18/03/2014
NOTICIA.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, firmó
el 17/03/2014 el decreto que reconoce a Crimea como Estado independiente y soberano
NOTICIA.
El 18/03/2014 el presidente de Rusia, Vladímir Putin, el presidente del
Consejo Estatal de Crimea, Vladímir Konstantínov, el primer ministro de
la República de Crimea, Serguéi Aksiónov, y el alcalde de Sebastopol,
Alexéi Chaly, firmaron un acuerdo interestatal sobre la integración de
la República de Crimea en la Federación de Rusia y la formación de dos
nuevos territorios federales.
La obligada definición de una
nueva política internacional de Rusia ante el acoso de la OTAN
Evolución de los acontecimientos de la crisis en Ucrania
Los acontecimientos de Ucrania
han destapado de forma convulsa la larvada política de EEUU y la OTAN en
Europa Oriental de acoso a Rusia.
Era un escenario predecible desde que
el 22/03/2014 la UE y EEUU se desdijeron del apoyo efectuado al acuerdo
del 21 de febrero entre el presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, y
los tres líderes de la oposición parlamentaria –Arseni Yatseniuk (Batkivschina),
Vitali Klitschko (Udar) y Oleg Tiagnibok (Svoboda), y apoyaron el
23/02/2014 la destitución inconstitucional de Víctor Yanukóvich, y la
elección por los diputados de Alexander Turchínov como nuevo presidente.
En la instauración de un poder
ilegítimo en Kiev dirigido por ultranacionalistas con la pretensión de
marginar políticamente y culturalmente a los sectores de la población de
habla rusa, el factor tiempo se convirtió en un elemento decisivo. Tanto
la UE como EEUU se apresuraron a reconocer a los nuevos gobernantes.
No obstante, las autoridades
de la región autónoma de Crimea y Rusia también entendieron que el
tiempo jugaba un papel fundamental para evitar que el ilegal poder de
Kiev y la OTAN afianzarán sus posiciones en las regiones pro-rusas del
este de Ucrania. Así los acontecimientos se han desarrollado de una
forma vertiginosa.
El gobierno ruso ante la incertidumbre de si
el derrocamiento del poder constitucional en Kiev era el preludio de una
maniobra de la OTAN para arremeter contra Rusia puso en estado de alerta
a sus tropas en todo el occidente ruso y reforzó sus efectivos militares
en la frontera, a la vez que extendía su operativo militar de común
acuerdo con las autoridades de Bielorrusia a ese país.
Las autoridades de Crimea
decidieron distanciarse del poder ilegítimo de Kiev buscando su
seguridad en la independencia ante las amenazantes proclamas de los
ultranacionalistas ucranianos en contra de la población pro-rusa. El
16/03/2014, Crimea decidió en referéndum por una abrumadora mayoría del
96,7% con una participación
de más del 80% del censo electoral, constituirse en república independiente y solicitar su inclusión
en la Federación de Rusia.
Los dirigentes de Kiev aferrados a su ideología ultranacionalista han
ignorado que Ucrania por su diversidad cultural y política solamente es
gobernable desde el consenso de todas las regiones y partidos, cuestión
que los gobiernos de la UE garantes del acuerdo del 21/02/2014 ya lo
sabían, pero cuando al día siguiente lo rompieron y se aliaron con los
ultranacionalistas también sabían que estaban apostando por un gobierno
irreconocible para la mitad oriental de Ucrania.
Pero, ¿por qué la UE y EEUU optaron por esta vía?,
por los resultados esperados que conllevaba tal decisión cabe concluir
que fue: porque el principal objetivo de la OTAN era desestabilizar
Ucrania apoyando un gobierno ultranacionalista para propiciar una
confrontación entre ucranianos y poder controlar en última instancia la
península de Crimea y desalojar a Rusia de la misma, objetivo que ha resultado fallido, gracias a la
perspicacia y rápida reacción de Crimea y Rusia. La respuesta de Crimea
al proclamar su independencia y la de Rusia de avalarla en base al
derecho internacional de la autodeterminación, ha desbaratado lo planes
de la OTAN y, con ello, Ucrania ha evitado situarse al borde de una
guerra civil liderada por los extremistas nacionalistas apoyados por la
OTAN contra las regiones prorusas.
