01/06/2021
NOTICIA. China se prepara para celebrar el centenario de la fundación del
Partido Comunista de China (PCCh) (1 de julio 1921-2021)
El centenario del Partido Comunista de China (PCCh)
(1 de julio 1921-2021)
1. El primer congreso del PCCh 1921
2. La lucha de liberación nacional
3. La República Popular de China (RPCh) 1949
4. La cuestión de la modernización de China. 1959
5. La lucha de clases en el seno de la revolución.
1966-1976
6. Diferencias entre el PCUS y el PCCh. 1959
7. El proceso de Reforma y Apertura. 1979
8. China en una nueva era. 2012
9. La democracia socialista china
10. El XIX congreso del PCCh y la revitalización de
sus valores fundacionales. 2017
11. La política internacional del PCCh
12. La Fraternidad Universal y el Comunismo
13. Cambios en la Economía Mundo
y en la teoría marxista
19. El PCCh y el comunismo en las relaciones
internacionales
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1. El primer congreso del PCCh 1921
El Partido Comunista de China se constituiría el 1 de Julio de 1921, y
el el 23 de julio de 1921, se inauguró el I Congreso Nacional del Partido Comunista
de China en la Avenida Wangzhi Nº 106 (hoy Avenida Xingye Nº 76), situada en la
Concesión Francesa de Shanghai de aquel entonces. Al congreso asistieron 12
delegados que representaban a 53 militantes de 7 lugares, y dos observadores
delegados de la III Internacional Comunista. El Congreso acordó el nombre del
partido: Partido Comunista de China (PCCh); el programa máximo que preveía
derrocar a la burguesía, y su adhesión a la III Internacional. Con
posterioridad, los sucesivos congresos del PCCh, fueron ajustando sus
prioridades a tenor de las circunstancias históricas.
2. La lucha de liberación nacional
El II congreso, celebrado en julio de 1922 en Shanghai con la asistencia de 12
delegados, que representaban a 195 militantes, después de un análisis del
momento histórico de China definió un programa de revolución democrática
antiimperialista y antifeudal en China, dejando para otras etapas históricas
la realización del socialismo.
En la noche del 7 de julio de 1937, las fuerzas invasoras japonesas atacaron al
29º cuerpo de ejército de las fuerzas armadas chinas, acantonado cerca de Lugoqiao, puente situado al suroeste de Beijing. La inmediata reacción de esta
unidad militar, que opuso una firme y decidida resistencia, marcó el inicio de
la guerra de resistencia contra Japón y por la liberación nacional
en la que a pesar de las diferencias se opondrían el PCCh y el Kuomintang.
Con la capitulación del Japón en 1945, la débil alianza entre el PCCh y el
Kuomintang se rompió. El Kuomintang lanzó fuertes ataques contra la zonas
liberadas por el PCCh. El VII congreso del PCCh tuvo lugar en Yan´an entre abril
y junio de 1945, en él estuvieron presentes 547 delegados representando a
1.210.000 miembros del Partido. En ese congreso se consolidó el liderazgo de Mao
Zedong. En 1947 en medio de la guerra el Alto Mando del Ejército Popular de
Liberación hizo público un manifiesto planteando la consigna de liberar a
toda China. El 1 octubre de 1949, Mao Zedong proclamaría la fundación de la
República Popular China, con la frase: China se ha puesto en Pie.
3. La República Popular de China (RPCh)
En la primera década de la nueva república, se expropió la tierra a los
terratenientes y se repartió entre la población rural que constituía el 90% de
toda la población de China. En 1959, el problema de la manera en la que se debía
abordar la industrialización de China, desencadenaría una fuerte controversia
interna dentro del PCCh y de los gobernantes chinos con los de la URSS.
Por una parte, estaba la línea de quienes apostaban por una planificación
industrial centralizada para la que veían necesario el apoyo de la URSS y la
colaboración con la vieja administración milenaria de China. Por otra parte,
estaba la corriente liderada por Mao Zedong que veían con recelo la dependencia
de la URSS, y no confiaban en la vieja burocracia imperial enquistada en el
aparato del Estado.
