14/08/2017
NOTICIA. La firma de
investigación y consultoría de mercados globales Ipsos, en su informe mensual de
julio del 2017 ofreció una encuesta de percepción en 26 países sobre ¿Qué
preocupa al mundo?.
Una
visión perceptiva sobre qué preocupa al mundo
Ipsos Group SA, es la tercera agencia mundial de
investigación de mercado global y de consultoría con sede mundial en París,
dispone de oficinas en 88 países, empleando a 16.530 personas. El informe del
mes julio publicado recientemente sobre percepción de ¿Qué preocupa al mundo?,
abarca 26 países que concentran el 82,5% del PIB mundial y el 57,7% de la
población mundial, los países en cuestión son:
Fuentes: Ipsos y
Wikipedia. Elaboración propia
La encuesta se divide en dos grandes
apartados: el primero se realiza sobre 17 variables para conocer en que grado
preocupan a la población cada una de las cuestiones planteadas, éstas son:
El segundo apartado refleja la opinión de la ciudadanía
sobre la marcha de su país, en base a la siguiente pregunta:
¿En términos generales, ¿diría usted que las cosas en su país se
dirigen en la dirección correcta, o están en el camino equivocado?
El informe general se puede ver en el siguiente enlace:
https://www.ipsos.com/sites/default/files/2017-08/What_worries_the_world-July-2017.pdf
A diferencia del informe que es principalmente estadístico, la
finalidad del presente artículo es realizar una valoración política critica
basada en los datos que aporta el informe.
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Los resultados de las 17 cuestiones planteadas en los 26 países del estudio y
promediadas en su globalidad ofrecen las preocupaciones que perceptivamente más
aquejan al mundo.
Fuente: Ipsos. Elaboración propia
El desempleo, la corrupción
política y financiera y la desigualdad social, son los tres problemas
que la sociedad mundial tiene como principales preocupaciones, todas ellas
tienen un mismo patrón común, y es la crisis económica mundial debido a
la corrupción política y financiera que ha
concentrado la riqueza de las naciones en pocas manos y, con ello, se ha
incrementando el desempleo y
la pobreza y la desigualdad social.
La concentración de la riqueza impide que las mayorías sociales dispongan de
recursos para incrementar la demanda efectiva mundial lo que ralentiza la
reactivación económica global. Esta concentración del dinero es detentada por
élites financieras principalmente occidentales, las cuales controlan los grandes
medios de comunicación y los partidos políticos afines a sus intereses, que ha
dado lugar a un sistema político y financiero mundial corrupto, que impide
una regulación financiera internacional para repartir vía fiscal la riqueza
acumulada en las naciones respectivas, para incrementar la demanda efectiva
agregada.
Los siguientes ocho problemas: El aumento del crimen y la violencia;
El acceso al cuidado de la salud; El terrorismo;
La precariedad en la educación; El incremento de los impuestos;
El declive moral; La preocupación por el control de la
inmigración, y el Aumento del extremismo, son consecuencia de la
desestructuración social que la propia crisis económica ha agravado como
consecuencia de un sistema económico global que perpetúa la concentración de la
riqueza en muy pocas manos.
Con relación a las variables: Preocupación por el medio ambiente y
Cambio climático, resulta significativo que ambas tienen una baja percepción
entre la preocupaciones globales, tal vez, porque los problemas económicos y
sociales que aquejan a la sociedad global, relegan a un segundo plano los
problemas menos perceptibles en la vida cotidiana.
No obstante, la preocupación por los problemas planteados tienen sus
particularidades según los países.
Fuente: Ipsos. Elaboración propia
La valoración de las variables están ordenadas de mayor a menor
importancia según el promedio global. En rojo, aparece el considerado por la
población de cada país como su principal problema, en color naranja, los
problemas considerados más graves para más del 50% de la población; en marrón
claro, para los considerados importantes por un 25% al 50% de la población; en
amarillo los considerados por un 10% a un 25%, y por debajo del 10% quienes
consideran irrelevante el problema planteado.
El principal problema percibido por la población de cada país varía en función
de la situación política y económica del mismo.