Y ahora la UE tras esa apuesta fallida se encuentra, con un país regido
por socios ultranacionalistas incapaces de generar consensos con la
parte oriental del país que permitan implementar las medidas económicas
que la UE y el FMI quisieran imponer a Ucrania, por ello, la crisis
política en Ucrania será prolongada y las expectativas que el actual
gobierno de Kiev y la UE han creado se verán con el paso del tiempo que
son inviables.
En esta descabellada apuesta de la OTAN liderada por EEUU, Alemania era
la que más tenía que perder, pero la incapacidad de los dirigentes
alemanes para oponerse dentro de la OTAN a este plan ha situado a
Alemania como el principal perdedor. Los dirigentes alemanes, en su
ceguera seguidista de los estrategas de EEUU, han conseguido uno de los
objetivos de EEUU y es que Alemania se distancie de Rusia, cuando si
Alemania tuviera una visión independiente comprendería que las buenas
relaciones con Rusia son fundamentales para sus intereses políticos y
económicos.
La interpretación del derecho internacional en la
autodeterminación de Crimea
EEUU y la UE, al ver frustrada
su maniobra de acoso a Rusia, pretenden utilizar la independencia de
Crimea y su incorporación a la Federación de Rusia para acusar a
Rusia de violar la ley internacional, un argumento que si bien es
discutible según los casos, pues, la carta de la ONU reconoce tanto el
derecho de autodeterminación de los pueblos como la inviolabilidad de la
integridad territorial de la naciones, esta dualidad solamente es
resoluble por la decisión democrática de los afectados. Checoslovaquia
desapareció como nación y por decisión democrática surgieron las
actuales Chequia y Eslovaquia. Marruecos ocupa el Sahara Occidental
cedido a ese país por la dictadura franquista española, y la ONU ha
venido reconociendo el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.
Recientemente Sudán se dividió en dos países Sudán Norte y Sudán Sur. En
esta dicotomía, los cambios territoriales hay que entender que son
legales cuando la mayoría de una población quiere
autodeterminarse. En el caso de Crimea la imposición de un gobierno de
Kiev cuando la inmensa mayoría de la población de Crimea está en contra del mismo no
tiene ninguna viabilidad política, y la autodeterminación se constituye
en un derecho incuestionable,
más cuando históricamente
Crimea formó parte de Rusia desde la Segunda Guerra Mundial en base a
los acuerdos de posguerra de las potencias vencedoras sobre el fascismo,
por lo tanto su reincorporación a Rusia no rompe el orden establecido de
posguerra en base a esos acuerdos, y enmienda la decisión del gobierno
soviético en 1954 de anexionar Crimea a Ucrania sin que mediase consulta
popular.
En este contencioso China, si bien ha manifestado
su comprensión hacia las autoridades rusas en sus decisiones políticas
sobre Crimea, en el Consejo de Seguridad ha mostrado una actitud
equidistante absteniéndose en la resolución presentada por las potencias
occidentales: EEUU, Francia y Gran Bretaña, para declarar invalida la
autodeterminación de Crimea, resolución que no prosperó por el veto de
Rusia. La actitud no comprometida de China como la de la mayoría de los
países que consideran a Rusia un actor y aliado importante en la escena
mundial, entre los que se incluyen el resto de países BRICS, es
comprensible debido a que la rapidez de los acontecimientos que han
derivado en la autodeterminación de Crimea, les obliga a tener una posición prudente en la
consideración de si debe prevalecer en la interpretación del derecho
internacional, el derecho a la Autodeterminación o el derecho a la
unidad territorial de los Estados, evitando con la abstención una mayor
polarización política mundial, una postura esperada también ante la
Asamblea General de la ONU.
