29/10/2015
NOTICIA.
El 29/10/2015, el Partido Comunista de China (PCCh) aprobó las
propuestas para el XIII Plan Quinquenal de Desarrollo Económico y Social
(2016-2020).
China. Hacia una nueva modalidad de desarrollo
El
presente año concluye el XXII plan quinquenal y, tras un prolongado
proceso de consultas y sugerencias en el que han participado los
afiliados del Partido Comunista de China (PCCh), los ocho pequeños
partidos aliados del PCCh, y diversas instituciones técnicas y políticas
cualificadas, el comité central del PCCh máximo órgano entre congresos
aprobó las propuestas que pasarán a los órganos institucionales
correspondientes para su implementación entre los años 2016 – 2020.
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Desde la
fundación de la RPCh en 1949, los planes quinquenales si bien han ido
contribuyendo a la construcción económica del país, globalmente carecían
de importancia en la marcha de la economía mundial, pero progresivamente
debido a un crecimiento medio anual del 10% de PIB durante tres décadas
la economía China ha ido cobrando importancia y, tras la crisis del
2008, China se ha convertido en un actor destacado en la formación de la
economía mundo, constituyéndose en la segunda economía mundial y en el
principal contribuyente al crecimiento total de la economía mundial con
una aportación de más del 30% anual. Es por ello, que el XIII plan
quinquenal, tiene en la actualidad especial importancia no solamente
para el desarrollo de China sino para la marcha de la economía mundial.
Los
desafíos que se enfrenta China en los próximos cinco años son de diversa
índole, pues no solamente tienen que ver con el crecimiento económico,
con una previsión en torno al 7% del PIB, sino con que el mismo debe
realizarse abordando un cambio profundo de su estructura económica, en
la que los motores de crecimiento ya no van a poder sustentarse en la
producción manufacturera basada principalmente en patentes extranjeras y
orientada a la demanda de los países ricos, sino que tendrá que hacerlo
en una economía volcada hacia la innovación y la mejora continúa de la
productividad y de la calidad de los productos ofertados. El paso
económico de fabricado en China, ha construido en
China, supone un cambio cualitativo de ser una nación cuyo activo
más importante era la mano de obra barata, a constituirse en una nación
que concentre la investigación científico técnica, el diseño de los
productos, su fabricación y la puesta en el mercado de los mismos en un
relación de calidad precio competitiva.
A pesar
de que China se encuentra ya en ese camino, el XIII plan quinquenal
supone una orientación
integral encaminada a
cumplir el objetivo del denominado primer centenario en el 2021 de la
fundación del PCCh, en el que los dirigentes chinos pretenden convertir
a China en una sociedad modestamente acomodada alcanzando la meta de los
10.000 dólares de renta per cápita.
Una de
las preocupaciones más importantes que han venido manifestado los
dirigentes chinos en la evolución de la economía es evitar la trampa de
los ingresos medios, que ocurre cuando el crecimiento de un país se
estabiliza y eventualmente se estanca luego de alcanzar niveles medios
de ingresos. Según el Buró Nacional de Estadísticas del gobierno chino,
China se convirtió en un país de ingresos medios en el año 2012 después
de que su producto
interior bruto (PIB)
superara los 5.000 dólares per cápita, y alcanzara los 7.575 dólares en
el año 2014. Las estadísticas del Banco Mundial muestran que solamente
13 de 101 países y regiones que entraron en la etapa de ingresos medios
en la década de los años 60 del siglo XX escaparon a la trampa de
estancamiento en los ingresos medios, entre ellos se encuentran
principalmente los países latinoamericanos.
La
trampa de los ingresos medios afecta negativamente a las naciones en
desarrollo, principalmente por dos motivos: el primero, como puede ser
el caso de China, es debido a que el aumento de los costes laborales
conlleva que la deslocalización de empresas tienda a ubicarse en países
con mano de obra más barata, con ello las inversiones decaen; el segundo
motivo, afecta a las economías basadas en la extracción de materias
primas que induce a vivir de las rentas de las mismas desmotivando la
inversión en otros sectores económicos.