Fuente: Ipsos. Elaboración propia
El desempleo, en diferente magnitud
de población, es considerado el problema más importante en España (65%); Italia
(63%); Corea del Sur (63%); Serbia (58%); Argentina (47%); Francia (45%); Arabia
Saudita (43%), y Australia (37%).
La corrupción política y financiera, en Sudáfrica (65%); Brasil (62%);
India (45%); Polonia (42%), y Bélgica (37%).
La desigualdad social, en Rusia (57%); Alemania (46%), y Japón (37%).
El crimen y la violencia, en México (67%); Perú (66%), y Suecia (44%).
La precariedad en el acceso al cuidado de la salud en Hungría (67%); EEUU
(39%), y Canadá (36%).
El terrorismo, en Turquía (60%), Israel (44%), y Gran Bretaña (43%).
El declive moral, aparece como principal problema en China (47%). En este
país, el informe Ipsos no presenta datos sobre La corrupción política y
La desigualdad, aunque se conoce que ambos problemas por su importancia
son dos de las prioridades del gobierno chino para su erradicación.
Considerando que los seis primeros problemas son los que más preocupan a la
ciudadanía de los países encuestados, los siguientes gráficos muestran el orden
de preocupación de cada uno de ellos, en los diez países con mayor porcentaje de
preocupación por los mismos.
Fuente: Ipsos. Elaboración propia
Entre los diez países que aparecen en la lista con grave
preocupación por el desempleo, de los
países pertenecientes al mundo desarrollado destacan: España, Corea del Sur,
Italia y Francia, y en los países en desarrollo: Argentina, Brasil y la India.
En la corrupción política y financiera, en
los países desarrollados destacan también España y Corea del Sur.
La desigualdad social, en los países
desarrollados, es una cuestión que preocupa en Alemania, Corea del Sur y Japón,
y en los países en desarrollo medio o avanzado, en Rusia, México y Argentina.
El crimen y la violencia, en los países
desarrollados preocupa en Suecia, Alemania y Australia; mientras que en los
países en desarrollo de forma alarmante preocupa en México, Perú, Sudáfrica,
Brasil y Argentina.
El cuidado de la salud, en los países
desarrollados es la máxima preocupación en Hungría, Polonia, Gran Bretaña y EEUU,
mientras que paradójicamente en los países en desarrollo medio y avanzado, Rusia
y China, preocupa a un sector menor de la población.
El terrorismo, preocupa en los países
desarrollados en Gran Bretaña, Francia; Israel, Alemania y EEUU, y en los países
en desarrollo significativamente en Turquía.
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La segunda parte del informe de Ipsos está formulado través de la pregunta:
¿En términos generales, ¿diría usted que las cosas en su
país se dirigen en la dirección correcta, o están en el camino equivocado?.
En el siguiente gráfico se puede ver el resultado obtenido en la encuesta.
Fuente: Ipsos. Elaboración propia
En la respuesta a esta cuestión, se obtiene el resultado de una
percepción general de la ciudadanía de la marcha de la
nación en su conjunto, pues en su respuesta,
el encuestado tiene en cuenta no solamente los problemas que le preocupan en el
presente sino que además, tiene en mente como han evolucionado los mismos
respecto del pasado y la percepción de como cree que evolucionarán en el futuro.
Ello explica, por ejemplo, por qué un país en desarrollo, si percibe una mejora
del presente respecto del pasado y tiene una visión positiva del
futuro, pueda hacer una valoración más optimista de la marcha de su país, que
la que pueda hacerlo un país desarrollado, el cual, a pesar de tener una renta
per cápita muy superior al país en desarrollo, si la ciudadanía percibe
que está experimentando un retroceso de sus condiciones de vida sin que existan
a futuro soluciones a las mismas, se inclina por una visión pesimista en el
rumbo de país.
En la respuesta a la cuestión sobre la marcha del
país, existen también factores de mayor o menor identidad patriótica
que condicionan que la respuesta de la ciudadanía esté en función no solamente
de sus intereses como individuo sino en base a valores como nación. En ese
sentido, en los países con un fuerte grado de apego a su soberanía, este factor
tiene un peso importante en la respuesta ciudadana a la cuestión planteada sobre
la marcha de la nación.