El recurso a las sanciones de EEUU y la UE
La UE y EEUU, quieren traducir
su enojo por sus cálculos fallidos en sanciones contra Rusia, y se han
empeñado en una campaña mediática para justificar ante su ciudadanía las
mismas. Es un hecho recurrente en toda acción de los países de la OTAN
contra otros países la previa puesta en marcha del aparato de propaganda
política ejercida a través de los medios de comunicación que controlan,
para formar a su ciudadanía en el autoarrogado derecho de Occidente a
constituirse en juez universal contra los países que quiere castigar.
Una educación política de su ciudadanía que,
por el momento, se realiza con
éxito, siendo sobre todo la mayoría de intelectuales participes de la
misma.
Hasta ahora la retórica propagandística de las
sanciones contra Rusia no han ido más allá de restricciones políticas al
tránsito de personalidades políticas rusas, ya que su extensión al campo
económico son de difícil aplicación, pues cualquier sanción puede tener
una respuesta por parte de Rusia, que pudiera afectar no solamente a la
dependencia energética que Europa central y oriental tienen de Rusia,
sino porque en una escalada de sanciones económicas todos tendrían mucho
que perder, incluso el mundo financiero podría verse seriamente afectado
si Rusia uno de los principales exportadores de combustibles fósiles
mundiales decidiera no admitir el dólar como divisa de pago.
Es muy probable que las
sanciones se queden en meros hechos simbólicos para justificar la supremacía
occidental, pero lo que es evidente que el paso dado de acoso
abierto contra Rusia
ha abierto un nuevo capítulo en las relaciones internacionales.
La obligada definición de una nueva política internacional de
Rusia
Rusia no puede pasar
ya por alto
el acoso de EEUU y la UE que se va forjando como una tela de araña en la
que la OTAN avanza hacia sus fronteras, despliega redes de misiles
interceptores cerca de las mismas alterando el equilibrio militar, y
forma políticamente a la ciudadanía occidental para que vea a Rusia como
un enemigo. Rusia tiene estrechos lazos económicos con la UE pero
Occidente a diferencia de China no es un socio que separe la economía de
la política y quiere que los países ricos en materias primas estén
gobernados por gobiernos bajo su tutela. El PIB de la UE y EEUU supone
en torno al 45% del PIB mundial, con una población que no llega al 12%
del total mundial. La relación entre PIB y consumo de energía viene a
ser equivalente, por lo tanto, mantener el estatus económico de ese 12%
de la población supone disponer del control de las materias primas, y
por ello la UE y EEUU no parecen dispuestos a admitir el creciente
soberanismo de Rusia.
En cierta ocasión, Putin llegó
a afirmar que tras la disolución del Pacto de Varsovia la existencia de
la OTAN era un anacronismo histórico, tal vez entonces Putin confiaba
que Rusia fuera acogida por Occidente como un socio más, pero los hechos
históricos no avalan esa confianza de hace unos años de Putin. La OTAN
tiene una razón de ser y es mantener la supremacía política y económica
mundial occidental. La pertenencia de Rusia al G8, al que el resto de
miembros del G7 han
anunciado anular, puede ser más que una
sanción una oportunidad para el tránsito de Rusia hacia un nuevo camino
en el área internacional.
Rusia tiene que pensar que las
relaciones económicas con los países desarrollados por ser los mayores
demandantes de energía es un imperativo obligado, pero también tendrá
que pensar en diversificar sus socios económicos y, sobre todo, tendrá
que pensar que mantener su ideario soberanista le obliga a buscar socios
políticos fuera del G8 para ser una potencia emergente que aspire a
jugar un mayor papel en la política mundial para alcanzar un nuevo
equilibrio internacional desde el que poder trabajar por la aspiración,
ya arraigada en los países BRICS y otros países emergentes, de un mundo
libre de hegemonías, un mundo al que EEUU y sus aliados no quieren
renunciar.