Ideario y línea de opinión
El fin de la sociedad es: La
Felicidad Común
La felicidad como meta social
surgió con el pensamiento de la Ilustración en el siglo XVIII, recogiéndose
expresamente en el texto de la Declaración
de Independencia de EEUU el 4 de julio de 1776.
El artículo primero de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano votada
por la Convención Nacional francesa el 23 de junio de 1793, de la que Saint
Just sería uno de sus principales redactores, definiría la felicidad como una meta
colectiva declarando: El fin de la sociedad es: La Felicidad Común.
El 12 de julio del 2012 la
Asamblea General de la ONU proclamó el 20 de marzo de cada año, como el Día
Internacional de la Felicidad.
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La Felicidad Común es una
nueva cultura que está por realizar, es el resultado de la fraternidad entre
todos los seres humanos, y es contraria a la ambición que conlleva infortunio a
otras personas.
La cultura predominante
neoliberal
tiene como meta exclusiva la felicidad individual. Este
concepto de la felicidad se sustenta en el individualismo, y los métodos para
alcanzarla pueden basarse en la explotación y el sufrimiento de otras personas.
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La fraternidad
universal es una aspiración del ser humano que a
lo largo de la historia se ha pretendido lograr mediante su predicación desde diferentes religiones con vocación
universal, entre las que destacan
el Cristianismo y el Islam. Sin embargo, este loable empeño, a lo largo de los
siglos, en muchos casos ha derivado en enfrentamientos y guerras debido a la instrumentalización de las mismas por las clases sociales dominantes para
aumentar su poder.
El siglo XIX, supuso un punto de inflexión en la historia de la
humanidad. En la profunda reflexión realizada por diferentes escuelas
filosóficas, entre las que destaca el Marxismo, llegarían a la conclusión que
son las relaciones materiales de dominación socialmente establecidas, de
unos seres humanos sobre otros, de unos pueblos sobre otros y de unas naciones
sobre otras, las que pervierten la convivencia entre los seres humanos.
Desde esos presupuestos, el ser humano se convierte en
dueño de su destino al tener la capacidad, como sujeto político, de transformar
las relaciones de dominación, por otras basadas en el entendimiento entre los pueblos y las
naciones.
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Será a partir del siglo XVI cuando la ideología de la dominación
mundial experimentará su desarrollo en diferentes formatos religiosos y laicos,
constituyendo Europa el centro de la dominación global en pugna entre diferentes
imperios.
En los siglos XVI-XVII-XVIII, la ideología de la dominación global
para el sometimiento colonial, se justificaría en la
expansión de la religión.
En el siglo XIX, tras el ascenso al poder político de las clases
liberales en las metrópolis europeas, la religión, sería sustituida como
justificación de la expansión colonial, por la ideología de la exportación de la
avanzada civilización occidental a los pueblos
atrasados del mundo.
En los años treinta-cuarenta del siglo XX, sería reemplazada por
la ideología fascista de la supremacía racial.
En la segunda mitad del siglo XXI, tras el fin del fascismo el
mundo quedó dividido bajo la influencia de dos centros políticos: el socialista
bajo la égida de la URSS, y el liberal bajo la de EEUU; ambos centros desde sus
respectivas ideologías justificaron la dominación sobre el resto de
naciones.
Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX, la autoconciencia
de los pueblos en favor de la descolonización supuso, tras la emancipación
americana en el siglo XIX, el primer gran paso en cinco siglos para hacer
retroceder la ideología de la dominación a escala mundial en su forma colonial.
A finales del siglo XX, tras el fin de la URSS; EEUU se
convertiría en el único imperio a escala global. La ideología de la dominación
mundial adoptaría la forma neocolonial, por la que todas las naciones del mundo
deben estar bajo la tutela estadounidense, auto-arrogándose esta potencia, bajo
la justificación de la exportación de la "democracia liberal", el derecho a castigar mediante la guerra o sanciones económicas y
políticas a las naciones que no se someten a sus dictados.
La nación que ha levantado un discurso ideológico contra la ideología de la
dominación global ha sido China, con su propuesta y su acción política
internacional a favor de unas relaciones internacionales de destino compartido para toda la
humanidad, basadas en: la colaboración, la igualdad y el respeto entre naciones.
Si la humanidad avanza por ese camino, la desconfianza entre
naciones se trocará en confianza, el rearme en desarme, los beneficios
económicos unilaterales en beneficios compartidos; la xenofobia, el racismo y
cualquier ideología supremacista carecerán de sentido, y la civilización
fraternal mundial podrá hacerse realidad.
En las sociedades occidentales, al ser las beneficiarias del modelo neocolonial
mundial, las contradicciones que en el pasado enfrentaron a obreros y
burgueses han ido desapareciendo. Ideológicamente la izquierda
europea está en fase de extinción, habiendo sido sustituido el
internacionalismo en favor de la emancipación y la libre autodeterminación de los pueblos, por la ideología supremacista
imperial de exportación de los valores occidentales.
China y Rusia, tras la convulsa historia que tuvieron en el siglo
XX, han evolucionado desde diferentes premisas hacia una visión del mundo basada
en el respeto y el entendimiento de las naciones, siendo las dos naciones más
importantes en el impulso mundial en favor de ese objetivo, lo que les ha
convertido a su vez, en el escollo principal a abatir por los
precursores de la ideología de la dominación con EEUU como líder, y
por ello, mientras perdure este acoso, precisaran del poder de disuasión de las
armas.
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Desde esas
premisas:
La línea de opinión de este blog
se basa en la necesidad de forjar un pensamiento en clave de género humano
orientado a la integración de las naciones como forma de alcanzar el bienestar y
la fraternidad de todos los seres humanos en democracia y el desarrollo
económico armónico con la Naturaleza.
El análisis y
la crítica se fundamentan en:
- La crítica a las políticas
hegemónicas y el apoyo a la resistencia a las mismas.
- La crítica a los
desequilibrios económicos y el apoyo al desarrollo socioeconómico y la
integración económica de las naciones.
- El análisis y denuncia de las
causas y efectos del cambio climático
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