06/12/2013
NOTICIA.
El primer presidente negro de Sudáfrica y emblemático líder mundial
Nelson Mandela, falleció el jueves 5 de diciembre
El legado
de Nelson Mandela
El mundo
entero llora la Muerte de Nelson Mandela, unos la lloran pensando en su
figura y su legado, otros pensando en su figura e ignorando su legado.
El legado de
Mandela es preciso, conciso y cargado de humanidad, mirando al pasado
para no olvidar la opresión de unas naciones sobre otras y de unas razas
sobre otras, y mirando al futuro con la necesaria persistencia de luchar
por un mundo de paz entre las naciones y justicia social para toda la
humanidad.
Su Mirada al
pasado se puede resumir en una de sus frases:
“No puedo olvidar, pero
sí puedo perdonar".
La humanidad
quiere la paz y la reconciliación entre las naciones pero no el olvido,
los medios occidentales quieren el olvido para que las generaciones
presentes minusvaloren lo que fue su pasado en el continente Africano
especialmente en la denominada África Negra.
Cientos de
miles de personas esclavizadas desde el siglo XVI hasta el siglo XIX
para trabajar como esclavos en distintas partes de América. Las islas
caribeñas tuvieron que repoblarse con esclavos negros tras el exterminio
directo o indirecto de los indios nativos en el Caribe. España fue el
último país occidental en abolir la legalidad de la esclavitud a finales
del siglo XIX.
Entre la
década de 1880 y el comienzo de la Primera Guerra Mundial, que involucró
principalmente a las naciones de Francia, Alemania y el Reino Unido, y
también Italia, Portugal, Bélgica y España, el continente Africano fue
repartido como propiedades exclusivas de cada imperio y sus habitantes
sometidos como siervos donde imperaba la supremacía blanca.
Mapa de África de 1898
que muestra las áreas coloniales de cada país europeo
Las posesiones británicas están de
amarillo; las francesas, de rosa claro; las italianas, de rosa subido;
las alemanas, de verde; las portuguesas, de morado; las belgas, de
anaranjado claro; las españolas, de anaranjado intenso; y los países
independientes están de color gris. Fuente: Wikipedia.
En 1948 se consagró
institucionalmente la supremacía blanca en el denominado apartheid o
régimen de segregación racial en Sudáfrica y Namibia, entonces parte
de Sudáfrica, en vigor hasta 1992.
Fue llamado así porque significa "separación"
en afrikáans, lengua germánica, derivada del holandés, hablada
principalmente en Sudáfrica y Namibia. Este sistema consistía
básicamente en la creación de lugares separados tanto habitacionales
como de estudio o de recreo para los diferentes grupos raciales, en el
poder exclusivo de los blancos para ejercer el voto y en la
prohibición de matrimonios o incluso relaciones sexuales entre blancos
y negros.
La lucha de Nelson Mandela por la
igualdad entre razas, no se puede desligar de la lucha de todas
las naciones africanas para acabar con la dominación colonial de la
supremacía blanca de los imperios coloniales europeos como fue la
lucha de Nkrumah en
Ghana, Nyerere en
Tanzania, Kebyatta y
el movimiento <<mau mau>> en Kenia y muchos otros.
En África, la mayor parte de los
países consiguieron la independencia política entre 1956 y 1962.
Francia fue quien tuvo luchas de liberación nacional más violentas en
el norte de África (la insurrección argelina comienza en 1954 y durará
hasta 1962). En 1956 alcanzan la independencia Marruecos, Túnez, y
Sudán, en 1957 Ghana, en 1958 Guinea, en 1960 Camerún, Togo,
Madagascar, Congo Belga (Zaire, actual República democrática del
Congo), Somalia, Congo-Brazaville (República del Congo), República
Centroafricana, Chad, Gabón, Dahomey (Benín) Níger, Alto Volta (Burkina
Faso), Costa de Marfil, Senegal, Mali, Nigeria y Mauritania. En 1961
Sierra Leona y Tanganika; en 1962, Argelia, Ruanda, Burundi y Uganda;
en 1963, Zanzibar y Kenia, y en 1964, Malawi y Rodesia del Norte
(Zambia). Las colonias portuguesas de Angola y Mozambique en
1975-1976; en 1980 Zimbawe. La última colonia que accedió a la
independencia fue Namibia en 1992.
