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Autor

Seudónimo: Saint Just

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26/06/2012

NOTICIA. El presidente electo de Egipto, Mohamed Morsi, expresó su disposición de restablecer las relaciones con Irán a fin de garantizar un balance estratégico en la región

 

El liderazgo sunnita

Es necesario restablecer las relaciones con Irán sobre la base de ventajas recíprocas. Esto, que es parte de mi programa de gobierno, contribuirá a garantizar un balance estratégico en la región”, dijo el presidente electo de Egipto, Mohamed Morsi a la prensa iraní.

Irán, por su parte, felicitó a Mohamed Morsi, candidato del grupo integrista Hermanos Musulmanes, por su victoria en las elecciones presidenciales de Egipto. Fuentes oficiales iraníes alabaron la victoria electoral de Morsi sobre el general Ahgmed Chafik calificándola de "una espléndida visión de la democracia" (que) "marca el despertar islámico" de Egipto.

"El pueblo ha hecho historia en Egipto con su presencia responsable en una elección decisiva y, una vez más, ha demostrado su firme decisión de llevar adelante los nobles objetivos de la revolución egipcia", señala el escrito oficial iraní.

Las relaciones entre Egipto e Irán fueron interrumpidas en 1980 tras la firma del acuerdo de paz entre El Cairo y Tel-Aviv. Desde aquel entonces, ambas naciones mantuvieron relaciones diplomáticas a través de oficinas especiales.

Irán ha prometido, una vez restablecidas las relaciones con Egipto, que proporcionará ayuda financiera a El Cairo con el objetivo de que pueda hacer frente a las presiones ejercidas por Estados Unidos.

No obstante, la victoria de los Hermanos Musulmanes no ha resultado ser una noticia del agrado de Arabia Saudita y las monarquías del Golfo que ven un competidor en la emergencia sunnita en Egipto. No es una casualidad que el jefe de la Junta militar egipcia, el mariscal Tantaui, acudiera a los funerales del príncipe heredero Saudita. Ambos tienen un rival común, los Hermanos Musulmanes.

 

Los Hermanos Musulmanes, después de estar varias décadas proscritos en Egipto, ahora se ven en la responsabilidad de tener que desarrollar sus objetivos políticos, en medio de fuertes contradicciones políticas internas y externas.

En política interna, se encuentran con una realidad política y social plural. Los Hermanos Musulmanes obtuvieron 13,2 millones de votos (51,7%) mientras que su rival electoral, el ex primer ministro Ahmed Shafiq, obtuvo 12,4 millones de sufragios (48,3%), la participación ligeramente superó el 50%, pues los sectores progresistas y liberales que promovieron la movilización en Tahrir se han mantenido al margen de la campaña electoral entre los dos candidatos. Desconfían de los islamistas tanto como de los militares. El buen resultado conseguido por el candidato de izquierda Hamdeen Sabahi, en la primera vuelta (20,7%) demuestra que tienen un espacio para la lucha política.

Actualmente, a la espera de que se redacte y apruebe con un referendo la nueva Constitución, el jefe del Consejo Militar sigue siendo el comandante en jefe de las fuerzas armadas y ministro de Defensa. Incluso en la nueva carta Magna los militares podrán intervenir pidiendo a la Constituyente incluir su papel tutelar. 

Por todo ello, a pesar de que los Hermanos Musulmanes pretenden darle a las futuras leyes un componente religioso, van a tener que conciliar con una gran parte de la sociedad egipcia muy distante del integrismo religioso. Además el poder militar, a diferencia de otros países, como por ejemplo en Irán o Arabia Saudita, no está unido ideológicamente al poder político religioso. Los Hermanos Musulmanes, si quieren que sus postulados político-religiosos avancen en la sociedad tendrán que demostrar que son capaces de realizar políticas de desarrollo económico inclusivo de las que se puedan beneficiar una gran mayoría de la sociedad egipcia sumida en la pobreza.

En el capítulo de relaciones exteriores, el Presidente electo ha manifestado que respetará los compromisos internacionales que tiene Egipto. No obstante, el establecimiento de relaciones con Irán va a ser una apuesta fuerte de los Hermanos Musulmanes.

Irán, a pesar de ser mayoritariamente chiíta, ha estado apoyando políticamente las revueltas árabes en Túnez, Libia y Egipto, en lo que han calificado como “el despertar islámico”, del que se sienten políticamente pioneros en la revolución iniciada en Irán en 1979, pero, por otra parte, mantiene serias diferencias con Arabia Saudita, por la persecución religiosa a la que está sometida la minoría chiíta en Arabia Saudita, y la represión de la mayoría Chiíta en Bahrein, por el despliegue de fuerzas militares sauditas en ese Emirato, y por el apoyo, también saudita, a los fundamentalistas sunitas en Siria, en lucha armada contra el gobierno de Al Asad, aliado de Irán en la región .

Arabia Saudita, se enfrenta a dos retos importantes, por una parte, ante la fortaleza que está adquiriendo Irán como nación, quiere erigirse como contrapoder en la región, y por otra parte, la emergencia del islamismo en la política durante las revueltas de los países árabes, está evidenciando la necesidad de un liderazgo sunnita. Arabia Saudita ve en esta emergencia político religiosa sunnita una oportunidad para erigirse en el país rector, ya que, un país que sería reconocido como el líder sunnita tendría una influencia importante en el resto de países sunnitas, pues, la fuerza de la religión en la política, desdibuja la componente nacionalista.

