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Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


16/07/2013

NOTICIA. La campaña electoral alemana para las próximas elecciones federales del Bundestag el 22 de septiembre de 2013, estará condicionada por las revelaciones de espionaje masivo de la NSA a ciudadanos y empresas alemanas.

 

La ciudadanía alemana lidera la oposición a la vigilancia mundial de las comunicaciones por EEUU

Las elecciones alemanas para la renovación del Bundestag el 22 de septiembre (para las que las encuestas auguran una holgada mayoría a la formación de Ángela Merkel), no estaban despertando un gran interés en electorado alemán pero las revelaciones del espionaje masivo de EEUU a ciudadanos y empresas alemanas están cobrando una especial relevancia ocupando el primer lugar en los debates electorales previos.

El descontento entre la ciudadanía por las sucesivas revelaciones que vienen conociéndose es notorio, y la publicación el día 14/07/2013 por el diario Bild (de mayor difusión en Alemania), de que los servicios secretos alemanes no solo conocían las actividades de la NSA en Alemania sino que se aprovecharon de ella han alarmado más a la población.

Ángela Merkel ha venido justificando el espionaje masivo por parte de EEUU aduciendo que éste destapó los planes de 45 atentados, cinco de ellos en Alemania, aunque no se den detalles de los mismos. No obstante, hasta ahora Merkel no está teniendo éxito en el convencimiento a la ciudadanía. El viaje del ministro del Interior, Hans-Peter Friedrich, a Washington, fue más lamentable que revelador, pues a su regreso a Alemania fue criticado por haber sido burlado por los funcionarios estadounidenses quienes no ofrecieron ningún resultado a las demandas alemanas sobre el espionaje masivo

La ciudadanía alemana, muy sensibilizada en lo que a protección de datos se refiere, percibe sus derechos vulnerados por una nación extranjera. Según recientes encuestas cerca de un 80 por ciento de los alemanes exigen de la canciller Ángela Merkel una clara toma de posición ante el espionaje masivo de EEUU, y Merkel obligada por el creciente descontento ha cambiado su discurso proponiendo un acuerdo internacional que proteja el ciberespacio europeo, aunque está por ver si la propuesta de Merkel obedece más a un estrategia de ganar tiempo dirigida a salvar la campaña electoral que ha intenciones sinceras de conseguir tal acuerdo internacional, el cual, debiera concretarse en sus aspectos técnicos y en una hoja de ruta para su implementación para que los ciudadanos alemanes puedan pronunciarse con conocimiento de causa.

Ángela Merkel en un intento por mostrar que ha tenido en todo momento una postura coherente intenta conciliar la justificación del espionaje masivo para la prevención de atentados con el derecho a la privacidad, pero tales argumentos no solo son inconciliables sino que carecen de rigor democrático pues ninguna instancia jurídica democrática puede autorizar la vigilancia de toda la población en base al argumento de la prevención de posibles delitos.*

En realidad, el objeto de la vigilancia masiva es la clasificación de la ciudadanía según estándares policiales y tendencias políticas para disponer de un conocimiento que permita el control de la sociedad, y un Estado que convierte en sospechosos a todos sus ciudadanos deja de ser un Estado de derecho; es un Estado policíaco. 

 Según el general estadounidense Michael Hayden que encabezó la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA), de 1999 a 2005 y posteriormente dirigió la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de 2006 a 2009,la vigilancia en Alemania y otros países europeos ha estado presente desde el 2001** y los socialdemócratas estuvieron en el gobierno y compartieron el mismo con Merkel, luego también están implicados en el encubrimiento. Tanto el SPD como la formación de Merkel pretenden con mucho ruido mediático oscurecer la memoria de la ciudadanía pero tal estrategia de la confusión sustentada en tergiversaciones obliga ante las sucesivas revelaciones a instalarse en la mentira política permanente cuestión que era desconocida para la ciudadanía en Alemania lo que supone un deterioro en la percepción del discurso democrático.

La cuestión que se le plantea ahora a la ciudadanía más comprometida con el derecho a la privacidad es porque tienen que seguir creyendo las afirmaciones de los gobernantes cuando éstos han estado al tanto de la actividad de la vigilancia masiva y solamente cuando se ha desvelado la misma la han cuestionado. Si hubieran actuado en base a convicciones democráticas el propio gobierno alemán hubiera evitado la vigilancia pero no ha sido así, el gobierno alemán como otros conocedores de la vigilancia han mirado para otro lado por lo que su credibilidad está en entredicho. Menos se le puede creer al gobierno de EEUU quien viene comportándose desde hace más de una década como un mentiroso político, mintió con las armas de destrucción masiva en Irak, mintió con las cárceles secretas de la CIA, negando las mismas hasta que salieron a la luz, y ahora ha mentido con la vigilancia mundial al negar la misma hasta antes de su revelación.

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Después de unas pocas semanas de la revelación del espionaje masivo se están conociendo las diferentes sensibilidades políticas y sociales al respecto en diferentes países y a nivel mundial.

Globalmente parece que la mayoría de las naciones se resignan a aceptar la vigilancia masiva de EEUU, pues no se ha producido ninguna reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar el tema, y a la mayoría de los medios de comunicación parece preocuparles más la suerte del ex-agente de la CIA Edward Snowden que denunció los programas de espionaje, que la existencia y continuidad de estos programas a los que EEUU en ningún momento ha manifestado interés por clausurarlos. Las voces discrepantes más importantes han sido las de varios países de América Latina, China y Alemania aunque con diferencias.

Para China el aspecto fundamental es mantener la soberanía nacional del ciberespacio, para ello en la recién concluida 5ª ronda del Diálogo Estratégico y Económico entre China y EEUU propuso implementar un tratado para regular el ciberespacio entre ambas naciones, aunque no se llegó a ningún acuerdo.

Los países de América Latina que han sido objeto del espionaje masivo principalmente Brasil persiguen una regulación internacional que proteja su soberanía y la privacidad de sus ciudadanos y empresas, pero el embajador de Estados Unidos en Brasil, Thomas Shannon, informó el 16/07/2013 al senador Ricardo Ferraco, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de Brasil, que no recibió autorización de Washington para dar explicaciones al Senado brasileño sobre las denuncias de espionaje de su país a autoridades, ciudadanos y empresas brasileñas.

La mayoría de los países europeos no han manifestado interés por reclamar medidas regulatorias para acabar con el espionaje masivo de EEUU. Hasta ahora la ciudadanía alemana es la que más importancia y mayor oposición está manifestando contra el espionaje masivo de EEUU, demostrándose como la sociedad con mayores valores democráticos a favor de la privacidad ciudadana y empresarial.

No obstante, la escasa resistencia global al espionaje masivo seguirá alentando a EEUU a seguir con sus programas informáticos para el control de las comunicaciones de las naciones del mundo y su ciudadanía, lo que supone un retroceso en la soberanía y el Estado de derecho de las naciones vigiladas, y que ante la imposibilidad de una regulación internacional obligará a las naciones más comprometidas con su soberanía a intentar procurarse instrumentos informáticos propios para salvaguardar su ciberespacio.

A falta de un acuerdo internacional, esa parece ser la tendencia global.

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De acuerdo con la estadística de 'Der Spiegel', en un día "corriente" la NSA controla en Alemania unos 20 millones de conversaciones telefónicas y 13 millones de comunicaciones por Internet. La información sobre todo tipo de contactos llegaba a una sede de la NSA en Fort Meade, EE.UU.

Los estadounidenses prestaron más atención a las zonas del oeste y del sur de Alemania, que es donde se encuentran los principales centros industriales y financieros.

 

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