En la actualidad, de la potencias mundiales, las naciones con mayor grado de
identidad nacional y con profundos valores patrióticos serían: Rusia; China y
EEUU. En el resto de naciones globalmente importantes bien por el volumen de su
PIB o de su población, por diferentes motivos carecen de la fuerza identitaria
nacional de las anteriores.
En las naciones surgidas después de la descolonización tras la Segunda Guerra
Mundial debido a su escaso recorrido histórico; en Europa debido a que el
sentimiento identitario nacional ha ido diluyéndose en el marco del proyecto
supranacional de la UE. En el caso de Alemania y Japón por la oposición
histórica estadounidense al surgimiento de proyectos nacionalistas en esas dos
naciones tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial, así como por su fuerte
dependencia militar de EEUU, quien sigue manteniendo desde la posguerra fuertes
contingentes de tropas en ambas naciones. En Europa, solamente Gran Bretaña y en
menor medida Francia debido a su pasado imperial mantienen un espíritu nacional
que en el caso de Gran Bretaña fue un factor clave en el Brexit.
La percepción ciudadana de la marcha de la nación tiene la valoración más
negativa en México con un 92% de la población que considera incorrecto el
rumbo del país, y la más positiva en China con un 87% que considera que el
camino de la nación es el correcto.
Los países en desarrollo, en los que más de un 50% de la ciudadanía considera
negativa la marcha de la nación son: México (92%); Sudáfrica (91%); Brasil
(88%); Perú (74%); Turquía (64%), y Argentina (56%). En los países desarrollados
se encuentran: Italia (86%); Hungría (79%); España (73%); Gran Bretaña (72%);
Suecia (68%); Bélgica (66%); Polonia (65%); Francia (65%); Japón (63%); Israel
(59%); Alemania (58%); Estados Unidos (57%), y Australia (56%).
Los países en desarrollo medio y alto que más de un 50% de su ciudadanía
mantiene una percepción positiva de la marcha de la nación son: Rusia con un
(57%); Arabia Saudita (71%); India (74%), y China (87%), y de los países dentro
del mundo desarrollado están: Serbia (51%); Canadá (58%), y Corea del Sur (66%).
En su globalidad el promedio general ofrece una percepción de un 60% de la
población que considera que el mundo marcha equivocadamente, por un 40% que
considera que lo hace correctamente.
En el siguiente mapa mundial se han agrupado las valoraciones positivas y
negativas en cuatro grupos. En la percepción negativa
los países que están por encima del 75% (color rojo) y los que se
sitúan entre el 50% y el 75% (color anaranjado). En la percepción
positiva los países que se sitúan entre el 50% y
el 75% (color amarillo) y los que están por encima del 75% (color verde).
Fuente: Ipsos. Elaboración propia
En la distribución geográfica se aprecia como en los países en
desarrollo de Latinoamérica y África existe un acusado grado de insatisfacción
sobre la marcha de la nación. En los países desarrollados a pesar de concentrar
la mayor parte del PIB mundial se aprecia un pesimismo de la ciudadanía que
simboliza la percepción del declive de un pasado que fue mejor.
De manera diferente, el espacio euroasiático formado principalmente por Rusia,
India y China, se refleja un optimismo que simboliza un renacimiento como
naciones.
En resumen, se puede considerar que el mundo está en un proceso de cambio. El
espacio euroasiático tiene fe en su futuro, mientras que occidente se sume en la
desesperanza. En los países de África y Latinoamérica predomina el pesimismo y
ello alimenta la emigración, y sino surgen movimientos de regeneración nacional
y continental corren el riesgo de perder la fe en su futuro como naciones.
Los esfuerzos de la élites financieras occidentales por un renacimiento
Occidental se basan en perpetuar su hegemonía neocolonial, principalmente en
Latinoamérica; Norte de África, y Oriente Medio. Sin embargo, el pesimismo
instalado en las sociedades occidentales augura el declive del excepcionalismo
de unas pocas naciones lideradas por EEUU para regir el mundo, y la emergencia
de otro orden internacional basado en el respeto entre naciones en pie de
igualdad y el beneficio mutuo.
La inclinación de Latinoamérica, África y Oriente Medio hacia la colaboración
con el polo euroasiático, o la perpetuación de su actual dependencia neocolonial
de Occidente, decidirá definitivamente el cambio de paradigma global.