13/12/2015
NOTICIA.
El 12/12/2015, la 21ª sesión de la Conferencia de París sobre el Cambio
Climático (COP21), alcanzó un acuerdo global para frenar el Cambio
Climático.
Claro-oscuros del
acuerdo de la COP21
El 12/12/2015, las 196
Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (UNFCCC, por
sus siglas en inglés), formada por las naciones del mundo, durante la
21ª sesión de la Conferencia de París sobre el Cambio Climático (COP21),
llegaron a un acuerdo legalmente vinculante, con el objetivo de atajar
el Cambio Climático Global.
El acuerdo consta de seis capítulos con 140 apartados y un Anexo con 29
artículos. (Enlace Texto del
Acuerdo COP21)
En resumen, el acuerdo
establece como meta que el calentamiento global debe ser limitado a dos
grados centígrados en comparación con la época preindustrial. Para
alcanzar esa meta se debiera llegar al año 2050 con un volumen de
emisión de gases de efecto invernadero que fuera compensado a través de sumideros
naturales o artificiales para
absorber el carbono de la atmósfera. Se establece un compromiso
financiero entre los años 2020 y 2025, por el que los países
industrializados deberán ofrecer anualmente 100.000 millones de dólares
en financiamiento para las naciones en desarrollo con el fin de
propiciar un desarrollo económico bajo en carbono, y ayudar a las
naciones más pobres en las pérdidas y daños que provoca el cambio
climático, entre las que se cuentan sequías, inundaciones o temporales
de fuerza extrema. Se establece también un mecanismo de transparencia
para que los países registren y publiquen las actividades que realizan
para la protección del clima y los datos sobre la emisión de gases de
efecto invernadero. Por último, el acuerdo es legalmente vinculante,
aunque no está prevista ninguna sanción si no se cumple con sus
estipulaciones.
La ceremonia oficial de
la firma del acuerdo de París se celebrará en la sede de las Naciones
Unidas en Nueva York el 22 de abril de 2016, el Día Internacional de la Madre
Tierra.
----------------
El acuerdo de París
(COP21) supone el primer acuerdo en el que las naciones del Planeta se
comprometen a tomar medidas para enfrentar el Cambio
Climático Global, lo cual supone un hito desde la primera Convención
de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, aprobada en Nueva York
el 9 de mayo de 1992. Desde un punto de vista histórico, este acuerdo
supone:
- La aceptación
inequívoca, por primera vez, de todas las naciones del mundo que se está
produciendo un calentamiento global del clima terrestre por causas
antropogénicas derivadas de las emisiones de gases de efecto invernadero
a la atmósfera, principalmente de CO2, que puede tener
consecuencias desastrosas para la habitabilidad del planeta.
- Cierra
definitivamente las tesis negacionistas del cambio climático por causas
antropogénicas, o las de quienes aceptándolo, niegan que el mismo pueda
llegar a tener consecuencias desastrosas para la humanidad.
- Sitúa a las naciones
del mundo en el compromiso de mantener una acción continuada para
mitigar el cambio climático.
Esta es la parte más
significativa del éxito del COP21. Sin embargo, el acuerdo, en si mismo
no tiene unos objetivos claramente definidos, entre los
que se debiera haber establecido como aspecto principal la cantidad
tolerable de concentración en partes por millón (ppm)
del CO2 en el aire
atmosférico, lo
cual es la medida exacta del balance resultante entre emisiones de CO2 y
absorción del mismo por los sumideros naturales y artificiales.
Con ello, el objetivo
de situarse en un escenario por debajo de un incremento de dos grados
centígrados para finales del presente siglo, es un objetivo ambiguo
mientras no se establezca cual debe ser la concentración tolerable en
ppm de CO2 en el
aire atmosférico.
El acuerdo suscrito es
solo un paso importante en la dirección correcta, pero no deja de ser,
desde el punto de vista científico, una declaración de buenas
intenciones, que solamente el transcurso del tiempo, es decir, la
práctica como único criterio de verdad, mostrará si las intenciones
se han convertido en medidas concretas.