En el
caso de los países que han salido de este pozo económico, esa tendencia
solamente puede ser superada cuando se consigue una alta cualificación
en la innovación y diseño de productos y servicios para situarse en la
vanguardia del avance económico. Ese es el empeño de China y su tabla de
salvación. Entre los sectores económicos en los que China se plantea
convertirse en líder mundial están: el sector de las energías renovables
y su aplicación a productos e infraestructuras como trenes de alta
velocidad, vehículos con motores híbridos; el campo de la informática y
su aplicación a productos y servicios; la robotización, etc..
Otro
aspecto importante en el desarrollo de la economía de China es la
creación de una sociedad con acceso a bienes y servicios de consumo
interno. Hasta ahora la demanda productiva de China provenía
principalmente del exterior, y aunque China con la modernización de su
economía pretende mantener ese rol mundial, la promoción de la demanda
interna es un factor de primer orden para aumentar la demanda efectiva
del conjunto de sus productos y servicios. En esa dirección, la decisión
del PCCh de China de poner fin a la política del hijo único aplicada
durante décadas promoviendo un cambio en la legislación para que todas
las parejas casadas puedan tener dos hijos, es una medida que no solo
contribuirá al rejuvenecimiento de la estructura demográfica, sino que
va a ser un estimulante para incrementar el consumo. Otra medida
relevante es la propuesta de extender la pensión de vejez a toda la
población y la utilización de los fondos del Estado para aumentar la
pensión actual. La sociedad china, se ha constituido milenariamente
sobre la familia, de tal manera que los ancianos debían ser cuidados por
la familia, ello ha creado una mentalidad muy apegada al ahorro frente a
las posibles inconveniencias del destino y, en la actualidad, pasar de
una mentalidad de ahorro a otra de consumo precisa del avance en la
implementación del Estado de Bienestar, principalmente en la atención en
la vejez, la enfermedad y la educación, pues la seguridad de esos
servicios por el Estado, contribuye al relajamiento de la tendencia al
ahorro como seguro de vida, y favorece la mentalidad orientada al
consumo.
Con
relación a la demanda externa, China con una fuerza laboral de 800
millones de personas, en la medida que vaya optimizando su productividad
ira disminuyendo la mano de obra necesaria para obtener un millón de
PIB, por lo que el mantenimiento del empleo le empujara a tener que
incrementar significativamente su producción y con ello su mercado
exterior, y a pesar de que el comercio más importante de China es en la
actualidad con los países más desarrollados, su expansión necesariamente
tendrá que proyectarse hacia los países en desarrollo.
China
con su enorme fuerza laboral y su potencial de innovación y de mejora
continúa de su productividad solamente puede desarrollarse plenamente
contribuyendo a desarrollar los países en desarrollo a través de
compartir con ellos sus conocimientos y sus inversiones en una relación
de ganar todos. Un modelo radicalmente diferente del que los países
desarrollados han ofrecido en los últimos setenta años a los países en
desarrollo, en el que su supremacía política y económica mundial ha
venido determinada por mantener a los países en desarrollo en el atraso
como meros suministradores de materias primas y mano de obra barata,
mientras que el crecimiento económico se realizaba por elevación del
consumo de sus sociedades que constituyen un 20% de la población
mundial, hasta que la crisis económica del 2008 mostró el límite de este
modelo de crecimiento de la economía mundial por expansión del
consumismo de una pequeña parte de la población mundial y la pobreza de
la mayoría.
China
puede contribuir a transformar el mundo porque puede transformarse a si
misma, lo que implica apostar por una mentalidad aperturista y
reformista que libere todas las potencialidades de la sociedad China. La
máxima expresada por Mao Zedong en 1956 “Permitir que 100 flores
florezcan y que cien escuelas de pensamiento compitan es la política de
promover el progreso en las artes y de las ciencias, aunque entonces
no tuvo el efecto esperado, tal vez ahora, ha llegado el momento de que
la política de reforma y la apertura en todos los ámbitos de la ciencia,
la cultura y la política avance a pasos agigantados.