4. La cuestión de la modernización de China
En 1959 la corriente de Mao Zedong lanzó su programa del Gran Salto Adelante,
poniendo a las comunas populares como centro de la iniciativa para la
industrialización, con ello se relegaba a los funcionarios centrales de esa
tarea. La URSS radicalmente opuesta a esta iniciativa retiró sus asesores de
China.
El fracaso de está estrategia fortaleció a la corriente del PCCh pro-URSS y
partidaria de planificar la industrialización de forma centralizada. Sin
embargo, en 1966 la corriente de Mao Zedong reunió las suficientes fuerzas y
promovería un gran movimiento de masas en la que se denominaría como
Revolución Cultural (1966-1976).
5. La lucha de clases en el seno de la revolución
Para la corriente liderada por Mao Zedong el avance de quienes pretendían dejar
en mano de burócratas no revolucionarios la industrialización de China y bajo la
tutela de la URSS, suponía la restauración del capitalismo y la subordinación a
la URSS.
El objetivo de la corriente de Mao Zedong de una depuración de la burocracia del
Estado que permitiera a China abordar más adelante la industrialización con una
administración renovada, revolucionaria y patriótica se puso en primer lugar.
En ese periodo, en el pensamiento de Mao Zedong la lucha de clases dentro de la
revolución pasó a ser la contradicción principal en el seno del pueblo,
que se concretaba en afirmaciones como: "Atacar a la burguesía en su cuartel
central" o, ¿de qué sirve avanzar en la industrialización si ello
conlleva la restauración del capitalismo? Y en lo referente a su rechazo de
la industrialización bajo la tutela de la URSS, con frases como: China no ha
expulsado al león por la puerta (refiriéndose a Japón) para dejar entrar a al
tigre por la ventana (refiriéndose a la URSS).
6. Diferencias entre el PCUS y el PCCh
Las profundas diferencias con la URSS tuvieron su mayor enconamiento en los
enfrentamientos armados en los años sesenta en la frontera del río Amur (1969).
A principios de los años setenta, en plena Guerra Fría, estas profundas
diferencias entre la URSS y China llevarían a EEUU y China a una aproximación
que permitió a China pasar a ocupar el lugar que le correspondía en la ONU
(1971) y que EEUU aceptase el principio de una sola China, por el que Taiwán
dejaba de estar representada en las instituciones internacionales como nación.
En el plano ideológico para los revolucionarios Chinos, el PCUS tras su XX
congreso (1956) que puso a Nikita Jrushchov al frente del partido y del Estado,
había entrado en política exterior en una deriva neoimperialista de pretender
tutelar a otras naciones, que le llevaría a China oponerse a la invasión
soviética de Afganistán en 1978. En el plano interno acusó a los dirigentes de
la URSS de una burocratización del PCUS que inevitablemente llevaría a las
élites bien situadas en el aparato del Estado a reinstaurar el capitalismo y a
su propia desaparición como partido, cuestión que, como si se tratara de una
premonición, así sucedió entre 1989 y 1991.
Con la Muerte de Mao Zedong en 1976, la Revolución Cultural finalizó.
Tras un breve periodo de transición, en 1979 Deng Xiaoping ocuparía la jefatura
del PCCh. En el XII Congreso celebrado en 1982, se ratificaría el liderazgo de
Deng Xiaoping, se realizaría una evaluación del periodo de la Revolución
Cultural, en el que se consideraría como un periodo basado en decisiones
erróneas del PCCh gobernado por camarillas como la banda de los cuatro,
aunque la figura de Mao Zedong salió invicta por su grandes aportaciones a la
causa de la fundación de la RPCh y la revolución, siendo considerado como el
padre de la fundación de la República Popular de China. También se decidió
redactar la
constitución actualmente vigente de la RPCh.
