23/02/2016
NOTICIA.
El 22/02/2016, Rusia y EEUU, firmaron un acuerdo que establece el cese
de las hostilidades en Siria a las 00:00 (hora local) del 27 de febrero
Hacia un escenario de
reconciliación y de unión en la lucha contra el Estado Islámico y Al-Qaeda
en Siria
El 22/02/2016, los
responsables de la Diplomacia de Rusia y Estados Unidos, Serguei Lavrov
y John Kerry, en un comunicado conjunto, declararon el acuerdo de EEUU y
Rusia de establecer un cese de las hostilidades en Siria a las 00:00
(hora local) del 27 de febrero. Antes del mediodía del día 26 todas las
partes implicadas, gobierno sirio, milicias kurdas y combatientes
opositores deben confirmar el compromiso a EEUU y Rusia del cese de las
hostilidades. El acuerdo establece que el cese de las hostilidades no se
extienden a los grupos calificados de terroristas por la ONU
particularmente al Estado Islámico (EI) y el Frente Al-Nusra, rama de
Al-Qaeda en Siria; al respecto, Rusia y EEUU establecerán una línea
directa de comunicaciones y un grupo de trabajo para intercambiar
información relevante sobre Siria, debiéndose determinar y diferenciar
las regiones ocupadas por los terroristas, de las que debe respetarse el
cese de las hostilidades con el fin de garantizar el suministro de las
ayudas humanitarias.
El secretario general de
la ONU, Ban Ki-moon, dio la bienvenida al acuerdo anunciado por EEUU y
Rusia y aseguró que se trata de una "señal de esperanza" para la
población de Siria, considerando que, de respetarse el cese de la
violencia, supondrá un "paso significativo" en la implementación de la
resolución 2254 del
Consejo de Seguridad, que fija una hoja de ruta para poner fin a la
guerra en el país árabe.
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La aprobación de las
resoluciones por el CSNU relativas a combatir la financiación del
terrorismo (resolución 2253)
y la implementación de la hoja de ruta para establecer una nueva
constitución y gobierno de consenso en Siria (resolución 2254),
han puesto a las potencias que las promovieron y aprobaron,
principalmente a EEUU y Rusia, frente a una enorme responsabilidad en
cuanto hacer prevalecer la autoridad del CSNU en Siria, pues, si ambas
resoluciones quedasen en papel mojado se estaría en un escenario de
desgobernanza mundial sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial,
donde los acuerdos entre las potencias más relevantes de planeta sobre
las que se erigió el Orden Internacional de Posguerra no pueden ser
implementados, con lo que la credibilidad del CSNU quedaría seriamente
dañada, cuestión que incluso en los momentos de mayor confrontación no
había sucedido, pues los acuerdos entre potencias que toman carácter
legal internacional en el CSNU siempre se han mantenido, entre otras
razones porque carece de lógica llegar a un acuerdo que no se quiera
cumplir.
Hasta la aprobación de
ambas resoluciones, las diferencias geopolíticas de EEUU y Rusia en
relación al conflicto de Siria habían impedido que el CSNU fuera un
lugar de encuentro, pero el cambio de la política de EEUU en la región
del Oriente Medio permitió entre julio y diciembre del 2015 consensuar
tres importantes resoluciones, la 2231,
que puso fin al contencioso nuclear iraní y de las sanciones del CSNU a
ese país, y las resoluciones 2253 y 2254, para pacificar la región del
Oriente Medio y combatir el terrorismo jihadista.
Las tres resoluciones han
chocado con las pretensiones de los tres principales aliados de EEUU en
la región: Arabia Saudita; Turquía, e Israel, interesados en mantener la
confrontación contra los gobiernos de Irán, Siria e Irak. Tras la
aprobación de la resolución 2231 que puso fin al contencioso nuclear
iraní, Israel ha venido reduciendo su perfil agresivo respecto de Irán,
por el contrario, Arabia Saudita lo ha aumentado con la guerra declarada
a Yemen, la ruptura de relaciones diplomáticas con Irán y las amenazas
de invadir con fuerzas terrestres Siria; por su parte, Turquía desde la
irrupción de Rusia en el conflicto Sirio en septiembre del 2015 a
petición del gobierno de esa nación, también ha aumentado su agresividad
contra Siria, aunque en ambos casos su hostilidad no es sino un reflejo
de la pérdida de posiciones respecto de sus ambiciones regionales por el
distanciamiento de EEUU para no convertirse actualmente en rehén de
estos dos aliados.
En la confrontación de
décadas que EEUU había mantenido contra Irán, estuvo interesando en
incorporar a su lucha a los países que por una razón u otra estaban
interesados en debilitar a Irán en la región pero, después de quince
años de guerras sin obtener otro resultado que la desestabilización
regional, tras haber alcanzado su mayor autonomía petrolera con la
explotación nacional de los recursos de esquisto, y su interés en
concentrar su presión militar en el Pacífico oriental, le ha llevado a
cambiar sus prioridades geopolíticas y apostar por la vía de la
pacificación en el Oriente Medio.