En el caso de Sudáfrica, en los años
noventa, se aboliría el régimen racista con la abolición del apartheid
y la convocatoria de elecciones democráticas. Nelson Mandela fue el
carismático líder que lideraría durante décadas la lucha hasta el
final de tan oprobioso régimen.
En 1944, Mandela se hizo miembro del
Congreso Nacional Africano (CNA). Cuatro años más tarde, el Partido
Nacional partidario de la supremacía blanca llegó al poder e
institucionalizó la separación de razas. En 1952, Mandela abrió el
primer despacho de abogados para negros en Johannesburgo. Durante este
tiempo, Mandela jugó un papel central en las manifestaciones masivas y
campañas de desobediencia civil del CNA en contra del apartheid.
Después de la prohibición del CNA,
en 1961, fundó el ala militar “Umkhonto we Sizwe” (Lanza de la
Nación), y como comandante de la organización clandestina ordenó
ataques guerrilleros contra instituciones estatales. En 1962, huyó en
secreto al exterior para conseguir ayuda financiera y reclutar
personal para la formación militar del CNA. A su regreso fue detenido
y en el proceso de Rivonia en 1964, en el que se le imputó 150 actos
de sabotaje se le condenó a cadena perpetua. “Estoy dispuesto a
morir”, dijo al final del proceso en un alegato antirracista en el
que denuncio la perfidia de la separación de razas que imperaba
oficialmente en Sudáfrica.
“Nadie nace odiando a otra
persona por el color de su piel o su origen, o su religión. La gente
aprende a odiar, y si pueden aprender a odiar, también se les puede
enseñar a amar, porque el amor viene más naturalmente al corazón
humano que su contrario".
Entre noviembre de 1987 y junio de
1988 tendría lugar en Angola la batalla de "Cuito Cuanavale”, una
de las más trascendentes después de la Segunda Guerra Mundial, que
constituyó un punto de inflexión en la historia de África y determinó el
fin del régimen supremacista blanco sudafricano.
En los años ochenta del siglo XX la
región del sur de África estaba en el centro de la Guerra Fría. Los
gobiernos occidentales rechazaban en ese momento apoyar al CNA y
ayudaban al gobierno blanco de Sudáfrica. Los militares del gobierno del
apartheid a partir de 1975 habían ocupado todo el sur de África
intentado revertir la lucha por la independencia de los pueblos de esa
región.
Los angolanos con ayuda internacional
cubana vencieron en esa batalla a las fuerzas del apartheid. Nelson
Mandela, llegaría a afirmar posteriormente “sin la derrota en Cuito
Cuanavale del régimen del apartheid nuestras organizaciones nunca
hubieran sido legalizadas"
A partir de ese momento, Pretoria
negoció con los angolanos y namibios y condujo a la independencia de
ambos países de la ocupación de las fuerzas del régimen de Pretoria.
Después se iniciaron las negociaciones con el Congreso Nacional Africano
que concluyeron con la liberación de Nelson Mandela y al fin del
apartheid.
El 11 de febrero de 1990, Nelson
Mandela fue liberado, tras pasar encarcelado 27 años. No obstante, solo
tres años antes de eso, en 1987, para EEUU y Gran Bretaña bajo el
mandato de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, alineados con el régimen
de Pretoria, el CNA estaba considerado como una organización terrorista.
EEUU mantuvo a Nelson Mandela en la lista de terroristas hasta julio del
2008, fecha en la que el entonces presidente George W. Bush firmó la ley
que sacó a Mandela y otros líderes sudafricanos de esa lista, más de una
década después de que cayera el régimen del apartheid.
El legado de Mandela se mantiene vivo
sobre todo en los países en desarrollo particularmente entre los
dirigentes y mandatarios de la nueva izquierda Latinoamericana, que
hacen del legado de Mandela de paz, democracia y lucha por la justicia
social su principal guía ideológica y política.
En Occidente a pesar de quienes lloran
la muerte de Mandela, su legado no tiene eco. Europa se enroca contra la
inmigración Africana, y EEUU contra la latinoamericana, los partidos
xenófobos y racistas ganan adeptos. El legado cultural de la supremacía
blanca persiste y se acentúa con la crisis económica, y algunas naciones
que fueron antiguos imperios coloniales, como Gran Bretaña, Francia y
España siguen ocultando en los textos de escuelas y universidades la
barbarie colonial, y ensalzan su pasado como un glorioso periodo
imperial.