7. El proceso de Reforma y Apertura
Para la nueva dirigencia liderada por Deng Xiaoping, la contradicción principal
en el seno de la sociedad China se situaba entre el atraso y el desarrollo de
las fuerzas productivas, cuestión que llevaría a la implementación de las
denominadas Cuatro Modernizaciones en: la agricultura,
industria, defensa nacional y ciencia y tecnología, que ya
habían sido formuladas por Zhou Enlai en 1963, pero que con Deng Xiaoping, bajo
el principio de Reforma y Apertura de manera continuada comenzaron a
cobrar un creciente vigor.
La sociedad China sin luchas intestinas se concentró en su desarrollo, sin
embargo, hay que pensar que sin los profundos cambios que la Revolución
Cultural introdujo en la administración milenaria del Estado Chino y la
renovación en la estructura de funcionarios, el estado revolucionario chino no
hubiera sido el mismo, y Deng Xiaoping, que también sufrió en ese periodo la
relegación de sus cargos en el PCCh, tal vez no hubiera podido disponer de los
cuadros revolucionarios adecuados para llevar adelante las reformas.
Las relaciones con EEUU, le permitió a China dejar de lado la política seguida
por la URSS de persistir en las desconexión de la economía global, pasando a
integrarse en el sistema económico mundial que le permitió a partir de 1979
entrar en un periodo en las relaciones internas e internacionales de Reforma
y Apertura permanente, y convertirse en la fábrica mundial de los productos
manufacturados de las naciones desarrolladas que concentraban el grueso de la
demanda efectiva mundial.
Las grandes multinacionales encontraron en China una mano de obra barata y
disciplinada, que la convertía en el lugar perfecto para la deslocalización
industrial de los productos manufacturados en sus propias naciones. Las
potencias desarrolladas se beneficiaron de la mano de obra china, pero los
dirigentes chinos sabían que a largo plazo ello les otorgaría una ventaja en la
medida que irían mejorando los procesos producción. Con el tiempo, la mejora en
la productividad le ha permitido mejorar los salarios sin alterar la
competitividad de sus productos en el mercado internacional; su capacidad de
ahorro le ha permitido convertirse en el país con las mayores reservas de
divisas del mundo, y su perseverancia le ha llevado a mantener un crecimiento
económico sostenido durante tres décadas del 10% hasta la crisis financiera
mundial del año 2009, sacando de la pobreza extrema en tres décadas a más de 800
millones de personas.
Sin embargo, hasta la crisis del año 2009 China dependía de la demanda
efectiva de los países desarrollados para los que principalmente producía,
pero esa crisis puso a China en una encrucijada de un nuevo tiempo, en el
que debía poner en el centro de su política económica el desarrollo de
sus propias capacidades tecnológicas y la promoción del consumo interno como
motor principal de la demanda efectiva y el crecimiento económico.
8. China en una nueva era
El XVIII congreso del PCCh, celebrado en noviembre del 2012, abriría las
puertas a la implementación del nuevo modelo económico. Los nuevos
gobernantes emprenderían una profunda transformación de las fuerzas productivas
nacionales, fomentando el carácter innovador de su población que liberaría el
enorme potencial creativo de la sociedad china en ciencia y tecnología; se
iniciaría una apertura hacia los espacios económicos de los países en desarrollo
tanto en África como en América Latina; en Asia se implementaría la iniciativa
de la Nueva Ruta y Franja de la Seda, y la asociación de los BRICS
cobraría un nuevo impulso al convertirse en una asociación no solo política sino
económica.
Desde que China en el año 2012 comenzara su nuevo rumbo, con Xi Jiping como su
timonel, la economía China se ha ido situando globalmente como la más dinámica,
en medio de una persistente atonía económica de los países desarrollados,
acentuada en el último año por la pandemia de la Covid-19, que China la está
sorteando con escasa incidencia entre su población.
