11/04/2014
NOTICIA.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en una carta enviada el 10/04/2014 a
los líderes europeos
de las naciones consumidoras de gas ruso
advirtió que Moscú podría cortar los suministros de
gas a Ucrania si Kiev no paga sus cuentas.
NOTICIA.
El 10/04/2014 El presidente de EEUU Barck Obama en una conversación
telefónica con la canciller alemana, Angela Merkel, expresó sus
"preocupaciones" por la situación en Ucrania e instó a sus aliados
europeos a que estén preparados para unirse a Estados Unidos en la
aplicación de más sanciones contra Rusia.
Alemania
frente a la crisis en Ucrania
El
10/04/2014 en la carta remitida por Vladimir Putin a los mandatarios de
18 países europeos
consumidores de gas ruso instó a que se realicen consultas urgentes en pos de
la estabilización de la economía ucraniana. El presidente ruso en su
misiva manifestó su disposición a una colaboración con la UE para ayudar
a la economía ucraniana pero que Rusia no puede cargar sola con esa
responsabilidad. "Rusia está dispuesta a participar en la
estabilización y recuperación de la economía ucraniana, pero no de
manera unilateral, sino en condiciones de paridad con nuestros socios
europeos". En declaraciones anteriores Putin ya había manifestado
que Rusia seguía subsidiando la economía de Ucrania a pesar de que no
reconoce el Gobierno ilegítimo de Kiev, pero que esa situación no podía
prolongarse "eternamente".
En su
misiva Putin transmitió a los líderes europeos que el consorcio
gasístico ruso Gazprom
ante el impago de los
2.200 millones de dólares que le adeuda Kiev ha decidido exigir los
pagos de suministro de gas por adelantado y,
ante el evento de que se produzca una mayor violación de las condiciones
de pago, cesará parcial o completamente los envíos del gas contratado
por Ucrania.
Si se produjera ese
escenario, aunque Rusia
ha manifestado que garantizará el suministro estipulado a los países
europeos consumidores,
debido a que la mitad del gas ruso que llega a Europa pasa por territorio
ucraniano, podría darse la situación que Ucrania priorice su consumo interno sobre el de tránsito utilizando el mismo
para sus necesidades lo que podría provocar una reducción en futuras
entregas a Europa, una situación que ya se vivió en la crisis del gas
entre ese país y Rusia en el 2009.
Ante las repercusiones que
la reducción del suministro de gas a Ucrania pueda tener en los países
europeos, y
particularmente en Alemania por ser el mayor consumidor de gas ruso de la
Unión Europea, EEUU
se ha puesto al frente en la respuesta que debe dar la UE,
estableciendo para ello Obama contacto con Merkel, siendo EEUU quien se
ha adelantado a responder a la carta de Putin enviada a los mandatarios
europeos de la naciones consumidoras de gas ruso, sin esperar a que sean
los interesados quienes lo hagan. Una situación que genera perplejidad y
que ha llevado a Putín a afirmar irónicamente que “no está bien leer cartas ajenas”.
En rueda
de prensa, la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, condenó "los
intentos de Rusia de usar la energía como instrumento de coerción contra
Ucrania". "Estamos trabajando con Ucrania y nuestro aliados al
oeste de Ucrania para animarles a revertir el flujo de gas de modo que
Ucrania pueda acceder a reservas adicionales si las necesita". Psaki
manifestó que Estados Unidos considera que debido a un cálido invierno
los países europeos tienen excedentes que podrían enviar a Ucrania en
caso de necesidad.
Por su
parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov,
declaró que es posible paliar la crisis en Ucrania a condición de
renunciar a los intentos de legitimar el “Gobierno del Maidán”; apoyar
el diálogo con todas las fuerzas políticas y regiones ucranianas sin
excepciones, y asegurar que Ucrania conservará la neutralidad que
proclaman sus leyes. “Estamos plenamente convencidos de que Ucrania
es un país fraternal y amistoso que debe convertirse en un eslabón de
conexión en la arquitectura de la seguridad y la cooperación en Europa y
no en una manzana de la discordia”.
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La UE y
EEUU a pesar del vehemente apoyo manifestado al autoproclamado gobierno
de Kiev sin que hayan mediado elecciones para su legitimación, todavía
no han dado un euro para que ese gobierno cumpla con sus compromisos
comerciales. Hace unas semanas el FMI manifestó que Ucrania había
evitado su bancarrota por la ayuda financiera que Rusia había prestado
a Ucrania el pasado diciembre. Ahora Rusia está entregando gas a Ucrania
gratis, pero lo que es evidente que Rusia no puede estar suministrando
indefinidamente gas a Ucrania sin que este país pague por el mismo, pero
parece que lo que EEUU y la UE quieren es que Rusia regale el gas a
Ucrania.
