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Artículos de Opinión

Una visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la integración económica mundial y la armonía con el medioambiente

Autor

Javier Colomo Ugarte

Junio 2016


Reflexiones sobre la guerra

Desde el 31/05/2016 hasta el 22/06/2016, la OTAN viene realizando las maniobras militares más importantes en su flanco este desde el final de la Guerra Fría. Estas maniobras constan de varios ejercicios entre los que destacan los denominados Anaconda-16 que se desarrollan en Polonia del 7 al 17 de junio, y los ejercicios denominados Saber Strike 2016 en Letonia, Lituania y Estonia del  13 al 21 de junio.

En la maniobras Anaconda-16, participan países miembros de la OTAN y países allegados como Suecia, Georgia y Ucrania, y cuentan según el Ministerio de Defensa de Polonia con 31.000 militares de 24 países diferentes (entre ellos, 12.000 soldados de Polonia, 10.000 de Estados Unidos y 1.000 del Reino Unido), lo cual constituye por el número de países participantes como de soldados, las maniobras militares más grandes en la historia de Polonia.

En las maniobras Saber Strike 2016 (Golpe de Sable) participan 10.000 soldados de 13 países miembros de la OTAN y países socios: Estonia, Dinamarca, Reino Unido, EEUU, Letonia, Lituania, Polonia, Luxemburgo, Noruega, Francia, Eslovenia, Finlandia y Alemania.

El presidente del Comité Conjunto de Jefes de Estados Mayores de las Fuerzas Armadas de EEUU, el general Joseph Dunford, consideró en su inicio que las maniobras militares en Europa tienen como objetivo demostrar a Rusia la fuerza de la OTAN, por su parte, Rusia viene manifestando de manera recurrente su preocupación por la progresiva expansión de la OTAN hacia su zona de seguridad. El portavoz del presidente ruso Vladimir Putin, Dmitri Peskov, criticó las maniobras de la OTAN porque socavan la seguridad en Europa al dañar las relaciones con Moscú, “estos ejercicios claramente no contribuyen a una atmósfera de confianza y seguridad en el continente".

Estas maniobras preceden a la cumbre de la OTAN que tendrá lugar el 8 y 9 de julio de 2016 en Varsovia, en la que se espera que se imponga la política estadounidense de aumentar la tensión con Rusia.

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Si vis pacem, para bellum (Si quieres la paz, prepara la guerra)* esta máxima hace referencia a la necesidad que tiene un país o pueblo de armarse ante la constatación evidente de un agresor externo que pretende destruirlo o someterlo, para lo que es necesario disponer de una buena defensa que disuada al potencial agresor. La paz se garantiza por la fuerza disuasoria de las armas, si bien en esa situación la paz siempre será frágil, pues tanto el potencial agresor como quien pretende disuadirlo se involucran en una guerra fría donde sin llegar a la confrontación están obligados a mantener una paridad militar continuada.

Una situación diferente de la relación entre un potencial agresor y quien pretende defenderse, es la derivada de cuando existen dos o más contendientes involucrados en buscar la dominación del uno sobre el otro. Las dos guerras mundiales en la primera mitad del siglo XX fueron fueron consecuencia de una confrontación de estas características entre varias potencias en la que principalmente Alemania, Francia y Gran Bretaña aspiraban a dominar Europa que entonces constituía el Centro económico y político mundial y, por lo tanto, quien dominara el Centro del sistema, dominaría el mundo. En ese contexto la preparación para la guerra no tenía el objeto de la disuasión para mantener la paz sino la disputa por el dominio global.

Alemania fue la perdedora en ambas guerras. Las duras condiciones impuestas a Alemania por Francia y Gran Bretaña tras la Primera Guerra Mundial, fue uno de los motivos que impulsaría a Alemania a rearmarse y una vez que consideró tenía la supuesta supremacía militar a expandirse hacia el este y el oeste para intentar someter por el Oeste a Francia y Gran Bretaña y por el Este a Rusia.

Sin embargo, en ninguna de las dos grandes guerras Alemania obtuvo el resultado esperado. Su derrota en la Primera Gran Guerra intento enmendarla con la victoria sobre sus oponentes en la Segunda, pero el resultado no solo fue su derrota sino la conformación de un nuevo orden mundial en el que el dominio mundial europeo fue sustituido por las dos grandes potencias victoriosas en la Segunda Guerra Mundial: EEUU y la URSS.

Ambas guerras demostraron que el rearme o preparación para la guerra no conducía al mantenimiento de la paz sino que llevó a las dos guerras más crueles y devastadoras que jamás había conocido la humanidad. Si bien en ambas guerras subsistía una confrontación inter-imperialista en el Centro del Sistema Mundial europeo, en la Primera Guerra Mundial el factor desencadenante fue consecuencia de una política de Alianzas que obligaba a unos países a implicarse en la guerra de otros, mientras que en la Segunda Guerra la iniciativa alemana de extender la guerra se basó en la consideración de su supremacía militar.

