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Crítica política sobre noticias de actualidad en el mundo

Una visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la integración económica mundial y la armonía con el medioambiente

Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


10/06/2013

NOTICIA. Corea del Sur y Corea del Norte mantuvieron en la localidad fronteriza de Panmunjom, las primeras conversaciones intergubernamentales en más de dos años.

NOTICIA. El ejército sirio tras la toma de la ciudad de Qusair lanza una ofensiva para recuperar Alepo.

NOTICIA. En un encuentro del Gran Polo Patriótico (GPP), el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, señaló que las elecciones municipales del 8 de diciembre representan una oportunidad para derrocar al sector de la derecha antidemocrática.

 

Tendencias de la acción reacción en la política internacional
En todo proceso de confrontación internacional cada acción conlleva una reacción y tras cada proceso la relación de fuerzas entre los contendientes cambia. Unos procesos pueden ser cortos y otros más largos pero tarde o temprano se alcanza un nuevo estadio en la que una parte ocupa una posición más ventajosa sobre la otra, aunque si bien la misma puede ser definitiva o transitoria.

A su vez, en la confrontación se producen efectos políticos colaterales que también cuentan en la evaluación final del resultado obtenido por quien inicia la acción contra su declarado adversario.

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En los últimos meses las tensiones internacionales más relevantes han tenido lugar en tres escenarios diferentes: en la Península de Corea, Siria y Venezuela. En los tres escenarios ha estado implicado directa o indirectamente EEUU.

En la península de Corea debido a las maniobras militares conjuntas de EEUU y Corea del Sur con la inclusión en las mismas de los bombarderos nucleares B-2 que desató una airada respuesta por parte de Corea del Norte declarándose en Estado de Guerra ante Corea del Sur y EEUU.

En Siria con el apoyo a la oposición armada al gobierno sirio en conjunción con los países de la OTAN, Israel y las monarquías árabes del golfo pérsico.

En Venezuela con el apoyo a la derecha en su desacato a las resoluciones legales de las instituciones constitucionales electorales y de justicia de Venezuela sobre los resultados electorales.

 

EEUU no tiene naciones enemigas per se, sino que precisa inventarse enemigos para justificar sus políticas hegemónicas y estas naciones según el grado de acoso reaccionan en contra de EEUU, lo que es presentado por EEUU como agresiones contra sus intereses.

EEUU en su estrategia de desestabilización regional en diferentes partes del mundo para propiciar cambios políticos que le permitan aumentar su influencia política y militar tiende a llevar su acción al límite, lo que le permite medir en la práctica la reacción de sus declarados enemigos y obrar según los casos en consecuencia.

En la región de Asia Pacífico, el objetivo principal de EEUU está encaminado a evitar que sus aliados principalmente Japón y Corea del Sur sean arrastrados por la emergencia económica de la región y actúen de forma autónoma perdiendo así influencia sobre los mismos. La acción política se orienta a crear tensión internacional en la región para fidelizar a sus aliados a su liderazgo y poder instrumentalizarlos para contener a China.

EEUU ha venido intensificando la tensión política desde hace un año a través de países aliados interpuestos, Japón y Filipinas en contra de China por disputas insulares, y Corea del Sur en contra de Corea del Norte por su programa nuclear.

En el caso de China estaba por ver la reacción de las autoridades chinas ante el contencioso con Japón de las islas Diaoyu. Una reacción débil por parte de China habría impulsado a EEUU a acentuar su presión sobre China a través de Japón, pero la reacción contundente de China a las pretensiones japonesas ha desactivado la escalada de tensión que EEUU quería someter a China.

El efecto colateral para Japón ha sido que ha perdido la confianza de una gran parte de los consumidores chinos y, a la postre, Japón tendrá que recapacitar si la tensión en la región le interesa a sus intereses nacionales o, por el contrario, le interesa no dejarse llevar por las ambiciones estadounidenses en su regreso estratégico a la región Asia Pacífico.

En el caso de la península de Corea, EEUU con la inclusión de sus bombarderos nucleares B-2 en las últimas maniobras militares con Corea del Sur, puso a prueba a Corea del Norte para ver su reacción, y la misma puso a la Península al borde de una nueva guerra entre las dos Coreas.

Esta escalada mostró a Corea del Sur  la escasa sensibilidad de EEUU por el interés del gobierno surcoreano de buscar caminos hacia la reconciliación con Corea del Norte (cuestión que formó parte del programa electoral de su presidenta), al imponer con el despliegue de los B-2 su propio criterio.

El efecto colateral de este malestar surcoreano propició una precipitada reunión el 11/04/2013 de John Kerry con el canciller surcoreano Yun Byung-se, en la que Kerry anunció la decisión de Obama de suspender las maniobras militares conjuntas con Seúl para reducir la tensión entre las dos Coreas, y el interés de alcanzar la paz para llegar a la reunificación de las dos Coreas, y que ha tenido un primer paso en la reunión de Panmunjom el 9/06/2013.

