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Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


11/12/2012

NOTICIA. EEUU se enfrenta el próximo año a un acantilado fiscal debido al programa de reducción de los gastos del Estado y el fin de las deducciones de impuestos de la era Bush que aumentarán los impuestos de las clases medias y que podría ralentizar el consumo

 

El acantilado fiscal de EEUU y la desregulación financiera internacional

Durante el ciclo neoliberal (1973-2008) se ha producido en los países desarrollados una gran concentración de la renta inversión en pocas manos y, por otra parte, las finanzas se han globalizado sin que existan reglas mundiales para su control, actuando los poseedores de la renta inversión libremente en el mercado mundial aprovechando la facilidad y velocidad de las transacciones que permite en la actualidad el dinero electrónico Esta renta inversión globalizada ha estado actuando como motor de crecimiento hasta la crisis del 2008, pero tras el agotamiento del modelo de crecimiento económico neoliberal por el apalancamiento financiero de los consumidores de los países industrializados, su actividad se orienta a obtener intereses especulando con las deudas soberanas.

La internacionalización financiera ha situado la enorme concentración de la riqueza de la renta inversión en paraísos fiscales o en fondos opacos, de tal manera que a diferencia del periodo del capitalismo de Estado (1945-1973) en el que la misma se ubicaba principalmente en el Estado nación y, en caso necesario, el Estado podía actuar sobre la renta inversión gravándola para luego convertirla en renta consumo o demanda agregada, (tal y como lo especificaría Keynes), actualmente eso no es posible pues la renta inversión se escapa al control de los Estados neoliberales.

El acantilado fiscal al que se enfrenta EEUU el próximo año forma parte de este desfase entre la renta inversión y la renta consumo. Los millonarios estadounidenses han concentrado la renta inversión, y la misma no genera demanda económica, pues un millonario no puede gastar todo su dinero en artículos, teniendo que destinar gran parte de su fortuna a la especulación con los intereses de las deudas soberanas, ante la imposibilidad de destinarla a la inversión productiva por debilidad de la demanda.

El impuesto a los millonarios propuesto por el partido demócrata, trata de aplicar la formula ya prevista por Keynes* de transferir parte de la renta inversión a la renta consumo. Ello sería posible, subiendo los impuestos a los ricos y reduciéndolos a las clases medias que son las que podrían destinar todos sus ingresos al consumo de artículos, estimulando así la demanda y con ello la producción y el empleo. **

EEUU actualmente precisa aumentar la renta consumo pues es la base sobre la que se desarrolla su crecimiento económico y de gran parte de la economía mundial, y ello solo es posible liberando de impuestos a las clases medias, y financiando los gastos del Estado con los gravámenes de las clases altas.

Si las clases medias de EEUU obtuvieran más exenciones fiscales incluso de las que ahora tienen, la demanda productiva se incrementaría y con ello los poseedores de la renta inversión en lugar de destinarla a la especulación con las deudas soberanas, podrían destinarla a la inversión productiva, iniciándose un ciclo alcista económico, en el cual, los bancos podrían detraer plusvalías del crecimiento y sanear sus cuentas y, el Estado, al haber más productos en el mercado y más actividad económica vería incrementado  sus ingresos por el Impuesto del Valor Añadido, con lo que la deuda soberana podría ser mitigada por los propios ingresos del Estado sin recurrir al continuado endeudamiento y progresivos recortes en el gasto.

Pero esta política que pretende la administración demócrata de EEUU y que en otro contexto histórico de la economía mundial ya se demostró efectiva para propiciar la fase alcista del ciclo económico, en el actual  contexto de desregulación financiera internacional difícilmente puede funcionar, pues los temores del partido republicano de que un gravamen de los impuestos a los ricos produciría una fuga de la renta inversión de EEUU hacia paraísos fiscales dejando fuera de la jurisdicción estadounidense gran parte de la renta inversión, podrían verse confirmados.

La política de la administración Obama de subir los impuestos a los ricos solamente sería viable si se procediera paralelamente a una regulación mundial de transparencia del sistema financiero sobre los fondos de inversión que operan internacionalmente y la habilitación de leyes que permitieran a su vez la repatriación de capitales, pero si se intentara una medida de este calado tendría enfrente no solamente a los ricos de EEUU sino a Gran Bretaña que responde a los intereses financieros de la City londinense y a otros países europeos con oligarquías financieras muy comprometidas con la ocultación de la renta inversión. ***

Deuda soberana EEUU

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Según los datos del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés) -organismo internacional que depende del G-20 y tiene la misión de vigilar el sistema financiero-, el tamaño del sector de intermediación financiera no bancaria, o banca en la sombra, compuesta por los fondos de alto riesgo o hedge funds, las empresas privadas que operan en renta variable y otras compañías de inversión, alcanzó el año 2011 los 67 billones de dólares en todo el mundo, cinco billones más de los que se registraron al comienzo de la crisis en 2007, habiendo este sector eludido hasta ahora las normativas impuestas al sistema bancario. Según las cifras publicadas por este organismo, la intermediación financiera no bancaria creció enormemente antes de la crisis, ya que pasó de suponer 26 billones de dólares de 2002 a 62 billones en 2007. Después del comienzo de la crisis, el desarrollo ha continuado. EE.UU. contaba en 2011 con el mayor sector de intermediación no bancaria (23 billones de dólares, 18 billones de euros), por delante de la zona euro (22 billones de dólares, 17,2 billones de euros) y Reino Unido (9 billones de dólares, 7 billones de euros).

 

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