Las sinergias en innovación de una población de más de 800 millones de
trabajadores está convirtiendo a China en una potencia tecnológica. La mejora
continua de su productividad técnica le está permitiendo mantener una posición
competitiva ventajosa en el mercado global y la vez incrementar el poder
adquisitivo de su población. En este nuevo escenario, China ha sacado de la
pobreza extrema desde el 2012 a los cien millones de personas que todavía
estaban en el umbral de pobreza extrema, lo que le ha permitido cumplir en el
2021 con el objetivo centenario de fundación del PCCh, de alcanzar la meta de
convertirse en una sociedad modestamente acomodada.
9. La democracia socialista china
China está dirigida y gobernada por el PCCh, que cuenta con un gran apoyo
popular, reflejado en las encuestas realizadas por diferentes medios
occidentales. El Pew Research Center de Washington estimaba en 2013 que
un 85% de los chinos aprobaba la gestión de su gobierno, mientras que en EEUU
solo lo hacía el 35%. En enero de 2018, Edelman Trust Barometer, un
índice estadounidense que mide el nivel de confianza de los ciudadanos en su
gobierno, ofrecía las cifras de un 84% para China y un 33% para EEUU. En mayo de
2020, en plena pandemia de Covid-19, China Data Laboratory de la Universidad
de California señalaba que un 88% de los chinos prefería su sistema político a
cualquier otro.
La democracia china se fundamenta en las asambleas populares de barrio, distrito
etc., tal y como establece su Constitución, en las que se eligen
libremente a sus representantes para formar otras asambleas de carácter
superior, dentro del sistema de partidos del Frente Unido, liderado
indiscutiblemente por el PCCh que cuenta con más de noventa millones de
militantes.
10. El XIX congreso del PCCh y la revitalización de
sus valores fundacionales.
El XIX congreso del PCCh celebrado en octubre del 2017, perfiló el cumplimiento
de los dos objetivos centenarios, el inicialmente cumplido en 1921 de
situar a China en una sociedad modestamente acomodada, e iniciar el periodo
histórico para el cumplimiento del segundo centenario coincidente con los
cien años de la fundación del RPCh, que constará según lo acordado en el
Congreso de dos etapas. En la primera etapa, que se extenderá del 2020 al
2035, materializaremos fundamentalmente la modernización socialista mediante una
brega de 15 años y sobre la base de la culminación de la construcción integral
de una sociedad modestamente acomodada. Para entonces, nuestro país habrá
conseguido incrementar en gran medida su poderío económico, científico y
tecnológico, y ocupará un lugar en las primeras filas de los países innovadores.
En la segunda etapa, que se prolongará desde el 2035 hasta mediados de siglo,
dedicaremos 15 años más de brega a transformar nuestro país, sobre la base de la
materialización fundamental de su modernización, en un poderoso país socialista
moderno, próspero, democrático, civilizado, armonioso y hermoso (Xi Jinping).
El congreso renovó a Xi Jinping al frente del partido y con
posterioridad, Xi Jinping fue considerado por el PCCh como núcleo
rector por su acertada dirección en la nueva era de China. Un
reconocimiento que en la historia del PCCh solamente existía un precedente,
cuando en enero de 1935 durante la Larga Marcha en la Reunión de Zunyi se le
reconoció a Mao Zedong como núcleo director al frente del PCCh.
El PCCh en su historia, con aciertos y errores ha ido adaptando sus prioridades
políticas en función del cambio de los tiempos, tomando la práctica como
único criterio de verdad en el resultado de sus políticas, pero su objetivos
fundacionales de revitalización de la nación china y la construcción
del socialismo son las que han marcado invariablemente la acción política.
11. La política internacional
El PCCh como todos los partidos comunistas han tenido y tienen un compromiso
internacionalista que en su historia se ha ido concretando en diferentes
políticas según el tiempo histórico. En el periodo descolonizador con su apoyo a
los movimientos de liberación colonial; de ese compromiso surgió la política de
la colaboración Sur-Sur que le ha llevado a establecer durante décadas
estrechos vínculos con numerosos países en Asia, África y América Latina,
basados en los cinco principios de la Coexistencia Pacífica*
como eje principal de su política internacional.
