07/10/2012
NOTICIA. La
Unión Europea advirtió el pasado 1 de octubre sobre un "desastre
económico y social" si continúa en aumento el desempleo entre los
europeos jóvenes
El declive
europeo
El declive europeo
como fortaleza económica y cultural en el mundo es un hecho no sólo
evidente sino que en el contexto de transformaciones mundiales aparece
ya como irreversible. A diferencia de otros momentos críticos de Europa
en la historia contemporánea, donde se rehacía por ser el centro
económico político y tecnológico mundial, ahora ya no lo es, y aunque el
declive europeo no sucederá de forma brusca, como aconteció con el
imperio soviético, el declive es progresivo y continuará durante el
próximo devenir histórico.
La
naturaleza de este declive tiene que ver con la crisis económica y con la
posición de los países de la UE en sus relaciones con el resto del mundo.
Con
relación a la crisis económica los factores más importantes que inciden en su
declive son:
. El
enfoque generalizado de considerar la crisis económica como cíclica y no
estructural, lo que está impulsando a persistir en políticas de ajuste, a la
espera de un supuesto resurgir espontáneo de la demanda económica que devuelva a
la senda del crecimiento a la estancada economía europea.
. La
prevalencia a ultranza de los intereses de los grupos financieros más poderosos,
que la larga atonía económica, está obligándoles, debido a la falta de negocio,
a una reestructuración financiera basada en el adelgazamiento y concentración
del sector financiero, en la que deberán ser liquidados los activos y grupos
financieros más débiles.
. El
hecho de que la crisis económica no esté afectando por igual a los países del
Centro y Norte de Europa, de los del Sur y Este, lo que está acentuando las
disensiones de la ciudadanía entre lo diferentes países y regiones europeas para
abordar la crisis a la hora de que los países con más recursos, financien las
deudas soberanas de los países más insolventes.
. La
progresiva exclusión de amplios sectores de población de la economía, que tiene
su expresión en el aumento del desempleo y la desatención de los sectores más
desfavorecidos de la sociedad como inmigrantes, jóvenes o ancianos, lo que lleva
a acentuar la marginalidad e inevitablemente a la formación de un sector
informal como forma de supervivencia, particularmente en los países con mayor
incidencia del desempleo y debilidad en sus cuentas públicas.
Los
políticos y financieros anclados a las recetas neoliberales, de un ciclo
económico que acabó en el 2008, no tienen más opción que prestar la máxima
prioridad al ajuste de sus cuentas con la sencilla lógica de reducir gastos y
aumentar ingresos. Esta lógica contable -considerada inevitable-, en las
economías sin crecimiento económico lleva a que nunca cuadren las cuentas, pues
las políticas de aumento de ingresos no provienen del crecimiento del PIB sino
de exprimir el existente a través del aumento de impuestos, con ello, la
actividad económica decrece y los ingresos también. En esta perversa lógica
económicamente involucionista, quienes prestan a los Estados más insolventes ven
progresivamente un mayor riesgo a su inversión y ante el mismo aumentan los
intereses de sus préstamos. La reducción de intereses, solamente sería posible
con una mutualización de la deuda europea, de tal manera que los países más
poderosos pagasen de sus impuestos las deudas de los países menos solventes,
pero los ciudadanos de estos países se niegan a ello pues temen hundirse con los
países insolventes. La UE camina así hacia una periferia en los países del sur
con economías devastadas debido a la quiebra del sector de la construcción, uno
de los principales pilares de su estructura económica, mientras que el centro y
norte europeo, se mantienen debido a un sector exportador competitivo como es el
caso de Alemania. En esta deriva económica la lucha entre grupos financieros por
sobrevivir tiene paralizada la actividad financiera, imponiéndose lentamente una
reestructuración donde los grupos financieros locales de los países como España,
Portugal, Italia, Grecia e Irlanda serán absorbidos por los grupos europeos más
fuertes.
La UE
representa por PIB el mayor potencial económico del mundo, por ello, el desgaste
económico a la que está sometida la UE tiene mucho recorrido, pero no tiene
solución. La falta de la misma viene determinada porque bajo una misma moneda
como es el Euro, no existen soluciones nacionales a la crisis, pero la profunda
división existente entre países impide, a su vez, que existan soluciones
europeas. Los políticos y economistas europeos, atrapados en la ensoñación de
vivir en un ciclo económico bajista que acabará, tal vez, para algunos en el
2014 o 2015, siguen aferrados a las políticas económicas cortoplacistas, con la
fe puesta en el credo neoliberal por la que la mano invisible de la economía
traerá la fase alcista del ciclo económico. Evidentemente a la crisis le faltan
todavía años, tal vez una década, para mostrar la falacia de esta ilusión, para
entonces es muy probable que Europa en un mundo en transformación,
particularmente por los países emergentes, estará relegada de su lugar
prominente en el mundo.