Esta inquietud queda
reflejada en el propio acuerdo en el apartado 17, en el que se afirma,
la COP21:
17. Observa con
preocupación que los niveles estimados de las emisiones agregadas de
gases de efecto invernadero en 2025 y 2030 resultantes de las contribuciones
previstas determinadas a nivel nacional no
son compatibles con los escenarios de 2 ºC, sino que conducen a un nivel
proyectado de 55 gigatoneladas en 2030, y observa también que, para
mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 ºC
con respecto a los niveles preindustriales, mediante una reducción de
las emisiones a 40 gigatoneladas, o por debajo de 1,5 ºC con respecto a
los niveles preindustriales, mediante una reducción de las emisiones a
un nivel que se definirá en el informe especial mencionado en
el párrafo 21 infra, se requerirá un esfuerzo de reducción de las
emisiones mucho mayor que el que suponen las contribuciones
previstas determinadas a nivel nacional.
Párrafo 21:
21. Invita al Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático a que presente,
en 2018, un informe especial sobre los efectos que produciría un
calentamiento global de 1,5 ºC con respecto a los niveles
preindustriales y las trayectorias correspondientes que deberían seguir
las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Es decir, que tal como
ya recogiera el informe del 06/11/2015, de la organización del Programa
de las Naciones Unidas para el Medioambiente (UNEP),
en el que se evaluaban las Contribuciones Previstas
y Determinadas por Nación, (CPDN) que la reducción de
11 Gt CO2/año derivadas de las (CPDN), representaría
solamente la mitad de
las 22 (Gt CO2/año), requeridas para alcanzar en el 2030 que
las emisiones globales no superaran el objetivo de 42 (Gt CO2/año),
y que permitirían situarse en el > 66% de probabilidad de llegar al
año 2100 con un aumento de la temperatura media mundial inferior a los 2
°C, por lo que, de no mediar acciones nuevas para la reducción de
emisiones, las emisiones se situarían en 55 Gt en el año 2030, lo que
conduciría al planeta a un aumento de la temperatura de alrededor de 3
°C para el año 2100.
Para evitar este
escenario, que según el informe está basado en las mejores conclusiones
científicas disponibles, se recomendaba una
acción temprana.
Por ello, los
siguientes cinco años del 2015 al 2020, es el periodo en el que se
debieran implementar acciones adicionales a las contribuciones
establecidas por nación pues
van a ser determinantes en el cumplimiento del objetivo de situarse en
el año 2030 en un nivel de emisiones de 42 (Gt CO2/año).
No obstante, el objetivo
de emisiones para el año 2030 de 42 (Gt CO2/año), teniendo en
cuenta la evolución histórica de la concentración de ppm de CO2 en
el aire atmosférico, supone un volumen de emisiones que, de no de venir
acompañado de un objetivo de sumideros de CO2, resultan
excesivas:
- En el año 2012 con unas
emisiones de CO2 de
32.280,8 millones de toneladas métricas, la concentración de CO2 en
el aire atmosférico había alcanzado las 394
ppm, según registro de NOAA,
que suponían un 41% más respecto de las 280
ppm de
CO2 estimadas en
el año 1750, y que ya ha ocasionado la elevación de un grado centígrado
de la temperatura media global respecto de la era preindustrial.
- El incremento de la
concentración de CO2 en
el aire atmosférico se puede considerar reciente. En el año 1980 las
emisiones de CO2 fueron
de 18.435,4 millones de toneladas y la concentración de CO2 en
el aire atmosférico fue según el registro de NOAA de 335
ppm lo
que supuso un incremento respecto a la era preindustrial del 19,6% (55
ppm); sin embargo, entre el año 1980 y el año 2012 la concentración de
CO2 en la
atmósfera ha pasado de un 19,6% a un 41,1%, por encima de la era
preindustrial, lo que supone que en el periodo 1980-2012 la
concentración de CO2 en
el aire atmosférico ha sido (41,1-19,6=21,1%) (59 ppm), superando la
concentración del periodo de 1750 a 1980, por lo que el incremento
actual de 1 ºC por encima del periodo preindustrial, se ha producido
principalmente en el periodo 1980-2012.
