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Una visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la integración económica mundial y la armonía con el medioambiente

Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


01/11/2012

NOTICIA. El día 8 de Noviembre tendrá lugar en Beijing el XVIII congreso nacional del Partido Comunista de China (PCCh)

 

Ideología y política transformadora en China

Con motivo del XVIII Congreso los dirigentes chinos han manifestado que éste se centrará en como construir el socialismo con características chinas orientado por la Teoría de Deng Xiaoping; el principio de la "Triple representatividad", y la aplicación de la “Concepción Científica del Desarrollo”.

Teoría de Deng Xiaoping

El 19 de febrero de 1997, falleció Deng Xiaoping, arquitecto del proceso de reforma y apertura de China. El XV Congreso Nacional del PCCh realizado en septiembre de ese año incluyó la teoría de Deng Xiaoping en los Estatutos del PCCh, situándola como guía en el nuevo período caracterizado como Etapa primaria del Socialismo (que puede durar varias décadas). Los contenidos de la teoría de Deng Xiaoping se fundamentan en: 1- definir científicamente las tareas para la construcción de la etapa primaria del socialismo a través del proceso de reforma y apertura, entendiendo la reforma como una transformación gradual de la sociedad, y la apertura política interna y externa como parte de las condiciones indispensables para la reforma; 2- propiciar el desarrollo de las fuerzas productivas teniendo en cuenta la política de desarrollar primero (aunque en ese proceso se produzca el enriquecimiento de algunos), para distribuir después, como pasos necesarios para llegar a una sociedad modestamente acomodada de todo el pueblo; 3- hacer de la construcción del PCCh y su unión con la ciudadanía la garantía básica de la causa socialista. 4- Por otra parte, la política de un país dos sistemas, se orienta a la reunificación de la patria China bajo una misma soberanía en la que pueden convivir el sistema socialista de la parte continental de China con el sistema de la democracia liberal, en el caso de Macao, Hong Kong y en Taiwán en el caso de una posible vuelta a la soberanía plena de China.

El principio de “la triple representatividad.”(Concepto elaborado por Jiang Zemin)

El principio de la "triple representatividad” consiste en que el Partido Comunista de China debe representar siempre: 1º lo que se exige para el desarrollo de las fuerzas productivas avanzadas de China (tecnológicas, organización del trabajo, etc.); 2º el rumbo por el que han de marchar las fuerzas avanzadas de la ciencia y la cultura (investigación y poder blando), y 3º los intereses fundamentales de las amplias masas populares (mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía).

La “Concepción Científica del Desarrollo” (Concepto postulado por Hu Jintao)

La concepción científica del desarrollo se ha convertido en una guía orientativa del PCCh. El concepto busca alcanzar el equilibrio entre la industrialización y la protección ambiental, así como el desarrollo común de lo material, político y cultural. El concepto se ha formado y progresado en la última década en medio de cuestiones como la exploración y el impulso de la economía de mercado socialista (propiedad privada y estatal); la aplicación del control macroeconómico y la respuesta a la crisis financiera internacional.

 

Desde estas premisas ideológicas el XVIII Congreso resumirá sus experiencias acumuladas y fijará las políticas a seguir en un momento de oportunidad histórica para la concreción de los planes de desarrollo y modernización del país, debido a la favorable coyuntura internacional que vive China. Con toda probabilidad la nueva generación de dirigentes que saldrá del XVIII Congreso del PCCh, será continuista de las políticas de los dirigentes salientes, pues las líneas maestras de actuación están ya delimitadas en el XII plan quinquenal para el periodo 2011-2015. No obstante, China tiene que afrontar varios desafíos en un tiempo nuevo tanto en el plano interno; en el de la reunificación con Taiwán, como en el plano internacional.

En el plano interno China está pasando de una fase de expansión económica fundamentada en la exportación exterior, a la fase de implementación de la elevación de los salarios y el consumo interno. En la definición teórica de Deng Xiaoping, se está en la transición de la fase de desarrollar primero (aunque en ese proceso se produzca el enriquecimiento de algunos), para distribuir después. China aborda, pues, el momento de promover un desarrollo inclusivo donde los beneficiados del crecimiento económico tiene que ser la mayoría de la ciudadanía.

En la primera fase expansiva que comprendió el periodo iniciado en los años ochenta con la reforma y la apertura y que tuvo su momento de auge en el periodo de su integración en la OMC en el 2001 hasta la crisis financiera mundial del 2008, China realizó una fuerte acumulación primaria de capital que le ha llevado a ser el país con mayor reservas en divisas del mundo. Esta acumulación primaria de capital, a diferencia de Occidente que la realizó en los siglos XVIII y XIX, con la cruenta explotación colonial y la esclavitud; China la ha realizado en los últimos treinta años en base a la gran competitividad alcanzada de sus productos manufacturados basada en la mano de obra barata y el ingente esfuerzo de los trabajadores chinos.

En el momento actual la fase de distribución es un reto para la dirección política de China pues la misma, si bien se orienta a promover el consumo interno en la dirección de alcanzar una sociedad modestamente acomodada, esta fase va abrir nuevas contradicciones en la sociedad china.

