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Una visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la integración económica mundial y la armonía con el medioambiente

Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


19/10/2017

NOTICIA. El 18/12/2017, el presidente de EEUU, Donald Trump, presentó la nueva doctrina estadounidense sobre Seguridad Nacional.

 

El viejo discurso hegemónico en la nueva doctrina de seguridad estadounidense

El 18/12/2017, el presidente de EEUU, Donald Trump, en un documento de 68 páginas difundido por la Casa Blanca presentó la nueva doctrina estadounidense sobre Seguridad Nacional. Los fundamentos de la misma se basan en la consideración de que las naciones están en una competencia perpetua para extender su influencia global, en ese escenario la estrategia de seguridad se centra en cuatro aspectos: 1. proteger el país y su forma de vida; 2. promover la prosperidad estadounidense; 3. imponer la paz por medio de la fuerza, y 4. avanzar la influencia estadounidense en el actual mundo competitivo. En esta doctrina se incluyen, aunque de diferente manera, a aliados y adversarios.

A las naciones aliadas, en las que EEUU tienen fuertes contingentes de tropas desplegadas, principalmente Corea del Sur, Japón y Alemania se les exigirá una mayor contribución económica por la protección militar estadounidense, y al conjunto de las naciones de la OTAN, se tiene previsto reiterar la exigencia de aumentar sus gastos militares.

Las naciones rivales, se clasifican en dos grupos: 1. las naciones de "regímenes renegados" entre las que se incluyen a Corea del Norte; Irán, Cuba y Venezuela, y 2. las potencias revisionistas señalando expresamente como tales a Rusia y China, por su pretensión de querer cambiar el estatus quo mundial.

Donald Trump hizo de su lema “Estados Unidos Primero” el eje de su campaña electoral. Ahora al anunciar la nueva doctrina de Seguridad Nacional, ese lema ha vuelto a estar presente:

- En política interior se vuelve a insistir en la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México; la necesidad de realizar una reforma para promover la migración a Estados Unidos por méritos profesionales y no vínculos familiares, y en la actualización de los acuerdos comerciales para que sean ventajosos para EEU.

- En política exterior, a diferencia del discurso de la campaña electoral que se basó en la crítica a la política injerencista en los asuntos de otros países llevada a cabo por su predecesor Barack Obama porque no otorgaban ningún beneficio a la nación, ahora en la nueva estrategia de Seguridad Nacional, la política exterior se presenta más agresiva si cabe que la de su predecesor, contradiciendo las afirmaciones que el propio Donald Trump llegaría a realizar tras su elección "que no había sido elegido para gobernar el mundo sino EEUU".

La nueva Estrategia de Seguridad no difiere en el fondo de la de las anteriores administraciones, que es perpetuar la hegemonía estadounidense, sino en la forma de hacerlo, lo cual afecta principalmente  a la manera de entender el poder blando o poder de la propaganda y la cultura política.

El discurso occidental de la exportación de la democracia por la fuerza de las armas se ha revelado como una de las grandes mentiras de la propaganda occidental dirigida a su propia ciudadanía para justificar ante la misma las guerras contra los gobiernos que no se sometían a la tutela estadounidense. En el presente siglo, en el Medio Oriente y el Norte de África esta política de agresión ha dejado un rastro de cientos de miles de muertos y millones de desplazados por las guerras desatadas directa o indirectamente por las fuerzas de la OTAN en Afganistán, Irak, Siria, Libia y Yemen bajo la justificación de que eran naciones con regímenes totalitarios, mientras que a su vez en franca contradicción con ese discurso se consideraba y se sigue considerando a los regímenes monárquicos más absolutistas de la región como Arabia Saudita de aliados valiosos. Esta falacia escrita con la sangre de las victimas ha devenido en un ataque a la razón insostenible política y mediáticamente.

Ahora el objetivo es el mismo, el de preservar la hegemonía, pero los argumentos han cambiado. El discurso de la exportación de la democracia como justificación de las injerencias en otras naciones ha pasado a un segundo lugar y cobra prioridad el discurso de que en un mundo competitivo es necesario regirse por la ley del más fuerte. Para ello, con su nueva doctrina EEUU se coloca en el centro del sistema global y pasa a basar sus relaciones con el resto de naciones en acuerdos bilaterales. En ese horizonte, EEUU está desvinculándose de los acuerdos multilaterales como los tratados de libre comercio y los acuerdos sobre el cambio climático, y adoptando un nivel de compromiso bajo con las decisiones de los diferentes organismos de la ONU.

Ello supone un giro importante de la anterior estrategia de Seguridad Nacional elaborada en el año 2015 por el anterior presidente Barack Obama, quien apostó por los tratados de libre comercio, TTP y TTIP, y calificó al calentamiento global “de amenaza para la seguridad nacional" que le llevaría a suscribir el acuerdo de París sobre el clima en diciembre de ese año. A pesar de este drástico cambio, la nueva administración republicana no considera que EEUU vaya aislarse de otras naciones del mundo, sino que las mismas se avendrán por temor o interés propio al nuevo modelo de relaciones bilaterales propuesto por EEUU.

