19/04/2015
NOTICIA.
Un barco con 700 emigrantes africanos naufragó en el Mediterráneo en la
noche del sábado al domingo del 19/04/2015, a unas 60 millas náuticas de
la costa de Libia
UE.
Responsabilidades ignoradas
En la
noche del sábado al domingo del 19/04/2015 un mercante portugués avistó
el hundimiento de un barco a unas 60 millas náuticas de la costa de
Libia, consiguiendo salvar a 28 personas, que relataron que, junto a
ellas, viajaban 700 más. En las costas libias, arrastrados por el
oleaje han aparecido varios emigrantes ahogados. La portavoz del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Carlotta Sami,
en declaraciones a la emisora RaiNews24 calificó el naufragio como “una
de las mayores tragedias sucedidas en el mar Mediterráneo”. En las
labores de búsqueda participan la armada de Malta, barcos italianos y
naves comerciales en una zona a 210 kilómetros al sur de la isla
italiana de Lampedusa y a 27 kilómetros de la costa Libia.
Según
registros de la UE, unos 170.000 inmigrantes ingresaron el año pasado en
el territorio de la Unión Europea a través de Italia después de cruzar
el mar Mediterráneo, de los que la mayoría salió de Libia, estimándose
que murieron más de 3.000 personas. Un éxodo que sigue en aumento,
habiéndose registrado durante los primeros dos meses de este año, un
incremento del 43 por ciento de llegadas de inmigrantes a los países de
la UE frente al mismo período del 2014. Por otra parte, desde el año
2011, las tragedias de naufragios en el mar Mediterráneo se suceden
ininterrumpidamente.
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Las
precarias condiciones en la que se realiza la migración a través del
Mediterráneo desde la ribera sur y oriental hacia las costas de la UE,
revela que la misma es fruto de la desesperación en la que viven cientos
de miles de personas en los países árabes. La emigración se ha
convertido en una huida de la guerra, las persecuciones religiosas, y el
drama económico como consecuencia de la ausencia de paz. El factor de
expulsión del lugar de origen es predominante sobre el factor de
atracción del lugar de destino, aunque éste aparezca como una salvación.
Una situación que se ha venido agravando sobre todo por la inestabilidad
política principalmente en Siria y Libia, desde donde se registran el
mayor número de partidas.
De esta
tragedia, los políticos de la UE ignoran sus responsabilidades, como si
la misma fuese consecuencia de un fatal destino, cuando quien sumió a
Libia en el caos político fue la UE y su brazo armado la OTAN. Tras la
aprobación de la resolución
1973 por el CSNU sobre
la limitación del espacio aéreo de Libia, las potencias europeas y EEUU
la instrumentalizaron para propiciar un cambio de régimen político en
Libia favorable a sus intereses, pero el resultado fue la devastación de
un país que llegó a ostentar la puntuación más alta en IDH de los países
de África en el 2010. En su propaganda tanto la OTAN como los medios de
comunicación europeos y estadounidenses, justificaron su intervención en
que la misma traería “la libertad” a Libia y con ella la prosperidad
económica, pero lejos de ser así Libia se ha sumido en un caos político
y una guerra civil en la que los grupos yihadistas están tomando un
creciente protagonismo.
Pero los
responsables de la UE, a pesar de clamar por la tragedia de la migración
que llena de cadáveres el mar Mediterráneo, no parecen sentirse
culpables por su desastrosa intervención en Libia. Sobre las
consecuencias de la misma han tendido un tupido velo mediático, no
existe ninguna crítica, ninguna autocrítica sobre la guerra en su día
desatada contra ese país. En el caso de Siria, los políticos europeos y
los grandes medios de comunicación occidentales llevan años apostando
por la guerra a través de apoyar a los denominados eufemísticamente
“rebeldes luchadores por la libertad”, cuando la realidad ya ha
demostrado sobradamente que no existe línea de separación entre los
considerados “rebeldes” y el terrorismo.
Ni en
Libia se apostó por la vía de la negociación entre el gobierno y la
oposición, ni en Siria tampoco se sigue apostando por la misma, para
EEUU, Arabia Saudita e Israel, cuando no es posible cambiar los
gobiernos que se oponen a su hegemonía lo que procede es la devastación
de esos países, sin calcular ni responsabilizarse de que la misma
alienta el desarrollo de las organizaciones yihadistas, como así ha
sucedido con la creación del Estado Islámico.
Los
dirigentes políticos de la UE, no solo callan su responsabilidad, sino
que también ocultan su falta de independencia ante los dictados de EEUU
e Israel que les ha llevado a apoyar una política de desestabilización
en el norte de África y el Próximo y Medio Oriente, contraria a los
intereses de la UE, y que ha convertido su frontera sur en una región en
la que cientos de miles de desesperados se debaten entre lanzarse a la
aventura migratoria, en algunos casos apuntarse a la yihad, o seguir
viviendo bajo el desastre de sus países de origen.
Los que
decidieron emigrar por el caos propiciado por la OTAN, tampoco tendrán
la esperanza de la reparación de los daños causados por la guerra,
porque Occidente no se hace responsable a posteriori de las guerras que
inicia o fomenta, sino que por el contrario, cuando pisen suelo europeo
seguirán siendo perseguidos.