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Autor

Seudónimo: Saint Just

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28/05/2014

NOTICIA. El presidente del Comité Militar de la OTAN, el general checo Petr Pavel, considera que a Rusia le bastaría con dos días para ocupar los países del Báltico y otros dos días para tomar Kiev

 

Tensiones militares en el Este de Europa

La retórica belicista de la OTAN en contra de Rusia se ha incrementado coincidiendo con las maniobras militares que la OTAN realiza en el Noreste de Europa del 15 de mayo al 5 de junio, y la inspección sorpresa decretada por Rusia en su distrito militar central del 15 al 28 de mayo.

Las maniobras militares de la OTAN denominadas Arctic Challenge Exercise (ACE) se realizan del 25 de mayo al 5 de junio en la parte norte de Suecia, Finlandia y Noruega con la participación de EEUU, Reino Unido, Países Bajos, Suiza, Alemania y Francia, en el que participan 115 aviones de las fuerzas aéreas noruega, sueca, finlandesa, británica, estadounidense, suiza, alemana y francesa, y que abarca casi todo el territorio de las provincias suecas de Norrbotten y Västerbotten, así como una parte de Noruega del Norte y de Finlandia del Norte. Entre el 15 y el 29 de mayo, Estonia acoge los ejercicios de la Fuerza Naval de la OTAN Open Spirit 2015. En las maniobras, participan 19 buques de 15 países (EEUU, Bélgica, Estonia, Países Bajos, Canadá, Lituania, Letonia, Noruega, Polonia, Francia, Suecia, Alemania, Finlandia, Dinamarca y Gran Bretaña).

El 25/05/2015, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, daría la orden de realizar una inspección sorpresa en el Distrito Militar Central de Rusia para evaluar la capacidad combativa de la aviación y las tropas de defensa. Rusia retomó las inspecciones sorpresa en 2012, una práctica que se había abandonado desde el final de la Guerra Fría. La inspección sorpresa ha durado hasta el 28 de mayo. Los ejercicios militares rusos han movilizado a casi 80.000 efectivos, más de 12.000 piezas de armamento, 65 buques submarinos y de superficie y unos 220 aviones y helicópteros.

El 26/05/2015, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sorprendido por la movilización militar de Rusia, en una entrevista a la CBS llamó a Rusia a una “mayor transparencia y apertura” en la realización de sus maniobras militares en las actuales condiciones geopolíticas.

El 27/05/2014, el presidente del Comité Militar de la OTAN el general checo Petr Pavel, en declaraciones en una conferencia en Praga recogidas por Radio Praga, consideraba que a Rusia le bastaría con dos días para ocupar los países del Báltico y otros dos días para tomar Kiev. Pavel, afirmó que la OTAN no es capaz de reaccionar "con suficiente rapidez" en situaciones de emergencia, pues Moscú podría decidir atacar los países del Báltico en unas horas, mientras que la OTAN, integrada por 28 países, gastaría mucho tiempo en acordar una postura única.

Por la parte rusa, el viceministro de Defensa ruso, Anatoli Antónov, al término de las maniobras militares rusas manifestó que consideraba que las maniobras de la OTAN cerca de las fronteras de Rusia tienen un carácter hostil. El embajador de Rusia ante la OTAN, Alexandr Grushkó, en una entrevista al canal Rossiya24, en respuesta a las reiterativas declaraciones de miembros cualificados de la OTAN sobre el supuesto peligro de agresión de Rusia contra los países del Báltico, manifestó: "El gobierno Ruso debe tomar todas las medidas imprescindibles para hacer frente a las amenazas de utilizar la fuerza en contra de Rusia, y tenemos suficientes medios y recursos para hacerlo”. Grushkó, consideró que la supuesta amenaza rusa es un mito que los países del Báltico lo instrumentalizan para ocultar su incapacidad de resolver de manera independiente sus propios problemas nacionales.

Las maniobras de la OTAN levantaron en Suecia las críticas del exembajador sueco en Rusia, Sven Hirdman, quien comentó que "en vez de estar jugando a la guerra con la OTAN en el norte de Europa, el Gobierno sueco debería trabajar en el alivio de la tensión entre los bloques militares".