. El desarrollo del consumo interno va acentuar el proceso de transformación de la economía rural a la urbana, teniendo en cuenta que China tiene todavía más del 40% de la población activa en el sector agrario. En el proceso de urbanización, si bien, las autoridades chinas han venido estableciendo controles de tal manera que éste se realice lo más gradualmente posible, en la fase actual la presión del campo a las ciudades chinas se irá incrementando.

. La demanda de energía crecerá fuertemente, pues el consumo interno traerá la inclusión a la red eléctrica de cientos de millones de nuevos productos electrónicos, lo que va a suponer un reto para el desarrollo de fuentes de energía renovables, a pesar de que China es ya el país del mundo con mayor potencial instalado de estas fuentes de energía.

. Los modos de vida urbanos, traerán nuevas costumbres y necesidades culturales a las que el mercado chino tendrá que satisfacer. La característica de la demanda individual de consumo y servicios es que, debido a su diversidad, no puede ser planificada ni estatalizada, como lo son los sectores estratégicos de la producción, infraestructuras, finanzas y grandes industrias, por lo tanto el desarrollo de un sector empresarial emprendedor y competitivo para satisfacer la variada demanda de servicios y consumo es otro de los desafíos de las autoridades chinas en la construcción de una economía socialista y de mercado.

En ese sentido, la aplicación del principio de la triple representatividad, para estimular las fuerzas avanzadas productivas del campo empresarial para el desarrollo del sector servicios, así como el progreso científico técnico para la implementación de fuentes de energía renovables deberá formar parte de la sabiduría del PCCh para su correcta aplicación.

China tiene abiertos numerosos frentes en la construcción del socialismo con características Chinas, por ello precisa de una visión de conjunto en sus actuaciones. La concepción científica del desarrollo, es la mejor guía para que las diferentes transformaciones se realicen entendidas como un todo, en una concepción integral tendente a alcanzar la armonía entre el hombre y la naturaleza, así como el desarrollo común sobre la base de la cultura China en un conjunto civilizatorio.

En lo relativo a conseguir la reunificación plena de la soberanía china con la incorporación de Taiwán a la misma en base al principio proclamado por Deng Xiaoping de un país dos sistemas, el momento actual de crecimiento de la demanda económica en China está facilitando el incremento de las relaciones entre la parte continental de China y Taiwán. No obstante, la política de ambas partes de avanzar primero en los asuntos fáciles, como han sido las relaciones económicas, y dejar lo difícil para el final, como son las relaciones políticas y militares en materia de soberanía, precisa de un salto cualitativo, se acerca el tiempo en el que tendrán que ser abordados los asuntos difíciles. La cuestión más problemática estará en conocer si el Kuomitang y la mayoría de la población de Taiwán estarían dispuestos a aceptar el estatus de un país dos sistemas tal y como se basa la relación del gobierno chino con Hong Kong. El Kuomitang, si según su tradición se considera un partido chino, y no exclusivamente taiwanés, no puede instalarse permanentemente en la ilusión de que el sistema político de la China continental pueda sufrir una fractura que le permita de nuevo volver políticamente al continente, pues es un pensamiento que no tiene nada que ver con la realidad, ya que la solidez política de las instituciones chinas son inquebrantables, sobre todo porque están abiertas a los cambios graduales que la sociedad china demanda dentro del proceso de reforma y apertura.

 

El gobierno de China debiera dar un paso adelante para alcanzar la soberanía plena, además de respetar las instituciones de Taiwán, tendría que realizar un esfuerzo para implicar al Kuomitang en la política de la parte continental, para ello, China dispone de un mecanismo institucional como es La Conferencia Consultiva del Pueblo Chino en la que el Kuomitang podría integrarse para, de forma consensuada con el PCCh, participar en las políticas de desarrollo económico y la política internacional de China.

El cambio del modelo de desarrollo implica a su vez para china un progresivo cambio en sus relaciones económicas y políticas internacionales. Hasta la crisis del 2008, la base del crecimiento de China se sustentaba en una relación prioritaria entre China como país en desarrollo con los países desarrollados, que se podría calificar como una relación Sur-Norte, pero aunque para China esta relación deberá seguir siendo prioritaria, progresivamente tendrá que ir transformándola para ir dando un mayor peso a las relaciones Sur-Sur, o entre países en desarrollo. China forma parte de los países en desarrollo y puede contribuir de forma significativa al progreso de otros países en desarrollo. La característica principal de sus inversiones en estos países debiera orientarse a la construcción de infraestructuras y la contribución a la formación científica y tecnológica de cuadros nativos de los países respectivos, pues ello, es lo que puede posibilitar un desarrollo económico interno estructurado que les ayude a salir del modelo neocolonial al que han estado sometidos durante los últimos cincuenta años por parte de las países industrializados.

China no pretende ni tampoco precisa exportar ideología, ello es la mejor manera de entender las relaciones con el resto de naciones basadas en el respeto entre iguales. La construcción de la fraternidad universal, como ideal del PCCh, solo puede realizarse desde la promoción de la paz universal y la contribución a unas relaciones justas entre naciones. En ese sentido, China no puede ignorar las demandas de los países en desarrollo de democratizar las instituciones de la ONU, sino que debiera hacer frente común con los países en desarrollo, para implementar una hoja de ruta de reformas de la ONU que reflejen los cambios mundiales, tanto cuantitativos en cuanto al potencial demográfico y económico de algunas naciones, como cualitativos en cuanto a hacer de la ONU una institución creciente de gobernanza mundial.

 

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