Durante cinco siglos Occidente ha dominado el mundo, primero bajo el modelo
colonial, hasta después de la Segunda Guerra Mundial, y posteriormente con
el modelo neocolonial de mantener a los países en desarrollo anclados al
subdesarrollo de ser exclusivamente suministradores de materias primas.
Los países desarrollados acostumbrados a ser globalmente líderes en solitario en
innovación y productividad, perciben con inquietud la emergencia de China,
aunque existen diferencias. Los países de la UE, a la vez que compiten con
China, están inclinándose a participar de los beneficios del auge de China; en
cambio, EEUU, dominador global de las relaciones económicas y financieras
mundiales, se orienta hacia la contención de China, pero en un mundo
económicamente globalizado los efectos de sus políticas destructivas como
la imposición de barreras comerciales y el acoso a empresas chinas pioneras en
innovación como Huawei, son limitados, y no van a impedir el desarrollo de
China.
12. La Fraternidad Universal y el Comunismo
La fraternidad universal es un ideal que la humanidad ha venido
persiguiendo desde los inicios del cristianismo y posteriormente también con el
Islam, las dos religiones monoteístas más importantes en el mundo.
los
pensadores de la Ilustración (siglo XVIII) proclamaron la
Felicidad Social Terrenal como una de sus metas. La
Felicidad Social como objetivo de la nación se incluyó en la Declaración de
Independencia de EEUU (1776) y en la constitución francesa de 1793. Para los
ilustrados, el hombre como especie era
perfectible
y la Tierra podía dejar de ser inevitablemente un valle de lágrimas y
convertirse en un lugar donde alcanzar la Felicidad Social y la Fraternidad.
En el siglo XIX, estas diferencias de criterio establecerían un profundo debate
entre la corriente filosófica idealista liderada por Hegel (1770-1831) y la
materialista encabezada por Feuerbach (1804-1872) y
Marx (1818-1883). Este último
basado en la experiencia histórica, consideró que la fraternidad universal
abordada desde un punto de vista idealista basada en la supuesta
emergencia y perfección del espíritu proclamada por Hegel, era una
utopía.
Marx, desde una interpretación
materialista y científica de los cambios históricos, dedujo que “el hombre
era para el hombre, lo que son las "relaciones económicas” entre los seres
humanos, y hasta entonces, las relaciones económicas que habían
prevalecido milenariamente habían estado regidas por la ley de la selva del más
fuerte sobre el débil, debido a la división entre clases sociales superiores e
inferiores de siervos y esclavos, basadas en el poder del dinero y la codicia. Y
eran estas relaciones económicas las que habían alienado al ser humano en
la superestructura de las ideas, y enajenado su capacidad para ser
bondadoso y cooperativo.
Marx consideró que mientras
persistieran estas relaciones económicas de dominación basadas en la ley del más fuerte, no
puede haber fraternidad entre los seres humanos, para ello era necesario
cambiarlas por otras basadas en la colaboración, y puesto que el hombre estaba
capacitado para cambiar el orden social, era una meta a la que el género humano
podía aspirar, pero este cambio solo era posible si se producía a escala mundial
por la interrelación global de las relaciones económicas.
En ese camino habría muchas etapas
intermedias, que correspondería a la intelectualidad comprometida con ese
objetivo y basada en la practica de aciertos y fracasos como único criterio
de verdad histórica, desvelarlas y trazarlas.
Es esta interpretación, la más
acabada nunca realizada desde el punto de vista de la ciencia social, sobre la
que descansa la factibilidad de que el género humano pueda conquistar la
Fraternidad Universal que dio nombre al Comunismo, y da nombre a los partidos
comunistas como meta final de su ideología, que en la actualidad, en el caso
del PCCh, se resume en la propuesta realizada al conjunto de la humanidad, de
avanzar desde la diversidad de las ideologías, naciones y sistemas políticos
hacia una Comunidad Universal de Destino Compartido.
13. Cambios en la Economía Mundo
y en la teoría marxista
Desde el punto de vista marxista,
ha existido una cierta confusión entre socialismo y
comunismo,
debido a las transformaciones experimentadas de la
Economía Mundo desde la primera mitad del siglo XIX.
