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Una visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la integración económica mundial y la armonía con el medioambiente

Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


21/03/2015

NOTICIA. El 20/03/2012 se celebró la proclamación por la ONU del día de la Felicidad Universal

 

La conquista de la Felicidad Universal

El 28 de junio de 2012, la Asamblea General de Naciones Unidas en la 118 sesión plenaria decidió en la resolución 66/281 proclamar el 20 de marzo como el día de la felicidad universal. En su argumentación la resolución considera:

-Consciente de que la búsqueda de la felicidad es un objetivo humano fundamental.

-Reconociendo la pertinencia de la felicidad y del bienestar como objetivos y aspiraciones universales en la vida de los seres humanos de todo el mundo y la importancia de que se reconozcan en los objetivos de las políticas públicas.

-Reconociendo también la necesidad de que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos.

Decide proclamar el 20 de marzo Día Internacional de la Felicidad.

 

El 20/03/2015 en el tercer año de la conmemoración de está efeméride el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó a trabajar por un mundo de paz, prosperidad y vida digna para todos los seres humanos, consideró que una de las prioridades de Naciones Unidas es buscar el progreso de la familia humana.  “Queremos que las mujeres, los hombres y los niños disfruten a plenitud sus derechos, los países conozcan el placer de la paz y los pueblos sean bendecidos por el desarrollo sostenible y la resistencia al catastrófico impacto del cambio climático”. "Dediquemos nuestros esfuerzos a llenar el planeta de felicidad". Un llamamiento de Esperanza el realizado por Ban Ki-moon en medio de un escenario global marcado por conflictos y crisis humanitarias que azotan a millones de seres humanos, sobre todo en naciones de África y Asia.

 

La felicidad como meta social surgió con el pensamiento de la Ilustración en el siglo XVIII, recogiéndose expresamente en el texto de la Declaración de Independencia de EEUU el 4 de julio de 1776. El artículo primero de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano votada por la Convención Nacional francesa el 23 de junio de 1793, definiría la felicidad como una meta colectiva.

En contra de este mensaje de esperanza de la Ilustración, el ser humano puede instalarse en la desesperanza de que la felicidad universal no es posible y por lo tanto, refugiarse en el individualismo y renunciar a la política transformadora por ese noble objetivo, un debate éste que ha llevado a confrontar diferentes corrientes de pensamiento en considerar si la naturaleza social humana es perversa o por el contrario es perfectible.

Rousseau, en oposición a Hobbes que describía en Leviatan que “el hombre es un lobo para el hombre”, consideraba en  el Buen salvaje que el ser humano es bueno por naturaleza. Malinoski constató en los indígenas de las islas Trobiand que no existía la maldad verificando en la práctica el ideal de Rouseau. Marx consideró que ambas interpretaciones son validas, el hombre puede ser tan perverso y cruel como lo pensaba Hobbes y a su vez podía ser tan bondadoso y compasivo como lo llegaría a concebir Rousseau. Para Marx eran lo sistemas económicos conocidos hasta entonces basados en el poder del dinero y la codicia lo que había pervertido la naturaleza de la personas del ser que descubrió Malinoski o soñó Rousseau, haciendo perversos a los ricos, envidiosos a los pobres y crueles a la mayoría del género humano. 

Los términos de la resolución de la ONU para proclamar: “la pertinencia de la felicidad y del bienestar como objetivos y aspiraciones universales en la vida de los seres humanos de todo el mundo y la importancia de que se reconozcan en los objetivos de las políticas públicas”, nos debe inducir a pensar que quienes aprobaron esta resolución partían de la convicción de que la sociedad humana puede ser transformada, y aunque la misma pueda serlo para bien y para mal, la deriva en una dirección u otra dependerá de los ideales o los intereses con los que se construyen las políticas.

Si bien, llegado el siglo XXI, los desafíos a los que se enfrenta el género humano como: el cambio climático; el agotamiento de los combustibles fósiles, y la depredación de los recursos planetarios, hace objetivamente necesario, como alternativa a la propia supervivencia, que la política transformadora deba encaminarse hacia la inauguración de una civilización basada en la armonía con el medio ambiente y la fraternidad entre los seres humanos. La otra alternativa es la catástrofe medio ambiental y humana.

Contra el objetivo civilizatorio de la Fraternidad se erigen actualmente las fuerzas atávicas de la historia heredada de siglos de confrontaciones entre los distintos grupos humanos, los intereses creados de minorías, las ambiciones imperialistas, el inmovilismo político y las ideologías racistas y retrógradas, pero la mayoría de la humanidad no puede aceptar con resignación el fatal destino al que estas fuerzas le empujan y deberá enfrentarse a las mismas. La lucha por una sociedad fraternal en armonía con el medio ambiente es un ideal que se ha convertido en una necesidad universal.

Es la experiencia de la política transformadora de aciertos y fracasos desde que se alumbrara en la Ilustración el ideal de la Fraternidad, el mejor bagaje científico para transformar la sociedad. Una vez concluida la etapa de formación de las naciones que configuran el mundo actual, la violencia como método de las transformaciones políticas y sociales ha dejado de tener sentido. La violencia, que alumbró las revoluciones liberales y sociales y la emancipación colonial del dominio de las metrópolis imperiales, ha dejado de ser la partera de la historia. El método científico de transformación social para conquistar la fraternidad universal en armonía con el medio ambiente ha pasado a fundamentarse en la paz entre naciones y en los movimientos solidarios pacíficos de personas y naciones en pro de ese objetivo.

 

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