22/11/2013
NOTICIA.
El 20 y 21/11/2013, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy,
el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Barroso, se
reunieron en Beijing, con el presidente Chino Xi Jinping y el primer
ministro de China, Li Keqiang en el marco de la XVI Cumbre China-UE.
La intensificación de la relaciones UE-China un
paso necesario en un mundo de desafíos globales compartidos
La relación comercial de la UE-China alcanzó
los 500 mil millones de euros durante el año 2012. El bloque europeo es
el principal socio comercial de China y es, después de Estados Unidos,
el segundo socio comercial más importante de la UE. La Unión Europea y
China no son solamente socios comerciales, desde hace una década forman
parte de una “asociación estratégica”, que comprende más de 50 foros de
diálogo, además de encuentros de alto nivel y una cumbre anual.
Li Keqiang, en la rueda de prensa posterior a
la cumbre con los mandatarios europeos, Herman Van Rompuy y José Manuel
Barroso, manifestó:
"El plan acordado no tiene precedente por
la amplitud de su contenido, que va desde el espacio aéreo y lucha
contra la piratería hasta la urbanización y energía", Li Keqiang
calificó al plan como un "mapa de ruta" para la cooperación entre
China y Europa hasta el año 2020, y mencionó que existen planes para
iniciar conversaciones sobre un protocolo de inversión mutuo, por su
parte José Manuel Barroso calificó el plan para el 2020 de estratégico y
detallado, comprometiéndose a discutir la factibilidad de un tratado de
libre comercio, y planteándose para el año 2020 alcanzar la meta de
incrementar el comercio bilateral a un billón de dólares USA.
Con relación a una serie de conflictos
comerciales mantenidos en el presente año que afectaron a la relación
comercial entre la UE y China sobre sanciones arancelarias para tubos de
acero, vinos o paneles para el aprovechamiento de la energía solar, Li
Keqiang fue optimista al manifestar que “cualquier problema en las
relaciones entre China y Europa se puede resolver siempre y cuando
fortalezcamos la comunicación e impulsemos el entendimiento".
José Manuel Barroso refiriéndose a las
relaciones integrales entre China y Europa, manifestó que no solamente
están representadas por el comercio, sino también por la política, la
seguridad y la cultura, encontrándose en un momento decisivo,
refiriéndose a la propia reforma del mercado europeo y a la situación de
China después de la reciente sesión plenaria del Partido Comunista de
China.
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La relación de Occidente con China, es una
relación de amor, odio, o la que ha venido en denominarse para China en
la política de golpe y
contacto. Por una parte Occidente se ha beneficiado, en los últimos
años, de los productos de exportación baratos de China, y en la presente
crisis económica espera beneficiarse de la reactivación interna de
China, pero este interés es contradictorio, pues, si bien a Occidente le
interesa que China se reactive económicamente para beneficiarse de su
crecimiento, también teme las consecuencias políticas que ello implica
de un mayor peso de China en la esfera internacional. Por ello, esta
política de golpe y
contacto, se manifiesta, por una parte, en favorecer el contacto en
las relaciones económicas con China, pero a su vez, en una política de golpe en
las relaciones políticas a través de campañas orquestadas contra China
para intentar desprestigiarla en el ámbito internacional, con el fin de
que su protagonismo económico no se manifieste en un mayor liderazgo
político.
Occidente ha venido demostrando su
autoproclamada
superioridad política y moral convirtiéndose en juez universal de los
derechos humanos y arrogándose el privilegio de su interpretación
universal, pero paradójicamente EEUU, que es quien lidera desde los
medios de comunicación occidentales esta política, no está adscrito a
ninguna instancia jurídica internacional que pueda juzgar a sus
políticos o soldados de los actos criminales cometidos en las guerras de
invasión que ha protagonizado contra otros países, en las que millones
de civiles si se incluye la guerra de Vietnam se vieron afectados.
Ningún soldado americano puede ser juzgado por un tribunal extranjero,
esa es la condición que pone EEUU a los países en los que tiene bases
militares, lo que en Japón ha traído en ocasiones protestas por los
abusos cometidos por soldados estadounidenses sobre civiles japoneses.
Una condición de inmunidad que Irak no aceptó, y que llevó a EEUU a
desistir de mantener bases militares en ese país, y que ahora, es la
condición esencial que exige al gobierno afgano para mantener bases
militares en ese país tras su retirada en el año 2014.
En el caso de la relación de la UE con China,
progresivamente la UE ha ido teniendo más en cuenta la política de contacto que
la de golpe, aunque
sorpresivamente un juez español en vísperas de la reunión UE-China se
descolgó con la decisión de detener a exdirigentes chinos lo que supuso
un fuerte golpe para
China muy celosa de su soberanía, que llevó a uno de sus portavoces a
afirmar, que antaño Occidente intento colonizar a China con buques de
guerra y ahora lo quiere hacer escudándose en falsos hechos y leyes
injustificadas.
