25/04/2015
NOTICIA.
El 24/04/2015, con la asistencia de representantes de más de cien países
de Asia y África, fue clausurada la cumbre conmemorativa por el 60º
aniversario de la Conferencia de Bandung.
El
retorno del espíritu de Bandung
Del
22/04/2015 al 24/04/2015, bajo el lema "Fortalecer la Cooperación
Sur-Sur para Promover la Paz y la Prosperidad Mundiales", ha tenido
lugar la Cumbre conmemorativa por el 60º aniversario de la Conferencia
de Bandung. En la Cumbre han participado: 33 jefes de Estado y de
gobierno; 77 representantes de otros países de Asia y África, y 17
organizaciones internacionales.
El
presidente de Indonesia, Joko Widodo, como representante del país
anfitrión en su discurso de apertura, sería quien definiría el significado
actual del
espíritu de Bandung. “El mundo necesita un liderazgo global
cooperativo que se ejerza de una manera justa y responsable”. "Sentimos
la injusticia global cuando un grupo de naciones establecidas son
reacias a reconocer que el mundo ha cambiado". La economía global no
puede ser gestionada solamente por tres instituciones financieras
internacionales. “La dependencia exclusiva del Banco Mundial (BM), del
Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Asiático de Desarrollo (BAD)
es una visión obsoleta”. “Tenemos que establecer un orden económico
global abierto a las nuevas potencias económicas emergentes”.
China,
la nación asiática que tiene una más estrecha relación con África, en la
intervención del presidente Xi Jinping, hizo un llamamiento a promover
la construcción de una comunidad de destino
común para toda la
humanidad de acuerdo con el tradicional Espíritu
de Bandung de
solidaridad, amistad y cooperación, proponiendo a los representantes
asiáticos y africanos trabajar en tres direcciones: 1. la cooperación
entre Asia y África, uniendo las estrategias de desarrollo en base a la
complementariedad económica que impulse el crecimiento común; 2. la
ampliación de la cooperación Sur-Sur global, para mejorar las
condiciones de vida de sus pueblos; 3. la cooperación Sur-Norte, basando
las relaciones entre los países en desarrollo y desarrollados en el
respeto mutuo y la igualdad sin condiciones políticas.
Al
término de la Cumbre los representantes políticos asiáticos y africanos
suscribieron un documento de 41 artículos, con el compromiso de
impulsar la cooperación en un amplio rango de campos entre los que
destacan: la promoción del comercio; la logística; la inversión; el
transporte; el turismo, y el combate contra el crimen organizado y el
terrorismo transnacional.
La
Cumbre finalizó con un llamamiento del presidente de Indonesia, a “promover
el entendimiento mutuo, la paz mundial y poner fin a todas las formas de
violencia”.
La
Cumbre proclamó el 24 de abril como el día de Asia-África.
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En 1955,
representantes de 29 regiones y países asiáticos y africanos se
reunieron en Bandung para tratar sobre la independencia, la paz y la
prosperidad económica. La iniciativa partió de los primeros países
descolonizados en Asia: Indonesia, India, Pakistán, Ceilán (Sri Lanka) y
Birmania (Myanmar), reuniendo a otros 24 más, entre los cuales solo seis
africanos, los únicos para la época no colonizados. El encuentro se
realizó, en una coyuntura internacional caracterizada por la permanencia
del sistema colonial en vastas áreas del mundo y la confrontación entre
dos grandes potencias o bloques. El objetivo de la conferencia era
proclamar un nuevo pensamiento independiente de los bloques alineados
por la Guerra Fría, proclamando los cinco principios de la coexistencia
pacífica: 1. el respeto a la soberanía e integridad territorial de cada
país; 2. la no agresión; 3. la no injerencia en los asuntos internos de
otros Estados; 4. la igualdad en las relaciones, y 5. el beneficio
mutuo.
Sesenta
años después de la Conferencia de Bandung el mundo ha cambiado, pero los
valores de solidaridad, amistad y cooperación entre naciones que
inspiraron la misma, siguen vigentes. En Asia y África, las naciones en
desarrollo del Oriente asiático y del África austral, guiadas por el
espíritu de Bandung de colaboración y respeto entre naciones, se
están situando a la cabeza en potencial de desarrollo y dinamismo
económico.
En el
mundo en general, también han surgido una serie de nuevos desafíos. La
brecha entre el Norte y el Sur sigue abierta, y es necesario abordar
mejor el equilibrio entre el desarrollo económico y la protección
medioambiental. Para enfrentar estos desafíos, la humanidad precisa de
un ideario orientado a la construcción de una comunidad global de
naciones para un desarrollo cooperativo, que relegue históricamente a la
vieja cultura imperial de la confrontación para obtener beneficios
unilaterales de unas naciones a costa de otras.
Después
de 60 años la esperanza para los países en desarrollo es mayor. Si en la
Conferencia de Bandung de 1955 la fuerza de los principios allí
proclamados tenía apoyos muy limitados, ahora, como se ha visto en la
cumbre de conmemoración del 60 aniversario, el número de naciones y las
fuerzas políticas y económicas que proclaman que quieren avanzar en un
desarrollo cooperativo se ha incrementado. El
avance en la relación Sur Sur posibilita la relación Sur Norte en
términos más equitativos, por el contrario, la debilidad del Sur
perpetúa la tradición imperial del Norte. Esa
es la relación dialéctica que marca en la actualidad las geoestrategias
globales, el Norte intentando contener y tutelar el desarrollo de los
países emergentes a través de promover la desestabilización y la guerra
económica de las sanciones para mantener su estatus de dos siglos de
predominancia mundial, y los BRICS y otros países en desarrollo
promoviendo la cooperación en favor de una transformación mundial hacia
un desarrollo soberano de todas las naciones.
La
pequeña ola que emergió en Bandung en 1955, en la actualidad ha
aumentado su tamaño notablemente y, en la medida que los países en
desarrollo partidarios de la cooperación aumenten su participación en la
economía mundial, se avanzará en el camino hacia una civilización
mundial más fraternal.