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Una visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la integración económica mundial y la armonía con el medioambiente

Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


21/09/2015

NOTICIA. El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, declara que Washington y Moscú persiguen un objetivo común, que es derrotar al Estado Islámico.

NOTICIA. La Presidenta del Senado ruso, Valentina Matvienko, manifiesta que para Rusia la eliminación total de los extremistas del Estado Islámico, es la base para implementar cualquier tipo de acuerdos sobre el futuro de Siria.

 

Siria y el factor ruso

El sábado 19/09/2015, El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, tras reunirse con su par británico, Philip Hammond, declaró que tanto Estados Unidos como Rusia “tenemos los mismos objetivos”, es decir, que el Estado Islámico “tiene que ser destruido por completo”.

El 20/09/2015, en una entrevista concedida al canal televisivo ruso Ren-TV, la Presidenta del Senado ruso, Valentina Matvienko, afirmó  que “Rusia considera que el único Ejército que verdaderamente lucha contra el Estado Islámico es el Ejército sirio, y que es imposible vencer a los grupos terroristas sin el Ejército Sirio”. Asimismo descartó que los ataques aéreos contra el Estado Islámico sean eficaces, en ausencia de los soldados sirios. Sobre los posibles diálogos para una solución política en Siria, advirtió que solo serían fructíferos después de la eliminación total de los grupos terroristas, resaltando que solo la nación Siria tiene derecho a elegir  a su jefe de Estado, sin imposiciones foráneas.

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La implicación de Rusia en el conflicto sirio con un mayor apoyo armamentístico, logístico y de asesores militares al ejército sirio en su combate al Estado Islámico y otros grupos terroristas, ha conseguido alterar la estrategia de las naciones que vienen abogando por el derrocamiento del régimen sirio y su presidente Al Asad.

 

Desde el año 2011, EEUU y los países de la OTAN, Israel y Arabia Saudita, han sido quienes han venido patrocinando la lucha de los sublevados en armas contra el gobierno sirio. Estas naciones, a través de una fuerte cobertura mediática, se han autoproclamado, al margen del CSNU, de ser las naciones llamadas a determinar como debe ser el futuro de Siria. Tras la formación del Estado Islámico en junio del 2014, la coalición de varias naciones encabezadas por EEUU para bombardear las posiciones de este grupo, se ha constituido también al margen del CSNU.

Estas naciones, al mejor estilo colonial, han determinado: que el presidente Al Asad, a pesar de contar con el apoyo en las elecciones de junio del 2014 de más de once millones de sirios, no es legítimo; que tienen el derecho a instruir combatientes armados para enfrentarlos al ejército sirio, y a dictar sanciones económicas unilaterales contra esa nación, todo ello sustentado en una visión propagandística maniquea de que el ejército sirio comete atrocidades mientras que los grupos armados denominados “rebeldes democráticos”, son paladines de la justicia enfrentados en una guerra civil contra la tiranía de Al Asad, cuando la realidad es que los combatientes irregulares son en su mayoría foráneos apoyados por la OTAN, Israel y Arabia Saudita.

Hasta ahora, esta escenificación mediática para otorgar una supuesta legitimidad a las naciones patrocinadoras de la violencia armada, a diferencia de otras guerras de agresión de EEUU, como lo fue en su día la de Vietnam y la más reciente de Irak, había tenido éxito en la conformación de la opinión pública en los países occidentales, consiguiendo que la mayoría de la ciudadanía occidental, aceptase con pasividad incluso con fervor este discurso colonial del que hacen gala los representantes políticos, de situarse por encima del principio de respeto entre naciones consagrado en la carta de la ONU.

Sin embargo, el rumbo de los acontecimientos desde la proclamación del Estado Islámico en junio del 2014 está cambiando la situación:

El proyecto de formación de combatientes armados por parte de EEUU para introducirlos en Siria, que los estrategas estadounidenses tenían previsto fueran en inicio de 5000, ha devenido en fracaso, hasta el punto que el responsable del Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM), Lloyd Austin, admitió el 17/09/2015 que solo “cuatro o cinco” de estos elementos entrenados combaten en Siria.

Ante este fracaso, se ha pretendido instrumentalizar la lucha del Estado Islámico y su capacidad para integrar a la mayoría de los combatientes contra el ejército sirio, como forma de desgastar al gobierno sirio. A tal fin, la coalición internacional liderada por EEUU para combatir al Estado Islámico, ha estado orientada a castigar a ese grupo armado, pero sin la pretensión de derrotarlo, habiendo declarado varias veces los mandos estadounidenses que la lucha contra el EI podría durar años.

Pero estas pretensiones de mantener al Estado Islámico activo dentro de unos límites, tampoco ha devenido en el escenario deseado de derrocamiento del gobierno sirio, sino que el resultado está siendo un fortalecimiento de la autonomía del Estado Islámico, y una masiva migración de refugiados a los países de la UE. Este último acontecimiento ha hecho reflexionar a gran parte de la ciudadanía de la UE sobre las causas del creciente flujo migratorio y le ha llevado a cuestionar el rol mediático de la supuesta justeza de la intromisión por parte de los países de la OTAN en Siria. Y la respuesta a esta cuestión es obvia: se debe detener la guerra y la inestabilidad en el Próximo y Medio Oriente y el norte de África.