Si EEUU
y la UE piensan que con el ruido mediático de los medios occidentales
haciéndose eco de las propagandísticas declaraciones antirusas de los
portavoces de EEUU va hacer que Rusia renuncie a cobrar por el gas, se
equivocan. Alemania con Merkel a la cabeza en su política seguidista de
EEUU de aumentar la tensión contra Rusia se está tirando piedras a su
propio tejado, una tensión que es artificial y fomentada por los
estrategas de EEUU a través del gobierno títere de Kiev y que le sirve
a EEUU para alejar a Alemania de Rusia y fidelizarla a sus dictados,
pues en la medida que la tensión crece EEUU hace prevalecer en mayor
medida su papel de protector insustituible de la UE, para ello EEUU está
recurriendo al viejo discurso de la Guerra Fría como si Rusia fuera un
enemigo de la UE, cuando la realidad es que Rusia quisiera estrechar
amigablemente los lazos comerciales y políticos con la UE en base a la
política de respeto mutuo. Esta política de tensión artificial no es
nueva, EEUU también la promueve en la región del extremo oriente para
enfrentar a sus aliados contra China y así fidelizarlos a su liderazgo.
La
derecha alemana uncida a los designios de EEUU, alejándose de Rusia por
no tener coraje para parar los pies a EEUU en sus intrigas en Ucrania,
está haciendo un flaco favor a Alemania, que puede ser víctima de otra
guerra del gas como
la del 2009. Alemania
debiera darse cuenta que en la colaboración con Rusia tiene más que
ganar que perder,
cuestión que no pasa con EEUU quien apenas si tiene relación comercial
con Rusia. Los empresarios alemanes tendrían que preguntarse a donde les
conduce esta tensión artificial, pues la misma socava la confianza para
hacer negocios con Rusia. La crisis de Ucrania puede ser un momento
histórico que puede marcar por años el futuro de Alemania, pues la
confrontación con Rusia, puede hacer que Rusia comience a cambiar sus
prioridades estratégicas orientándose a aumentar su alianza comercial
con los países socios orientales.
Alemania
ya no está en el periodo de la Guerra Fría, en la que la ocupación
soviética de Europa del Este y la división de Alemania, le obligaba
inevitablemente a mirar comercial y políticamente hacia el Oeste, una
visión que le llevó a promover inversiones en los países mediterráneos
en los años ochenta del siglo XX. El mundo ha cambiado y el hinterland natural
económico de Alemania se sitúa principalmente mirando hacia el Este.
Rusia no es ningún enemigo sino un socio estratégico fundamental para
Alemania, no solo por su dependencia del gas ruso sino porque en la
medida que existieran unas relaciones de confianza Rusia podría ser un
mercado para las inversiones y productos alemanes y un puente en su
conexión con China.
Pero
todo ello, supondría que Alemania retomase un ideario soberanista y se
desligase de la tutela y las intrigas estadounidenses, aunque EEUU siga
siendo un socio estratégico para Alemania, pero EEUU solo tiene en
cuenta las decisiones soberanas de sus socios cuando estos manifiestan
firmeza en hacer prevaler sus intereses, pero en caso de debilidad, como
está siendo el comportamiento de Merkel en esta coyuntura, EEUU aumenta
la presión y, ante la debilidad de sus aliados, EEUU es quien toma las
decisiones por ellos.
Es de
esperar que la ceguera política alemana sea temporal y que Alemania se
de cuenta que la resolución de la crisis ucraniana a través de promover
una constitución de consenso entre todas las fuerzas políticas y
regiones del país es la decisión más acertada,
en oposición a la política de alentar la tensión artificial promovida
por EEUU y el gobierno títere de Kiev. Ello sería un paso importante,
para restablecer la confianza entre Moscú y Berlín.
Alemania
tendrá que dejar de creerse la propaganda estadounidense y comenzar a
actuar por su cuenta.
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Nota:
En la actualidad, el gas a
la UE procede de cinco importantes proveedores. El primer puesto lo
ocupa Rusia, seguida de Noruega, Argelia, Holanda y Catar. “El año
pasado únicamente dos proveedores ampliaron su exportación: Rusia y
Holanda”,
La exportación del gas
ruso ha alcanzado un volumen récord de 161.500 millones de metros
cúbicos en comparación con 2012 (138.800 millones de metros cúbicos). Y
el precio se ha reducido en un 5,5% de media hasta alcanzar los 380
dólares por 1.000 metros cúbicos.
En lo que respecta a
Holanda, este país ya ha anunciado que en el futuro reducirá su
exportación en un 20%, ya que explotará unos antiguos yacimientos casi
agotados para mantener una mayor cantidad de gas dentro del país.
Noruega tampoco promete un crecimiento significativo y en 2020 comenzará
a reducir los costes en la búsqueda de nuevos yacimientos para
incrementar sus beneficios.
En Argelia está aumentando
el consumo interno de gas y además, este país, del mismo modo que Catar,
está ampliando su exportación de GNL (gas natural licuado) a China,
Corea y Japón (en los mercados asiáticos este gas se vende bastante más
caro) y para Europa no queda prácticamente nada.
La
afirmación de EEUU de que puede suministrar gas a Alemania y Europa del
Este, es solo retórica, pues el coste que supondría tener que licuar el
gas para su transporte no sería rentable para los países europeos que
utilizan el gas Ruso.
Fuente
nota: Russia
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