 

En la región del Oriente Medio el objetivo principal de EEUU es mantener la supremacía política y militar inequívoca de su aliado Israel que es quien marca la pauta de la política de la paz y de la guerra  en la región.

Israel, es un país pequeño en población y territorio, y más si se compara con países de la región como Egipto o Irán. Israel no podría sobrevivir enfrentado a sus vecinos si estos fueran económicamente fuertes, pues estos países y otros como Siria o Irak si alcanzaran un alto grado de desarrollo económico y tecnológico terminarían obligando a Israel a tener que asumir un papel modesto en la región y sin pretensiones hegemónicas.

Por ello, la estrategia de Israel en alianza con EEUU se orienta a mantener subordinados a los países de la región a través de impedir que estos desarrollen tecnología propia que les podría hacer fuertes e independientes y asegurando que estén gobernados por elites fieles a los dictados de EEUU como es el caso de las Monarquías absolutistas árabes, y en el caso de las repúblicas que no admiten la tutela de EEUU, arruinando sus economías bien por medio del bloqueo económico, la devastación de sus infraestructuras o  propiciando los enfrentamientos sectarios, para perpetuarlas como naciones débiles y, por lo tanto, que no representen peligro a la hegemonía regional de Israel.

Se ha visto en el caso de Irak, EEUU tras fracasar en su intento de dominio militar mantuvo la ocupación del país el tiempo suficiente para sumirlo en el caos económico quedando Irak como un país débil en la región acosado por luchas sectarias religiosas y sin posibilidades de que pueda rehacer su economía en mucho tiempo.

Este guión de devastación económica y guerra sectaria es el que se sigue en Siria que, ante el veto de Rusia y China en la ONU a una intervención militar internacional, se realiza apoyando a la insurrección armada interna en Siria y facilitando la llegada de armas y combatientes jihadistas de diferentes países. Y en el caso de Irán, ante el temor de las consecuencias de una guerra contra este país, se ha optado por intentar contenerlo a través del boicot económico por parte de los países occidentales.

La razón principal de la debilidad política de los países árabes es el retroceso de su ideario nacionalista que alentó el proceso descolonizador y que después de varias décadas de la descolonización se muestra progresivamente más débil.

La cultura política de la soberanía nacional está desdibujada ante el peso político del fundamentalismo sunnita, y esta debilidad es aprovechada y alentada por las potencias occidentales e Israel para crear una región árabe en régimen semicolonial con gobiernos dóciles a sus dictados, en la que la tendencia de la acción política propiciada por EEUU e Israel está siendo favorable a ese objetivo.

Si bien, el efecto colateral está suponiendo también que los países acosados por occidente y el fundamentalismo sunnita como son Irán, Irak y Siria con gobiernos de la ramas chiita del Islam están fortaleciendo más sus lazos políticos.

 

En Latinoamérica, el objetivo de EEUU es tratar de revertir la revolución democrática, política y social que están protagonizando la mayoría de la población y naciones que conforman el continente latinoamericano para tratar de recuperar la influencia de más de 150 años pérdida en los pocos años del presente siglo.

La magnitud del cambio experimentado en Latinoamérica obliga a EEUU a tener que priorizar su acción desestabilizadora a determinados países, principalmente a los agrupados en la ALBA, y de este grupo de países a Venezuela por ser el que concentra los mayores recursos petroleros, ser vanguardia de la ideología bolivariana y contar con el apoyo de la oligarquía económica venezolana que se niega a reconocer la constitución aprobada por la mayoría de los venezolanos.

El apoyo de EEUU al sector de la derecha venezolana que no reconoce la constitución de Venezuela ni sus instituciones le sitúa en un una difícil situación respecto al conjunto de países latinoamericanos, los cuales, si reconocen la constitución de Venezuela y las resoluciones emanadas de las instituciones competentes, como se reflejó en el apoyo al presidente constitucional Nicolás Maduro por parte de la UNASUR en su declaración de Lima del 18/04/2013.

La acción desestabilizadora de EEUU en la región está mermando su influencia, y la reacción a la misma ha propiciando el surgimiento de organizaciones regionales como la UNASAUR y la CELAC.

Por otra parte, los países latinoamericanos en prevención de las políticas agresivas de boicots o bloqueos económicos que les podría suponer su dependencia económica mayoritaria de EEUU, están diversificando sus socios comerciales internacionales, siendo China y Rusia las naciones que están teniendo una influencia progresiva en la región.

El efecto colateral regional más importante está siendo el auge del ideario de la integración económica y política como el único camino que tiene Latinoamérica para no ser sometida a tutelas odiosas.

 

El balance de los últimos tiempos de la acción reacción propiciado por el impulso geoestratégico fuerte de EEUU para perpetuar su hegemonía mundial muestra un retroceso de su influencia en la región Asia Pacífico y en Latinoamérica y, en contraposición, el auge en esas regiones de las políticas de paz, desarrollo e integración regional.

En el caso del Próximo y Medio Oriente, el retroceso del ideario nacionalista en los países árabes y el auge del fundamentalismo sunnita le está permitiendo mantener conjuntamente con Israel su hegemonía en la región.

 

 

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