Ningún país tiene legitimidad para emitir
leyes para enjuiciar supuestos delitos de otros fuera de los convenios
internacionales establecidos y los suscritos respectivamente. La orden
que emitió España de captura contra exdirigentes chinos por supuestos
delitos cometidos en el Tíbet, así como otras emitidas basándose en el
autorrogado derecho de unas naciones para juzgar delitos de otras
calificados unilateralmente de lesa humanidad en ningún caso pueden
prosperar, pues ninguna instancia policial o judicial internacional
tiene compromiso y obligación legal de ejecutarlas y solo sirven para
deteriorar las relaciones entre países. Corresponde a cada país enjuiciar los delitos
según sus propias leyes y las leyes internacionales suscritas
respectivamente. En el caso de España, la intromisión en los asuntos de
otro país resulta bochornoso, pues decenas de miles de víctimas de la
dictadura franquista han quedado sin reparación, y los jueces españoles
ignoran tales hechos y se preocupan por lo que un grupo de activistas
favorables a la independencia del Tibet señalan como genocidio en esa
región por parte de las autoridades Chinas, las cuales niegan tales
hechos y de que existan pruebas al respecto, a la vez que para los
políticos chinos, que hacen del respeto mutuo su emblema principal de
las relaciones internacionales, resulta incomprensible que España se
entrometa en sus asuntos, sin que China haya realizado ningún acto
hostil contra España o ciudadanos españoles.
Los países que incluyen leyes fuera de los
convenios internacionales arrogándose el derecho unilateral de
interpretar y enjuiciar actos de personas de otros países, sin que éstas
hayan violado leyes o intereses de su propio país o ciudadanos del
mismo, solo sirven a fines propagandísticos y forman parte de la
tradición colonial, en la que los colonialistas justificaban sus
intromisiones basándose en el argumento de “exportar la avanzada
civilización occidental”. Ahora, esa mentalidad bajo otros discursos
seudo-humanitarios, en los que una parte de la izquierda europea
participa de forma activa, sirve para justificar sus intervenciones
militares en otros países como lo hizo la socialdemocracia de algunos
países europeos en el caso de Libia, Malí, Afganistán o pretendió en
Siria, y se enmarca en la línea de quienes propician un mundo de
confrontación para afirmar su hegemonía política en lugar de contribuir
al entendimiento y colaboración entre naciones para resolver los graves
problemas que se enfrenta la humanidad como la crisis económica mundial
y el cambio climático.
Hay países que tal vez tendrían sus razones
para enjuiciar a dirigentes de otros países porque sus intervenciones
militares si han dañado a su población civil, como podría ser el caso de
Vietnam, para enjuiciar a los responsables de EEUU de los dos millones
de victimas que causo la intervención estadounidense, así como otros
países que también la padecieron, como Laos, Afganistán e Irak..; o los
países que en el pasado sufrieron la colonización británica, francesa o
española con decenas de miles de victimas en sus antiguas colonias, pero
ni tan siquiera en esos casos en el mundo actual que aspira a la paz
y el desarrollo se
justifica las intromisiones unilaterales.
El valor internacional más importante para la
paz es el respeto entre naciones. Las
leyes internacionales tienen que acomodarse a los tiempos políticos que
se vive y cada país debe evolucionar legalmente según su propia
realidad histórica, sin
obviar por ello el debate sincero
entre lo que unas y otras naciones consideran correcto.
Si se compara la tradición europea y la de
China, los países europeos acabaron con el sistema de Antiguo Régimen en
los siglos XVIII y XIX, y China estuvo gobernada feudalmente hasta
mediados del siglo XX. China está inmersa en un proceso en el que los
cambios de la mentalidad tradicional milenaria de la población en el
proceso de modernización de la sociedad marcan el ritmo del proceso de reforma
y apertura del sistema
económico y político liderado por el PCCh desde 1979. El gradualismo en
los cambios como método en la transformación de China con una población
de 1.300 millones de personas es diferente del que ha tenido Occidente,
con una población menor, que se fraguó con revoluciones nacionales
internas en el siglo XIX y dos guerras mundiales en el siglo XX, una
experiencia que daría lugar a que el viejo sueño europeo de una unión de
naciones conviviendo en paz renaciera en la posguerra e iría tomando
forma con el paso del tiempo, a pesar de que desde el 2008 debido a la
crisis económica las tendencias políticas nacionales centrífugas y
xenófobas están ganando fuerza frente a las políticas de integración.
En China la reciente Tercera Sesión Plenaria
del XVIII Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), trazó un
plan completo para la profundización integral de las reformas,
políticas, jurídicas, económicas y medioambientales, de las que
brevemente se pueden destacar las relativas a los cambios jurídicos y la
economía de mercado.