Los Hermanos Musulmanes, no son ajenos a estos movimientos de fondo y ellos también aspiran a detentar un liderazgo sunnita, no tan fundamentalista como el que se aplica en Arabia Saudita, basado en la corriente Hanbalí, considerada la más rigurosa del Islam sunnita y que en Arabia Saudita es escuela jurídica oficial, tomando la forma más rigurosa del wahabismo (Un madhab es una forma tradicional de interpretar la ley islámica). Otras escuelas sunitas menos rigurosas son la: HanafíMalikí, y Shafi'í. La escuela Shafi'i; es la más moderada. En Egipto, علي جمعة ‘Alī Jum‘ah, es el gran mufti, seguidor de esta escuela de jurisprudencia islámica; Egresado de la prestigiosa universidad de al-Azhar, es considerado "uno de los más respetados juristas en el mundo islámico sunita," y se lo describe como "un paladín del Islam moderado y, por ello, enemigo de los fundamentalistas entre los que se sitúa Arabia Saudita (*).

Ali Gomaa, Gran mufti de Egipto desde 2003

Ali Gomaa, Gran mufti de Egipto desde 2003. Fuente: Wikipedia

Es en este contexto donde hay que situar la disposición de Mohamed Morsi, de restablecer las relaciones con Irán, no solo por las diferencias doctrinarias, en la rama sunnita, de interpretación del Islam con Arabia Saudita, sino porque el camino para que Egipto pueda aspirar a tener un importante papel regional no subordinado a potencias extranjeras occidentales, como lo fue el anterior régimen de Mubarak, es ostentar un liderazgo en el movimiento sunnita que represente efectivamente un renacimiento islámico basado en la tolerancia y no en el fundamentalismo saudita.

El establecimiento de relaciones con Irán, es un signo de esa tolerancia, un ejercicio de soberanía ante las presiones occidentales, y constituye un freno a las pretensiones sauditas de tutelar y dirigir las revueltas árabes. En esa relación con Irán un punto fundamental será el papel que pretende ocupar Egipto tanto en la solución a la guerra en Siria, como a la solución del contencioso palestino con Israel.

Al contrario, la corriente sunnita fundamentalista, por su naturaleza ideológica es políticamente totalitaria, pues no admite la convivencia en igualdad de derechos con otras creencias, y sus expresiones más extremas se están viendo en actos violentos contra los chiitas en Irak, o contra los cristianos en Túnez y Nigeria

Es probable que Occidente, en su estrategia de oposición a Irán, como fiel aliado de Arabia Saudita, en esta lucha por el liderazgo sunnita, apoye a Arabia Saudita y al fundamentalismo sunnita, como ya lo está haciendo en Siria, aunque paradójicamente lo combate en Afganistán, y se oponga al establecimiento de relaciones entre Egipto e Irán. Los cantos de sirena que ha lanzado Obama hacia el Presidente de Egipto, apunta a que pretende que Egipto continúe unido a la política occidental como lo estuvo bajo el régimen de Mubarak.

No obstante, todo parece apuntar que, aunque la forma de actuar de los Hermanos Musulmanes es prudente, no por ello se van apartar de su objetivo de establecer relaciones con Irán y de querer ser una fuerza que lidere el renacimiento sunnita, tolerante en lo religioso y de impulso económico y tecnológico propio.

La política de Egipto va a ser clave en la configuración del mapa político regional y en demostrar si la política basada en el islamismo moderado que representan los Hermanos Musulmanes, es capaz de promover una concepción de la política respetuosa con otras creencias en todos los países que profesan mayoritariamente el Islam, aislando, como es en el caso de Siria, a los fundamentalistas sunnitas apoyados por la monarquías árabes, así como promover un desarrollo socioeconómico inclusivo favorable a las mayorías sociales, lo que contribuiría, por oposición al radicalismo sunnita, a abrir una etapa de esplendor a los países árabes basada en la tolerancia y la prosperidad.

 

Arabia Saudita (Wikipedia)

(*) El régimen saudita, es una monarquía absolutista que todavía se mantiene como un sistema feudal en el que la dinastía de los Al-Saud gobierna concentrando toda la autoridad. La Ley Básica adoptada en 1992 declara que los reyes de Arabia Saudita serán los descendientes del primer rey, Abdelaziz bin Saud y que el Corán será la constitución del país es decir que se regirá por la Ley Islámica o Sharia. No existen partidos políticos, ni tampoco elecciones excepto las primeras elecciones municipales realizadas en 2005. El rey es el mandatario absoluto Los principales miembros de la Familia Real son los encargados de elegir al rey que siempre será un miembro de esta familia y con la subsecuente aprobación de los líderes religiosos del país.

Los tribunales saudíes imponen penas corporales, como pueden ser la amputación de las manos o los pies en caso de robo o el azote por realizar prácticas sodomitas o cometer delitos menores. El número de latigazos lo establece la corte y puede ser de varias docenas hasta miles, normalmente aplicados sobre períodos de semanas o meses. En 2002 el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas (CAT) condenó estas prácticas, a lo cual el Gobierno saudita respondió que dichas prácticas formaban parte de la tradición islámica que data de hace 1.400 años y rechazó cualquier interferencia con su sistema penal. Existe una policía religiosa que vigila la modestia en el vestir de las mujeres y muchas instituciones, desde escuelas hasta ministerios, y reprime cualquier manifestación religiosa no musulmana, entrando incluso en casas particulares en las que se sospecha que se hacen rezos no musulmanes. También existe segregación en función del sexo. La sodomía es un delito y puede acarrear hasta pena de muerte.

El gobierno mantiene un fuerte control sobre las principales actividades económicas del país.

 (Fuente del texto en azul, extractos literales de (Wikipedia) ).

 

Estados islámicos con más de un 10% de población musulmana. 

 

Verde: zonas suníes, 

Rojo: zonas chiíes, 

Azul: Ibadíes (Omán).

Fuente: Wikipedia

 

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