En lo
que se refiere a su política internacional los factores más importantes que
inciden en su declive son:
. Los
países de la UE, aunque en las relaciones internacionales que mantienen con el
resto del mundo no se diferencian sustancialmente, no tienen propiamente una
política internacional única, debido a que cada país mantiene sus relaciones
exteriores como nación.
. En
esta situación, EEUU se ha convertido en el gran armonizador y unificador de la
política internacional de la UE, de tal manera que todos los países de la UE
aplican una política seguidista de EEUU. Si en la invasión de Irak, surgieron
diferencias de Alemania y Francia con EEUU, estas ya han sido superadas y EEUU
lidera las relaciones exteriores de todo el mundo Occidental, Japón, Corea del
Sur y las monarquías árabes del golfo pérsico.
Esta
actitud de la UE seguidista de EEUU le lleva a la UE a practicar una política de
relaciones hegemónicas con el resto del mundo, impuesta por la doctrina de EEUU,
pero a su vez EEUU instrumentaliza a países de la UE para que ejerzan de punta
de lanza en estas relaciones de supremacía mundial, por ejemplo, instrumentaliza
a España contra los gobiernos de izquierdas en Latinoamérica, como lo fue en el
pasado en el reconocimiento en el 2002 del golpe de Estado en Venezuela, o que
actualmente sea conjuntamente con EEUU el único país que reconozca el golpe de
Estado en Paraguay. En el caso de Francia y Reino Unido los instrumentalizó para
ser punta de lanza en el ataque a Libia, y en el caso de Alemania ha conseguido
que este país haya abandonado su tradición de no implicarse en guerras, y lo
haya hecho de forma muy activa en la guerra de ocupación de Afganistán. Esta
política de sumisión de la UE a los dictados internacionales de EEUU, le está
trayendo más problemas que beneficios, por ejemplo, en sus relaciones con
Latinoamérica la UE no es capaz de ganarse la confianza de los países
latinoamericanos, de tal manera que el vacío comercial dejado por EEUU, como
consecuencia de la desconfianza que ese país suscita en la región por sus
permanentes intromisiones políticas, no lo está sustituyendo la UE, sino que lo
están haciendo China y Rusia.
Tal vez
la UE debiera preguntarse por qué el lema de la reciente cumbre en Lima de los Países
de América del Sur y Países Árabes (ASPA) fue: “Una Cultura de Paz,
Inclusión y Desarrollo”, y por qué uno de los puntos aprobados en esta
cumbre fue: “la necesidad de respetar el Derecho Internacional y la Carta de
las Naciones Unidas” como reivindicación frente a quienes desde su
superioridad militar amenazan a otros países, pues la política de amenazas
contraviene los principios de la ONU, siendo una práctica muy extendida en los
países de la OTAN e Israel. Por ello, ¿cómo va a ganar la UE la confianza de los
países en desarrollo cuando, siguiendo a EEUU, se enfrenta a sus demandas de
Paz, a través de la amenaza, bloqueos o sanciones unilaterales cuando no se
subordinan a la hegemonía política Occidental?
La UE
tendría que hacer una profunda reflexión sobre cual debe ser su papel en el
Mundo en las próximas décadas, y que proyecto económico y político pretende
construir. Objetivamente en el actual mundo en transformación, debiera promover
un proyecto europeo integrador en el ámbito europeo e integrador con los países
en desarrollo, favoreciendo el desarrollo inclusivo, que en la UE, pasa por
repartir la riqueza y el trabajo para que todo los ciudadanos que quieran
trabajar puedan hacerlo, restaurando las prestaciones sociales anteriores a la
crisis. Ello es posible, pues, la UE en su conjunto tiene grandes ventajas en
productividad e innovación. Por otra parte, se precisan cambios que la doten de
resortes financieros públicos para poder planificar sus actividades económicas
por encima de las turbulencias del libre mercado, aunque éste juegue un papel
importante. Y precisa de una política internacional independiente sustentada en
el respeto a los principios fundacionales de la ONU, en una relación armoniosa
entre naciones donde se debata sinceramente sobre los valores culturales de unas
y otras, pero donde la política de injerencias y amenazas esté descartada. Todo
ello permitiría a la UE ubicarse en un mundo en el que, aunque solo representa
el siete por ciento de la población mundial, podría contribuir a través de una
política de integración económica y política mundial a que la humanidad alcance
la prosperidad y la libertad, ambas estrechamente interrelacionadas.
Pero
todo esto es también un sueño, porque en la UE, los intereses creados de los
grupos financieros y las divisiones entre naciones y ciudadanías son
predominantes, y porque la cultura de su pasado imperialista sigue predominando
en las relaciones internacionales, aunque en las mismas solo sea un peón de EEUU,
y éstas son tendencias dominantes que irán desubicando progresivamente a la UE
en el mundo del futuro.
La UE
no puede contribuir a transformar el mundo porque no puede transformarse a si
misma. Otros actores, particularmente los países emergentes, serán los que
lideren las aspiraciones de la mayoría de la humanidad de alcanzar la
prosperidad, la paz y la libertad para construir su futuro.