29/06/2017
NOTICIA. El 29/06/2017,
el Ministerio de Defensa iraquí anunció el fin del Estado Islámico (Daesh, en
árabe) en Irak.
Mosul. El fin del terror
“Se ha terminado para siempre la existencia de Daesh en
Irak”; “Su Estado ficticio ha caído", con estas escuetas frases, el
portavoz militar del Ministerio de Defensa iraquí, el general de brigada Yahya
Rasul, anuncio en la televisión estatal iraquí la liberación de los últimos
reductos que el Estado Islámico mantenía en la parte antigua de Mosul;
previamente las fuerzas armadas iraquíes habían informado de la recuperación del
control de la Gran Mezquita Al-Nuri, en el casco antiguo de Mosul, lugar desde
donde el líder del grupo terrorista (Daesh) Ibrahim al-Samarrai, alias Abu Bakr
al-Bagdadi, anunció en 2014 la creación del denominado califato bajo el nombre
‘Estado Islámico’.
La operaciones para liberar Mosul comenzaron el 17 de
octubre de 2016; su parte oriental fue totalmente liberada el pasado18 de enero,
y luego comenzaron los combates para reconquistar la parte occidental, la cual
tomó más tiempo debido a que se pretendía minimizar las bajas de civiles por ser
una zona densamente poblada y de calles estrechas.
27/06/2017. Entrada de las fuerzas iraquíes al distrito Al-Faruq (oeste de
Mosul)
Ahora la lucha contra el Estado Islámico entra en una nueva
fase. El ejército Iraquí, y las milicias populares deberán seguir haciendo
frente a los jihadistas que huyeron de Mosul, y que con toda probabilidad, pasen
a reforzar los frentes que tienen abiertos en la vecina Siria.
El Estado Islámico se ha caracterizado por la implantación
de un régimen bárbaro y genocida fundamentado en la ideología wahabita que
justifica el sometimiento de la población civil a través del terror con
despiadados asesinatos en masa de miembros de otras confesiones y diferentes
tipos de opositores, publicitados expresamente estos actos con el fin de
magnificar y hacer más efectivos sus métodos terroristas.
La proclamación del Califato por el líder del Estado
Islámico Ibrahim al-Samarrai, supuso la proclamación de una guerra sin fronteras
pues la pretensión de la implantación del "Califato" suponía borrar todas las
fronteras de las naciones musulmanas. De facto, mientras el Estado Islámico ha
dominado territorios en Irak y Siria, ha existido un
nuevo Estado en la región del Oriente Medio sobre la
base de territorios de estos dos países, ahora con el importante retroceso
experimentado en Irak, el control territorial del Estado Islámico se reduce
prácticamente a zonas de Siria, pero no por ello han
renunciado a su pretensión de acabar con las fronteras entre Siria e Irak.
Esta es una consideración que no puede pasar por alto el
gobierno iraquí, mientras el Estado Islámico continúe ocupando territorios en
Siria, la integridad territorial de Irak no estará segura. La lucha contra el
Estado Islámico debe ser una lucha extraterritorial, las victorias del Ejército
Árabe Sirio sobre los grupos jihadistas son la mejor garantía para Irak de que
el Estado Islámico no vuelva a representar de nuevo una amenaza para Irak.
En esta nueva fase de la lucha contra el Estado Islámico,
la liberación de los pasos fronterizos entre Siria e Irak debieran pasar a ser
una prioridad para el ejército y las milicias populares de Irak con el fin de
facilitar la logística de apoyo mutuo de ambas naciones en su lucha contra el
Estado Islámico.
Una cuestión que a EEUU no le agrada, desde que ha cambiado
abiertamente su prioridad de luchar contra el Estado Islámico por la de contener
a Irán en la región, y teme que la apertura de los pasos fronterizos entre Irak
y Siria permita el transito de equipos de apoyo desde Irán e Irak al ejército
gubernamental sirio. Una cuestión que ha quedado patente con el control que EEUU
ha establecido en el cruce fronterizo entre Irak y Siria, en el sur de la ciudad
de Al-Rutba, en la provincia de Al-Anbar, sita en el oeste de Irak, por la que
pasa la carretera que une Bagdad con Damasco.
El final del dominio territorial del Estado Islámico en
Siria e Irak va a suponer que quienes han instrumentalizado a los diferentes
grupos jihadistas contra los gobiernos legítimos de Siria e Irak se queden sin
combatientes para hacerles frente.
El declive del Estado Islámico refuerza a
los gobiernos legítimos de Siria e Irak y a sus principales aliados: Rusia e
Irán. Y paradójicamente, supone a su vez el declive de la
influencia de las monarquías árabes, Israel y EEUU en la región.