Tras la derrota alemana y el surgimiento de dos nuevas potencias mundiales antagónicas: EEUU y la URSS, a pesar de que en ambas subsistía el impulso imperialista del dominio global desde su centro político respectivo, en el caso de la URSS bajo la premisa de expandir el socialismo y en el de EEUU el liberalismo, el rearme de ambas potencias si tuvo el efecto de evitar la guerra global en medio de una tensa Guerra Fría.

La paz global fue consecuencia de lo que se denominó “la destrucción mutuamente asegurada”. La aparición de las armas atómicas llevaría a ese empate militar. Las guerras quedaron circunscritas a ámbitos regionales donde el factor de escalada de la contienda militar estaba limitado a las armas convencionales.

Sin embargo, la introducción en la década de los años ochenta de los misiles de corto y medio alcance con capacidad para portar cabezas nucleares difuminaría la línea de separación entre armas convencionales y nucleares. La posible confrontación en una guerra convencional entre las fuerzas de la OTAN y las del Pacto de Varsovia, tenía un escalón intermedio con la posibilidad de usar armas tácticas nucleares, lo cual suponía introducir un factor de escalada que podía llevar a una confrontación nuclear global.

Con el fin de eliminar el factor de riesgo de este eslabón de escalada en Europa, el Gobierno del presidente de los EEUU Ronald Reagan y el secretario general del partido comunista de la URSS Mijaíl Gorbachov suscribieron el 08/12/1987 el Tratado Intermediate-Range Nuclear Forces (INF) que entró en vigor el 01/06/1988. El tratado eliminó los misiles nucleares y convencionales cuyo rango estuviera entre 500 y 5.500 kilómetros (denominados euromisiles). En 1991 fueron destruidos 2.692 misiles, 846 por parte de los EEUU y 1.846 por parte de la Unión Soviética.

En la década de los noventa con la disolución del bloque soviético se puso fin a la Guerra Fría, Rusia se convirtió en heredera de los compromisos de la antigua URSS entre ellos los militares, pero sin posibilidades económicas ni una ideología que lo sustentase renunció a su estatus de superpotencia global, y EEUU pasó a convertirse en la única superpotencia mundial. Este cambio de escenario geopolítico y militar mundial supondría un cambio en la naturaleza de los dos viejos contendientes, mientras que EEUU continuaría con su aspiración de dominación global, Rusia pasaría a un enfoque militar defensivo de su soberanía.

Ello, a día de hoy, se muestra tanto en los gastos militares como en el despliegue militar global. El  presupuesto militar de EEUU es de 560.000 millones anuales de dólares estadounidenses, que supone 1.800 $ per capita, y constituye más de un tercio de todos los gastos militares del planeta. Por el contrario, Rusia tiene un gasto militar de unos 80.000 millones de dólares una séptima parte del presupuesto de EEUU, que supone  unos 500$ per capita. Con relación al despliegue militar, EEUU tiene fuera de sus fronteras cientos de bases militares y sus flotas armadas dominan el conjunto de los océanos, mientras que Rusia mantiene fuera de sus fronteras solamente dos antiguas bases de la URSS, en Siria y Tayikistan. Con relación a las armas nucleares, EEUU las tiene ubicadas en su territorio y Alemania, aunque hay que considerar que EEUU lidera a la OTAN y tanto Francia como Gran Bretaña miembros de esta organización militar también tienen armas nucleares desplegadas en sus territorios. Considerando a China, otra de las cinco potencias nucleares autorizada según el Tratado de no Proliferación Nuclear a tenerlas, no tiene bases militares fuera de su territorio y su gasto militar es de 140.000 millones de dólares, unos 100$ per capita.

Como se demuestra en sus gastos militares y despliegue militar, la naturaleza del armamentismo de EEUU, Rusia y China son cualitativamente diferentes, mientras que los fundamentos ideológicos que impulsan a EEUU al armamentismo es la dominación militar global, en el caso de Rusia y China sus principios son defensivos de su soberanía.

Con el fin de los imperios europeos en la primera mitad del siglo XX y con la desaparición de la URSS, finalizó históricamente la confrontación por la dominación mundial entre varios contendientes globales. El escenario mundial vigente es el de una superpotencia que pretende mantener su hegemonía militar mundial y otras potencias que hacen de su soberanía y defensa la cuestión primordial para no ser sometidas, por lo que en el siglo XXI, el fundamento de la paz tanto para China como para Rusia, está en la preparación para la guerra como elemento disuasorio frente a un potencial agresor externo.

El despliegue militar global de EEUU le obliga a mantener un presupuesto militar superior al de cualquier otra nación, pero el gasto no es sinónimo de eficacia militar en una posible contienda. Las capacidades defensivas y de contraataque de un solo país, pueden ser superiores con menos gastos militares que quien precisa mantener una maquinaria de guerra global, es lo que está sucediendo en el caso de Rusia y de China, quienes con un presupuesto militar menor al estadounidense desarrollan armas defensivas y ofensivas igual o cualitativamente superiores a las estadounidenses, y cualquier guerra entre EEUU y una de estas potencias supondría la destrucción mutua asegurada.

