(Febrero 2012)
NOTICIA. Rusia desarrollará un sistema de defensa aeroespacial que la
blindará frente a misiles de la OTAN
Escudo antimisiles.
La lanza y el escudo
Tras la emancipación de los países del Este de Europa del poder
soviético, la URSS desapareció de forma relativamente pacífica, el Pacto
de Varsovia se disolvió poniendo fin a cuatro décadas de Guerra Fría en
confrontación con la OTAN. Una vez finalizada la Guerra Fría, desde el
punto de vista de un nuevo reequilibrio de fuerzas mundiales, parecía
obvio que la OTAN siguiese los pasos del Pacto de Varsovia, pero no fue
así. Las razones estratégicas fueron varias, los países del este europeo
debido a su antigua relación con Rusia seguían temiéndola y vieron en la
OTAN un refugio para su defensa, pero la razón más importante fue que
las potencias occidentales vieron que la OTAN podía cobrar un nuevo
protagonismo como rector militar del mundo ante la carencia de un firme
opositor, cuestión que llevó a los estrategas de EEUU y GB a soñar con
una nueva recolonización de los países en desarrollo además de control
de los países del Este Europeo.
El
éxito obtenido por la OTAN en la Guerra de los Balcanes en los años noventa, fue
un fuerte incentivo para ese propósito, la invasión de Afganistán y de Irak fue
el intento de establecer un dominó imperialista por el que las fichas irían
cayendo una tras otra. Pero si bien EEUU consiguió acabar con el poder militar
de Irak bajo Sadam Hussein, una década de guerras en el Oriente Medio solo le
han supuesto una victoria pírrica, cuando no una derrota, si se compara con el
fracaso de las aspiraciones hegemónicas en la región que indujeron a la invasión
de Afganistán y de Irak.
La
OTAN, tras el desaparecido Pacto de Varsovia dejo de tener un carácter
defensivo, develando claramente su naturaleza de existir para dominar o
amedrentar a terceros países. La existencia de la OTAN altera cualquier proyecto
de desarme mundial, pues los países fronterizos que no pertenecen a esta alianza
sienten su aliento agresivo.
Rusia,
en la medida que se reafirma como una potencia emergente está cada vez más en el
punto de mira de la OTAN. Tras las fracasadas negociaciones de la Conferencia de
Seguridad de Munich entre Moscú y la OTAN sobre el escudo antimisiles en Europa
por la por falta de garantías jurídicas por parte de EEUU de que dicho sistema
no apuntaría al potencial estratégico de Rusia, el presidente ruso, Dmitri
Medvédev, anunció un conjunto de medidas de índole militar y diplomático en
respuesta al despliegue del escudo antimisiles en Europa. En esa dirección
Dmitri Rogozin, quien hasta hace poco se desempeñó como embajador de Rusia ante
la OTAN anunció un futuro sistema de defensa aeroespacial que garantizará a
Rusia una protección eficaz ante la amenaza que representan para el país los
misiles de la OTAN.
EEUU y
sus aliados, en la medida que la tecnología antimisiles ha ido perfeccionándose
están dotando a su sistema militar de sistemas para abatir misiles después de
ser disparados por un presunto agresor. Las razones esgrimidas por la OTAN de
que tales sistemas son para prevenir probables ataques de Irán, no han
convencido a Rusia, pues Irán no tiene misiles capaces de alcanzar Europa.
Para
Rusia está claro, pues, que los sistemas antimisiles en Europa del Este están
pensados contra el sistema de misiles de Rusia que se mantiene como equilibrio
de fuerzas con los misiles de la OTAN.
La
estrategia de la OTAN de dotarse de un escudo, coloca en inferioridad a Rusia,
en el fondo es la confrontación de dos guerreros con lanzas, pero si uno de
ellos además de la lanza tiene un escudo la ventaja es notoria. La OTAN pude
lanzar misiles contra Rusia y éstos ser respondidos por los misiles rusos, pero
los misiles rusos pueden ser interceptados, de tal manera, que Rusia podría
recibir el impacto de los misiles de la OTAN pero, la OTAN neutralizaría los
misiles Rusos. A Rusia, desde el punto de vista de una paridad militar, no le
queda otro remedio que desarrollar un sistema antimisiles, es decir, dotarse
además de la lanza del escudo, para estar en igualdad de condiciones.
En el
caso de Irán los misiles de EEUU e Israel y los aviones bombarderos estratégicos
pueden alcanzar con gran profusión su territorio. Irán no tiene tecnología para
desarrollar un escudo antimisiles, además los misiles antiaéreos S-300 que Rusia
tenía previsto suministrar a Irán, no han sido entregados debido a las sanciones
del Consejo de Seguridad a Irán por el oscurantismo con el que lleva adelante su
programa nuclear.
Irán
basa su defensa en la disuasión, principalmente en la vulnerabilidad de
supuestos atacantes en el estrecho de Ormuz que debido a su limitada anchura lo
hace indefendible ante los misiles de 200 kilómetros de alcance que tiene Irán
si éstos son utilizados de forma masiva y simultánea, pues ningún sistema
antimisil puede detener el lanzamiento simultáneo de decenas de miles de misiles
en tan corto recorrido, pues no existe tiempo de respuesta.
Los
escudos antimisiles, son una mala noticia para caminar en la dirección del
desarme. La OTAN tácitamente está estimulando a todos los países del mundo que
se sienten amenazados, como son determinados países latinoamericanos y del
Oriente Medio a rearmarse, bien buscando la disuasión en el irreparable daño
recíproco, como es el caso de Irán, o en la protección de un escudo como es el
caso de Rusia.
La
disolución de la OTAN que es quien lidera la iniciativa más agresiva y provoca
la reacción armamentista en otras naciones que se sienten amenazadas,
favorecería desactivar el rearme y los riesgos de guerras. Los países emergentes
y en desarrollo precisan de la paz para prosperar, ninguno de estos países
amenaza a nadie ni tiene interés en invadir a otros, solo la OTAN liderada por
EEUU es quien sigue pensando en la guerra como forma de subordinar a sus
intereses a quienes no reconocen su hegemonía.