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Crítica política sobre noticias de actualidad en el mundo

Una visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la integración económica mundial y la armonía con el medioambiente

Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


02/07/2014

NOTICIA. El 01/07/2014 el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en una reunión en Moscú con embajadores y representantes diplomáticos permanentes de Rusia, definió las líneas estratégicas de la política exterior de Rusia.

NOTICIA. El 30/06/2014 el presidente de China, Xi Jinping, se reunió en Pekín con el vicepresidente de la India, Mohammad Hamid Ansari en el marco de la conmemoración del sesenta aniversario de la proclamación de los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica.

 

El largo camino hacia unas relaciones internacionales basadas en el respeto entre naciones

El 30/06/2014, en la reunión entre el presidente de China, Xi Jinping, y el vicepresidente de la India, Mohammad Hamid Ansari, ambos mandatarios expresaron los fundamentos que aspiran deben regir las relaciones entre China y la India, y de ambos países con el resto de naciones del mundo

El presidente de China, Xi Jinping señaló que la India es un socio importante de China, que la relación con la India es una prioridad en la diplomacia de China y expresó su deseo de que ambos países adopten una perspectiva integral para resolver pacíficamente sus diferencias; fortalezcan la comunicación entre sus legislaturas y gobiernos locales, y promuevan la cooperación para la construcción de un corredor económico entre China, Bangladesh, Myanmar y la India, a fin de llevar a cabo el desarrollo regional.

Por su parte, el vicepresidente de la India, Mohammad Hamid Ansari manifestó que la relación de buena vecindad entre la India y China favorece los intereses fundamentales de los dos países y pueblos y que la India luchará por promoverla; colaborará con China, y fortalecerá la comunicación y la cooperación para resolver de forma adecuada sus divergencias y promover el desarrollo de los lazos bilaterales, comprometiéndose a coordinarse en temas globales para tener un mayor papel para el desarrollo y la paz del mundo.

Tras el acto el 28/06/2014 de conmemoración del 60° aniversario de la proclamación de los Cinco Principios de Coexistencia Pacíficabasados en: 1º el respeto mutuo de la soberanía y la integridad territorial; 2º la no agresión mutua; 3º la no interferencia en los asuntos internos del otro; 4º la igualdad en las relaciones, y 5º el beneficio mutuo; China y la India, reafirmaron la vigencia de los mismos a los que se ha añadido un nuevo contenido: 1º la igualdad soberana; 2º la seguridad común; 3º el desarrollo común; 4º la cooperación, la inclusividad y el aprendizaje mutuo, y 5º la equidad y la justicia.

 

El 01/07/2014 en la reunión en Moscú de embajadores y representantes diplomáticos permanentes de Rusia, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, crítico las ambiciones hegemónicas de las potencias occidentales en las relaciones internacionales, y definió las aspiraciones de Rusia en la construcción de lo que debe ser un nuevo marco de relaciones internacionales basado en el respeto, la no injerencia y la colaboración entre naciones.

En sus críticas denunció las aspiraciones occidentales de pretender crear un “cuartel global”, basándose en su autoarrogada excepcionalidad como naciones para categorizar a todos e imponer reglas únicas de comportamiento y la vida social. “Los pueblos y los países manifiestan cada vez más alto la determinación a decidir su propio destino, conservar la civilización y la idiosincrasia, cosa que se topa con los intentos de algunos países para conservar el predominio en los ámbitos de la defensa, la política, las finanzas, la economía y la ideología”, e hizo un llamamiento al pragmatismo para que se establezcan las relaciones en términos de igualdad y respeto de intereses mutuos.

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Desde tribunas diferentes y lugares diferentes, en unas mismas fechas, desde una filosofía renovada de los principios de la coexistencia pacífica, tanto China, la India como Rusia apuestan claramente por la Paz y las soluciones pacíficas a los problemas internacionales porque es la base sobre la que descansa la realización de sus proyectos de futuro de prosperidad, que a su vez coinciden con los de la mayoría de la humanidad. Un tipo de relaciones que va más allá de la legalidad internacional, tendente a fomentar un espíritu de confraternización internacional para promover el desarrollo económico común pacífico y sostenible.

