12/04/2013
NOTICIA.
El secretario de Estado de EEUU John Kerry visita Corea del Sur
La
reunificación de Corea del Norte y Corea del Sur
John Kerry al término de la reunión con el canciller surcoreano Yun
Byung-se, afirmó en rueda de prensa, “que la preferencia de EEUU es
entablar un diálogo sobre el asunto coreano” "El verdadero
objetivo no es enfatizar el hecho de que vamos a defender a nuestros
aliados, cosa que haremos, sino subrayar ante todo el mundo las
posibilidades de paz, las
posibilidades de reunificación, las posibilidades de un futuro diferente
para la gente de la República de Corea y, finalmente, para Corea del
Norte”, señalando que consideraba que China tiene “un enorme
potencial” para ayudar a resolver la crisis en la península coreana”
Kerry informó
en la rueda de prensa que el presidente estadounidense, Barack Obama, ha
ordenado suspender las maniobras militares conjuntas con Seúl para
reducir la tensión entre las dos Coreas.
En esta
afirmación Kerry se refería a las maniobras militares conjuntas de EEUU
y Corea del Sur iniciadas en marzo, que a finales de ese mes desataron
la crisis coreana tras la utilización por parte de EEUU en el espacio
aéreo de Corea del Sur de dos bombarderos B-2 Spirit, con capacidad de
carga nuclear que llevó al líder norcoreano Kim Jong-un, a declarar el
Estado de Guerra de Corea del Norte con su vecino del Sur.
La alusión a China sobre que este país tenía que hacer más para
presionar a Corea del Norte para cesar en sus preparativos de guerra,
fue respondida indirectamente en un artículo publicado por la agencia de
noticias Xinhua el 12/04/2013 en el que se afirmaba: “John Kerry,
debía ser consciente de que su país es la clave para aliviar las
sofocantes tensiones en la península coreana”, haciendo en ese
sentido referencia a un refrán chino, <<quién ató el cascabel
al tigre debe desatarlo>>. En otras palabras, aquél que empezó los
problemas debe terminarlos.
En su análisis
el artículo señala: “El meollo del prolongado problema en la península
coreana reside en una falta de confianza mutua entre la República
Popular Democrática de Corea (RPDC) y Estados Unidos. Durante las
últimas décadas, Estados Unidos ha creído erróneamente en las sanciones
y las exhibiciones de fuerza, y en esa línea envió los bombarderos B-52
y B-2 a Corea del Sur para participar en ejercicios militares conjuntos,
un gesto al que la RPDC respondió con el anuncio de su entrada en
"estado de guerra" con Corea del Sur. Lo que demuestra, una vez más, la
inefectividad de la política basada en castigos de Washington hacia la
RPDC. Para alejar a la región del abismo de una posible guerra, lo
primero que debería hacer Estados Unidos es abandonar su enfoque
agresivo y, en segundo lugar, mantener conversaciones con Pyongyang para
aliviar así al fuerte sentimiento de inseguridad de la RPDC.
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De las
declaraciones de John Kerry es significativa la mención a la
reunificación coreana, cuestión que fue uno de los asuntos políticos
principales de la campaña electoral de Park Geun Hye a la presidencia de
la República de Corea y que tras su elección el 19/12/2012, Park Geun
Hye manifestó que trabajaría por la paz, la reconciliación y la
cooperación en el Noreste Asiático.
Este
llamamiento fue respondido por el Presidente de Corea del Norte, Kim
Jong-un, el 1/1/2013 en un mensaje de Año Nuevo en el que llamó a la
unificación de las dos Coreas. En el mensaje, que fue transmitido por
medios estatales, Kim Jong-un, pidió redoblar los esfuerzos por relajar
las tensiones entre las dos Coreas y señaló que la confrontación sólo
conduce a la guerra.
Por su parte
China, tras la elección de la presidenta coreana Park Geun-hye,
manifestó en esas fechas a través de la portavoz del Ministerio de
Relaciones Exteriores del país Hua Chunying que esperaba trabajar con la
República de Corea, para seguir promoviendo las relaciones bilaterales y
la estabilidad de la Península Coreana, pues está en línea con el
interés común de todas las partes; por su parte, el entonces presidente
de China Hu Jintao declaró que China anima de forma continua a la
República Democrática Popular de Corea y a la República de Corea a que
mejoren sus relaciones a través del diálogo y a que promuevan la
reconciliación y la cooperación a fin de alcanzar la reunificación
independiente y pacífica de la península.
Sin embargo,
las buenas intenciones reconciliatorias reflejadas en estas
declaraciones, a partir de las maniobras militares de EEUU y Corea del
Sur del mes de marzo, terminaron en una enfrentamiento entre las dos
coreas sin precedentes desde la guerra entre ambas en 1953.
La escalada de
la tensión entre las dos Coreas era un objetivo buscado por EEUU que
desde su vuelta estratégica a la región de Asia-Pacífico la viene
aumentando a través de países “aliados interpuestos”, instrumentalizando
a Japón contra China en el contencioso de las islas Diaoyu, y a Corea
del Sur contra Corea del Norte con la presión ejercida a través de la
exhibición de sus bombarderos nucleares.
Con la
estrategia de la tensión EEUU pretende dos objetivos, por una parte,
fidelizar a sus aliados a su liderazgo que se venía debilitando como
consecuencia de la progresiva integración económica regional de Japón y
Corea del Sur ante el auge económico de la región liderado por China y,
por otra parte, pretende incomodar a China para buscar ventajas en las
diferentes negociaciones con este país.