Engels (1820-1895) en los
Principios del Comunismo (1847) afirma que debido a las
interconexiones económicas globales "la revolución comunista no será una
revolución puramente nacional", sino mundial y
tendría su origen en los países
industrializados de la época, es decir, en Inglaterra, América (EEUU), Francia y
Alemania, y desde los mismos se extendería al resto del mundo.
De manera diferente, Lenin (1870-1924) en "La
consigna de los Estados Unidos de Europa" (1915), afirma que el cambio
global experimentado por los imperios europeos de renuncia al libre mercado
mundial, como sucedía en 1847, y haber evolucionado a un modelo de desarrollo
económico proteccionista por áreas geoeconómicas de influencia exclusiva, era la
causa de la disputa entre ellos para aumentar su influencia respectiva, y había
sido el origen de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), y en ese contexto era
posible la revolución socialista en un solo país, que se desconexionaría de los
diferentes imperios europeos. Una realidad geopolítica que en la primera mitad
del siglo XX propició la revolución soviética de 1917, y derivó en dos cruentas
guerras mundiales.
Sin embargo, ni Engels ni Lenin, vivieron la fase de la Economía Mundo de
la descolonización que cobró fuerza al término de la Segunda Guerra
Mundial y que ha configurado el mosaico de naciones del Tercer Mundo que
concentran a la inmensa mayoría de la población y los desheredados de la Tierra.
Tras la desaparición de los
imperios coloniales europeos, surgió un nuevo modelo de relaciones económicas
entre el Centro del sistema económico mundial liderado por EEUU, y la
Periferia de los países en desarrollo: El neocolonialismo, que se
fundamenta en que los países en desarrollo deben ser exclusivamente
suministradores de materias primas y mano de obra barata, mientras que los
países desarrollados se mantienen como detentadores de la tecnología y la
finanzas que les permite perpetuar un intercambio desigual del valor de las
mercancías y, con ello, acaparar la acumulación de capital global.
Este modelo se sustenta en una
alianza de los países desarrollados con diferentes oligarquías de los países en
desarrollo que son conjuntamente con los países desarrollados los beneficiarios
del modelo neocolonial.
Por otra parte, al término de la Segunda Mundial, en los países desarrollados,
se alcanzó un consenso entre los partidos socialdemócratas y las burguesías
nacionales para la instauración del Estado de Bienestar, y aunque desde
el punto de vista burgués esa concesión se realizó como freno al auge de los
partidos comunistas, para la clase trabajadora supuso una mejora sustancial de
sus condiciones materiales de existencia que ha llevado a conformar
sociedades altamente consumistas que concentran la mayor parte de la demanda
efectiva global, y son beneficiarias indirectas del modelo neocolonial
mundial.
En el propio concepto marxista,
las condiciones materiales de existencia son en última instancia las que
determinan la conciencia de los seres humanos y las clases sociales, y los
cambios efectuados en la clase obrera de los países desarrollados la relegaron
como sujeto transformador global, y los partidos comunistas europeos que habían
representado en la primera mitad del siglo XX a las clases trabajadoras entraron
en un proceso de declive o extinción.
De la mano de estos cambios, la
intelectualidad occidental de izquierdas que había deslumbrado durante un siglo
(1845-1945) en la convicción de ser el Centro de la revolución mundial,
comenzó a integrarse en el estatus del nuevo modelo necolonial, alimentando en
su vanidad desde poderosas corporaciones mediáticas un discurso ideológico
neocolonial de supremacía política occidental para regir los destinos del mundo.
Un discurso que en el fondo es la
continuidad del discurso colonial de la exportación de la civilización
occidental a los pueblos atrasados del mundo, pero adaptado a los nuevos
tiempos, y que en su conjunto conforma con otro rostro la ideología de
la dominación mundial desde el
centro del sistema económico mundial (G-7), siendo utilizada por las oligarquías
financieras de los países desarrollados para justificar sus intromisiones en las
naciones en desarrollo, tutelarlas política y económicamente y castigarlas
mediante sanciones económicas o intervenciones militares cuando no se someten a
su tutela.
