04/05/2012
NOTICIA. Da
comienzo en Beijing la cuarta ronda del Diálogo Estratégico y Económico
China-Estados Unidos
La
construcción de la confianza
La cuarta ronda del
Diálogo Estratégico y Económico China-Estados Unidos ha estado presidida
por la parte china por el viceprimer ministro chino Wang Qishan, el
consejero de Estado Dai Bingguo y representantes especiales del
presidente chino Hu Jintao, y por la parte estadounidense por la
secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton, el secretario del
Tesoro Timothy Geithner y representantes especiales del presidente
estadounidense Barack Obama.
Los
preliminares mediáticos de esta conferencia han marcado las diferencias de
concepto que tanto la parte estadounidenses como la parte china entienden el
mundo.
Para
occidente la cumbre ha venido marcada mediáticamente por el incidente
protagonizado por el ciudadano chino Chen Guangcheng contrario a la vigente
constitución china, que acudió a la embajada de EEUU en Pekín en la que estuvo
durante varios días hasta que la abandonó por su pie.
Occidente ha seguido su esquema de hacer de estas cumbres un escaparate
mediático de su particular visión de los derechos humanos, que poco tiene que
ver con el conjunto de los mismos recogidos en la carta de los derechos humanos
de 1948, particularmente los derechos sociales, así como en ignorar las leyes
internacionales que rigen las relaciones entre Estados, arrogándose el papel de
ser el justiciero y velador de los derechos humanos en el mundo.
Estas
campañas mediáticas demuestran que para Occidente mantener la educación de su
ciudadanía en la legitimidad de la injerencia en los asuntos de otro país, es
prioritario, pues este discurso forma parte de la ideología de justificar la
hegemonía política y militar mundial en base a un supuesto grado más alto de
civilización democrática; por ello en su discurso de apertura Hillary Clinton
hizo referencia a que China debe respetar los "derechos humanos", sin
especificar a que artículos de la carta de 1948 se refiere, ni valorar los
avances de china en ese sentido en los últimos años a través del gran impulso
legislativo que se está produciendo en China como parte de su permanente proceso
de reforma y apertura. Obviamente, para dar por sentado que EEUU es el paladín
de los derechos humanos en el mundo, ha omitido referirse a si EEUU es
respetuoso dentro y fuera de sus fronteras con los 30 artículos de la
declaración universal de los derechos humanos de 1948, cuando en las guerras
patrocinadas por EEUU desde 1948 ha sido con creces el país que más ha violado
los derechos humanos en el mundo.
Ello
para Hillary Clinton da igual, puesto que lo que importa es el mensaje genérico
a la ciudadanía occidental de la supremacía moral de EEUU, sobre China. Este
protocolo obligado de expresión de la supremacía estadounidense en los
diferentes eventos internacionales chirrió fuertemente en los oídos de los
contertulios de Obama tras su intervención en la pasada cumbre de las Américas;
su discurso se pareció más al de un emperador que al de un jefe de Estado que
asume que en las reuniones de Jefes de Estados no hay estados de primera y
segunda, sino que todos los países son internacionalmente libres y soberanos y,
por lo tanto, la relación debe ser entre iguales. Obama pasó por alto esa
premisa y discurseó como el emperador que dicta al resto de naciones lo que se
debe hacer, lo que está bien y lo que está mal.
Como
siempre caben las excepciones, EEUU lo hace en lo países bajo su tutela cuando
son retrógrados en derechos. Así sería impensable que Hillary Clinton hiciera
una referencia a la violación de los derechos humanos, por ejemplo en una visita
a su aliado Arabia Saudita regido por leyes inquisitoriales medievales.
De
manera diferente, los discursos de los mandatarios Chinos en al apertura de este
encuentro entre China y EEUU han tenido otro signo más acorde con los tiempos en
los que la humanidad tiene que tender hacia una gobernanza global en el respeto
de las diferencias, donde cada nación, siempre que lo haga en paz, debe marcar
su propio ritmo en las transformaciones sociales y políticas.
El
presidente chino, Hu Jintao, instó a Estados Unidos a que rompa con la
tradicional creencia de que entre las grandes potencias siempre surgen
conflictos, expresando: “Debemos probar, a través de un pensamiento creativo
y de pasos concretos, que la opinión tradicional de que las grandes potencias
están destinadas a enfrentarse entre ellas es incorrecta, y trabajar en busca de
nuevas formas de desarrollar las relaciones en la era de la globalización
económica” “Para establecer un nuevo tipo de relaciones bilaterales entre
China y EEUU, necesitamos confiar el uno en el otro” “El camino del
desarrollo en que nos hemos embarcado es el correcto " “seguir el camino del
desarrollo pacífico es la alternativa estratégica que ha escogido China y que
nunca cambiará, y éste es un compromiso solemne que el país ha hecho ante el
mundo”
Es
posible que a Hillary Clinton estas palabras le sonaran a retóricas, además daba
por sentado que China no iba a criticar a EEUU, pero cabe hacerse la pregunta
¿cómo hubiera reaccionado EEUU si el discurso de Hu Jintao siguiendo el esquema
de Hillary Clinton, se hubiera referido a que EEUU debe de dejar de ocupar
países, debe retirar sus tropas de los países invadidos, debe cerrar el penal
sin garantías jurídicas de Guantánamo etc.? Evidentemente su reacción hubiera
sido la de una escenificante indignación mediática.