En el aspecto jurídico se ha dado un paso
importante para acabar con los vestigios feudales de sentenciar a los
acusados tomando como base principal su autoinculpación, cuando la misma
ha podido deberse a torturas, para dar el peso principal a las pruebas,
debiendo los jueces omitir en los juicios cualquier testimonio que se
haya obtenido por procedimientos ilegales. También se pondrá fin a la
confinación en campos de trabajo de personas por meras sospechas de la
policía, y se restringirá los delitos que se puede aplicar la pena
capital.
Con relación a la economía de mercado China va
a experimentar una profunda transformación. Si bien, en el comunicado
final de la sesión del XVIII Comité Central se señala que China se
adherirá al papel dominante de la propiedad pública, teniendo el papel
directriz de la economía estatal, al mismo tiempo que alienta a mejorar
su vitalidad y productividad, el comunicado menciona también que se
construirá un sistema de mercado unido y abierto, con competencia
ordenada, para que el mercado tenga un papel "decisivo" en la asignación
de recursos.
China se encuentra en una fase de desarrollo
económico en la que se está conformando una clase media de amplia base
social que está siendo y va a ser la que va a permitir a China orientar
su modelo de crecimiento basado hasta la crisis del 2008 principalmente
en la exportación de productos manufacturados, a otro modelo de consumo
interno. La característica de la demanda individual de consumo es que,
debido a su diversidad, no puede ser planificada ni estatalizada, como
lo son los sectores estratégicos de la producción, infraestructuras,
finanzas y grandes industrias, por lo tanto el desarrollo de un sector
empresarial emprendedor y competitivo para satisfacer la variada demanda
de servicios y consumo es un imperativo económico para el desarrollo de
China.
Los cambios en China permiten a los países
desarrollados disponer de un mercado que posibilite cambiar también su
modelo de crecimiento, sustentando hasta la crisis del 2008 en el
consumismo interno, hacia otro complementado con la exportación a los
países en desarrollo, del que China es el mayor de ellos.
En esa dirección, el modelo de crecimiento
mundial también va sufrir una profunda transformación, pues el modelo de
crecimiento basado en el consumo de las sociedades occidentales,
predominante hasta la crisis del 2008, tiene que dar paso a un modelo de
integración de las sinergias económicas de los países desarrollados en
conjunción con las de los países en desarrollo.
En este modelo económico la colaboración y la
confianza entre países desarrollados y en desarrollo son valores que se
sobreponen a la imposición política y económica a la que ha estado
acostumbrado Occidente desde la revolución industrial.
La humanidad, si
quiere resolver los problemas globales, ha
entrado en una fase de destino compartido en
la que la relación de Oriente y Occidente es fundamental. En ese
escenario China y la UE constituyen dos fuerzas importantes para el
mantenimiento de la paz mundial, dos mercados importantes para promover
el desarrollo común y dos civilizaciones para desarrollar la causa del
progreso de toda la humanidad.
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El
ferrocarril internacional Chongqing-Xinjiang-Europa, comenzó a funcionar
en enero de 2011. Hasta ahora, 110 trenes adaptados, con la mayoría
transportando productos electrónicos, han usado la ruta. Con la entrada
en operación de trenes regulares, se espera que 114 convoyes
intercambien una amplia gama de productos entre los dos países en 2014.
La ruta
comienza en Chongqing, se adentra en Kazajistán tras pasar la frontera
en Alashankou y atraviesa Rusia, Bielorrusia y Polonia antes de llegar a
su destino, Duisburgo.
El
ferrocarril recorta el tiempo del trayecto hasta las dos semanas, frente
a las cinco vía mar; y es un 80 por ciento más barato que el transporte
aéreo.
Según
los datos del Ministerio de Comercio de China, las actividades
comerciales del país asiático con las naciones a lo largo del cinturón
económico superaron los 549.500 millones de dólares en 2012, lo que
representó el 14,2 por ciento del comercio exterior total chino del año
entero.
El
08/04/2014 se inauguró el primer tren de carga regular que conecta la
municipalidad de Chongqing, en el suroeste de China, con Duisburgo, en
el oeste de Alemania, lo que supone el último paso dado de los dos
países para construir el cinturón económico de la Ruta de la Seda del
siglo XXI.
Según
Dai Dingyi, subdirector de la Sociedad de Logística de China, la ruta
ferroviaria ha proporcionado una gran oportunidad para la apertura
económica de las ciudades internas de China. En los últimos tres años,
las firmas de alta tecnología, entre ellas, AT&S, el mayor productor
europeo de placas de circuitos impresos, han abierto fábricas en la
Nueva Área de Liangjiang de Chongqing. En 2013, la municipalidad
suroccidental de Chongqing atrajo 10.600 millones de dólares de
inversión extranjera y su volumen de importación y exportación ascendió
a 68.700 millones de dólares.
Fuente: Xinhua