Sin embargo, este cambio
de política no ha podido evitar que los aliados del pasado, ahora
quieran seguir con sus particulares intereses desestabilizadores. El
jihadismo que fue instrumentalizado para combatir al gobierno sirio ha
cobrado autonomía con el Estado Islámico y el frente Al Nusra; Turquía
sigue con su objetivo de extender su dominio a territorios de Siria e
Irak, y Arabia Saudita en su ambición de extender el bahaísmo en la
región.
Aunque estos actores
regionales han perdido gran parte de su fuerza al no tener el respaldo
incondicional de EEUU a sus políticas agresivas, sus intentos de hacer
fracasar cualquier iniciativa que suponga limitar sus pretensiones
regionales seguirán vigentes. Estos intentos van a depender en gran
medida de dos factores, 1- la contundencia con la que EEUU quiera
limitar su acción, y 2- el avance de las fuerzas patrióticas sirias e
iraquíes en su lucha contra el (EI) y el frente Al Nusra.
Los grupos armados que no
pertenecen a estas dos organizaciones y que se enfrentan en Siria al
gobierno sirio son sustancialmente dependientes de Turquía y Arabia
Saudita, pero a su vez la falta de patrocinio de EEUU a los actuales
intentos desestabilizadores de estas dos naciones les deja a estos
grupos armados huérfanos de tutela política, por lo que es factible que
se inclinen hacia un cese de las hostilidades y la aplicación de la hoja
de ruta establecida en la resolución 2254.
El punto del acuerdo
alcanzado el 22/02/2016 entre Rusia y EEUU que hace referencia a la
delimitación de las zonas en Siria que deben ser objeto de implementar
el cese de las hostilidades, de las que por estar bajo control del (EI)
y el frente Al Nusra se deberá proseguir en el combate a estas
organizaciones, puede contribuir a articular la unión de todas las
fuerzas sirias.
La resolución 2254
establece claramente la unidad
territorial de Siria como
elemento fundamental de la solución del conflicto y es lo que separa
claramente las fuerzas patrióticas de las que no lo son, y es en base a
ese principio sobre el que debiera articularse el consenso de las
fuerzas políticas sirias, a lo que se oponen claramente el (EI) y
Turquía, el (EI) porque su califato se asienta sobre territorios de
Siria e Irak, y Turquía porque tampoco está de acuerdo con mantener las
fronteras de Siria pues ello contraviene sus ambiciones territoriales
sobre territorios del norte de Siria e Irak.
El cese de las
hostilidades no solamente debe servir pues para traer la paz a
determinados territorios de Siria, sino que debiera contribuir a que las
armas apunten en una sola dirección contra las fuerzas antipatrióticas
lideradas actualmente por el (EI). Es ello lo que puede hacer que se
diferencien las dos guerras que azotan a Siria, la guerra civil de la
guerra internacional.
La guerra civil es la que
enfrenta a las fuerzas patrióticas, es decir, las que a pesar de estar
enfrentadas consideran la unidad territorial de Siria como aspecto
fundamental. De manera diferente la guerra internacional, es aquella que
viene impuesta desde fuera, por la afluencia de jihadistas extranjeros y
la financiación de los mismos que tienen como objetivo la desintegración
territorial de Siria, como lo hace el (EI) quien lucha abiertamente por
la desaparición de las naciones en el mundo árabe para reemplazarlas por
el califato, objetivo ya alcanzado en territorios de Siria e Irak.
En la medida que se
consiga avanzar en el cese de hostilidades y la reconciliación entre las
fuerzas patrióticas, la prioridad de la guerra contra el (EI) y el
frente Al Nusra, aparecerá con mayor claridad, y se darán las
condiciones para que EEUU y Rusia puedan avanzar hacia la constitución
de un Frente Común contra el terrorismo jihadista.
En la actualidad, la
intervención de Rusia en Siria se hace con arreglo a la legalidad
internacional por estar solicitada por el gobierno sirio, mientras que
la intervención de la coalición internacional liderada por EEUU se sitúa
al margen de la misma por no tener el visto bueno explícito del gobierno
sirio ni estar aprobada por el CSNU, aunque ello podría fácilmente
cambiarse con una resolución de este organismo que legalizara una
posible alianza de EEUU y Rusia para combatir al (EI) y al frente Al
Nusra.
Si en alguna parte del
mundo es necesario que se imponga el derecho internacional es en la
atormentada región del Próximo y Medio Oriente en la que tanto Turquía,
Israel como Arabia Saudita lo vulneran sistemáticamente, y el ejemplo de
EEUU de intervenir en Siria al margen del derecho internacional
contribuye aun más a que esa región sea un territorio sin ley. Si EEUU
quiere que la resoluciones 2253 y 2254 prosperen, debiera comenzar a dar
ejemplo alcanzando un compromiso en el CSNU para legalizar sus acciones
militares contra el terrorismo jihadista en Siria al igual que lo hace
en Irak que interviene de acuerdo con el gobierno de esa nación.
NOTA POSTERIOR:
Resolución 2268 / 2016 CSNU del 26/02/2016
La situación en el Oriente
Medio (Siria)