13/10/2014
NOTICIA.
Los días 16 y 17 de octubre la ciudad italiana de Milán acogerá la X
Reunión Asia-Europa (ASEM)
De
Lisboa a Vladivostok
El
11/10/2014, en varias ciudades europeas se realizaron manifestaciones en
contra del Acuerdo
Trasatlántico para el Comercio y la Inversión (ATCI),
que eliminaría las barreras comerciales entre la UE y EEUU. El tratado
establecería un área de libre comercio entre las dos economías mayores
de mundo la UE y EEUU que juntas representan el 45% del PIB mundial.
Los días
16 y 17 de octubre la ciudad italiana de Milán acogerá la X Reunión
Asia-Europa (ASEM) a la que asistirán entre otros mandatarios, el
presidente de Rusia Vladímir Putin, la canciller de Alemania, Angela
Merkel, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el primer ministro
Chino, Li Keqiang. La reunión servirá para establecer puntos de
coincidencia para fortalecer las relaciones económicas entre Asia y la
UE, en la que China propondrá dar un impulso a la construcción del
Cinturón Económico Ruta de la Seda y de la Ruta de la Seda Marítima para
Unir el espacio asiático, euroasiático y la UE.
Previo a
la reunión, Li Keqiang, realizó una visita oficial de tres días a
Alemania durante la cual se firmaron acuerdos sobre fabricación de
automóviles, energía limpia, comunicaciones móviles y, se acordó, la
participación alemana en China en proyectos de urbanización,
industrialización, informatización y modernización agrícola, que son las
prioridades futuras de China. Li Keqiang también ha visitado Rusia para
la firma de acuerdos en energía, navegación satelital, construcción de
infraestructura y desarrollo conjunto de grandes aviones.
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La UE
sumida en una atonía económica de varios años no es capaz por si misma
de revitalizar su economía y precisa abrirse a proyectos externos que le
permitan ampliar mercados donde vender su productos. En esta coyuntura
la UE tiene la oportunidad de inclinarse por dos proyectos, el Acuerdo
Trasatlántico para el Comercio y la Inversión (ATCI)
promovido por EEUU, o un proyecto euroasiático en
el que Rusia y China fueran los socios más importantes.
El
proyecto para establecer una cooperación entre la UE, el espacio
euroasiático y China no resulta del agrado de EEUU, pues el éxito de ese
proyecto desligaría a la UE de la tutela estadounidense, por el
contrario, el acuerdo de libre comercio de la UE con EEUU situaría a
EEUU en una situación de ventaja competitiva, particularmente en el
sector agrario por estar fuertemente subvencionado en la UE.
Tras la
crisis política en Ucrania y las sanciones a Rusia, EEUU ha puesto a la
UE en una disyuntiva que dificulta la materialización de cualquier
proyecto euroasiático,
e indirectamente fuerza a que la UE tenga que inclinarse hacia el Tratado
de libre comercio con
EEUU. No obstante, este proyecto a pesar de que uniría las dos economías
más importantes del mundo como son EEUU y la UE, no asegura el
crecimiento económico de la UE. En una situación de estancamiento
económico como la que padecen las economías de los países desarrollados,
la solvencia económica de
las empresas, ante la imposibilidad de ampliar su cartera de pedidos,
solamente puede realizarse por absorción de unas empresas por otras, y
la UE en el marco del Tratado
de libre comercio con
EEUU se situaría en una situación de desventaja competitiva y las
empresas y sectores económicos pasarían a ser absorbidos por las
empresas estadounidenses, lo que implicaría: la destrucción de numerosas
pequeñas y medianas empresas en los países europeos; la ruina para
numerosos productores agrarios, y la privatización de servicios públicos
como la sanidad. En definitiva, el Acuerdo
Trasatlántico para el Comercio y la Inversión supondría
un buen negocio para las grandes corporaciones estadounidenses y un mal
negocio para los empresarios y trabajadores de la UE.
De
manera diferente, el proyecto de abrir la UE a los mercados euroasiáticos es
un proyecto que permitiría a las empresas de la UE, sin cambiar la
actual estructura competitiva y fiscal, ampliar su cartera de pedidos al
beneficiarse del crecimiento económico de los países asiáticos. El
proyecto de unir
el espacio económico desde Lisboa hasta Vladivostok propuesto
en varias ocasiones por los dirigentes rusos que, a su vez, encaja con
el proyecto de China de la construcción del Cinturón
Económico Ruta de la Seda supondría
abrir unas expectativas de crecimiento para toda la UE, y
particularmente para Alemania debido a su potente industria exportadora.
La
crisis de Ucrania ha sido exagerada artificialmente por EEUU lo cual ha
provocado un fuerte descontento entre el empresariado alemán. De manera
diferente, Gran Bretaña es claramente favorable a la iniciativa del Tratado
de libre comercio entre
EEUU y la UE, pues del mismo se beneficiaría su sector financiero. Hasta
ahora, la pugna soterrada entre los intereses británicos ligados a EEUU
y los intereses del empresariado alemán ligados a un entendimiento
económico con Rusia y China, no ha salido a la luz, y el resto de países
de la UE por el seguidismo hacia EEUU todavía carecen de un criterio
propio, aunque con el paso del tiempo tendrán que posicionarse: o por la
postura alemana de apertura hacia el espacio euroasiático, lo que supone
la superación de la crisis en Ucrania y el freno al proyecto del Tratado
de libre comercio con
EEUU, o por el contrario, deberán alinearse con la postura británica y
estadounidense abiertamente favorables a la implementación del Acuerdo
Trasatlántico para el Comercio y la Inversión y,
la oposición, al desarrollo del cualquier proyecto de creación de un
espacio económico euroasiático,
lo que implica mantener activo el conflicto en Ucrania y las sanciones a Rusia.
La
crisis económica está reduciendo el espacio de crecimiento económico de
los países desarrollados y EEUU por ser el más fuerte, puede estar
pensando en devorar económicamente a sus propios aliados.