No obstante, la naciones occidentales entienden que el desarrollo de estas premisas, relega su tradicional hegemonía de siglos, y aunque occidente representa una quinta parte de la población mundial, el poder acumulado desde la revolución industrial puede ser cuestionado, por ello, se resisten a abdicar de su papel hegemónico y de excepcionalidad para regir los destinos del mundo, enfrentándose a las naciones que no acatan sus dictados. El Oriente Medio, ha sido en estos últimos años un escenario de confrontación para acabar con la emergencia de naciones que pudieran cuestionar su hegemonía en la región como Siria, Irak e Irán, y recientemente los acontecimientos de Ucrania para contener a Rusia.

 

En el pasado la expansión de los distintos imperios coloniales se realizó bajo la bandera de llevar "la civilización occidental más avanzada" a los pueblos atrasados. Este discurso de las elites dirigentes no estaba basado en ninguna motivación altruista, sino como pretexto moral para convertir el imperialismo en una “causa justa”, lo cual les permitía mantener su política de agresión sustentada en el apoyo de amplias capas de la sociedad. Con el paso del tiempo las naciones y pueblos sometidos opusieron a ese discurso “la dignidad de la soberanía nacional” y, tras duras luchas durante los siglos XIX y XX, acabaron con el régimen colonial.

En la actualidad las élites de EEUU y de los antiguos países colonizadores, ejercen otro tipo de imperialismo de carácter neocolonial, por el que pretenden que las naciones emergentes y en desarrollo estén subordinadas a sus intereses económicos y geopolíticos, y el mayor enemigo ideológico que se opone a sus intereses y al que combaten, es el de las fuerzas políticas que hacen de la dignidad de la soberanía nacional su principal activo como nación, pues el mismo impide la subordinación.

A la ideología soberanista se opone la ideología de la excepcionalidad de los países occidentales que les legitima para injerir en las naciones que pretenden controlar. Esta cultura neocolonial está muy extendida en los antiguos países coloniales europeos y EEUU, pero los principios de la coexistencia pacífica están por encima en las relaciones internacionales, porque son la base para la paz, y son previos a cualquier otro discurso moralizante que pretenda justificar la injerencia, porque solo la no injerencia garantiza la paz entre naciones y posibilita el avance de los pueblos desde los fundamentos de su soberanía hacia sociedades más justas y hacia una unión fraternal entre naciones.

Los países que practican la hegemonía sobre otros países tienen siempre la iniciativa política en el escenario mundial tanto en la estrategia militar como en la elaboración de la propaganda mediática de su discurso, y las naciones que no tienen intereses hegemónicos, que componen la mayoría de la humanidad, están permanentemente a la defensiva, es decir, están obligadas a responder a la injerencia después de que la misma ya ésta en marcha y la respuesta de una sola nación siempre es débil.

La manera de enfrentarse a esta acción continua de los países que buscan la hegemonía y que determina la marcha de las relaciones internacionales se debe lograr en primer lugar en el debate de ideas a nivel mundial. Mientras predomine la perversión moral de que un país pueda injerir o atacar a otro unilateralmente basándose en una autoarrogada “excepcionalidad” para regir los destinos del mundo, si el resto de naciones que no practican la hegemonía no son contundentes en el rechazo a ese discurso y en la defensa del carácter inalienable de la soberanía de cada nación, todas las naciones pierden, pues en su división está su debilidad. Por ello, sería necesario por parte de las naciones que se rigen por los principios de coexistencia pacífica, la difusión sistemática en todos los foros y medios mundiales de estos valores como el legado universal más avanzado de la historia de la humanidad para alcanzar la paz, la integración de las naciones, y el avance en la democracia desde la realidad política e histórica de cada país.

Si algo ha enseñado la cruenta historia del siglo XX es que los valores de la democracia y la justicia social no pueden imponerse por la intromisión de unas naciones en otras pues ello solo trae confrontación, sino que los valores democráticos y de justicia social deben abrirse camino desde la evolución de la particularidad de las sociedades respectivas que componen las naciones en fraternal convivencia, debiendo ser los ciudadanos de cada nación los protagonistas de las transformaciones sociales y políticas, sin que ello suponga menoscabo del sincero debate internacional en favor de la justicia social y las libertades civiles. La experiencia histórica demuestra que no sirven los atajos.

 

Una política de esta naturaleza es una tarea ardua y exige muchos esfuerzos diplomáticos y pasos pequeños, pero es una tarea necesaria, pues sin el debilitamiento ideológico y político de los países que pretenden y justifican su hegemonía global no es posible avanzar hacia un futuro de paz y prosperidad de toda la humanidad.

 

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