Los estrategas estadounidenses con el fin de superar el empate militar de la destrucción mutua asegurada, han venido desarrollando una estrategia de golpear al adversario a la vez que se asegura que el contragolpe de éste puede ser detenido. Los escudos de defensa antimisiles forman parte de esta estrategia en la que se pretende poseer lanza y escudo frente a un adversario armado solamente con lanza. Otra estrategia militar que impulsa el desarrollo armamentístico estadounidense es la denominada como Golpe Global Inmediato. Esta estrategia se fundamenta en el principio de un ataque preventivo que en menos de una hora desde su lanzamiento podría destruir en su ubicación original las armas atómicas del adversario, por lo que el mismo quedaría desarmado y a merced del poder nuclear estadounidense, a esta estrategia sirve principalmente el desarrollo de las armas balísticas hipersónicas que pueden superar los 6.000 km/hora.

Sin embargo, a pesar del desarrollo de los escudos antimisiles y de las armas hipersónicas nadie puede garantizar que en una confrontación entre EEUU y Rusia o EEUU y China se pudiera evitar la destrucción mutua asegurada. Y la paz global como si fuese una fatalidad del destino y de la condición humana sigue descansando sobre este siniestro principio.

Con el despliegue de los escudos antimisiles estadounidenses en países del este de Europa y el fortalecimiento del despliegue militar de la OTAN en su flanco este, vuelve a escena la cuestión de los misiles de corto y medio alcance que podrían difuminar en una escalada de confrontación militar el paso de la línea del uso de las armas convencionales a las nucleares intercontinentales.

Los misiles antimisiles del escudo estadounidense DAM desplegado en Polonia, República Checa y Rumania pueden ser fácilmente reconvertidos a misiles de ataque y el escudo se desdoblaría en escudo y lanza. En la actualidad, considerando esta situación, Rusia se debate sobre la conveniencia de retirarse del Tratado (INF), y de hecho el mismo ya está cuestionado por la parte rusa con el despliegue de misiles de corto alcance Iskander en la región rusa de Kaliningrado, situada en la proximidad inmediata de Lituania y Polonia en respuesta al sistema DAM.

La política guerrerista y de la tensión contra Rusia liderada por el actual presidente de EEUU Barack Obama no tiene equivalente desde la Guerra Fría. La misma es además sostenida sobre la mentira de la tergiversación de los acuerdos de Minks de que Rusia es parte y no garante de los mismos como lo son Alemania y Francia, acusando a Rusia de su incumplimiento cuando no es Rusia quien debe cumplirlos sino Ucrania abriendo negociaciones con las repúblicas de Donetsk y Lugansk, lo que hasta ahora no ha hecho.

La política de la tensión contra Rusia es además alimentada por el resentimiento de varios países del este europeo entre los que destaca Polonia, un resentimiento acumulado en estos países en el periodo imperial soviético de la Guerra Fría, y que ahora es instrumentalizado interesadamente por Occidente y las oligarquías de esos países contra Rusia obviando el interés de Rusia por mantener unas buenas relaciones.

EEUU dirigiendo desde atrás a la OTAN esta empujando a la UE a una carrera militar de la que el mayor perjudicado en caso de una contienda no sería EEUU que se encuentra a miles de kilómetros de un hipotético escenario de guerra, sino los países de Europa y la propia Rusia.

La UE tendrá que resolver si su seguridad va depender de una carrera armamentística contra Rusia o de acuerdos basados en el respeto mutuo. El Tratado INF garantiza a Europa mayor seguridad que los escudos antimisiles, y la ruptura del tratado supondría entrar en una zona de inseguridad inédita desde la Guerra Fría.

Aunque, con toda probabilidad, en la cumbre de Varsovia los días 8 y 9 de julio, la OTAN que, debido a la pusilanimidad de los dirigentes de la UE, ha dejado de representar los intereses europeos para defender exclusivamente los estadounidenses, con el pretexto de atender la petición del gobierno polaco de que la OTAN cambie su actual línea de contención en Alemania a Polonia, opte por el despliegue en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia de fuerzas permanentes, lo que supondría entrar en una nueva escalada militar recíproca.

Una posible medida que ya ha sido criticada por el excanciller alemán Gerhard Schröder, al intervenir el 11/06/2016 en la cámara de comercio alemana en Austria, afirmando que para Alemania "sería un grave error" encargarse de la fortificación del flanco este de la OTAN, expresando que el mantenimiento de las sanciones a Rusia es un enfoque equivocado, pues "Europa necesita a Rusia desde el punto de vista de la seguridad".

 

La paz global entre potencias debe de dejar de sustentarse en el principio de la destrucción mutua asegurada, pero ello no será posible hasta que el creciente impulso hacia un mundo multipolar basado en la colaboración haga imposible la ambición estadounidense de persistir a ultranza en el dominio militar global.

Solamente con la desaparición del último legado cultural histórico imperial de la dominación global se darán las condiciones para que la paz se sustente en el desarme.

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*Antigua frase romana: de flavius Renatus Vegetius, escritor de la época del emperador Valentiniano II a fines del siglo IV, del libro “De Rei Militaris” (De las cosas de las Milicias).

 

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Javier Colomo Ugarte

Doctor en Geografía e Historia

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