14/05/2013
NOTICIA.
Se reúnen Barack Obama y David Cameron para tratar la situación en
Siria.
NOTICIA.
El vicepresidente chino, Li Yuanchao, visita Argentina y Venezuela para
impulsar las relaciones bilaterales entre China y los dos países
sudamericanos.
El impulso geoestratégico
La política internacional en la segunda década
del siglo XXI responde principalmente a dos concepciones globales sobre
el destino de la humanidad que conforman a su vez dos impulsos
geoestratégicos de diferente naturaleza; un impulso
geoestratégico fuerte cuya finalidad es la hegemonía mundial para el
beneficio de unas pocas naciones y está liderado por EEUU, y un impulso
geoestratégico suave* cuya finalidad es la prosperidad económica
compartida de las naciones y está protagonizado principalmente por
China.
La naturaleza del impulso geoestratégico
determina la actuación geopolítica. Las naciones que participan del impulso
geoestratégico fuerte, se basan en la supremacía política sobre
otras naciones, la acción militar es ofensiva y la política exterior es injerencista. En las naciones que participan del impulso
geoestratégico suave, el discurso político se fundamenta en el
reconocimiento de la convivencia en igualdad entre todos los sistemas
políticos mundiales correspondiendo a las sociedades de cada nación
cambiarlos sin intromisiones foráneas, la acción militar es defensiva y
la política exterior no injerencista.
Las potencias occidentales de la OTAN, Japón y
Corea del Sur se incluyen en el proyecto de EEUU aceptando su liderazgo.
De la concepción de desarrollo económico universal compartido
participan las naciones en desarrollo más importantes y
significativamente los latinoamericanos agrupados en la organización
ALBA. En el caso de las potencias fuera de la tutela estadounidense y
que carecen de un
ideario global su
política exterior se fundamenta en la acomodación pragmática de sus
intereses como nación en el escenario internacional. En el caso de Rusia
este pragmatismo se expresa en su inclusión en el grupo BRICS con
intereses afines en la promoción de beneficios mutuos y la observancia
del derecho internacional, pero también participa en el G8.
El impulso
geoestratégico ha ido
cambiando en la historia contemporánea. Hasta la Segunda Guerra Mundial,
el impulso geoestratégico
fuerte liderado por las
potencias europeas se impuso al resto del mundo con su colonización,
este impulso se manifestaba a su vez en la pugna entre potencias por el
control del centro del
sistema mundial para
alcanzar la hegemonía mundial que desató dos guerras mundiales en la
primera mitad del siglo XX.
Al término de la segunda Guerra mundial se
confrontaron dos proyectos globales con dos impulsos
geoestratégicos fuertes liderados
por EEUU y la URSS. Ambos pretendieron la hegemonía mundial a través de
la ampliación de áreas de influencia geopolítica exclusiva. Entre
ambos se abriría un mundo de naciones intermedio formado por la mayoría
de las naciones formadas tras su emancipación colonial. El
derrumbamiento de la URSS daría la victoria a EEUU, consolidándose como
la potencia hegemónica mundial.
Tras el final de la Guerra Fría, el impulso
geoestratégico liderado por EEUU se orientaría a preservar el modelo
económico basado en la demanda
económica efectiva mundial
de los países desarrollados (80% del PIB mundial), y mantener a los
países en desarrollo en régimen neocolonial (80% de la población
mundial) para asegurarse en un mundo con recursos limitados el uso
mayoritario de los recursos planetarios, promoviendo para ello que los
países con abundantes recursos de materias primas estuvieran gobernados
por clases políticas afines a los intereses de EEUU con las que asegurar
la tutela efectiva de estas naciones.
En ese sentido, el discurso político del impulso
geoestratégico fuerte liderado
por EEUU presenta un mundo dividido en dos categorías: los países
aliados de EEUU, y los que no lo son, en estos últimos EEUU se arroga el
derecho de cambiar sus gobiernos por la vía del complot o de la fuerza
militar.
En la primera década del siglo XXI, la guerra
de Afganistán y la de Irak formarían parte del proyecto de cambios de
gobierno por la fuerza de las armas, pero la evolución de las guerras en
estos dos países ha mostrado que el
impulso geoestratégico fuerte tiene
sus limitaciones, pues, a una acción fuerte, la reacción es también
fuerte, y la fuerza de las armas no ha podido someterlos, ante lo que
EEUU ha optado por la devastación de sus infraestructuras.
No obstante, la estrategia de desgaste de las
economías de los países que no aceptan la tutela estadounidense bien a
través del boicot o de la guerra es limitada a unos pocos países
relativamente medianos y pequeños y es imposible aplicarla con éxito, a
pesar de los intentos desestabilizadores, a potencias emergentes como
son los BRICS que marcan el paso hacia un mundo multipolar.
