04/06/2014
NOTICIA.
El 03/06/2014, la jefa de la Diplomacia de la Unión Europea (UE),
Catherine Ashton, a través de un comunicado consideró las elecciones
presidenciales sirias de “ilegítimas”.
NOTICIA.
El 04/06/2014, el presidente del Parlamento sirio, Mohamad al Laham,
informó que de los 15.845.575 de electores convocados a las urnas, 11.634.412 votantes participaron en las elecciones
presidenciales sirias del 03/06/2014 (73,42%). Tras el recuento del 100%
de los votos, el candidato y actual presidente de Siria Bashar al Assad
habría obtenido 10.319.723 de sufragios (88,7%).
Elecciones presidenciales en Siria un paso
en la unidad frente a la agresión
El 03/06/2014, tuvieron lugar
en Siria las elecciones presidenciales. Siria un país de 23 millones de
habitantes, vive asolado por una guerra internacional de combatientes
irregulares en su mayoría yihadistas de países foráneos que pretenden
subvertir por la fuerza de las armas el régimen laico presidencialista
de Siria con el apoyo de las monarquías absolutistas de la región del
Oriente Medio, Israel y los países de la OTAN. La guerra, se ha cobrado
en los últimos tres años más de cien mil victimas y ha ocasionado
cientos de miles de desplazados dentro y fuera del país.
En el último año el ejército
gubernamental ha conseguido frenar el avance de los combatientes
irregulares y recuperar la mayor parte de las zonas que ocupaban,
estando actualmente la mayoría del territorio sirio controlado por las
fuerzas gubernamentales.
Todos los intentos
internacionales para un arreglo político del conflicto sirio en las
denominadas reuniones de Ginebra 1 y 2, han sido infructuosos. La
política de la victoria militar de un bando sobre otro se ha impuesto a
los intentos de reconciliación, una victoria que actualmente se inclina
favorablemente del lado gubernamental, aunque tal victoria, de
producirse, no traerá por si misma la paz duradera que solo puede ser
fruto de la reconciliación, aunque el avance de las posiciones de un
bando sobre otro le sitúa en una mejor posición ante cualquier solución
negociada.
El gobierno de Al Assad ha
extendido su lucha al terreno político promoviendo la reforma de la
constitución que ha culminado en las actuales elecciones presidenciales,
en las que, por primera vez en 50 años, se han realizado con la
participación de más de un candidato. Hasta las últimas elecciones del
2007, en las que Al Asad fue elegido, Siria sólo realizaba referendos
para decidir el apoyo o no a un único candidato presidencial.
En las elecciones del
03/06/2014, la pugna electoral se ha realizado entre tres candidatos: el
actual presidente Bashar al Assad; el ex ministro Hassan al Nouri, y el
legislador Maher Hajjar, representantes estos dos últimos de la
oposición pacífica y patriótica.
A las elecciones fue
convocado, según fuentes del Ministerio del Interior sirio, un
electorado de más de 15 millones para que depositaran su voto en 9.610
colegios electorales en todo el país, estableciéndose centros de
votación en campamentos de refugiados para permitir la participación en
las elecciones de los miles de ciudadanos sirios desplazados. Las
elecciones se han celebrado a pesar del rechazo de la oposición
armada y sus
partidarios occidentales, quienes las han calificado de "farsa".
No obstante, la alta tasa de
participación del electorado sirio en las elecciones presidenciales,
superior al 70%, descalifica estas declaraciones, (cuando por ejemplo,
en las recientes elecciones realizadas en Egipto la participación fue
del 47,5%) y evidencia que la mayoría del pueblo sirio apuesta por el
fin de la guerra, y una vez concluida, establecer las bases para la paz,
y aunque la guerra va a continuar, el éxito de participación electoral
constituye para el Estado sirio constitucional un avance político
militar difícil
ya de revertir, a pesar de los intentos de quienes quieren mantener a
Siria en la inestabilidad permanente.
La oposición armada y sus
patrocinadores de la OTAN, Arabia Saudita e Israel, deslegitiman estas
elecciones pero habría que preguntarse ¿de donde sacan los alzados en
armas su legitimidad? ¿de la punta del fúsil? ya que en los territorios
que controlan en ningún momento han planteado someter a la población
civil a través de las urnas sus propuestas políticas para medir el grado
de aceptación civil que tienen, por el contrario las noticias dramáticas
que llegan de estas zonas es la persecución de las minorías religiosas,
particularmente los cristianos siendo en algunos casos martirizados
hasta la muerte, poniendo fin con ello a un rasgo secular de la
civilización siria como ha sido la convivencia de cristianos y
musulmanes durante siglos con independencia de quienes fueran los
gobernantes.
Pero resulta contradictorio
cuando no cínico que quienes descalifican las elecciones celebradas en
Siria porque el país se encuentra en guerra o porque no reúne todas las
condiciones para que las elecciones se puedan realizar de forma
democrática, no tengan reparo en reconocer otras elecciones y
representantes electos realizadas también bajo circunstancias políticas
extremas. En Irak existe un guerra permanente contra los jihadistas
sunnitas y se celebran elecciones, en Ucrania se han realizado
elecciones en medio de una guerra civil entre las regiones del este y el
oeste de Ucrania, pero los resultados son admitidos por los
santificadores de la OTAN que se auto-arrogan el derecho de decidir lo
que es y no es democrático. En Afganistán no solo se han celebrado
elecciones en medio de una guerra, sino que además se han realizado con
la soberanía nacional secuestrada por la invasión de las fuerzas
militares de la OTAN, cuando la soberanía nacional es y debe ser la base
democrática sobre la que descansa cualquier pronunciamiento popular.