Educar
para la paz y el desarrollo y el beneficio muto es el mensaje de China; educar
para la confrontación y el beneficio unilateral de una nación sobre otra, es el
mensaje de Estados Unidos.
El
fondo de esta cuestión determina como las naciones se relacionan entre ellas.
Recientemente la canciller alemana Angela Merkel, manifestó su intención de
boicotear la Eurocopa en Ucrania, en caso de que continúe en prisión la ex jefa
del gobierno ucraniano Julia Timoshenko; exigiendo a Ucrania que Timoshenko sea
tratada en un hospital alemán. El gobierno ucraniano respondió airado al pedido
hecho por Merkel “La canciller ha olvidado que gobierna Alemania y no Ucrania”.
Merkel se cree con la legitimidad para decir a Ucrania bajo amenazas como debe
actuar, pero ¿como se vería en Alemania que, por ejemplo Ucrania, u otro país
boicoteara eventos deportivos donde participan alemanes por el olvido en el que
ha quedado el asesinato a manos alemanas de 140 civiles en Afganistán en un
bombardeo el 4 de setiembre de 2009 ordenado por el coronel alemán Georg Klein?
El
mundo necesita construir la confianza entre las naciones para asegurar la paz,
propiciar el desarme y crear condiciones para el desarrollo económico, pero la
construcción de la confianza se desarrolla en dos caminos diferentes, por una
parte, están los países que la quieren sinceramente porque entienden que en la
colaboración existe el beneficio recíproco, en este camino están los países
emergentes y la mayoría de los países en desarrollo, y la educación de la
población se basa en el valor supremo de la soberanía y el respeto hacia otras
naciones; por otra parte, están los países que no cultivan la confianza sino que
las relaciones se establecen por puro pragmatismo e interés unilateral, este es
el caso de EEUU y la UE con relación a China, Latinoamérica y Rusia, pero el
interés real de Occidente que subyace en sus actuaciones sería el de subyugar
política y económicamente a estos países, por ello, Occidente precisa mantener
la educación de su ciudadanía predispuesta a la injerencia o la invasión;
obviamente los limites a sus pretensiones los impone la fortaleza política y
militar del país o países con los que establecen relaciones,
En ese
sentido el mundo de los países emergentes y países en desarrollo está cambiando,
su dignidad política cada vez cotiza más alto, se vio en la pasada cumbre de las
Américas, o en el discurso de campaña electoral de Putin. Estos países están en
predisposición de avanzar más rápidamente en la construcción de la confianza
entre ellos, que lo puede estar Occidente. Ello se puede ver en la vertiginosa
influencia económica de China entre los países en desarrollo, tanto en Asia
Oriental, como en África y Latinoamérica, y particularmente con Rusia, puesto
que China separa la política de las relaciones económicas y es respetuoso con la
soberanía de las naciones.
Por el
contrario, a pesar que los países emergentes y en desarrollo necesitan de los
países desarrollados para avanzar en su prosperidad económica, la confianza
política es escasa. Los hechos de estos últimos años han generado esa actitud,
en Latinoamérica por haber estado plagada de intentonas golpistas con el
beneplácito occidental, en Rusia por los constantes ataques mediáticos a este
país y por el acoso militar de la OTAN, en China porque a Occidente le incomoda
su sistema político.
Occidente que lidera las relaciones internacionales impositivas representa
solamente una octava parte de la población mundial, el resto de la humanidad se
mueve en el carril de la colaboración como base para su desarrollo. En la medida
que los países emergentes y en desarrollo ganen peso económico, las manidas
políticas de aislamiento y sanciones con las que reiteradamente Occidente
amenaza a sus adversarios se convertirán en su propio autoaislamiento.
EEUU
podría escribir la confianza con mayúsculas con China y con todos los países
emergentes, si modificara ahora su actitud prepotente de gobernar el mundo, pero
si persiste en la misma tal vez pierda la oportunidad de ganar en confianza
durante muchos años. La está perdiendo en Latinoamérica y también en Rusia y
poniéndose el freno en el caso de China. Las palabras de Hu Jintao merecen ser
tenidas en cuenta. EEUU debiera meditar sobre las mismas.