- Si se cumpliera el
objetivo de situarse en el año 2030 en un nivel de emisiones de 42 (Gt
CO2/año), este cantidad de emisiones podría suponer situarse
en el año 2030 con una concentración de CO2 en
el aire atmosférico cercano a las 460 ppm, un 64,3% por encima de las 280
ppm de
la era preindustrial, y del 23,6% respecto del periodo 1980-2012
(64,3-40,7=23,6%) (66 ppm), lo que supondría en el periodo 2012-2030,
aumentar la concentración de CO2 del
periodo 1980-2012, lo que implicaría, de
no mediar un plan masivo de sumideros de CO2 para
absorber la mayor parte de las 42 (Gt CO2/año), acercarse en el año 2030 a una concentración de ppm de
CO2 capaz de producir un incremento global entre 1,5 y 2 ºC.
Resumen evolución
histórica de la concentración de ppm de CO2 en el aire
atmosférico y estimación del incremento de la temperatura global
Elaboración propia
Todo ello, en la mejor
de las previsiones, pues de
no tomar las acciones tempranas requerida antes del 2020 por
la (UNEP),
la estimación de emisiones prevista para el año 2030 es de 55 (Gt CO2/año),
lo que implicaría alcanzar con toda probabilidad el incremento global de
dos grados centígrados en el año 2030.
En el actual sistema
energético mundial en el que el 80% de la energía utilizada para la conversión
en trabajo productivo se
basa en los combustibles fósiles, el desarrollo económico y las
emisiones de CO2 están
estrechamente relacionados, y no es posible reducir esta dependencia
económica de los combustibles fósiles, no solamente porque no existe
tiempo para una sustitución por otro tipo de energías limpias, sino, lo
más importante, porque no existe alternativa tecnológica en el actual
paradigma tecnológico mundial de conversión de la energía en trabajo
productivo que
pueda sustituir al motor de combustión interna con
el que funcionan los grandes transportes terrestres, marítimos y aéreos;
la maquinaria pesada móvil para la construcción de infraestructuras, y
la destinada al sector agrario que permite liberar del trabajo manual
agrícola a la mayoría de la población activa para emplearse en otros
sectores económicos.
La única salida, con
independencia de que se avance todo lo posible en la reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero, es la implementación masiva de
sumideros de CO2, a través de planes ambiciosos de extensión
de los sumideros naturales con la ampliación urgente de las superficies
forestales, y la
inversión en tecnologías de captura y almacenamiento del CO2 producido
por las actividades industriales que utilizan combustibles fósiles.
El éxito de la COP21 ha
radicado en la voluntad mundial de hacer frente al Cambio
Climático Global, pero las buenas intenciones deberán traducirse con
premura en acciones concretas, sobre todo
orientadas a los sumideros de CO2,
sino todo quedará en buenas intenciones. Y, el camino al infierno está
plagado de las mismas.
ANEXO 1:
Evolución del dióxido
de carbono
Fuente: NOAA
ANEXO 2:
Evolución de las
emisiones de CO2 de los años 1982; 1992; 2002; 2012
Fuente: Energy Information Administration / International
Energy Outlook (EIA)
4 junio 1992. Cumbre
de Río de Janeiro. 180 países se comprometieron bajo el Tratado sobre
Cambio Climático, a tomar medidas para mitigar los efectos del cambio
climático debido a las crecientes emisiones de gases de efecto
invernadero.
11 diciembre 1997. Se
firma el Protocolo de Kyoto. Se logró un acuerdo para conseguir durante
el período 2008-2012 la
reducción en un 5,2%, con respecto a 1990, de las emisiones de los seis
gases, entre ellos el dióxido de carbono, el metano y el anhídrido
carbónico, que más potencian el efecto invernadero.
Artículo relacionado:
08/11/2015. Preliminares de la Cumbre de París (COP 21) sobre el Cambio
Climático