La crisis
coreana a demostrado que los países subordinados a EEUU en la región
denominados eufemísticamente “aliados”, principalmente Japón y Corea del
Sur carecen de soberanía como naciones para tomar decisiones en política
internacional, y se limitan a acatar lo que EEUU determina, por ejemplo,
cuesta creer que en las maniobras militares cojuntas de Corea del Sur y
EEUU, la utilización de los bombarderos B-2 fuera del agrado de Corea
del Sur, pues era evidente que se iba a producir una reacción de Corea
del Norte que en nada iba a beneficiar al objetivo de la presidenta de
Corea del Sur de reconciliación entre ambas Coreas, quien tras asumir la
presidencia declaro: "Cumpliré mi promesa electoral de abrir una
nueva era en la península coreana a través de una seguridad nacional
fortalecida y de unas relaciones diplomáticas basadas en la confianza
bilateral". Lo que lleva a pensar que es EEUU quien decide por Corea
del Sur ignorando las promesas electorales de su presidenta.
La escasa
sensibilidad de EEUU por el interés del gobierno surcoreano de buscar
caminos hacia la reconciliación con Corea del Norte, imponiendo con el
despliegue de los B-2 su propio criterio, y la escalada de la tensión
llevada al límite, como está haciendo Corea del Norte, necesariamente
tiene que obligar al gobierno de Corea del Sur a cuestionar su
subordinación a EEUU. Las palabras conciliatorias de John Kerry en su
visita a Corea del Sur muestran que están más dirigidas a satisfacer al
gobierno de ese país, que a aplacar las iras del Corea del Norte,
hablando por primera vez de forma abierta de la reunificación
coreana.
La reunificación de la península coreana en una sola nación traería la
estabilidad definitiva a la región, para ello previamente tienen que
crearse las condiciones de confianza mutua entra ambas Coreas para poder
implementar un hoja de ruta al respecto. Pero la reunificación coreana
de la que habla EEUU no tiene ninguna posibilidad de materializarse.
EEUU pretende una reunificación manteniendo su poder militar en la
península de Corea, lo que supondría no una reunificación sino una
capitulación de Corea del Norte.
Este tipo de
reunificación a la Alemana, que tras la reunificación de los dos
Alemanias (RFA y RDA) le permitió a EEUU pasar de tutelar militarmente a
la República Federal a tutelar toda Alemania, no es viable en la
península coreana, porque en ningún caso lo va admitir Corea del Norte.
Para Corea del Norte cualquier escenario de reunificación pasa por la
salida de EEUU de la península coreana, cuestión que tampoco lo va
admitir EEUU. Y el escenario de reunificación por la fuerza que
conllevaría una nueva guerra entre las dos Coreas es mejor descartarlo.
Tras la crisis
de los B-2 y la declaración de "Estado de Guerra" de Corea del Norte, es
evidente que en las posibles negociaciones que se puedan abrir entre
ambas Coreas, o en la negociación a seis bandas (las dos coreas, más
EEUU, Japón, Rusia y China), las premisas de negociación para la
desnuclearización de la península coreana ya no podrán ser las de antes
de la crisis. En las mismas, Corea del Sur y EEUU tendrán que avenirse a
negociar el papel militar de EEUU en la península coreana. Carecería de
sentido pedir el fin del programa nuclear de Corea del Norte mientras
que EEUU hace, en la frontera de ese país, exhibiciones de los
bombarderos B-2 con capacidad para portar armas nucleares. Tras el nivel
de ruptura alcanzado en las relaciones entre las dos Coreas, las
primeras medidas tendentes a restaurar la confianza pasan
inevitablemente por acabar con el tipo de maniobras militares que han
generado la crisis.
En el
desencadenamiento de la crisis coreana Rusia y China tienen gran parte
de responsabilidad por la
política de apaciguamiento que vienen practicando con EEUU en la región.
Las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Corea del Norte
por su programa armamentístico nuclear debieran haber venido
recíprocamente acompañadas de la exigencia y condición a EEUU de que las
maniobras militares en Corea del Sur se realicen en base criterios
acordados en el propio consejo de Seguridad, con lo que se hubiera
evitado la escalada actual.
Al no existir
esa condición, de facto las sanciones contra Corea del Norte son
interpretadas por EEUU como una autorización para elevar el nivel de
amenaza sobre ese país, como así ha sido, lo que ha provocado una
reacción desproporcionada de Corea del Norte al interpretar que se
encontraba ante una invasión consentida tácitamente por el Consejo de
Seguridad.
La historia
está cargada de ejemplos en los que a las potencias militarmente
beligerantes no se les aplaca con medidas de apaciguamiento sino
solamente desde la firmeza. En las historia reciente, el ejemplo más
claro es el de Libia. China y Rusia autorizaron la imposición de una
zona de exclusión área sobre Libia par contentar a EEUU y este país y
las potencias de la OTAN, interpretaron esa aprobación a su antojo. Ello
ha llevado a Rusia y China a ser más cautos en el conflicto en Siria.
Ahora la
situación en la península de Corea debiera hacer reflexionar a Rusia y
China para tener un criterio más firme aplicable a todas las situaciones
en las que EEUU pretenda usar la fuerza de las armas para agredir o
intimidar, sea a Siria, Corea del Norte, Irán, o cualquier otro país.
La paz solo
puede ser fruto de una política firme de contención de quien utiliza la
fuerza de las armas en las relaciones internacionales y hace de las
mismas su carta de presentación. El apaciguamiento solo trae más tensión
y guerra.