09/05/2018
NOTICIA.
El 08/05/2018, el presidente de EEUU Donald Trump, anunció el abandono de
Estados Unidos del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA).
La
paciencia estratégica
El
16/01/2016, tras la publicación del informe del Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA), confirmando que Irán había cumplido con sus obligaciones
definidas en el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA), alcanzado entre este
país y el Grupo 5+1 (Reino Unido, China, Francia, Rusia, EEUU y Alemania) en
julio de 2015, la ONU dio por concluidas las sanciones que pesaban sobre Irán.
También en
esas fechas, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, confirmó que en
cumplimiento del (JCPOA), EEUU había levantando las sanciones impuestas al Banco
Central y la compañía petrolera estatal de este país. A su vez, la alta
representante de Política Exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, en
una rueda de prensa conjunta con el ministro de Asuntos Exteriores de Irán,
Mohamad Yavad Zarif, en Viena, confirmaría que la UE también había levantado
todas las sanciones económicas y financieras impuestas a Irán. 28 Meses después,
el presidente de EEUU Donald Trump, anunció el abandono unilateral de Estados
Unidos de este acuerdo.
La
naturaleza de EEUU de no respetar ni cumplir los acuerdos internacionales no es
nueva. En los últimos años ha venido incumpliendo sistemáticamente la resolución 2254 aprobada
por unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU) el 18/12/2015, que
insta a mantener la unidad territorial de Siria, y ahora le ha tocado el turno
al incumplimiento de la resolución 2231, aprobada también por unanimidad en el
CSNU el 20/07/2015, que puso fin a las sanciones anti-iraníes impuestas a través
de la resolución 1929 aprobada por el CSNU el 9 de junio de 2010.
EEUU,
entiende que su estatus de superpotencia mundial le permite actuar contra la
legalidad internacional que el mismo suscribe por la impunidad en la que quedan
sus incumplimientos.
En derecho y
justicia universal, las sanciones debieran recaer sobre quien incumple un
acuerdo, pero paradójicamente, EEUU por su capacidad de sancionar a otros
países, es incumplidor y sancionador, mientras que Irán que es, según la (OIEA),
quien cumple estrictamente con el JCPOA, es quien recibe las sanciones. Con esta
acción, EEUU vuelve a imponer la ley de la selva en las relaciones
internacionales, por encima de los valores del respeto a la ley y los valores de
justicia universal.
El
precedente que sienta a nivel internacional su retirada unilateral del JCPOA, es
que ningún acuerdo puede ser suscrito con EEUU si los mismos no establecen
sanciones para quien lo incumpla. Con esa medida el incumplidor tendría que
enfrentarse a la dura realidad de tener que afrontar sanciones en su contra por
la comunidad internacional, lo cual sería un factor disuasorio. Una enseñanza
que todas las naciones que negocian acuerdos con EEUU, debieran tener en cuenta
por la naturaleza poco fiable de esta nación.
La política
de la actual administración estadounidense de EEUU primero, se está desvelando
como una política que prioriza el unilateralismo en las relaciones políticas y
económicas internacionales. Con ello, las instituciones como la OMC, en el
ámbito comercial, y la ONU en el de política internacional, de facto pierden su
efectividad. Esta política de exclusividad, EEUU no solamente la aplica a sus
adversarios internacionales como puede ser China en el ámbito comercial, y Rusia
e Irán en el político, sino también a sus más próximos aliados del G7, a quienes
les viene imponiendo sistemáticamente una política de hechos consumados, sin que
sus opiniones cuenten en las decisiones que les afectan directamente como son
las políticas comerciales entre la UE y EEUU, y ahora el abandono por parte de
EEUU del JCPOA.
La falta de
respuestas contundentes en el ámbito internacional a esta política unilateral, y
las débiles protestas de los países de la UE, alientan a EEUU a seguir en esa
línea, lo que impulsa a los países fuera de la tutela estadounidense a un
estrechamiento en sus relaciones principalmente a China, Rusia e Irán, y a los
países aliados de EEUU les aboca a una mayor subordinación, o a una imposible
rebelión ante su mentor debido a la pusilanimidad de los dirigentes de los
principales países de la UE. La UE está demostrando tener un fuerte horror al
vacío de ser independiente en las relaciones internacionales. En su debilidad, el
fantasma de que un alejamiento de EEUU pueda llevar a un mayor protagonismo de
Rusia y China en la política internacional, les mantiene unidos a ultranza a
EEUU.
Sin embargo,
todas la ostentaciones de poderío de EEUU, no son sino actos desesperados por
intentar reafirmar su autoridad internacional con golpes de efecto, sin que los
mismos tengan el efecto esperado de doblegar a sus adversarios. Las sanciones a
Rusia están reafirmándole como nación, las sanciones a Irán se vuelven en un
clamor de injusticia que reafirma el eje de resistencia frente a la prepotencia
israelita en la región. La incipiente guerra comercial iniciada contra China, se
presenta como un boomerang que puede golpear a la propia economía
estadounidense. Las piedras que está levantando EEUU contra sus adversarios son
demasiado grandes y pueden terminar cayéndole a los pies.
Otro mundo
sin la hegemonía y la ley de la selva internacional estadounidense es posible,
y la creciente fortaleza en el ámbito político y económico de las naciones que
abogan por unas relaciones internacionales justas basadas en el respeto entre
naciones y a las leyes internacionales, principalmente por parte de Rusia y
China, terminarán eclipsando el unilateralismo estadounidense. Hasta ahora el
avance de esta corriente es lenta pero también inexorable. Solo queda trabajar
pacientemente en esa dirección.
La paciencia
y perseverancia estratégica es más importante que los fuegos de artificio de las
provocaciones estadounidenses.