Es evidente que ninguna nación
en guerra reúne las condiciones para unas elecciones plenamente
democráticas, ni Siria, ni Ucrania, ni Afganistán, ni Libia y otras
muchas, porque es en la guerra donde más se vulneran los derechos
civiles, pues los bandos enfrentados en los territorios que controlan
deben establecer medidas excepcionales para evitar atentados, controlar
infiltrados…, y en los lugares donde se produce directamente la
confrontación, la guerra significa per
se la peor de las
dictaduras, porque ningún servicio básico como la educación o sanidad
puede funcionar normalmente, por ello, quien exporta la guerra lleva la dictadura
militar al lugar
invadido.
El colmo de los desatinos de
quienes critican las elecciones son las monarquías absolutistas del
Oriente Medio, como es el caso más significativo de Arabia Saudita donde
reina la última de las monarquías absolutistas del Antiguo Régimen en el
Planeta, un régimen en el que no existen elecciones y la soberanía no
descansa en la nación ni en el pueblo saudita sino en el Rey, por lo que
no existen ciudadanos sino súbditos, un modelo de monarquía absolutista
que fue predominante en la Europa del siglo XVIII y principios del siglo
XIX, y que los políticos de tradición liberal reconocen en quienes
lideraron en esas fechas la lucha contra tan oprobioso régimen el origen
de su ideología y a sus padres fundadores.
EEUU proclamó su independencia
de la monarquía absoluta británica, y las revoluciones liberales
barrieron en el siglo XIX el Antiguo Régimen en Europa, pero ahora lo
herederos de la tradición liberal consideran a la monarquía absolutista
Saudita un aliado, ignorando su régimen mientras critican las elecciones
en Siria. Un ejercicio de hipocresía que particularmente EEUU viene
realizando sistemáticamente cuando se trata de agredir o apoyar a
determinados grupos agresores afines a sus intereses en sus intentos de
someter a otras naciones. La guerra emprendida por EEUU contra Irak en
el año 2003, estuvo justificada bajo las acusaciones que el régimen
iraquí estaba regido por un dictador que poseía armas de destrucción
masiva, pero para la agresión a Irak el principal aliado regional que
tuvo EEUU fue Pakistán, un país con armas nucleares gobernado desde el
2001 al 2008 por Pervez Musharraf, un dictador que alcanzó el poder
mediante un golpe de Estado y que actualmente, tras un dorado exilio en
Gran Bretaña, se encuentra en prisión en Pakistán encausado por los
jueces por su pasado dictatorial.
El ejercicio mediático de
desinformación occidental tiene una finalidad y es educar a su
ciudadanía en la ignorancia internacional y en estándares ideológicos de
supremacía política que permita justificar las intervenciones de EEUU o
la OTAN en otros países, está educación es un factor político y militar
fundamental pues cualquier agresión precisa que la retaguardia civil
esté homogeneizada y de acuerdo con los motivos de la agresión para
evitar disensiones internas que hagan fracasar la operación y pongan en
cuestión a los políticos que la impulsan.
No obstante, a pesar del éxito
que tiene la propaganda mediática occidental entre su ciudadanía, la
cual asume mayoritariamente la excepcionalidad occidental para regir el
mundo y exportar por medio de sanciones y la fuerza de las armas los
valores occidentales, progresivamente
esta opinión es más irrelevante en la marcha del devenir político
mundial, pues no
influye en la opinión de la población de los países denostados, sino
que, a veces, tiene el efecto contrario. Por ejemplo, en Rusia, tras las
sanciones occidentales la población está más unida en torno a sus
gobernantes, al igual que pasa con los ataques mediáticos contra Siria,
China, Venezuela y en todas las naciones resistentes a la herencia
hegemónica Occidental.
Si en el pasado, la
conformación de la opinión Occidental fue fundamental para justificar en
la metrópolis el colonialismo y, en el presente siglo, lo fue para
llevar a cabo la invasión de Afganistán e Irak, una vez demostrada tanto
en Irak como Afganistán la imposibilidad de Occidente de mantener
guerras prolongadas en los países invadidos, la opinión política
Occidental no sirve ya al objetivo final de la agresión, y la
cultura occidental tiende a enrocarse en si misma hacia un mundo cerrado
e introspectivo,
mientras que la opinión en la mayoría de la población del mundo,
particularmente en los países BRICS, se
conforma y avanza de manera independiente bajo
la premisa del respeto entre naciones y la paz como base para el
desarrollo socioeconómico, constituyéndose estas naciones, desde
distintos postulados políticos, en las fuerzas avanzadas de la humanidad
en favor de un pensamiento y una praxis política universal que puede
llegar a alumbrar una civilización libre de guerras en la que el
conjunto del género humano y su equilibrio con el medio ambiente se
sitúe en el centro de la actividad política y económica de las naciones.
En Siria la numerosa
participación ciudadana en las elecciones del 03/06/2014 ha puesto de
manifiesto que los medios occidentales y de las monarquías del Oriente
Medio no tienen apenas ya influencia en la opinión de la mayoría del
pueblo sirio, y quienes, tras su
derrota político militar, siguen impulsando la lucha armada en Siria
solo les puede mover ya el fin de prolongar la devastación y el
sufrimiento del pueblo sirio para impedir que la paz pueda hacer de
Siria un potencia regional independiente y soberana. No obstante, el
pensamiento de la resistencia se impone al de la agresión y, a la
postre, deberá traer la paz definitiva.