo y el flagelo de dictaduras militares durante la
segunda mitad del siglo XX.
La
ideología del desarrollo inclusivo, es también la ideología de la paz, pues no
puede existir una sin la otra, ya que no puede haber desarrollo sino hay paz y
concordia entre naciones. Los postulados teóricos de la ideología del desarrollo
inclusivo y de la paz son diferentes según los países, en los países
latinoamericanos toma forma vinculados a la tradición revolucionaria de ese
continente; en China en el modelo del PCCh de reforma y apertura; en Rusia
alumbra un nuevo pensamiento mayoritario progresista y soberanista, y aunque no
estén todavía perfilados sus enunciados teóricos los manifiestos publicados
recientemente por Putin anuncian el rumbo de Rusia hacia la modernidad y su
papel protagónico en el mundo. En otras regiones del mundo en desarrollo tras el
fracaso socioeconómico, -al que han llevado en muchos países las dirigencias que
protagonizaron la independencia colonial-, se produce un gran vacío en los
postulados ideológicos para promover el desarrollo económico inclusivo lo que
les limita para ser actores fuertes en el área internacional, tal es el caso de
la India, con una sociedad dividida todavía en castas, y el de los países árabes
dominados por monarquías retrogradas o regímenes sometidos al interés de elites
sin proyectos económicos de desarrollo inclusivo para la mayoría de la sociedad.
Occidente sigue enrocado en reactivar un modelo de crecimiento económico mundial
sustentado en su rectoría financiera y militar mundial, ello conlleva que los
países emergentes tengan que seguir pensando en su rearme, este modelo de acción
reacción no favorece el necesario
proceso de integración política y económica mundial y aleja a los países
emergentes y los países más desarrollados en la búsqueda de soluciones conjuntas
a los graves problemas que tiene la humanidad en la administración de los
recursos naturales y el deterioro medioambiental. La Cumbre de Río +20 a
celebrar en junio puede terminar en retórica como han acabado otras cumbres
sobre el cambio climático mientras persista la ambición de Occidente de
perpetuar un modelo económico consumista que ya no es capaz de desarrollar las
fuerzas productivas mundiales y que genera un gasto en armas innecesario.
Habrá
que esperar que el transcurso del tiempo vaya demostrando que el desarrollo
inclusivo mundial liderado por los países emergentes vaya ganando peso, así como
que los valores ideológicos del mismo se vayan desarrollando teóricamente para
que la trasnochada ideología neoliberal y militarista de hegemonía occidental
sea barrida históricamente como en su día lo fueron otras, y se habrá el camino
hacia una nueva civilización de valores fundamentados en la libertad y la
fraternidad para todo el género humano en armonía con el medio ambiente.