Aunque, una vez que la inestabilidad ha hecho presa en la región del golfo pérsico y el norte de África, la afluencia de refugiados continuará. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en su último balance, el flujo de personas que ha cruzado este año el Mediterráneo para refugiarse en Europa ha aumentado a 473.887. Cerca de 2812 de ellas han muerto o están desaparecidas, y el 40% de los solicitantes de asilo, es de Siria.

Otras preguntas, surgen también entre la ciudadanía europea ¿por qué EEUU, principal instigador de las guerras en el Medio Oriente y  Norte de África no asume su responsabilidad acogiendo a las decenas de miles de refugiados que huyen de las guerras patrocinadas por la administración estadounidense? Una inquietud que ha llevado a John Kerry a afirmar que EEUU acogerá refugiados sirios en EEUU, aunque hasta ahora las cifras dadas son relativamente muy pequeñas si se considera el drama humanitario provocado por sus políticas desestabilizadoras después de 15 años de promover guerras a miles de kilómetros de distancia de sus fronteras, mientras que la UE sufre las consecuencias de sus políticas belicistas en las proximidades de sus fronteras.

Si en la mente de algunos dirigentes políticos de Turquía y Arabia Saudita, estaba la idea de que la crisis de los refugiados iba a derivar en una mayor presión para derrocar al gobierno sirio, el tiro les ha salido por la culata. Ninguna campaña mediática puede ya ocultar que el principal artífice de la inestabilidad en Siria, Irak y Libia es el Estado Islámico, tres naciones en las que Occidente, Turquía y las monarquías del golfo han tenido un papel destacado en el inicio de las guerras que ahora asolan esos países.

La lucha y la derrota del Estado Islámico se ha convertido en el centro de la política demandada internacionalmente, y el derrocamiento del gobierno sirio ha pasado a un segundo lugar, pues el resultado de una derrota del ejército sirio, sin lugar a dudas, traería una mayor inestabilidad en la región y un fortalecimiento del Estado Islámico lo que acentuaría la crisis de refugiados.

Objetivamente el enfrentamiento al Estado Islámico para derrotarlo se está convirtiendo en una necesidad perentoria y no de años como han venido planteando los estrategas estadounidenses. La destitución de Al Asad, cuando es el líder indiscutible del ejército sirio, único capaz de enfrentar al Estado Islámico con posibilidades de éxito sobre el terreno, provocaría un vacío de liderazgo que solamente beneficiaría al Estado Islámico.

Ahora, la cuestión en Siria, se resume en facilitar la victoria del ejército sirio o dejar que, el Estado Islámico avance y consolide sus posiciones. La espera y la ambigüedad en tomar decisiones como parece ser la posición en la que se han instalado Francia, Gran Bretaña y EEUU, es un tiempo que juega a favor del Estado Islámico, una situación que tanto Turquía como Arabia Saudita prefieren a una victoria del ejército sirio. Sin embargo, las oleadas de refugiados hacia la UE recuerdan en todo momento, que hay que salir de la ambigüedad y tomar partido

Rusia ha tomado la iniciativa incrementado el apoyo que ya venía prestando al ejército sirio y ello ha incomodado a EEUU, Gran Bretaña y Francia, que ven como Rusia responde a las inquietud de la ciudadanía occidental de poner fin a las bandas terroristas en Siria. Estas naciones, en su perplejidad por el cambio que están tomando los acontecimientos en Siria, han arremetido contra Rusia, porque en palabras de los cancilleres de Gran Bretaña y EEUU, su intervención complica las cosas. Y efectivamente las complica, pero lo hace contra el Estado Islámico y contra quienes todavía ven en el derrocamiento de Al Asad su objetivo prioritario, y consideran al Estado Islámico un mal menor.

La iniciativa rusa, de nuevo, al igual que sucediera con la iniciativa en septiembre del 2013 para que Siria desmantelara sus armas químicas, y que obligó a EEUU a dar marcha atrás en sus intenciones de llevar adelante una intervención militar terrestre en ese país, ha situado a EEUU contra las cuerdas. Ya no sirven las ambigüedades, la derrota del Estado islámico debe efectuarse sobre el terreno y ello solo cabe hacerlo con el respaldo inequívoco al ejército sirio y al ejército iraquí con armas y logística y su legitimación en el CSNU.

 

Las negociaciones para acordar las soluciones políticas en siria entre el gobierno y la oposición partidaria de mantener unida territorialmente Siria, pueden y debieran iniciarse, pero la implementación de todo lo que se pueda acordar tendrá que esperar a la derrota definitiva del Estado Islámico, pues mientras esta organización terrorista permanezca activa cualquier acuerdo político no puede ser implementado en la práctica.

 

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