03/05/2012
NOTICIA: Los
ministros de Economía de la UE buscan un acuerdo para reforzar el
capital bancario para afrontar futuras crisis
La banca de
la UE en la encrucijada
Los ministros de
Economía de los 27 en una reunión extraordinaria tratarán de aprobar una
nueva norma para reforzar el capital de los bancos y aumentar así su
resistencia frente a futuras crisis. El principal punto de discrepancia
es el grado de flexibilidad que se debe permitir a cada país, cuestión
que enfrenta a Reino Unido y Suecia, que reclaman poder exigir
requisitos extra a sus bancos, con Francia, que pide una armonización
máxima. España está más cerca de las posiciones británicas.
Desde
la crisis financiera del 2008 provocada por la especulación inmobiliaria, la
banca occidental particularmente la banca de la UE, no levanta cabeza. A los
planes de rescate se han sucedido, una sería de auditorías para verificar la
solvencia de los bancos, las cuales, en los bancos, particularmente con más
activos inmovilizados en viviendas, demuestran solvencias efímeras que los
mercados bursátiles se encargan de desmentir ante la creciente desconfianza del
porvenir de algunos grupos bancarios.
La
banca de la UE se encuentra en manos de diferentes grupos bancarios, que a pesar
de operar en un mercado globalizado, debido a la composición de sus accionistas
que siguen siendo nativos de la ubicación nacional del grupo bancario, operan
con intereses nacionales distintos. Esto conlleva a que se produzcan diferencias
entre los grupos financieros más autónomos como son los ubicados en la City
londinense, y otros que por sus particulares problemas de solvencia como es la
banca española, pretenden una mayor autonomía, o lo que es lo mismo, un mayor
oscurantismo en sus cuentas; por el contrario, los grupos bancarios con mayor
solvencia pretenden un regulación financiera que sea más transparente y
estableciendo unas condiciones de solvencia duras, que solamente los grupos
bancarios más fuertes, es decir los de los países más productivos como Alemania
pueden permitirse.
En el
fondo de esta cuestión subyace la reestructuración del sector financiero en la
UE. La banca, al igual que otros sectores económicos en los que participan
competencialmente distintas empresas, en la fase del ciclo económico alcista en
el que el volumen de la demanda efectiva es creciente existe negocio para todos
los actores económicos, pero en la fase del ciclo económico bajista, el volumen
de negocio se recorta, y ello conlleva inevitablemente que las empresas más
competitivas y con mayores recursos de capital absorban a las más débiles al
entrar estas últimas en crisis. Es un proceso de concentración del capital que
se ha venido produciendo históricamente, pero que tiene sus momentos de mayor
auge en los momentos de recesión de la demanda efectiva. Por ejemplo, en España,
la banca está reestructurándose de tal manera que muchas entidades financieras
que tuvieron margen de negocio hasta la crisis del 2008, ahora éste se ha
hundido, y las entidades menos solventes pasaran a ser absorbidas por las más
solventes.
En el
conjunto de la UE, particularmente en los países que pertenecen a la zona euro,
esta tendencia hacia la concentración financiera, en la medida que la crisis se
prolonga, se hace progresivamente más notoria. Los bancos Alemanes, a pesar de
haber participado en la especulación inmobiliaria, por sustentar actualmente una
economía productiva como es la alemana, tienen ahora su oportunidad de oro para
hacerse con el control de otros grupos bancarios duramente castigados por la
crisis inmobiliaria, como es el caso de la banca española sin capacidad para
reorientar su actividad de negocio hacia actividades productivas.
La
reestructuración del sector financiero en la UE, va a suponer una pugna de
intereses entre países, pero de antemano Alemania por ser el país más fuerte y
más productivo tiene la batalla ganada. Tal vez se intente plantear la
posibilidad de un nuevo rescate para los bancos que presentan mayores problemas
de solvencia, pero vistas las perspectivas de bajo crecimiento económico, lo más
probable es que se plantee una reestructuración del sector financiero en toda la
UE donde termine imponiéndose un grupo financiero fuerte franco alemán.
Resulta, sorprendente que las nuevas normas para el funcionamiento financiero en
el seno de la UE, en medio de la actual crisis, en la que algunos países como
España ya están formalmente en recesión y las tasas de desempleo siguen en
aumento en toda la UE menos en Alemania, se presenten por los ministros de
economía de la UE como: "prevención ante futuras crisis", pero ¿De qué
futuras crisis se pretende curar a la UE cuando a la presente no se le ve un
final?
Las
futuras crisis no son otras sino las que van a sufrir muchas entidades bancarias
por sus deudas y falta de negocio, pero eso no va a resolver la crisis económica
que sigue muy vigente sino lo que se pretende evitar es la quiebra de algunos
grupos bancarios. A la postre la única solución, en el actual paradigma
neoliberal por el que se rigen las fuerzas social y políticamente mayoritarias
en la UE, como son los partidos tradicionales de derecha y la socialdemocracia,
que tienen descartada cualquier opción de nacionalización financiera, solamente
puede ser la reestructuración financiera a partir de la absorción a bajo costo
de unas entidades financieras por otras; para ello, el primer paso será exigir a
las entidades menos solventes su saneamiento, si es necesario a costa de los
contribuyentes, para propiciar que las entidades más solventes puedan
absorberlas sin lastrar sus cuentas con los pasivos tóxicos de las que pretenden
absorber.
No
obstante, si bien ahora se abre un proceso de reestructuración financiera, la
misma tampoco resuelve la crisis pues la recuperación va a depender de cómo se
activa la demanda efectiva. En la generación de valor económico, es decir, de
PIB el interés no es otra cosa que una parte del beneficio que el empresario
crea y que el financiero adelanta en forma préstamo, de tal manera que parte del
valor generado por las empresas pasa a ser propiedad de la entidad prestamista.
Este principio económico rige la actividad financiera, de tal manera que si no
hay demanda efectiva, no hay crecimiento económico y la producción de productos
y servicios de las empresas decae y, por lo tanto, el banco al no tener
garantizado que la empresa pueda devolver el préstamo a interés no puede
prestar.
Ante la
falta de crecimiento del que detraer plusvalías, el negocio de la actividad
financiera ahora se fundamenta en gran medida en los altos intereses que
consigue de las deudas soberanas de los Estados más débiles de la UE, lo que a
su vez en una situación de falta de crecimiento económico hace que estos Estados
se empobrezcan progresivamente pues tienen que dedicar gran parte de sus
ingresos a pagar los altos intereses de la deuda en lugar de dedicarlo a
prestaciones sociales.
En la
actual coyuntura financiera el papel que puede jugar el BCE va a ser crucial.
Hasta ahora el BCE ha venido sosteniendo a la banca con mayores problemas como
es la de los países mediterráneos concediéndoles dinero barato para que pudieran
prestárselo a los Estados a un alto interés, pero ante la persistencia de la
crisis, si el BCE de la mano de Alemania considera que no es posible mantener la
banca de estos países a flote, tendrá que optar por una política de facilitar la
reestructuración bancaria de la UE, lo que pudiera conllevar poner fin a su
política de prestar dinero barato a las bancas de los países con mayores
problemas y posibilitar la absorción de unos grupos bancarios por otros.
La
crisis económica en la UE se mueve en medio de un caos que seguirá abriendo
fisuras entre los países, pero todo parece apuntar que el Centro del sistema
financiero y económico alemán saldrá reforzado mientras que la periferia del sur
y el este de la UE entrará en una progresiva fase depresiva.