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En todo movimiento militar la propaganda de guerra juega un papel fundamental. En este aspecto, la OTAN está permanentemente acusando a Rusia de acosar a los países vecinos occidentales, pero la realidad es muy diferente.

Las acusaciones de la OTAN carecen de fundamento objetivo, pues esta organización viene expandiéndose desde el final de la Guerra Fría hacia las fronteras de Rusia, la justificación es la supuesta amenaza rusa, pero Rusia tras el final de la Guerra Fría se retiró a sus fronteras evidenciando que renunciaba a su pasado de ocupación de los países del este europeo. Los acontecimientos del Euromaidán en Ucrania y que darían lugar al golpe institucional en febrero del 2014, sumió a este país en una guerra civil entre las regiones del este y del oeste, la cual a día de hoy, a pesar de los acuerdos de Minks sigue latente.

La OTAN, que apoyó a los sublevados del Euroamidán, sus acciones violentas y el golpe institucional de febrero del 2014, otorga a Kiev toda la legitimidad mientras que al otro bando de la guerra civil que se mostraron contrarios al golpe institucional les niega toda legitimidad. Solamente tras los fracasos militares del gobierno de Kiev en las regiones del Donbas se ha visto obligada a reconocer el acuerdo alcanzado entre los bandos contendientes, pero de facto no los apoya, pues lo que procedería sería una negociación entre partes iguales para consensuar una constitución nueva para Ucrania, pero la OTAN sigue políticamente otorgando legitimidad solo al gobierno de Kiev, cuando Kiev no tiene más legitimidad que las repúblicas del Donbas a la hora de impulsar un proceso constituyente.

En su propaganda la OTAN muestra en todo momento a Rusia como parte del conflicto cuando Rusia no inicio el cambio de régimen en Kiev. La OTAN no ha presentado ninguna prueba verificable de las acusaciones que hace a Rusia, lo que si es demostrable es el apoyo de EEUU a Kiev con asesores militares. Todas las actuaciones de la OTAN en Ucrania y el este europeo se basan en la mentira de presentar a Rusia como un agresor. Una mentira que los máximos representes de Occidente y medios de comunicación pretenden convertirla en verdad a base de su reiteración y la divulgan sin complejos. El propio presidente de EEUU Barack Obama, afirmó sin rubor y sin pruebas en julio del 2014, que Rusia había derribado el avión  de Malaysia Airlines MH17, cuando a día de hoy el caso está todavía bajo investigación.

En lo referente a sus acciones militares, EEUU, usa la mentira más que la verdad; su pasado de intervenciones está plagado de mentiras y acusar a Rusia de ser parte militar en el conflicto de Ucrania forma parte de esa tradición. En los acuerdos de Minks Rusia en ningún momento ha estado presente como parte sino como garante de los mismos al igual que Francia y Alemania, pero la propaganda de la OTAN insiste en convertir al garante en parte, para demonizar políticamente a Rusia.

Las maniobras militares de la OTAN y el acoso a Rusia no deja de ser un anacronismo histórico. Si lo que pretenden los países de la OTAN es rendir a Rusia pensando que la Rusia actual es la URSS de los años noventa, ello no tiene ninguna posibilidad de éxito. Entonces ¿qué sentido tiene seguir con una política de tensión? Tal vez sea porque, en su naturaleza, las mentes calenturientas de los estrategas de EEUU no saben hacer otra cosa. Es evidente que las acciones desestabilizadoras de EEUU crean incertidumbre internacional, pero a su vez abren oportunidades para quienes se resisten a la estrategia de su dominación global, y les refuerza en su determinación de trabajar en la construcción del multilateralismo.

La guerra entre potencias tiene pocas posibilidades de que llegue a producirse porque nadie la quiere y menos la ciudadanía europea, a pesar de que a EEUU a miles de kilómetros de ese hipotético escenario en Europa, no le importe jugar con fuego. El potencial militar y combativo de Rusia es defensivo, pero la reacción ante cualquier ataque por parte de la OTAN no se limitaría a sus fronteras porque defensa y contraataque están unidos. Así fue con Napoleón y con la Alemania nazi.

 

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