 

Esta agresiva doctrina de Seguridad Nacional fue respondida el mismo día de su proclamación por las dos potencias mundiales a las que principalmente está dirigida: Rusia y China.

El portavoz de la Embajada china en Washington, afirmaría: "China estará siempre comprometido con la paz mundial, el desarrollo global y el orden internacional. La paz y el desarrollo son el leitmotiv de nuestros tiempos y la aspiración común de todos. Cualquier intento en contra de esta idea es inadecuado y terminará siendo desechado por la época. La esencia del desarrollo chino reside en el bienestar de la gente, el rejuvenecimiento del país y la paz y prosperidad mundiales, por ello, la manera en la que China, el mayor país en desarrollo del mundo, y Estados Unidos, el más desarrollado, definan sus relaciones bilaterales es fundamental para el bienestar de ambas sociedades y de la comunidad internacional".

Por la parte rusa, el jefe del Comité de Relaciones Internacionales del Consejo de la Federación de Rusia, Konstantín Kosachev, señalaría: "la nueva estrategia de la administración estadounidense demuestra que los cambios acaecidos en el mundo en los últimos años no son de su agrado, así que trata de restablecer el dominio militar y económico de Washington, o la mal llamada “Pax americana” como “un orden mundial supuestamente equitativo".

Sin embargo, la base doctrinal de la nueva estrategia de Seguridad Nacional estadounidense de que existe una lucha entre naciones para imponerse unas a otras, es otra falacia para justificar sus políticas hegemónicas. La realidad es que los cambios que están sucediendo en el mundo vienen determinados por las aspiraciones de paz y desarrollo de la mayoría de las naciones y pueblos del mundo, y esa aspiración trata de ser ocultada presentándola como una lucha entre naciones.

En esa política de paz y desarrollo, China, Rusia y el conjunto de las naciones BRICS están ganando un mayor peso mundial, pero para EEUU el hecho de que China y Rusia desarrollen  su capacidades económicas, políticas, comerciales y militares defensivas supone una afrenta, que le induce a catalogar a estas dos naciones de revisionistas, pero cabe preguntarse ¿revisionistas de qué?; ¿de que aspiren a su desarrollo soberano? ¿Acaso China debiera renunciar a su desarrollo económico para no desagradar a EEUU, o Rusia tendría que renunciar a su defensa ante el avance de la OTAN hacia sus fronteras para no desairar a la cúpula militar estadounidense?. La realidad es que EEUU no admite el progreso de otras naciones, y la calificación de revisionistas es porque ese progreso por si mismo hace que  vaya perdiendo influencia mundial respecto de la que adquirió tras la desaparición de la URSS.

La nueva doctrina de seguridad estadounidense es tan absurda como irrelevante para Rusia y China, pues, la misma ni les amedrenta ni va hacer cambiar sus prioridades políticas, económicas y militares.

China seguirá impulsando su economía, cuyo crecimiento del PIB para este año será según el Banco Mundial del 6,8%, el cual representará aproximadamente un 30% del total del crecimiento del PIB mundial, y Rusia continuará con su política independiente que en el caso de la lucha contra el terrorismo ha contribuido decisivamente a la derrota del Estado Islámico en Siria con su apoyo militar aéreo al ejército regular sirio.

En la valoración negativa que EEUU realiza de estas contribuciones internacionales de Rusia y China a la paz y el desarrollo económico no tiene en cuenta si en su conjunto la humanidad gana o pierde, sino si EEUU gana o pierde.

 

El anuncio de la nueva doctrina estadounidense de Seguridad Nacional, se ha producido dos semanas después del encuentro que tuvo lugar en la capital de China (Beijing), a iniciativa del PCCh, de diversos partidos políticos de diferentes ideologías de más de 120 naciones del mundo principalmente de África y Asia bajo el lema:  Responsabilidad de los partidos políticos: trabajar juntos por una comunidad de futuro compartido para la humanidad y por un mundo mejor.

Tanto China, como Rusia y el bloque de los BRICS están demostrando que otra filosofía política de relación entre naciones es posible, que en los actuales tiempos la colaboración es más beneficiosa que la política de confrontación, la cual en el siglo XX desembocó en dos cruentas guerras mundiales.

El concepto de construcción de un futuro compartido entre naciones basado en la colaboración mutuamente beneficiosa, se opone radicalmente a la vieja mentalidad de la hegemonía global sustentada en la perpetuación de la riqueza de unas pocas naciones sobre la base de impedir el desarrollo de otras.

La nueva doctrina estadounidense, pretende contrarrestar esta tendencia apostando por el mantenimiento a ultranza del vigente Estatus Quo económico mundial, pero ese Estatus no puede contentar a la mayoría de la humanidad pues en el mismo su destino está encadenado a la perpetuación del subdesarrollo.

La corriente a favor de la historia es la de la paz y el desarrollo compartido y, por ello, con el paso del tiempo todas las declaraciones doctrinarias de EEUU, desaparecerán como papel mojado.

 

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