Quien si vivió desde el marxismo de muy primera mano la fuerza de la
desconolización y las transformaciones socioeconómicas en el Primer Mundo de los
países desarrollados fueron los comunistas Chinos con Mao Zedong y Deng Xiaoping
como líderes. En esta nueva realidad global, desde el marxismo, surgió una nueva
interpretación de los cambios históricos: el sujeto principal transformador
mundial, ya no estaba en el Centro del sistema económico mundial, ni en
el modelo de la URSS de desconexión de la economía mundial, sino en los
desheredados del Tercer Mundo y en la relación entre las naciones sustentada en
los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica*.
Sin embargo, ninguna de las interpretaciones marxistas según los diferentes
momentos históricos, han dejado de considerar que si bien el socialismo es
factible por naciones (entendido como la propiedad de los principales medios de
producción por el Estado puestos al servicio del pueblo), el comunismo o
Fraternidad Universal, tendrá que ser Mundial, o no lo será,
pues las relaciones entre todos
los seres humanos se realizan a escala global.
14. El PCCh y el comunismo en las relaciones
internacionales en el siglo XXI
En el siglo XXI, una vez:
1. Concluida la etapa de formación de las naciones.
2. Con la desaparición de la URSS que representaba el modelo de desconexión del
sistema económico mundial.
3. La incorporación de China a la OMC en el año 2001.
La globalización económica se ha impuesto de manera definitiva, y las relaciones
de producción globales son una realidad que condicionan como nunca las
relaciones entre las naciones y entre todos los seres humanos.
En este nuevo escenario existen dos propuestas globales en el tipo de relaciones entre
las naciones, por una parte la corriente más poderosa es la liderada por EEUU,
los países desarrollados y las oligarquías de países en desarrollo tuteladas por
EEUU, apegados a la ideología de la dominación mundial. Esta corriente fundamentada en la tradición occidental del
darwinismo social, o ley del más fuerte:
1. Impiden el establecimiento de la confianza entre naciones.
2. Fortalecen las ideologías xenófobas y racistas,
3. Obligan a las naciones a armarse militarmente unas contra otras.
La otra corriente está liderada por China bajo la dirección del PCCh. El
Comunismo que da nombre al partido, es un ideal fundacional que aspira a la
Fraternidad Universal entre todos los seres humanos, y en la actualidad
tiene su concreción en la propuesta del PCCh de alcanzar una comunidad
mundial de destino compartido entre todas las naciones basada en los
cinco principios de la Coexistencia Pacífica*.
En la medida que esta corriente gana peso en las relaciones internacionales:
1. Se avanza en el hermanamiento entre las naciones.
2. Aumenta la confianza que contribuye a crear condiciones para el desarme y la
consolidación de la Paz mundial.
3. Aumenta el papel de la ONU como encuentro fraternal de las naciones para
resolver los graves problemas a los que se enfrenta la humanidad, como el cambio
climático, la pandemia de la Covid-19, y la desaparición de las armas nucleares.
En definitiva, la relegación del discurso de supremacía política occidental
para regir los destinos del mundo y el avance de las relaciones fundamentadas
en los cinco principios de la Coexistencia Pacífica*,
es lo que pueden permitir en la actualidad avanzar hacia el objetivo de la
fraternidad universal entre las naciones y los seres humanos.
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*La Coexistencia Pacífica se resume en cinco
puntos: 1. el respeto a la soberanía e integridad territorial de cada país; 2.
la no agresión; 3. la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados; 4.
la igualdad en las relaciones, y 5. el beneficio mutuo.
Discurso
del secretario del Partido Comunista de China (PCCh) en el centenario de
la fundación del PCCh
Xin Jinping
1 de julio 2021
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El Partido
Comunista de China y su visión histórica de inclusividad mundial
2 de julio de 2021
Por Diario del Pueblo
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Logotipo del centenarios del Partido Comunista de China (PCCh)