23/05/2016
NOTICIA.
El 22/05/2016, el Presidente de EEUU, Barack Obama, inicio su gira asiática que
le llevará a Vietnam y Japón.
EEUU. Sorteando sus
responsabilidades históricas
El 22/05/2016, el Presidente de
EEUU, Barack Obama, llegó a Vietnam donde estará tres días para tratar asuntos
comerciales, para posteriormente marchar a Japón donde asistirá a la reunión del
G7, en ese país, visitará la ciudad de Hiroshima. Sin embargo, en ninguno de los
dos sitios brutalmente golpeados por EEUU en el pasado, Barack Obama, tiene
intención de asumir las responsabilidades históricas de EEUU, por la devastación
llevada a cabo en Vietnam durante su intervención militar entre los años 1964 y
1975, y de los bombardeos atómicos sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en
agosto de 1945.
EEUU, ha sido la única nación
que no ha tenido reparo en utilizar las dos armas consideradas más letales y
antihumanas de destrucción masiva, las nucleares, y las químicas, orientadas
expresamente contra la población civil. Los bombardeos nucleares sobre Hiroshima
y Nagasaki costaron la vida a cientos de miles de personas, la inmensa mayoría
civiles, y en Vietnam más de 4.800.000
personas padecieron las consecuencias del agresivo herbicida denominado agente
naranja.
Para EEUU: el no reconocimiento
de la jurisdicción de los tribunales internacionales para enjuiciar sus
agresiones militares; el principio de que solo EEUU puede enjuiciar a sus
soldados, y el no pedir perdón a las victimas de sus acciones, son fundamentos
que forman parte de su cultura
imperial, y ningún presidente se atrevería a cambiarla; en el caso de
Vietnam no lo hizo Bill Clinton cuando visitó ese país en el año 2000, ni George
W. Bush en el 2006, y tampoco lo hará ahora Barack Obama, pues ello sería
considerado como una derrota moral, que cuestionaría sus intervenciones armadas
no solo del pasado sino del futuro, y esa cultura
de supremacía moral precisa ser
preservada envolviéndola en una fuerte carga de cinismo donde
el agresor puede hablar de derechos humanos a sus victimas, y sirve para
justificar ante su ciudadanía la política de injerencias o intervenciones
armadas.
EEUU, en su obsesión por
contener a China, está intentando articular la estrategia de unir en torno a su
liderazgo a las naciones que mantienen pleitos territoriales con China, como
Japón y Filipinas, y en el caso de Vietnam tiene la pretensión de aprovechar sus
buenas relaciones comerciales y las diferencias que han surgido entre Vietnam y
China sobre la soberanía de algunas pequeñas islas fronterizas, para unir a
Vietnam a esa coalición. Sin embargo, tal cuestión es muy difícil que suceda.
China y Vietnam mantienen unas buenas relaciones de vecindad, sus diferencias
territoriales han decidido resolverlas bilateralmente, sin entrar en el juego
político de la tensión que
pretende EEUU.
Por otra parte, Vietnam
mantiene unas estrechas relaciones con Rusia, siendo ésta su principal proveedor
de armamento y futuro socio constructor de la primera central nuclear de
Vietnam, además Vietnam está muy integrada en el comercio en el marco de la
ASEAN de la que forma parte, y aspira unir su horizonte comercial al proyecto de
Unión Euroasiática liderada por Rusia y a la iniciativa de China de la Nueva
Ruta de la Seda, pues aunque Vietnam participe en el TPP, es en el emergente
espacio económico asiático donde se desenvuelve gran parte de su intercambio
comercial, siendo sus principales socios comerciales en importaciones: China
30,4%; Corea del Sur 15%; Japón 8,9%; Tailandia 4,9%, Singapur 4,7%, y EEUU
4,4%, y en exportaciones: EEUU 20%; China 10,4%, Japón 10,3%, y Corea del Sur
5%. (Fuente CIA 2014).
A pesar del acercamiento de
EEUU a Vietnam, la dirigencia de este país difícilmente pueden considerar a EEUU
un socio fiable más halla de lo fijado estrictamente en los acuerdos
comerciales, pues EEUU pretende, y no lo oculta, en última instancia, al igual
que sucede con Cuba, subvertir el orden político de esas dos naciones.
La reunión del G7 prevista en
Japón para los días 26 y 27, sin duda tendrá en su agenda la contención de China
y de Rusia, esa es una de las razones por las que la cumbre se realiza en Japón.
EEUU pretende seguir agitando las aguas del mar de China y persistir en su acoso
a Rusia por el Este y el Oeste, y para esta confrontación precisa fidelizar a
su estrategia principalmente a Alemania y Japón, naciones tuteladas militarmente
por EEUU donde tiene
desplegados miles de soldados. Sin embargo, el desarrollo económico y de la
conectividad asiática tanto en el Pacífico como en el espacio euroasiático
precisa de la paz y la estabilidad como
elemento fundamental y, por ello, las pretensiones desestabilizadoras de EEUU,
son vistas con recelo por la mayoría de las naciones asiáticas libres de la
tutela estadounidense.
EEUU precisa ocultar sus
ambiciones de dominación global con el discurso de la exportación de los
derechos humanos, los cuales los vulnera sistemáticamente con sus intervenciones
militares fuera de sus fronteras y que han sido la causa del mayor número de
muertes por causas bélicas desde la Segunda Guerra Mundial, con su implicación
directa en casi todas las guerra habidas desde entonces: (Irán
1946, 1954); (Grecia 1946-1947); (Corea 1951-1953); (Vietnam (1964-1975);
(Egipto 1956); (Líbano 1958, 1982-1984; (Laos 1962, 1971-1973); (Camboya
1969-1975); (Granada 1983-1984); (República Dominicana 1965-1966); (Somalia
1992-1994); (Yugoslavia 1999); (Afganistán 2002-2016); (Irak 1958, 1990,
2003-2011); (Libia 2011).
Barack Obama,
previamente a su actual gira asiática, ya ha anunciado que no pedirá perdón en
nombre de EEUU por los bombardeos atómicos de Hiroshima
y Nagasaki, ni por la guerra química contra Vietnam pero, sin esa premisa,
cualquier discurso por parte de un representante estadounidense que trate sobre
la paz y los derechos de las personas o de los pueblos, solamente resulta un
enorme ejercicio de cinismo con el que sortear las
responsabilidades históricas de
EEUU, un legado con el que Obama pasará a la posteridad.