El mundo poscolonial de los países en
desarrollo está cambiando tras la crisis económica del 2008, los países
que antes no veían otra salida económica que su comercio con los países
desarrollados ahora recelan y temen ser dependientes de los mismos y la
mayoría de países en desarrollo apuestan por la diversificación de su
comercio con las potencias económica y tecnológicamente emergentes en un
escenario de soberanía, paz y desarrollo.
En ese escenario el impulso
geoestratégico suave basado
en el ideario de la promoción de la prosperidad económica y la confianza
compartida de las naciones encuentra las condiciones óptimas para
prosperar.
Tal cuestión se está viendo en los cambios que
está experimentando América Latina. La
fuerte intromisión y
depredación de sus recursos por parte de EEUU y otras potencias
occidentales en los países de la región en la segunda mitad del siglo XX,
ha tenido desde el inicio del siglo XXI una
reacción fuerte, imponiéndose una
pujante revolución democrática en la mayoría de los países
latinoamericanos que ha desplazado del poder a las oligarquías
económicas locales políticamente subordinadas al neocolonialismo de EEUU.
El importante impulso de China como socio
comercial en la región latinoamericana es fruto de la combinación de dos
factores, el primero, de la necesidad de los países latinoamericanos de
superar el modelo neocolonial de subordinación de su economías a los
países desarrollados, y el segundo, de la emergencia de China como
potencia económica y tecnológica en el área internacional que les
permite diversificar competitivamente sus intercambios comerciales.
Mientras que EEUU y los países occidentales
siguen permanentemente instalados en el complot y la injerencia para
cambiar los gobiernos rebeldes a su tutela, China basada en el ideario
de los cinco principios de
la coexistencia pacífica no
se inmiscuye en los asuntos políticos internos de otros países, lo cual
refuerza los lazos políticos al aumentar la confianza como consecuencia
de unas relaciones leales entre naciones.**
El mundo de las naciones en desarrollo se ha
convertido en la segunda década del siglo XXI en
un campo abonado para el crecimiento del
impulso geoestratégico suave basado
en el
ideario de
la confianza y el
beneficio muto entre
naciones en una comunidad mundial de destino compartido, tanto para
alcanzar el desarrollo económico como para afrontar los graves
desequilibrios medioambientales y, por ello, en el actual estadio en el
que se encuentran las naciones en desarrollo, tiene muchas posibilidades
de desplazar al impulso
geoestratégico fuerte basado
en el ideario de
la hegemonía mundial para el beneficio de unas pocas naciones lideradas
por EEUU.***
* NOTA
Se utilizada el término suave en
el sentido de un impulso blando, tranquilo, moderado.
** NOTA
A propósito del recorrido internacional que
tiene previsto realizar el premier chino, Li Keqiang, del 19 al 27 en el
que visitará la India, Pakistán, Suiza y Alemania, Qu Xing, director del
Instituto de Estudios Internacionales de China, resalto las siguientes
premisas de la diplomacia de China:
Más de tres décadas de reforma y apertura han
demostrado que el desarrollo de China es inseparable del resto del
mundo, al tiempo que un mundo más próspero está asociado cada día más
con China. China y el resto del mundo se han convertido en una comunidad
con destino compartido.
Las visitas de Li, que se producen en momentos
en los que China está desempeñando un papel aún más prominente en la
arena mundial y en el que el país tiene un creciente significado
económico, demostrarán la visión de destino compartido y la creencia de
China en el desarrollo común.
*** NOTA
Según el último informe del Banco Mundial (BM ) Global Development
Horizons (Horizontes de Desarrollo Global) de mayo del 2013. El PIB
mundial pasará de los 64 billones de dólares (US$) en el 2010 a 158
billones de dólares constantes del 2010, en el 2030. La mitad del PIB
global previsto para el 2030 se encontrará en los países en desarrollo,
en comparación con la cifra actual por debajo del 30%.
En el 2030, los países en desarrollo representarían el 87 por ciento del
crecimiento global y el 50 por ciento del comercio global. China
representará el 30 por ciento de la inversión total, y la inversión de
Brasil, India y Rusia en conjunto supondrá más de un 13 por ciento del
total.
Estados Unidos, por su lado, ostentará el 11%.
Las inversiones en el mundo en desarrollo serán entonces de (US$) 15
billones, frente a los 10 billones de las economías avanzadas.
Estos cálculos están basados en un crecimiento de las economías
avanzadas de entre 2,6% y 3% al año, mientras que las en desarrollo lo
harán a entre un 4,8% y un 5,5%.