El 15/01/2019, en Alemania y en numerosos países del mundo la mayoría de los
partidos de izquierda rindieron homenaje en el centenario de su muerte a los fundadores de la Liga de Spartacus, Karl Liebknecht
y Rosa Luxemburgo,
recordada
especialmente no solamente por su indomable espíritu
revolucionario, sino por su obra escrita sobre política económica, en contra de
la guerra, la crítica al poder de las jerarquías clericales, y su oposición a la
pena Capital.
Nacida
en 1871 en Zamosc, cerca de Lublin, en la Polonia entonces controlada
por Rusia, en el seno de una familia de origen judío, y nacionalizada
alemana, fue una mente lúcida, versada en historia y economía y varios
idiomas, su talento político fuera de lugar para una mujer de su época
fue acallado con su brutal asesinato por quienes se veían incapaces de
contrarrestar políticamente su dialéctica oratoria, siendo una de las
grandes figuras de la historia de Alemania. No hay prácticamente nadie
en este país que no haya oído su nombre, aunque pocos conocen su
pensamiento, su asesinato la convirtió en figura emblemática a uno y
otro lado de las ideologías. Cada año, clavel rojo en mano, miles y
miles se movilizan en torno a su monumento, en el cementerio de lo que
era el sector oriental de la ciudad.
A
principios de 1914 se enfrentó a un proceso por calumnias, tras haber
criticado el maltrato de soldados en el ejército alemán. Cuando empezó
la guerra y los socialdemócratas apoyaron la misma y aprobaron los
créditos de guerra en agosto de 1914, Rosa Luxemburgo, manifestó su
enérgica oposición. Posteriormente siguió cuestionando la estrategia del
partido socialdemócrata (SPD) y lideró la resistencia pacifista. En
marzo de 1915 fue encarcelada por “traición a la patria”.
El 1 de
enero de 1916 Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo fundaron la Liga
Espartaquista. Escribieron gran cantidad de panfletos ilegales contra la
guerra, firmados como "Espartaco", emulando al gladiador tracio que
intentó la liberación de los esclavos de Roma. Incluso la misma Rosa
Luxemburgo adoptó el apodo de "Junuis", tomado
como emblema republicano de Lucius Junius Brutus,
considerado fundador de la República de Roma.
En 1916,
tras cinco meses en libertad, fue de nuevo ingresada en prisión. El 8 de
noviembre de 1918, iniciada ya la revolución republicana en Alemania y
un día antes de la abdicación del emperador Guillermo II, abandonó la
cárcel y se sumo al movimiento de los consejos
populares.
A
finales de 1918 se producirá una reacción conservadora contra los consejos
populares, que habían sido los artífices de la abdicación del
emperador Guillermo II. La socialdemocracia abandonará el Consejo de
Comisarios del Pueblo mientras que el ala izquierda se agrupará en torno
a la liga de los espartaquistas quien se resistirá a ceder el
poder de los consejos populares lo que dará lugar a un
levantamiento en Berlín, Baviera, Hamburgo, Bremen, Sajonia, Magdeeburgo
y Sarre. La represión del movimiento espartaquista será asumida por
fuerzas del ejército y contingentes monárquicos nacionalistas. Los
dirigentes de la liga espartaquista Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo
serían asesinados el
15 enero de 1919 por oficiales derechistas del
ejército Alemán. En febrero de 1919 se formaría la asamblea Nacional en
Weimar, siendo Friedrich Ebert elegido presidente de la nueva república
(República de Weimar).
En el
siglo XXI, cien años después, Rosa Luxemburgo sigue siendo un símbolo de
lucha contra las ambiciones hegemónicas imperiales y a favor de la Paz
Mundial y la redención de los más desfavorecidos del planeta.